10. Confesión estando borracho
Desde que cumplió treinta Elle considera que se ha vuelto más responsable, de otra forma no se explica cómo sus amigos vienen todos borrachos en el asiento de atrás, mientras que él no probó ni una gota porque debía manejar.
—¡Uuuuuh deberíamos venir más seguido! —Murmura Mello levantando los brazos, aún siente la música vibrar en su cuerpo.
—Creo que... voy a vomitar... —Nate se tapa la boca con las manos. Él no tiene tanto aguante como los otros, no sabe en qué momento tomó tanto.
—Solo faltan dos cuadras enano, aguanta. —Responde Elle, tratando de apresurarse un poco.
—¿A-Alguien más la... tiene dura? —Balbucea Matt mientras su torso se balancea de un lado a otro.
Lawliet sonríe, duda mucho que con la borrachera que llevan alguno pueda tener una erección. Esos tres no son los únicos que se están hasta el tope, Light va en el asiento del copiloto en el mismo estado, aunque a diferencia de los otros él solo se ha venido riendo durante todo el camino.
—Llegamos. —Elle apaga el motor del auto y se baja para ayudarlos. Los llevaría hasta la puerta de su piso, pero los tres le prometen que pueden solos, al menos dos de ellos tienen experiencia en eso de caminar cuando se les mueve todo el mundo.
—Y... recuerda Elle... —Mello habla entre hipidos— no es correcto... aprovecharse de alguien en ese estado... —Su dedo índice oscila al intentar señalar al pasajero que queda.
El pelinegro menea la cabeza y los acompaña hasta la entrada del edificio para asegurarse que no se queden en la calle. Luego vuelve al auto.
—¿Me vas a... llevar a mi casa? —Pregunta el castaño entre risas.
—Por supuesto. —Pone el auto en marcha y enciende la radio.
—¿Qué... qué diría mi padre... si me viera? —Sigue riendo, todo le da vueltas de manera divertida.
—De seguro me mataría. —Lo dice en serio, Soichiro es bastante estricto, aunque su hijo ya tenga veintiocho años no aprobaría dicho estado.
A él no le molesta, Light es de los que suelen beber solo una o dos copas porque tiene un pésimo aguante para el alcohol. Sin embargo el festival estuvo demasiado animado y se dejó llevar, no es algo que ocurra frecuentemente como para considerarlo un problema.
—Llegamos.
A diferencia de los otros, al castaño debe echarle una mano para ayudarlo a bajar y mantenerse en pie. Matt y Mello ya están acostumbrados y Nate estaba mareado porque no suele hacerlo, pero no porque haya bebido tanto a comparación de Light.
—Te llevaré a la habitación, ok? —Le dice Elle, llevándolo casi a rastras.
El castaño va riendo por todo el camino y no deja de hacerlo ni cuando Elle comienza a quitarle algunas prendas, luego de haberlo acostado en la cama.
—Elle... —murmura viendo al techo, la risa cesa un poco.
—Dime. —Responde mientras termina de quitarle el cinturón.
El castaño guarda silencio, viendo difusamente como el otro procede a retirarle los zapatos.
—Te quiero... —Confiesa.
Lawliet sonríe al escucharlo, a Light usualmente le cuesta mucho expresar sus sentimientos.
—Lo sé. Yo también te quiero.
Tras su respuesta, continúa retirándole la ropa, también sabe que no le gusta dormir con ningún accesorio ya sean relojes o anillos así que se deshace de ellos.
—No... —menea la cabeza o al menos lo intenta— siempre te he querido... —continúa mientras el anillo que lleva en su dedo anular es retirado—. Desde la secundaria, Elle. Me gustas... mucho...
Lawliet sonríe ante la tierna confesión. Deja el anillo sobre la mesita de noche y luego se inclina hacia él besándole los labios.
—Lo sé, por eso estamos casados. —Y luego de eso, se retira también su anillo y lo deja junto al de Light.