— Detente.
— No puedo detenerme en medio de la avenida— Ollie frunce el ceño.
— Entonces da la vuelta y entra al supermercado. Acabo de recordar que no tengo nada en mi casa.
— ¿Nada?
— Comida, despensa, todo eso— veo como sonríe mientras enciende la direccional del auto para pasarse al otro carril y poder regresar.
— ¿Cómo dejas que eso pase?
— No lo sé, cuando me di cuenta no tenía nada. He estado ocupado con mi trabajo y no he podido revisar lo que me falta hasta anoche. Si me quedo un día más allí así moriré de inanición.
— ¿Por eso te has estado quedando en mi casa toda la semana?— atrapado. Miro por la ventana mientras entra al estacionamiento.
— Claro que no ¿Por qué piensas eso?— Mi tono de inocencia no lo engaña. Se ríe mientras bajamos. Como he estado en su departamento varios días también tendremos que comprar cosas para su departamento. Hace un poco de frio, y como estuvo lloviendo todo está mojado. Caminamos hasta la entrada.
— Nunca he venido a este super.
— ¿Te fijas en esas cosas? Yo solo entro al que me quede más cerca ¿Por qué es importante a cuál entrar? Venden lo mismo— Ollie me mir
— Ofertas— lo dice tan solmene mientras pone las manos en un carrito y lo empuja.
—… ¿Ofertas?
— Es más barato.
— Sé lo que es una oferta, Ollie— él me mira siento que dice algo como ¿en serio lo sabes?— no me fijo en esas cosas, solo compro lo que necesito. Así que eres del tipo que busca ofertas… interesante.
— No busco ofertas, es cuestión de aprovechar— Las puertas automáticas se abren y entramos a la tienda. Me he puesto de buen humor, no sé porque, pero no puedo dejar de sonreír— ¿te pasa algo? ¿Te sientes bien?
— Me siento bien, sí ¿A dónde vamos primero? Por lo que adivino, tienes un método para venir a comprar ¿no? ¿Cuál pasillo primero? ¿Higiene? ¿Enlatados?
— Deja de burlarte— me da un empujón, y termino riendo— No tengo un método para comprar.
— Oh, que decepción.
— Inicia tú, te sigo— ni siquiera tengo una lista de compras. Debí pensar primero lo que comprare. No estoy pasando mucho tiempo en mi casa, así que comprar mucho no es opción. Camino al primer pasillo. El olor del dulce llena todo, es el pasillo de las harinas para hornear, galletas y esas cosas.
— No necesito nada de aquí ¿tu?
— No— pongo la mano en el carrito y lo jalo para avanzar al siguiente. Artículos de limpieza. Oliver empuja el carrito para entrar, caminando despacio hasta que toma un limpiador para pisos— ¿hay algún motivo por el que elijas ese y no otro?
— ¿Todo va a ser una burla hoy?— solo le sonrió y me encojo de hombros— huele mejor.
— ¿Qué?
— Me gusta porque huele mejor que los demás— no me rio. Nunca pensé en eso. Claramente Ollie tiene un modo muy diferente de hacer compras. Lo pone en el carrito— ¿necesitas algo de aquí?— niego con la cabeza.
— Estoy sorprendido. No sabía que el limpia pisos y el jabón fueran tan importantes. Pensándolo bien, no, no me sorprende porque la limpieza no es lo mío— a veces hasta llamo a un servicio de limpieza. Ollie toma dos productos más ¿Qué es lo que son? No tengo idea.
— Aprendí viendo tutoriales de internet.
— ¡¿Qué?! ¿Bromeas? ¿Me estás diciendo que hay tutoriales sobre como comprar en el supermercado?— él se ríe. Hecho al carrito una caja de pasta dental.
— No, no de como comprar. Más bien de como limpiar. Y yo no salgo mucho con mis amigos, cuando recién me mude no tenía mucho que hacer— Oh, Ollie es… era muy tímido. Puedo imaginarlo cambiando solo por los pasillos intentando pasar el rato para no tener que hablar con desconocidos.
Pasamos un par de pasillos sin decir gran cosa, el carito se va llenando: Papel higiénico, shampoo, jabones de baño y para la cocina.
— Al fin, la comida— digo, cuando llegamos al pasillo— y ya vi las sopas instantáneas ¡Vamos!— le quito el carrito y yo lo empujo, no puedo evitar usar mucha fuerza y luego subir los pies al carrito, dejando que la fuerza haga su trabajo.
— Tendrás un accidente. Si vienen a echarte de aquí fingiré que no te conozco.
— ¡Hey! Que cruel— algunas personas nos miran, no veo si están riéndose o están molestas. Bajo los pies del carrito y lo detengo. Ollie me está sonriendo. Aunque sus palabras sean algo duras, él me está sonriendo, me está mirando… tiene esa mirada que me gusta, que me hace sentir especial— ¿Qué llevamos de aquí?
— Pastas, atún, algunas otras enlatadas. También iremos por verduras.
— Claro pero aún no llegamos a ese pasillo— Ollie va por un lado del pasillo y yo del otro, dejando las cosas en el carrito cuando ya no podemos llevarlas— también leche y jugo ¿podemos comprar galletas?— no pienso la pregunta, pero cuando lo hago, me rio.
— ¿Por qué me preguntas eso?
— Fue sin querer, no necesito preguntarte si quiero comprar algo. Ahora que lo pienso, no tengo cereal— me adelanto por los pasillos, saltando la sección de bebés y mascotas. Cuando Ollie me alcanza, arrojo la caja con las otras cosas y lo “ataco”: Salto sobre el en un intento de abrazo, no me detengo y pongo mis manos en su cuello desde su espalda para terminar trepado en él.
— Isaac ¿Qué haces?— intenta bajarme, pero los movimientos que hace me ayudan a sujetarme con más firmeza.
— ¡Por los vegetales!— Señalo con la mano. No puedo ver su cara, pero yo estoy divirtiéndome mucho.
— Isaac, vamos, no eres un niño.
— Tampoco es que sea muy adulto ¿sabes? tendremos pocas oportunidades para hacer esto.
— No sé cómo me terminas convenciendo— le escucho balbucear, pero camina, aun empujando el carrito— yo me rio, me rio y me rio. Un par de niños se nos queda viendo desde otro carrito, y ahora sin duda los demás también nos ven. Intento ver a Ollie, pero no puedo ver mucho, su oreja roja, al igual que su mejilla. Me estiro para darle un beso en la mejilla.
— Te quiero— le digo, solo para él— gracias por seguir mis caprichos.
— Llegamos a frutas y verduras—me dice. Suelto mis manos al mismo tiempo que salto. Su mano busca la mía y no me suelta mientras recorremos lo que queda del supermercado— nos están mirando mucho.
— Sí, eso pasa cuando ríes muy alto y eres feliz… ¿te sigue incomodando?
— Me incomoda, pero no como antes— Y aunque fuera como antes, Ollie nunca se ocultó cuando salíamos, se avergonzaba de que nos vieran besándonos o tomándonos de la mano pero no paro, no me detuvo— ahora solo tengo el temor de que aparezcamos en algún video con algún mensaje tonto.
— Qué horror, no había pensado eso— frunzo el ceño. Empujamos el carrito hasta una de las filas. Como ya no hemos hecho algo llamativo aquí todo es tranquilo. Hacemos fila como todos ¿así es como se siente una pareja casada? O una pareja que vive en la misma casa. Me imagino a nosotros compartiendo una casa, estando juntos el tiempo libre que tenemos. Durmiendo en la misma cama, riendo y viendo televisión en la sala… la imagen es tan real que me deja sin palabras. Me aferro a la mano de Ollie.
— ¿Olvidaste algo?— le miro, como si fuera la primera vez que le veo en realidad.
— No, no olvide nada— Le sonrió. Es nuestro turno y comenzamos a poner las cosas en la barra deslizadora. Ollie primero. Dejo que lo haga, aun pensando en lo que acabo de imaginar. No se lo diré, no aún. Estamos bien y eso puede esperar.