Le doy otra mirada a Ollie. Él no me mira, pero sí que responde por séptima vez su teléfono, y no es que este contando los mensajes que recibe. Deja el teléfono a un lado en su escritorio, teclea algo en su computadora y el teléfono vuelve a sonar.
— ¿Estás trabajando o enviando mensajes?
— ¿Qué?
— Si estás trabajando solo termina.
— Necesito información. Mi asistente está enviándome la información que necesito.
— Tu asistente. Esa mujer— murmuro, aunque no tan bajo. Él me mira— ¿y porque sigues trabajando en casa? ¿Qué demonios haces cuando se supone que estás trabajando?— él abre la boca, pero al final no dice nada. Vuelve a poner la vista en su computadora.
— No me falta mucho para terminar.
— Eso no es lo que pregunte y tampoco es lo ibas a responder ¿eh?
— Isaac, realmente tengo que terminar esto pronto.
— Claro. Me dijiste que no harías más trabajo en casa.
— Yo no dije eso, y lo sabes.
— También llegas tarde. Pasas más tiempo trabajando que conmigo. Creo que te ves más con esa mujer.
— ¿Qué estas insinuando?— el tono de Ollie se vuelve seco, cortante.
— No lo sé— le escucho suspirar— ¿Prefieres estar con esa mujer?— él se levanta, yo también lo hago, listo para seguir. Ollie solo rodea la mesa y va a la puerta.
— No puedo hacer esto. No puedo creer que… Isaac, necesito, no necesitamos, espacio.
— Oliver— llamo, pero él no se detiene. La puerta de nuestro departamento se cierra— no puedo creerlo— resoplo. Camino de un lado a otro de la sala, sin saber qué hacer con la energía que tengo ahora mismo. Podría ir corriendo tras Ollie pero ¿con que fin? No sé qué quiero hacer ahora mismo.
Doy un par de vueltas más por la casa antes de dejarme caer en el sofá, de nuevo. Sé que estoy siendo irracional y que no pensé nada de lo que dije, pero estoy muy molesto. No se supone que hoy tendríamos que quedarnos en casa, o si lo hacíamos teníamos planes que no hemos podido cumplir por casi tres semanas. Estaba esperando que hoy fuera diferente, pero no lo fue. Me paso las manos por la cara, frotándome el puente de la nariz. Estoy frustrado.
No es la primera vez que Oliver y yo peleamos. Y Ollie siempre hace lo mismo, se levanta y se va. Hoy se veía más molesto que otras veces, pero él no es de los que se enojan con facilidad, ni de los que discuten como yo lo hice. Sé que volverá en un rato, aunque eso no evita que la culpa me haga sentir pésimo.
¿Y si hoy es el día que se cansa?
¿Y si resulta que encuentra a alguien que no le da tantos problemas?
¿Qué pasa si él no regresa hoy?
No tiene caso llamarlo, sé que no responde. Respiro varias veces, intentando concentrarme en la televisión. Llevo rato mordiéndome las uñas cuando logro calmarme. La irritación que sentía ya paso. Ollie no se iría por una discusión como esta, lo conozco. Nos conocemos, y sé que prefiere alejarse antes de que digamos algo que nos hiera en serio. No me gusta que se aleje pero lo entiendo, más si como hoy soy yo quien inicia las discusiones.
La puerta se abre dos horas después. Quiero levantarme y correr hacia él, me obligo a quedarme en el sofá.
— Estas comiéndote las uñas— bajo la mano.
— No me las como. Solo las muerdo— murmuro, y abrazo un cojín— ¿A dónde fuiste?
— Termine los planos. Traje bebidas del Starbucks— me muestra los vasos.
— Lo siento— aprieto el cojín— tu trabajo es importante, y no me molesta que trabajes en casa. Tampoco pienso que tengas algo con tu nueva asistente. Aunque me ponga nervioso saber que tienes una mujer bonita como asistente, no soy tan irracional para creer realmente que estas interesando en una mujer.
— Me alegra mucho saber que no piensas que tengo un amorío con ella— pone el café frente a mí. Sonrió cuando lo tomo.
— Si lo dices en voz alta suena ridículo.
— Discúlpame por cancelar nuestros planes. Sé que he tenido poco tiempo libre últimamente y no hemos pasado tiempo para nosotros.
— Eso lo entiendo, no tienes por qué disculparme. Que yo no tenga que traer mi trabajo a casa no significa que otros tampoco lo hagan— mi trabajo no es tan exigente siempre que no sea temporada de presentar impuestos. Suspiro— lamento ser tan irritante cuando me pongo de mal humor. No me gusta pelear contigo.
— ¿Pelear? Isaac, no peleamos. Discutimos, es diferente y siempre intentamos solucionar lo que sea por lo que discutimos.
— ¿No es lo mismo?
— Creo que pelear implica golpes— dice, sus labios se alzan un poco aunque su frente se frunce— nunca he pensado en esto como una pelea.
— Si, siempre sé que no estas molesto conmigo por mucho tiempo y tampoco puedo enojarme mucho contigo. Y discutir es normal cuando vives con alguien ¿no?— Ollie se encoje de hombros.
— Supongo, somos diferentes.
— Pero tenemos buena comunicación ¿has visto esos programas en los que hay un gran problema por falta de comunicación? Todo eso acabaría con hablar un poco.
— Es el punto de esos programas. Voy a intentar no trabajar tanto en casa.
— Tu trabajo es tu trabajo, y el problema no es que trabajes en casa ¿podemos hacer tiempo para nosotros cuando pase? Salir y pasar un rato juntos. No todo el tiempo pero si cuando estemos en una situación como esta de nuevo.
— Esta bien, hagamos eso en adelante. Ahora ya no tengo trabajo ¿quieres salir? Busquemos que hacer y luego vayamos a cenar— me levanto. No necesita decírmelo dos veces. Por la ventana puedo ver que está atardeciendo, tenemos mucho tiempo antes de regresar. Me detengo en la puerta de la habitación.
— ¿Tu trabajo está terminado?
— Si.
— ¿Y no necesitas más? O sea, otra cosa pendiente.
— No, nada— le sonrió. Ya estoy planeando los lugares a los que podemos ir, el tiempo que tendríamos que estar en cada uno antes de ir a cenar— Hey, vi en Facebook que abrieron un restaurant de comida hindú cerca de ese parque que esta por la avenida.
— ¿Quieres probarlo?
— Lo estoy diciendo con esa intención ¿Por qué te lo diría si no quisiera ir?— regreso a la sala con otra camisa, zapatos y un suéter— ¿nos vamos?
— Ya tienes un plan ¿cierto?— me dice, y me extiende la mano. Entrelazo nuestros dedos y caminamos juntos a la salida.
— Por supuesto.