El departamento tenía los muebles cubiertos con telas blancas, todavía había algunas cajas selladas en el suelo y otras abiertas esparcidas por ahí, alguna capa de polvo gruesa cubría los sitios que ya no utilizaban, ya ni siquiera había focos sino una lámpara en el centro de la sala de estar, justo debajo de una improvisada casa de campaña montada con más sábanas y sujeta al ventilador del techo.
Dentro de ella, Jungsoo abrazaba sus piernas mientras Minsoo las mantenía estiradas, un plato de frituras, dos botes de helado a medio comer y latas de alcohol en el centro indicaban que la idea de acampar no había sido tan loca.
CAP pasó las últimas tres horas escuchando todas las anécdotas que Jungsoo tenía para contar, supo que había tenido una pequeña granja de patos con unos amigos que comercializaron los huevos, la vez que se fue al extranjero para tomar una maestría y que fue amigo de un tal Odd de Noruega, que aprendió a tocar el saxofón y tal vez si se portaba bien le interpretaría su canción favorita, incluso le contó un poco de su vida en la milicia y los títulos que le otorgaron.
Jungsoo por su parte disfrutaba de la atención que estaba recibiendo, tener la mirada atenta de él y como hasta sus ojos sonreían; siempre lo hacían, era algo propio de tenerlos pequeños pero ahora con sus mejillas rosas por el alcohol lucía adorable.
Podría tomarle una foto pero estaba seguro que eso rompería con el ambiente que estaban teniendo.
-¿Sabes Minsoo? -Leeteuk tomó de su lata- No pensé que después de tanto tiempo sería tan cómodo estar contigo.
-¿Estar conmigo?- preguntó extrañado.
-Sí… ya sabes, tenía dudas serias sobre esto pero estoy tan feliz.
-Te dije que acampar aquí sería lo mismo que afuera -contestó tomando un par de frituras-, está solo, fúnebre y lleno de tierra.
-No tonto -contestó riéndose-, me refiero a ti como mi… tú sabes.
-Amigo tatuado de pelo largo -dijo sonriendo-, porque no, no tengo pircings pero no te lo quería decir. Algún día podría hacerme uno pero lo mío son los tatuajes.
-Nooo -sus mejillas adquirieron un tono rojizo-, no pensé que te volvería a llamar novio.
-¿Novio? -preguntó- No Teuk, no te confundas.
La pequeña risa nerviosa que soltó hizo que el nombrado parpadeara efusivamente.
-Nosotros sólo somos amigos -afirmó antes de beber hasta el fondo su cerveza.
-Oh… -susurró Jungsoo bajando la mirada- es que pensé que, por la forma en que haz actuado pensé que querías serlo ja, ja, pero olvidé que eras tú -talló sus ojos para tranquilizarse-, un jugador que siempre sabe qué carta poner para sacar provecho y me enoja que… que aunque sé todo de ti me haya vuelto a vulnerar.
Minsoo vio cómo se levantaba y salía de la casa de campaña.
-Hey Teuk -susurró estirando su mano para alcanzarlo sin éxito-, oye espera.
-Dame un momento, ¿sí? -preguntó caminando a la puerta principal.
-No puedes salir de aquí -susurró nervioso- sólo hay una llave y la tengo yo. Y me refiero al edificio, porque pues, está vacío, claro puedes andar por ahí o divertirte en elevador pero nada más.
-Yo pensé que ibas a decirme algo más importante -entonces Minsoo se maldijo- pero es bueno saberlo. Gracias.
Abrió la puerta para salir.
-Youngmin siempre dijo que lo tonto no es gripa, no se me iba a quitar -se susurró.
La habitación quedó en silencio.
Cubrió su rostro con ambas manos hasta que se sintió sus lágrimas entrando por los espacios de sus dedos, hiperventiló por lo asustado que estaba pero finalmente secó su cara, despeinó su cabello y optó por irlo a buscar.
Todavía no podía confesarse pero debía disculparse.
Por la falta de aseo del mismo departamento pudo apreciar las huellas de Leeteuk dirigirse al ascensor y una vez dentro puso especial atención a las teclas, encontrando el último piso con morusas de las frituras que estaban comiendo así que lo marcó.
El frío propio del sereno comenzaba a calar en la nariz de Leeteuk al tiempo que pequeños rayos de sol aparecían.
-Jungsoo… -escuchó tras de sí- Oye, creo que tienes que escucharme.
-Dije que quería estar solo.
-No es que no quiera una segunda parte pero… hay algo que me impide que sea ahora -se quedó de pie limitándose a apreciar su silueta que poco a poco era cubierta por la luz solar-. Créeme que todo lo que he hecho ha sido auténtico, esta vez no lo hice con alevosía y ventaja. Te lo prometo.
Leeteuk mordió sus labios hacia adentro.
-¿Una expiación? -preguntó girándose para verlo- ¿Necesitas una expiación para estar conmigo? Porque he pensado en esto CAP, en si es bueno o malo o dónde voy a terminar al final cuando… ya sabes, cuando hagas algo imprudente otra vez.
-Es, es por eso mismo por lo que ahora sólo quiero ser tu amigo.
-Ah -susurró molesto volviendo su mirada a la ciudad- ¿Por qué no puedes ser sincero conmigo? Si tienes a alguien más sólo dilo pero no me hagas esto.
-Por suerte no estoy lo suficientemente ebrio para decirlo.
-Sigues siendo el mismo -susurró Leeteuk riéndose casi al borde del llanto- y lo peor es que yo también, por eso sigo cayendo ante ti y te empiezo a odiar por eso.