Unos días después Jungsoo comenzó con la mudanza, llevando primero muebles grandes en un camión que contrató junto a Jongsuk y al final pequeñas cajas con artículos valiosos como personales en el auto para mayor seguridad.
Tenía tres días antes de entregarlo y quería aprovecharlo al máximo, además de revisar con el mecánico cualquier desperfecto lo utilizó para visitar a sus amigos y contarles la nueva noticias sobre su empleo mejor pagado.
Camino al nuevo departamento se detuvo en un local de comida rápida, tal vez una hamburguesa y soda podrían ser buenos contando que no había comiendo más que el café de la mañana. Pero justo se estacionó sintió un pequeño vacío.
Volteó a la caja que aún cargaba con fotografías y libros, sorbió de su nariz tomando uno.
“Este era suyo.”
Vio la portada desgastada y metió sus dedos justo donde estaba la primera nota.
“Áster” Y un garabato de una lechuga con rostro y piernas.
-Áster -susurró-, había olvidado ese.
Susurró sonriendo recordando la primera vez que fue llamado por ese apodo; cambió de hoja a la siguiente nota.
-¿Por qué me llamaba así? -preguntó intentando recordar el origen de dicho apodo- Ah, la fiesta de disfraces.
Ni siquiera sabía si era de Halloween o no, pero sí que estaba estudiando la Universidad cuando uno de sus amigos lo invitó a esa fiesta y acudió con una botarga de lechuga para hacer juego con el resto de los chicos.
Recordaba que encontró a Minsoo desesperado buscando de un lado a otro a alguien y se ofreció a ayudarlo porque sabía mejor que nadie lo que es cuidar de los demás… tal vez si en esa fiesta se hubiera girado y dejado al chico con su problema nada de ese disturbio emocional lo hubiera atacado.
Mordió el filo de la uña de su pulgar.
-Pero no todo es malo -se susurró- bueno, la mitad fue malo.
Su celular comenzó a vibrar asustándolo, se apresuró a tomarlo y maldijo su mala suerte porque era él.
-¿Qué? -contestó.
-¿Interrumpo algo? -preguntó extrañado- Yo quería disculparme de nuevo por lo que pasó ese día en la azotea pero…
-No te preocupes -contestó-. He aprendido a disculparte fácil.
-Oh.
-Sí, pero el precio es estar molesto conmigo por hacértelo sencillo.
-Ah, pero…
-Antes que digas algo más, encontré un libro tuyo en mis cosas -vio el título-, pero no te digo porque te lo devolveré sino porque hay una nota en la que me llamas “Áster” y creo que nunca me dijiste por qué.
-¿Áster? -preguntó- Ah sí, es por dos cosas, la primera es que es más cool que “el chico lechuga”, áster hasta suena con estatus.
-¿Y la segunda?
-Porque Áster significa Estrella en griego.
-¿Griego? -preguntó extrañado y divertido- Gracias, supongo.
-Seguramente has escuchado esa anécdota de La Estrella de Belem que guió a las personas a Dios.
-No se les llama “anécdotas”.
-Bueno la has escuchado -se rió nervioso-. El caso es que en ese tiempo estaba muy enamorado de ti que pensé “él me lleva al paraíso” ¿sabes? A la tierra prometida dónde nada duele y nada te da miedo. Porque eso Áster te quedó bien, se usa para un tipo de lechuga y significa estrella.
-¿Por qué me dices esto ahora?
Estaba a punto de rendirse de nuevo.
-Porque lo acabas de preguntar -contestó-. Y no creí que lo recordarías.
-Bueno, gracias.
-¿Lo hice de nuevo? -se maldijo al encontrarse de nuevo llevando a Jungsoo a ese juego de estira y afloja- Perdón yo, no era mi intención sólo preguntaste y tampoco pensé en maquillar la respuesta.
-CAP, ¿tú qué sientes por mí? -puso el altavoz porque necesitaba recargarse un momento y relajarse sobre todo, lo que estaba por escuchar debería trazar la nueva ruta en su vida.
-Yo te amo -escuchó- pero en este momento no puedo estar contigo, aunque así lo desee y te jure que lo estaré no podré por eso… sólo quería pasar tiempo contigo antes de, ya sabes, irme.
-¿A dónde?
-Necesito trabajar mucho en mí, reflexioné y todavía hago cosas que te lastiman y lo peor es que no lo noto -se rió nervioso- y eso no es justo para ti ni para mí porque ahora también tengo resaca moral. Antes podría hacer lo que sea y tenía concha gruesa pero pasaron cosas y me di cuenta que también sor frágil; si me rompo te romperé, es lo que quiero decir.
-¿Crees que…?
-No lo sé -se apresuró-, no sé si tú estarás cuando todo esto acabe y me convierta en un hombre diferente.
-¿Quieres que esté ahí?
Minsoo guardó silenció intentando ordenar sus pensamientos, segundos en los que las manos de Leeteuk comenzaron a sudar.
-Quiero que estés toda mi maldita vida a mi lado.
-Ídem.