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Ella y su mundo. por Rather be

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Notas del capitulo:

Cuidado que pica!

Conocí psicópatas, drogados. un sin fin de basura, pero lo que vi esa noche.El domingo, me recordó aquella sensación de miedo-terror y náuseas que hace años dormía en mi. Tengo que admitir que por un momento flaquee sobre que hacer, mis ansias de curiosidad eran vastas pero me prefería con vida y lejos de estas personas. 

 Virginia demasiado inteligente no dudo en bajarme los pies al suelo, no porque le convenia sino porque esta gente no dudaría en volarme la cabeza ante un movimiento en falso. Luego de sus palabras, pellizque mi brazo y permanecí atenta a todo, tanto que hizo correr mi sangre de nuevo. Me sentia viva de nuevo. Tenia y transpiraba miedo. pero hace años no me sentia tan extasiada.

Todo esa fachada de buena mucama que había creado para conseguir el empleo se derrumbó aquella noche. Y ante el error de Isabel reaccione, sí. Asesine por ella. Fingí un estado de shock, mientras pensaba en que hacer luego de esto. Mi plan era simple, conseguir su confianza y robar el dinero. Estas hermanas tenian dinero. Sólo debia buscar en el lugar correcto. Luego escaparía… 

Sin embargo, escaparme ya no era una opción, ¿fingir demencia, o continuar con el plan? Luego de pensarlo, mi plan seguía en pie, aunque ahora se complicaba un poco más. 

Habia descubierto algo qué no estaba ahi antes. Estas hermanas eran peligrosas. 

Virginia es volátil, además  no confía en mí al cien por ciento aun. Isabel aún menos, aunque no me limitaré a sacar conclusiones precipitadas. Tenía que empezar a mover los hilos. Primero debía recolectar información suficiente para "encargarme" del anfitrión. Un tipo cruel y calculador... que prácticamente espero ver como sus hijos se mataban.  Que los llevó a la locura y a una pelea en donde sólo uno quedaría en pie. No debía ser fácil, pero como todo imbécil tendrá alguna debilidad. y algo me dice que era Isabel o Virginia sino entonces ¿por que dejaria que Isabel y Virginia ambas quedaran en pie?. Algo no cuadra. 

 Tratare de mantener mi postura de pobre niña inocente, y asustadiza y sobre todo una buena lesbiana. Ya sea para satisfacer el apetito sexual de Virginia o proteger a la débil Isabel de sí misma, con suaves susurros y caricias.  

Debía mantener la cabeza fría, y recordar que esto lo hacía por el dinero... el dinero de estas trastornadas me harían rica... no caeré de nuevo, no viviré esa locura de nuevo, JAMÁS. 

 

Virginia, lentamente me adentro en su habitación, y luego a su cama. No decía mucho, es más los primeros segundos ninguna de las dos dijo nada. sólo eran nuestras miradas, nuestros cuerpos, y nuestros gemidos tratando de ahogarlos en los labios de la una a la otra. No lo esperaba, pero en el fondo sabía qué nada de esto sería diferente. 

Virginia pasa su brazo sobre mi pecho y me obliga a darme la vuelta para mirarla. Ambas estábamos boca arriba sobre la cama una al lado de la otra. Su cuerpo estaba desnudo y pude sentir como me miraba, analizandome ¿quizás? Permaneciamos en silencio. Aunque la tensión no me dejaba respirar demasiado. 

O será ese perfume tan dulce que tenía que le quedaba perfecto en su piel... era como si me llamara. como si estuviera provocandome. Y ella lo sabía. ella desviaba la mirada de mis labios, sus dedos rozaron mi mejilla. 

-esta bien, comenzaré yo entonces- dice. Mientras su cuerpo se posiciona sobre mi. Yo permanecí en silencio sin desviar mi mirada de su rostro. Si quería jugar con mi cuerpo, la dejaría después de todo, con Isabel... no era tiempo. 

Virginia me quitó todo, desnuda ante sus ojos y tacto, me relaje. Cerré mis ojos, solo dejé que se divirtiera. 

Sin embargo, no me tocó. Se sentó sobre sus rodillas con las piernas juntas y encendió un cigarrillo.    

-Paula dime...¿cómo te hiciste estas cicatrices?- preguntó Virginia, mientras inutilmente permaneci indiferente a la pregunta. Sin embargo Virginia no era de las qué se conformaba con el silencio.

- No quiero hablar de eso- susurre. Virginia suspiro, se acostó de nuevo a mi lado, y apoyo su cabeza en su antebrazo derecho. Mirándome, sus cabellos caían sobre sus pechos y su rostro se mantenía sin expresión alguna. 

-Esta cicatriz tiene… no sé… unos veintitantos años. ¿No es así? Cuando tenías unos 5 años, unos borrachos empezaron un pleito con tu hermano, unos estaban armados con navajas, y otros con botellas de vidrios. Fue rápido, dio varias puñaladas al muchacho, frente a su familia. Luego en un intento de mantener a la familia alejada, lanzaron varios botellazos, los trozos de vidrio se le incrusto a una pequeña niña entre los familiares pero no la mató de milagro. 

-Esta de aquí- señalando una cicatriz en mi hombro que llegaba hasta la mitad de la espalda- fue en el cabaret donde estabas, un cliente drogado y celoso ingresó buscando a una de las chicas a machetazos. Es una cicatriz muy grande...  unos 20 puntos imagino.- dice aun acariciándolo -tengo que admitirlo siento envidia de aquella chica qué defendiste…- Virginia sigue observando mi cuerpo. -Aunque esperaba tatuajes. Has hecho un buen trabajo... manteniendo tu piel limpia…- me besa la mejilla. 

Quede sorprendida, trato de sentarme en la cama. Ella me sujeta del antebrazo.

-Ay Paula…creías que eras la unica qué oculta secretos en está casa? Aunque me sorprendió que aparecieras con tu nombre verdadero. Debió ser muy duro mantener esa fachada de chica buena y sumisa… apuesto a que por las noches piensan en nuestro dinero. en que lo gastaras, en dónde te esconderías luego de esto verdad?- dice mientras enciende otro cigarrillo.

 -Te lo diré ahora para ahorrarte las molestias. Conseguirás todo el dinero que imaginas- abrí mis ojos- Si así es, te lo daré- dice Virginia- Comenzaras una nueva vida, lejos. yo misma pagaré todo. Pero primero debes ensuciarte las manos…deberas asesinar al bastardo de mi padre…Simple!

-Creeme…sin trucos, te firmaremos los cheques, haremos documentos y pasaportes nuevos, estos-dice mostrándome los que se suponía tenía en mi cartera- no están mal, pero podemos hacerlos mejor. Recuerda tenemos poder, dinero, pero no somos estúpidas. Anoche me lo confirmaste. Eres como nosotras… tienes las manos manchadas de sangre. eres fría… y lo mejor de todo… Anoche estuviste de nuestro lado. No dudaste, tu postura fue firme digna de una asesina a sangre fría. Y te lo agradezco porque de no haberlo hecho, yo misma te hubiera asesinado. Espere a qué actuaras a favor de Isa, por una pizca de segundo no te asesine. Me hiciste perder dinero anoche,con Isabel habíamos apostado. Ella sabía qué lo harías, de hecho varias veces me lo recalco... ella vio algo en ti. 

Ah. De nuevo me hierve la sangre!....Bien…No tienes que fingir más, ya hemos terminado, vístete y vete- dice mientras me suelta ella permanece en la cama, y apoya su espalda en el respaldar. mientras sonríe. 

Me quedé inmovil y atónita… ¡Estaba sorprendida y enojada!

La miro a los ojos, y digo lo siguiente:

-No lo haré, no me iré. No así…Mira!- le mostré como estaba mojada mi vagina. -de nada me sirve mantenerme con esta farsa es verdad. Pero tu manera de hablar, tus manos, todo tu maldito cuerpo. -dije acercándome a  su cuerpo, mis piernas rodeaban su cintura, mi vagina sobre su abdomen, y mis pechos a su merced. -Me excita.

Ella sonrie, sin quitar el cigarrillo de sus labios.

-Mañana hablaremos de mis condiciones, pero no crees que ya que seré tu perro guardián, de ahora en adelante no podría por esta noche divertirme?.

Virginia apenas acerca su rostro a mis pechos y los lame y los muerde… sus ojos, habían cambiado… lo podía ver.

-Esta bien, pero no te tocaré. Harás lo que yo diga que hagas. ¿Sabes qué es lo que tienes que hacer no es así? Soy y seré tu dueña ahora. 

-espera que?- pregunte sorprendida. Ella me tomó del pelo y me levanto el rostro al techo. 

-si no son gemidos los que salen de tus labios, permanecerás en silencio. 

-Ahora bien, colocaras tu cola justo frente a mi rostro. Vamos- dice-bien, ahora masturbate, sabes como hacerlo no es asi? lento acariciaras tu vagina, tu clítoris...si eso es y...-

-ah.. ah... lo sé... meteré mis dedos- dije ocultando mi rostro sonrojado.-Ah! que estas haciendo?- pregunté al sentir como lamia mis dedos mientras los ingresaba en mi vagina. Lamía con desesperación, y de momento con delicadeza, sin embargo no pude tapar mis gemidos, cuando metió un dedo en mi trasero. Ella sonrió al verme mover en su dedo. 

-ah... ah creo que...ah- susurre mientras me movia aun mas fuerte. Ella con su otra mano me ayudó a masturbarme. Se levantó, pero sin sacar sus dedos del lugar, su pelvis… estaba apoyada en mi trasero , mientras sentía como con maestría era doblemente penetrada por Virginia, fue excelente. fue maravilloso, ya que pude sentir sus gemidos, leves y reprimidos pero... estaban ahí y me sentí tontamente feliz. 

 

Virginia me sujeto tan fuerte de las muñecas qué me dejo marcas, mi cuerpo dolia, y de sólo recordarlo se me erizaba la piel. 

No dije nada al respecto porque en el fondo me excito de sobremanera verla tener el control… el dolor y la pasión se entremezclaron tan bien, qué no me importo quedar de cabeza mientras ella me comía. porque ambas lo queríamos, lo necesitábamos. 

cuando creía qué se terminaba, me movía cual títere a su antojo. sus manos firmes y fuertes me hicieron gemir bastante esa noche. Sus ojos con su mirada penetrante y fanfarrona, me provocaba involuntariamente qué me lamiera los labios y qué mis pezones se endurecieron. 

Sí, hacía años qué no sentía eso. 

Y le permití qué hiciera lo qué quisiera conmigo.  No me importaba Isabel, no me importaba qué fuese una asesina. No me importaba qué supiera quien soy. Ni qué hago y debo hacer…Sólo quería que no parara. Y qué por un momento ella y yo… fuéramos lo único que importaba. 

Me tenía con las piernas abiertas, las manos detrás de la espalda, y ella sentada en mi estomago. Encendió un cigarrillo. y mientras el humo inundaba la habitación. ella se sonreía. Esa sonrisa burlona. y sus ojos sin brillo, me helaron la sangre. 

ella me miraba los pechos, con su cigarrillo aún en la boca. con su mano izquierda removió sus cabellos dorados de su rostro. 

-bien!... como has sido muy obediente, recibirás tu recompensa. - dice luego de qué la puerta se abriera dejando ingresar a una Isabel totalmente alcoholizada y con una lencería mínima, desde donde salia un pene de color morado.  

-ven aquí- susurra Virginia, Isabel sonrojada y con su mirada entrecerrada, se lanza a la cama, donde estábamos ambas. Trate de moverme para alejarme, pero Virginia me sujeto, abrió mis piernas y le indico a Isabel donde tenia qué lamer, Isabel parecía no ser ella…cómo podria,

No dijo nada, sólo sus labios rojos y una sonrisa radiante, pude ver en su rostro angelical…deseo!...  Está no podía ser Isabel, lo esperaba de Virginia, pero no podía creerlo.

 

-Sí continuas haciendo ruido, despertaras a Vicky…-Virginia me cubrió la boca, con sus labios, sus lengua con inmensa maestría me dejaba sin aliento…  mientras Isabel comenzó a penetrarme con sus dedos… Dioses!, senti una explosion orgasmica qué jamas me imagine. mi espalda se arqueo y mis manos se sujetaron a las sábanas. Mis gemidos se volvieron violentos y ruidosos como ambas mujeres sobre mi cuerpo. 

Sí estas mujeres querían convencerme de que matara a su padre, lo haría!… lo asesinaría a él, a todos sí hace falta… no me resistiré…

Virginia me sujeta los pelos, y apretó mis pechos mientras Isabel me penetra con un pene de silicona, qué desconozco de donde lo saco…mis gemidos eran silenciados por los labios de Virginia, Isabel me sujetó de los hombros, mientras movía más rápido sus caderas. 

sus gemidos eran más ruidosos qué los tímidos de Virginia, y eso… tengo qué admitirlo, me volvió loca…

 

Isabel una vez qué recupera el aliento, toma mi mano y me guía hasta su “pene” erecto y me obliga a sentarme sobre él. Virginia de pie en la cama, guía su rostro hacía su vagina. 

La habitación parecía arder, mi piel parecía arder, mi vagina no resistiría mucho más así. fue cuestión de tiempo para qué Virginia se pusiera intensa y los orgasmos se hicieran eco en la habitación. Isabel en cambio. sonrojada por nuestro acto pasional estaba ahí, mirándome… su mirada sobre mí… sus ojos ardían en mi piel… sus ojos me excitaban.  

Ese fue el cuarto o quinto o décimo orgasmo qué tuve aquella noche… aunque en el fondo de mi ser, deseaba qué no fuera el último. 

 

continuará…

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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