El salón es pequeño, pero no es un salón. Es solo el vestíbulo del salón. Es amplio y está lleno de sillas en filas ordenas. Las todas están ocupadas. El impulso de dar la vuelta y regresar por donde vine me domina por unos segundos, un viejo habito que no puedo quitar del todo. Inhalo e intento concentrarme en otra cosa.
— ¿Estás listo?— Isaac me da una de sus deslumbrantes sonrisas, que me roban el aliento y me hacen querer bajarle el cielo y las estrellas. Me toma la mano.
— Sí— doy el primer paso para entrar. Todo se siente un poco extraño, pero camino. Solo son unos momentos, solo unos momentos más y terminara. Escucho todo como si estuviera saliendo de una radio vieja y mal sintonizada. Veo que hablan y hablan, como acercan cosas y luego ponen el papel frente a mí. Suelto la mano de Isaac solo para tomar un bolígrafo.
Todos tienen grandes sonrisas. Yo siento que todo ha sido solo un parpadeo. Isaac se me cuelga del cuello y me besa.
— Tienes que sonreír— me dice, picándome la mejilla.
— Nos casamos.
— Sí— su sonrisa… solo su sonrisa.
— No dijimos acepto… todo fue rápido— atrás de nosotros están moviendo las sillas y la mesa donde firmamos.
— Creo que las firmas valen por un acepto— me guiña el ojo. Nuestros conocidos vienen a felicitarnos, recibo abrazos y estrecho manos aun sintiéndome perdido, pero poco a poco caigo en cuenta de la realidad. Las puertas del salón, el salón verdadero y no el vestíbulo, se abren para dejar pasar a los invitados. Isaac paso planeando esto meses, sé lo mucho que le gusta planear y aunque yo también participe en la elección de cosas siento que el mérito es de él.
Parado en la entrada, con el traje azul que elegimos juntos porque el blanco y el negro nos parecieron demasiado comunes, puedo ver el interior. Cuando Isaac comenzó a planearlo pensé que iba a ser algo tan espectacular considerando la ocasión, sin embargo, el salón no es grande y no hay tantos invitados como pensé. La pista de baile es un cuadrado en el centro, bajo un candelabro de cristales, las mesas distribuidas alrededor tienen un sencillo mantel blanco con algunos detalles en azul, y las flores…. Hay tulipanes blancos, rojos, azules, amarillos… todos en unos bonitos arreglos. Hay un grupo musical que está tocando una canción que no conozco. Y un enorme pastel en una mesa en el fondo.
Los padres de Isaac me abrazan, sonriendo. Mientras abrazan a Isaac recibo las felicitaciones de mis padres. Nos dejan en la entrada, creo que ya todos han entrado.
— No puedo creerlo.
— ¿piensas salir corriendo ahora? Lamento decirte que es muy tarde, tengo el anillo— extiende la mano frente a mí.
— No iba a salir corriendo— le beso la mano— Solo siento que esto es un sueño. Creo que no recuerdo nuestra boda— Isaac aprieta los labios, intentando no reírse.
— Estoy seguro de que hay un video que puedes ver más tarde para recordarlo. Nos casamos, Ollie.
— Lo hicimos— Aunque no es más que una formalidad, considerando que vivimos juntos— Bien pudimos casarnos a escondidas y comer papas fritas en la azotea.
—Buen intento, pero he planeado esta fiesta. Sería una pena perdérnosla porque me quedo súper. Tenemos que entrar— Entrelaza su brazo con el mío y entramos. La cara me arde cuando recibimos un aplauso y gritos y silbidos. Pero Isaac está sonriendo y sé que entraría mil veces más solo para verle sonreír así— Eso, tienes que sonreír, Ollie— Lo hago, sonrió tanto que las mejillas me duelen. No es algo fingido, estoy tan feliz que no cabe nada más en mí.
La amiga de Isaac toma el micrófono, hablando sobre amor y nosotros, sobre almas gemelas que se encuentran.
— Me alegra que no diga otras cosas— le dijo a Isaac, él se ríe y me pasa una copa de champán para el brindis que está pidiendo ella por nosotros.
— ¿Es demasiado para ti?
— Está bien. Lo que dijo fue lindo— o eso creo. Yo solo puedo concentrarme en él. No estoy mintiendo, no me importa ser el centro de atención hoy. Tan simple todo cuando estoy con Isaac. Le miro y le beso— me gusta mucho como quedo todo para nuestra boda.
— Y aún no termina.
— ¿no?— él señala la pista de baile. Vals, claro. Tenemos que bailar.
— ¿Quieres bailar conmigo?— Le escucho reír, pero toma mi mano sin dudarlo— Recordé un poco, no hicimos votos matrimoniales.
— Oh, eso… no son necesario en una ceremonia civil. Pensé que sería más rápido y menos intimidante— llegar al centro de la pista es rápido. Las luces se apagan a nuestro alrededor, solo queda un reflector para nosotros. Así, es como si solo existiéramos nosotros dos.
— Gracias— estamos frente a frente cuando inician las primeras notas de la canción. No es propiamente un vals pero es lento, y funciona. Isaac pone sus manos en mis hombros, yo en su cintura y comenzamos a movernos, a balancearnos lentamente con la música— Me gustaría decirte algo— murmuro.
— Estoy escuchando.
— Te quiero.
— Lo sé.
— Y estamos casados.
— Sí.
— Tal vez no sean votos matrimoniales pero estoy feliz. No me importa que todos nos miren, no hoy— la voz de una chica le sigue a las notas. Estaba tan concentrado en Isaac que no reconocí la canción. Total eclipse of the heart— ¿sabes? siempre que sea contigo no me importa.
— Ollie.
— Lo hago por mí, y por nosotros— él suspira. La música sigue. Giramos al compás de “And I need you now tonight”
— Yo lo agradezco mucho, que intentes cosas nuevas por mí sin dejar de ser tú. Que siempre me detengas cuando estoy yendo demasiado lejos y compartas mis locuras. Sé que siempre puedo contar contigo— hace que cambiemos de posición. Me siento ligero mientras bailo.
— Debimos decir esto cuando estábamos firmando— le siento reír.
— Creo que hubieras regresado a nuestra casa al notar que todos nos veían— La canción termina con un Forever's gonna start tonight que se repite un par de veces y me hace notar la importancia de este día.
— El hogar está donde está tu corazón. Y tú tienes mi corazón, Isaac. Tú eres mi hogar, e iré a donde sea que estés— Me abraza fuerte. La canción baja de intensidad pero no termina, hay una serie de notas sin mucho sentido hasta que comienza otra canción, un poco más movida. No paso por alto que han omitido las partes menos apropiadas para la ocasión de la canción. Ahora suena “Happy Together”.
— Por eso sé que eres el indicado para mí, siempre lo fuiste. Lo supe porque me miras como si no hubiera nada más en el mundo… estamos siendo muy cursis hoy— Sonrió.
— Así son las bodas, Isaac.
— ah, pero no es cualquier boda. Es nuestra boda— la canción me hace sentir demasiado feliz. Entiendo porque Isaac las escogió.
No me veo amando a alguien que no seas tú en mi vida. Cuando estés conmigo habrá un cielo azul hasta el final.
La música comienza a bajar hasta que solo quedan los acordes de un teclado, y más aplausos nos rodean, regresándome a la realidad. Isaac sonríe, tiene los ojos brillantes cuando se aferra a mí y me señala el muro.
— ¿Qué…?— hay una proyección en la pared. No tenía idea de qué esto iba a pasar, nadie me dijo nada. La canción continua, cantando “Tan felices juntos” al tiempo que aparece una fotografía: estamos los dos en una playa, Isaac tiene lentes oscuros y hace el signo de la paz con una mano. Aparecen algunos mensajes a los que apenas les prestó atención porque otra fotografía aparece: estamos los dos en una cafetería, nuestras caras con betún de pastel.
Una fotografía de mi cumpleaños donde nos estamos besando.
Isaac y yo en un estadio de futbol, Isaac con una gorra de nuestro equipo.
Los dos en otro baile, mi cara se ve rara, producto de la vergüenza.
En todas los dos nos vemos exactamente así: tan felices juntos. Me giro para besarle, le abrazo, atrapándolo junto a mí, para mí.
— Esto me gusta mucho— le beso, y le beso. Sujeto su cara entre mis manos y le beso la frente.
— Ahora mismo soy tan feliz… soy el hombre más feliz del mundo, Isaac, y todo es por ti. Tú… haces que todo sea simple. Todo es mejor. Tú me haces mejor persona— porque pudo ser cualquier persona, pero fue Isaac quien me dio la motivación para enfrentar mis problemas de timidez. Quien siempre me espero, y quien siempre estuvo allí para mostrarme algo nuevo para hacer juntos. Le beso otra vez— Tú me haces mejor persona— le repito— Te amo.
— Lo sé… Solo un pequeño detalle, eres el hombre más feliz del mundo después de mí, porque ahora mismo yo soy el hombre más feliz del mundo— Me besa. Sus dedos enredándose en mi cabello, al mismo tiempo que las luces encienden. Le sonrió, a Isaac, a todos. Porque juntos somos la mejor versión de nosotros, tan felices juntos.