Finalmente llegó el miércoles, el día que Minsoo había elegido para comer juntos.
Pensó mucho en qué sitio sería bueno, buscó diferentes restaurantes pero no decidía entre mariscos o carnes así que tomó el consejo de Jongsuk y decidió preparar la comida por sí mismo.
Por suerte todos esos años viviendo solo le habían entrenado para ese momento.
Se puso el delantal y programó el temporizador, cuando menos esperó Jongsuk le avisó que se retiraba para que tuviera una buena cena pero que no olvidara avisarle si necesitaba algo o cuando fuera a dormirse.
Salió un poco incómodo porque sentía que tenía algo especial con Leeteuk pero finalmente lo que pasó la otra noche pudo haber sido deseo ya que no lo volvió a mencionar. ¡Además! Si quería tener una relación de menos estable, dejaría que fluyera justo como lo había hecho hasta ese momento.
Minsoo por su parte, miraba el guardarropa sin saber qué debería ponerse.
-Es una cena de despedida con tu mejor amigo -dijo Changjo antes de beber de su taza de café- ponte algo formal.
-Pero no tan formal -objetó Niel-, porque él no sabe, ¿cierto?
-No -contestó nervioso-. Estoy pensando en cómo decirlo sin que se preste a malas interpretaciones, es decir, vamos a cenar y ya antes pensó que me iba a declarar así que eso me pone más tenso.
-Yah -susurró Changjo- ¿Qué tal si hay un silencio y tú dices: tengo que confesarte algo” pero no es amor sino “el viernes me enlistaré”?
-Debiste haberlo dicho antes.
Niel se limitó a caminar al guardarropa para sacar algunas camisas colgadas y verlas sobrepuestas en Minsoo.
-Ponte esto -le entregó una bicolor blanco y negro-, busca un pantalón oscuro ¿y en dónde dejaste la gabardina de la cena de navidad? Eso se te veía bien.
-Una gabardina dice “esto es formal pero también casual”, opino lo mismo pero no puedes llevar gorra.
Instintivamente Minsoo se tocó el cabello ahora corto.
-Antes te ha visto con el pelo así, ¿no? -preguntó Niel- Así que no tienes que estar preocupado por eso.
-Si te quedas a dormir con él, nosotros estaremos bien.
Volteó a ver a Changjo que sólo sonrió entre incómodo y divertido.
-Porque tal vez necesites estar con él -se apresuró a decir-, o sea, tienes que explicarle muuuchas cosas.
-No estoy diciendo que no pero no me lo esperé -contestó tomando la gabardina que había encontrado Niel-, de todos modos les avisaré si regreso hoy o no.
-Tú cámbiate -Niel le tomó de los hombros hasta empujarlo al cuarto de baño-, péinate y ve a cenar algo rico, nosotros estaremos bien.
-Nos tomamos la libertad de comprarte un presente, está en la barra del comedor -dijo Changjo saliendo de la habitación del mayor-. Mis mejores deseos, Minsoo.
Pronto estuvo de pie frente al dichoso obsequio que no era otra cosa que una botella de champagne.
-Creo que esto es muy comprometedor -dijo mirando la marca-, esto lleva una cena casual al romanticismo y la incomodidad de tener que decirle “me voy a enlistar” se va hasta el cielo.
-Bueno si yo fuera tú le diría -tanto Niel como Minsoo miraron atento a Changjo-, ¿por qué me miran así? -se rió incómodo- Iba a decir algo pero se me olvidó por su culpa.
-Ah~ -susurró Minsoo derrotado-, se me ocurrirá algo -tomó la bolsa con la botella de champagne dentro-, gracias por sus consejos, espero hacerlo bien.
Finalmente había aparcado en el estacionamiento del nuevo edificio de Leeteuk, pero sus piernas no respondían a la orden “baja del auto”. Incluso comenzó a sentirse tan mareado que optó por reclinar el asiento y abrir la ventana.
Sin embargo acababa de cerrar los ojos cuando su teléfono anuncio una llamada.
-Habla Minsoo -contestó de inmediato.
-Oh, soy yo -presionó los ojos sintiendo un nudo en la garganta-. Sólo quería avisarte que me llames cuando estés abajo porque el guardia no deja pasar a los que no tienen el gafete, para bajar por ti.
-Ah -susurró sorprendido-, llegaré en… diez minutos -miró el reloj en su muñeca-, tal vez quince, dependiendo del tráfico.
-Está bien -dijo Leeteuk-, sólo avísame para no hacerte esperar.
-Yo te aviso -retiró el teléfono de su oído y por inercia finalizó la llamada.
Vio la hora en el mismo antes de que se bloqueara suspirando, tenía unos minutos para buscar la manera menos violenta de confesar su ingreso al servicio militar sin que le haga pensar que será una confesión de amor y tenía que encontrarla pronto.
-No hay manera -se contestó quitándose el cinturón de seguridad-, haz esto rápido y si se enoja tendrás como tres años para pensar en una buena disculpa.
Salió del auto con el presente en sus manos, le colocó la alarma y envió el mensaje notificándole que estaba aparcando.
Recargó su pelvis en la puerta; esperaría a que saliera para acercarse. Pasarían al menos cinco minutos cuando lo encontró buscándolo por el estacionamiento y antes de que lo ubicara decidió que había llegado el momento.
Leeteuk notó un hombre caminando y tras agudizar la mirada lo identificó, salió presuroso para alcanzarlo.
-Hola -le esperó a medio camino saludándolo cuando lo alcanzó, así ambos sincronizaron sus pasos-, ahora este es mi hogar.
Apunto al enorme edificio que se alzaba frente a ellos.
-Se ve lujoso -contestó-, pero es obvio, estás en Gangnam.
-Bueno, aquí tienes tu humilde mansión -dijo riéndose entrando al lobby-, viene conmigo -se dirigió al guardia-, su nombre es Bang Minsoo hoy por la mañana lo registré como personal autorizado para visitarme.
El policía asintió e indicó que entrara.
CAP agradeció haber elegido un estilo casual semi elegante porque de otro modo se hubiese sentido fuera de lugar.
-Es por aquí -dijo Leeteuk esperando el elevador-, las escaleras están por allá pero no creo que quieras subir veinticinco pisos.
-Tal vez no hoy -contestó riendo-, es mucho más grande que el anterior.
Las puertas se abrieron dejando ver el suelo tapizado de alfombra.
-Vamos -Jungsoo entró-, también tiene música.
Presionó su piso y acto seguido comenzaron a subir.
La musiquita propia comenzó a sonar, inesperadamente creó una atmosfera tensa.
Jungsoo movía sus pies incómodo a la vez que Minsoo miraba el interior.
-El clima de hoy fue bueno -dijo Leeteuk afinando su garganta.
-¿Eh? Oh, sí, fue cómodo -contestó.
Jungsoo asintió lentamente.
-¿Cómo estuvo tu día?
-¿Qué hiciste hoy?
Ambos preguntaron al unísono.
-No -susurró Minsoo-, perdón, tú primero.
Jungsoo se rió nervioso.
-¿Qué hiciste hoy? -preguntó de nuevo.
-Estuve en casa -respondió-, limpié un poco y saqué prendas que ya no usaba para que Niel las venda de segunda mano.
-OH, en esa tienda.
-No, por internet -le corrigió-, con sus amigos: Taemin, los gemelos y él tienen una tienda de ropa de segunda mano; les va bien.
-Ah –“los gemelos”-, emprendedores.
-A veces las donan a hogares de caridad o a homeless.
-Eso es bueno.
Las cejas de Minsoo se alzaron mirándolo con incertidumbre.
-¿Estás molesto? -preguntó- ¿Dije algo que te molestó?
-No, no -sacudió sus manos en un fuerte ademán-, estoy bien.
-¿Seguro? Porque va a ser muy incómodo que cenemos así.
-Bueno es que -susurró mirándolo por dos segundos-, no quiero ser ¿obstinado? Pero mencionaste a los gemelos y tú sabes…
-Oh -susurró- Te lo dije antes ¿no? Era amigo de Youngmin pero pasaron cosas y preferí dejar de buscarlo, sin embargo no lo puedo sacar completamente de mi día porque va a la casa, Niel y ellos siguen siendo amigos y ven anime, cocinan y en general tienen proyectos juntos.
-Pero él es tu ex, ¿no?
-No lo sé porque nunca terminamos formalmente -confesó-, justo ahora podríamos seguir siendo novios y ninguno de los dos le da la importancia ni compromiso que requiere. Te dije que decidí dejar de buscarlo.
-¿Cómo pasó eso? ¿Cómo descuidas tanto a alguien para ni siquiera tener que romper formalmente?
Minsoo desvió la mirada intentando recordarlo.
-Bueno… -susurró- Él es… ¿cómo decirlo…? Tú sabes que hay gente que es buena leyendo el cuerpo de los demás, ¿verdad? -espero a que Leeteuk asintiera-, Youngmin lo sabía y lo hacía tan bien que cuando lo visitaba no necesitaba decir nada porque me veía y listo. Nunca pude tener un secreto con él, ni siquiera “te compré algo” porque de inmediato se daba cuenta. Eso comenzó a desanimarme pues ni podía tener una conversación en dónde no me sintiera a medias, él completaba mis oraciones pero no porque conectáramos sino porque se adelantaba a mí.
Hizo una pausa para recordar bien ese momento que tomó como “ruptura”.
-Ni siquiera necesité decirle “esto no está funcionando” porque lo supo cuando me vio y lo aceptó, no ocupamos hablarlo fue un acuerdo tácito por eso dije que no rompimos formalmente con el protocolo habitual.
-¿Eso te hacía feliz? -preguntó un poco incómodo y molesto.
-Al inicio sí -confesó-. Porque me gustaba desafiarlo, pensar algo y ocultarlo de él, pero pronto me interpretó tan bien que era transparente. Sólo peleamos una vez y recuerdo haberle dicho “te crees intocable por tener esos ojos pero yo también puedo ver lo asustado que estás cuando alguien nuevo aparece. No tardas en levantar un muro para protegerte y así nadie puede conocerte. Te vas a quedar solo y es triste porque no estás listo para mostrarte tal cual eres” y esas cosas.
-¿Y qué dijo?
-Nada -contestó riendo-, nada de nada. Silencio absoluto pero una mirada cargada de todo. Recuerdo que dije “estoy cansado de esta mierda”, me levanté y lo dejé solo. Luego le conté a Niel porque la verdad no quería que lo llevara a casa, ni a Kwangmin, a ninguno de los dos por el asunto de ser idénticos ja, ja, y me enteré que Youngmin ¡ni siquiera tenía sentimientos de duelo! Me enojé tanto que me obligué a sepultar todo lo que sentí alguna vez por él.
-Si sabes que eso no funciona, ¿verdad?
-Yo hablé mucho de él con los chicos hasta que lo saqué por completo y me di cuenta de algo curioso -el elevador finalmente se detuvo-. Yo entré completamente a él porque me descifró pero él no entró a mí. Lo idealicé pero eso se va con el tiempo y nunca me dejó saber su comida favorita o si prefiere el frío. Él al final del día era un desconocido.
-Ya veo -susurró saliendo e indicándole el camino-. Con ese contexto tiene sentido una ruptura informal.
-Inmediatamente después de que dejé de buscarlo consiguió novia y lo de caballeros, le deseé lo mejor. Él con novia es más fácil de sobrellevar así que cada quién siguió su vida hasta ahora.
-Entonces ¿no se han visto en este tiempo? -preguntó sólo para confirmar.
-Así es -afirmó-, va a casa pero he estado ocupado fuera que por fortuna o desgracia no hemos coincidido y la verdad es que Niel tampoco me ha dicho que me mencione.
-Eso de alguna manera me deja más tranquilo -susurró Jungsoo abriendo la puerta de su departamento-, ahora sí te puedo dejar entrar.
-¿Y qué hay de ti? -preguntó reconociendo algunos muebles del anterior- ¿Historias de ex que quieras compartirme? -sin embargo también ubicó cosas del departamento del piso inferior -¿Vives con alguien más?
-Siéntate en un momento serviré la cena.
Vio la mesa con la loza puesta así que caminó hasta tomar asiento.
-Es más grande que el anterior -dijo viendo el ahora inmenso ventanal que le daba una vista espectacular de la ciudad.
La cena comenzó con tranquilidad; Leeteuk había obtenido un término medio delicioso y los acompañamientos le hacían justicia al plato fuerte. Esta vez no hubo silencios incómodos sino anécdotas del trabajo que terminaron por sacarles risas a ambos.
-Deja te sirvo más vino -Leeteuk se puso de pie para ir por la botella y ahí se dio cuenta que no le había entregado el presente.
-Perdóname pero olvidé que traía un obsequio -dijo Minsoo intentando recordar en dónde lo había dejado que al pasar la mirada por la habitación lo encontró encima de la chimenea -. Espero que no sea demasiado pero traje champagne.
-¿Por qué sería demasiado? -entonces Jungsoo tomó un par de copas nuevas.
-Siento que el champagne es demasiado… ya sabes, comprometedor, pero los chicos pensaron que era buena idea -tomó la botella para llevársela a Leeteuk-, ¿tienes descorchador?
-Sí, no te preocupes -la tomó admirando el nombre- Podemos beber una copa y dejemos el resto para después.
-Puedes beberlo con quién gustes, no tengo que ser yo -vio como Leeteuk la descorchaba sin necesidad del saca-corcho.
-Huele muy bien -se apresuró a servir aprovechando la espuma que salía.
-Hay algo que quiero decirte -dijo Minsoo en automático al ver las copas servidas, ganándose la mirada curiosa de Leeteuk.
-Antes diré algo yo -le tendió una-, hagamos un brindis -propuso-. Por esta cena, por tu desdichada relación con el gemelo, por mi nuevo trabajo y porque espero que el tuyo también vaya bien.
-Muchas gracias -susurró sonriendo.
-Porque si te va bien podrás seguir dándome regalos costosos -ambos se rieron mientras tronaban copas-, y por nosotros, CAP, porque quiero que volvamos a ser amigos, ¿sabes?
-Seamos amigos, entonces -alzó su copa antes de beber un poco.
-Esa mañana en la azotea tú dijiste que sólo querías se mi amigo y… estar contigo es tan embriagante que haces que olvide a los demás. Lo que quiero decir es que me mudé con Jongsuk y la esperanza de poder volver a experimentar amor y felicidad pero estás tú aquí.
-Hazlo -dijo firme-, enamórate de él.
-Lo dices como, me haces sentir que soy el único que guarda fidelidad a lo que tuvimos.
Entonces Minsoo se rió nervioso.
-No, no, déjame recordarte que, que mañana no estaré aquí pero él sí y es muy egoísta que te pida fidelidad cuando yo no puedo -mordió sus labios por un segundo para no decirlo-, estar físicamente contigo.
-Sí, olvidé lo de tu viaje -susurró Leeteuk dejando la copa en la barra.
-Exacto -afirmó- y ¡que ya diste el paso! -a decir verdad se le estaban acabando las ideas pero notó la maquina de escribir de ese sujeto en la sala de estar- Ya te mudaste con él y ¿qué clase de persona sería yo si te hiciera elegir entre él y yo? Lo que quiero decir es que… yo siempre, siempre voy a estar contigo.
-Mmm -susurró delineando el contorno de la copa.
-Nunca fuiste un chico cualquiera -confesó llamando su atención- eres lo más bonito que tuve hace cinco o seis años y estoy tan feliz de haber podido pasar por todo esto para alcanzar una cima como esta.
-¿Tú sientes que “esta cima” es una especie de final?
La quijada de Minsoo cayó un poco, pero se recompuso de inmediato.
-Una pausa suena mejor.
-Una pausa es un tipo de final -contestó para beber hasta el fondo- y no sé si quiero que te vayas porque estos días contigo me llevaron a un pasado que no quiero perder.
Minsoo dejó su copa para ir a la cocina hasta tomar la mano de Leeteuk.
-Pero Teuk -susurró tomando su mejilla- si te aferras al pasado ¿con qué manos vas a recibir el futuro? Ahora tienes un compañero de piso y tú mismo lo dijiste, la esperanza de volver a sentir todo.
-¿Por qué siento que te estás despidiendo? -preguntó dejando caer un par de lágrimas.
-Porque lo estoy haciendo -susurró estirando su mano, limpiando una de sus mejillas -, pero antes de irme quería hacer todos esos nuevos recuerdos y decirte una vez más, que te amo.
Leeteuk ladeó su rostro para aumentar el tacto.
-No quiero que te vayas -susurró conteniéndose -¿Por qué eres así? Siempre me llevas al cielo y luego me dejas caer como si no te importara nada.
No supo qué decir, se limitó a soltar un fuerte suspiro que le cobró un par de lágrimas también.
Y pensó que ese sería un buen momento para retirarse, recuperó su mano de la mejilla y mano de Jungsoo, le sonrió de nuevo e iba a girarse pero no lo consiguió.
-Quédate esta noche -dijo sorbiendo de su nariz-. Regálame tu compañía esta noche y mañana estaré bien si te vas.
-¿Lo prometes?
Leeteuk salió del torbellino de emociones que le provocaba aceptar esa despedida pero se limitó a asentir.
-Entonces me quedaré contigo esta noche.
-Le avisaré a Jongsuk que estoy por dormirme -sorbió de su nariz al tiempo que limpiaba su rostro-, para que descanse de una vez o no me esté esperando despierto.
-Yo también le avisaré a los chicos -susurró girándose para tomar su teléfono.
Luego de que ambos recibieran las respuestas a sus respectivos mensajes tomaron un receso del otro; Minsoo se quedó a levantar la mesa mientras Jungsoo estaba en el baño, preparándose para dormir.
-Pero -susurró Jungsoo al verlo lavando la loza-, no tienes que hacer eso, mañana limpiaré todo.
-No pasa nada -contestó sin dejar de hacerlo-, hago esto todo el tiempo.
Leeteuk sonrió menos tenso.
-Entonces iré a preparar el dormitorio, tengo dos cobijas para que estés cómodo y una pijama limpia que puedes usar.
-Nada más no pongas el humito porque no quiero dormirme tan pronto.
-¡Entendido! -gritó desde la habitación principal y que aún no compartía con Jongsuk.
Tan pronto como Minsoo terminó incluso de usar el baño y lavar su rostro se encontraba caminando a la habitación de Leeteuk, sintiendo un ligero temblor en sus piernas y sin poder parar toda la emoción que eso le volvía a despertar.
Tomó la perilla de la puerta sintiendo el frío de la misma, intentando relajarse.
Dejó salir todo el aire de sus pulmones a la vez que la giraba.
Encontró dos cobijas pulcramente dobladas sobre la cama y en una, la pijama que había mencionado.
-Iré por un poco de agua para que puedas cambiarte de ropa, si estás más cómodo, cierra la puerta también, yo esperaré a que me indiques para entrar.
Ni siquiera pudo objetar nada porque lo dejó solo.
Inhaló todo lo que sus pulmones le permitieron antes de entrar por completo hasta estar frente a la pijama doblada, la tomó en sus manos sintiendo la suavidad de la tela que desprendía el aroma floral, tal vez. Sin más se apresuró a cambiarse de ropa, dejando la suya doblada en una de las mesas de noche.
-Está bien, puedes pasar ahora.
-¿Ya no sales? -escuchó desde la sala de estar -Para apagar la luz.
-No, ya estoy bien.
Tras unos minutos Leeteuk entró con pijama también.
-¿Sigues durmiendo del lado izquierdo? -le preguntó.
-Sí -contestó Minsoo riéndose-, todavía.
-Vamos, durmamos de una vez porque mañana es día de trabajo y no quiero hacer que llegues tarde por tener que salir de Gangnam.
Minsoo se rió y al segundo siguiente ambos estaban mirando el mismo techo.
-No pude evitar notar que tienes tatuajes en el pecho -dijo Leeteuk- ¡Lo vi por encima de tu camisa!
Minsoo intentó mirarlos esbozando una mueca extrañamente divertida.
Y la risa de Leeteuk hizo que la tensión desapareciera.
-Me tatué tanto sin darme cuenta -contestó levantando la manga de la pijama para mostrarle su brazo-, tuve que parar porque alguien dijo que los empresarios confían en otros empresarios que están dentro del estándar.
-Eso es tonto.
-Así que tengo que usar manga larga y telas gruesas cuando trabajo.
-¿Puedo verlos? -preguntó sentándose- Los tatuajes.
-Claro -contestó irguiéndose-, puedes tocarlos, no tengo problemas contigo.
Leeteuk asintió; puso especial atención cuando Minsoo le explicaba los significados o historias de cada uno.
-Escuché que los tatuajes en las manos son dolorosos –dijo tomándole una-. Y tienes en las dos.
-Te digo que cuando menos esperé estaba lleno de tinta –extendió los dedos para mostrarle mejor-. Y también tengo en el pecho -se palpó- tal vez puedas verlos si tiro un poco de aquí.
Jaló el cuello de la camisa hacia abajo al tiempo que levantaba la barbilla, y esa línea en su quijada combinaba bastante bien con las clavículas. El tono de piel ahora pálido resaltaba los colores de la tinta tan bien, que sin pensarlo Leeteuk estiró su mano para tocarlos.
Instintivamente se retiró la playera.
-Los del cuello fueron dolorosos -dijo.
Jungsoo pasó saliva estirando su mano para tentarlos.
-Se siente caliente -susurró acariciando su piel.
Minsoo sintió ese tacto tan traicionero, pero no quiso detenerlo, dejó que su mano tomara posesión de su pecho al ritmo que Leeteuk impusiera. Hasta que accidentalmente rozó su pecho y un corto gemido salió de sus labios. Sólo ahí Jungsoo cayó en cuenta de lo que estaba pasando.
-Yo…
-Tócame -ordenó e inmediatamente Jungsoo reclamó un beso que CAP no negó, sino que pasó su mano tras la nuca contraria para atraerlo a su boca.
El sonido húmedo del mismo disparó la sangre en ambos al punto que torpemente Jungsoo se retiró la camisa tomando el control de la situación al sentarse sobre la pelvis de Minsoo. Sus manos se aferraron al borde del pantalón introduciéndose dentro del mismo buscando retirarlo a la brevedad.
-CAP -susurró sobre sus labios tomándolo de las mejillas-. Házmelo.
No necesitó repetirlo.
Esa noche ambos tocaron la piel del otro con tanto deseo que dejaron los caminos de sus uñas sin temores; soltaron sus gargantas para entregarse mutuamente, dijeron y escucharon aquello que habían estado esperando oír, culminando en una corriente eléctrica que finalizó en un abrazo tan fuerte como la sensación en sí.
Sus frentes y pechos yacían perlados de sudor mientras buscaban nivelar sus respiraciones.
La vista que Minsoo estaba recibiendo, viendo cómo algunos mechones húmedos se despegaban de su frente, esos ojos comprimidos y la boca presionándose disfrutando el post orgasmo, hasta que sintió destensar sus piernas a los lados de su cadera.
-No quiero que te vayas -susurró Jungsoo apretando su esfínter sobre el cuerpo contrario-, quiero tenerte siempre.
Minsoo estiró su mano para retirar el sudor de su rostro y sonreírle.
-Yo siempre voy a estar contigo -afirmó tomando su mano que aún estaba en su pecho para dejar un corto beso -. Te lo juro.
Leeteuk se inclinó lo suficiente para poder tomar los labios ajenos y sellar la promesa con un beso lento.
-Ojalá esta noche durara para siempre -susurró.
-Durará lo que querramos que dure.
El primero en caer en brazos de Morfeo fue abrazado por el otro, compartiendo no sólo cobijas sino la sensación de plenitud que se estaban entregando. Sin embargo dos horas más tarde Minsoo abrió los ojos, cuidó minuciosamente de salir de la cama, se cambió de ropa dejando doblada las partes del pijama que encontró con una nota rápida.
Quiso acercarse y besarle la frente pero eso lo podría despertar por lo que salió con cuidado, cerrando la puerta de la habitación principal.
Ni siquiera había rastros del sol cuando el despertador de Leeteuk comenzó a sonar.
El aroma del perfume de Minsoo le llenó los sentidos así que lo inhaló tanto como pudo para finalmente abrir los ojos; encontrando una habitación vacía.
-CAP? -preguntó buscando su ropa pero chasqueó su lengua al ver la pijama doblada.
Salió de la cama yendo directo ella, descubriendo una pequeña nota, la misma que tomó.
“Te la devolveré limpia.”
Una inexplicable lágrima corrió por su mejilla.
-¿Devolverla? -preguntó sonriéndole al papel- Entonces es una promesa de que volverás.