-Te voy a extrañar -dijo Jongsuk conservando una foto enmarcada en sus manos -¿por qué decidiste mudarte?
Leeteuk se detuvo para acomodar sus ideas, ¿se estaba yendo porque Minsoo sabía dónde encontrarlo o por esa oportunidad laboral reciente?
Pasó saliva ansioso.
-Hay… una nueva oportunidad laboral muy lejos de aquí -contestó cerrando una caja más- pero te visitaré mucho, no creas que te vas a deshacer de mí.
-¿Qué empresa es? -preguntó reanudando los envoltorios a las cosas frágiles- Tiene que ser mucho mejor que en la que estás y esa es muy buena, hasta te dieron un auto.
-En la nueva me van a dar chofer -se rió- te prometo pasar a buscarte y llevarte a cenar en mi primera quincena.
-No quiero que te vayas.
Entonces Leeteuk se congeló por un momento.
-Me gusta mucho pasar tiempo contigo y si te vas me estás quitando mi musa también.
Jungsoo se giró encontrándolo con esa mueca de dolor en el rostro, provocando que esbozara media sonrisa triste.
-Múdate conmigo -afirmó.
-¿Qué?
-Múdate conmigo -repitió-, es un departamento más grande que aquí pero es de la empresa así que no tienes que preocuparte por la renta- caminó más animado hacia Jongsuk, quitándole de las manos lo que llevaba-, piénsalo, tendrás espacio para tu propio estudio de escritura y hasta tiene dos dormitorios, un ventanal enorme que da una vista impresionante y un elevador con musiquita. Anda, múdate conmigo.
Le tomó de la mano, acto seguido Jongsuk entrelazó sus dedos con los ajenos.
-¿Estás bromeando! Pero ¿pero por qué no lo dijiste antes? ¡acabo de pagar la renta!
-No importa yo te lo compenso -contestó sonriendo-. Quieren que sea Subsecretario de Calidad y Regulación, voy a tener a cinco departamentos a mi cargo, anímate ¡nos va a ir bien!
-¡Eso suena muy bien! -Jongsuk se abalanzó en un abrazo -¡Vámonos!
Ambos se reían de la emoción aún sin separarse hasta que el animó comenzó a disiparse poco a poco, provocando que Leeteuk se echara un poco para atrás permitiendo que Jongsuk pudiera ver su rostro tan cerca, tan…
Las pupilas de Jungsoo lucían brillantes, como si estuviera reteniendo lágrimas, bajó su mirada notando esos labios que temblaron al separarse y sin más se inclinó hasta poseerlos.
Por un momento le sorprendió la velocidad con la que Leeteuk le correspondía pero se limitó a soltar sus manos para llevarlas a su cadera, tomándola y acercándola hasta su pelvis. Por su parte, sentía cómo viajaban desde sus hombros hasta su rostro, luego a su cabello.
-Teuk, Teukie espera -Jongsuk giró su rostro para frenar sus deseos-, no, no estuvo bien, perdóname.
-No te preocupes -contestó llevando sus manos al borde de su playera-, que sea la Luna de Miel porque nos vamos a ir a vivir juntos.
Sus labios volvieron a unirse, las manos recorrieron sus pieles hasta despojarse de ropa y caer al sofá, el chasquido húmedo de los besos pronto se trasformaron en pequeños y tímidos gemidos o risas; esa noche había sido la primera vez que pasaban la barrera de amistad.