Ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado desde la última vez que vio a Rin, o a cualquier otra persona que no fuera su entrenador para ser sinceros. Luego de decidir que dejaría lo más importante para ser mejor no había hecho más que entrenar.
Y aun así, no sentía que las cosas estuvieran saliendo mejor. Había mejorado considerablemente sus tiempos, su musculatura estaba más desarrollada y su rendimiento se había incrementado, pero Haru no sentía que su esfuerzo valiera la pena.
Se sentía vacío, como si realmente no tuviera una razón para hacer lo que estaba haciendo. Lo que más deseaba era superar esa sensación asfixiante al nadar contra Albert, o al menos eso pensó cuando busco a Ryuiji para decirle que estaba listo para su entrenamiento especial.
Pero todo seguía igual, e incluso podría decir que peor, pues aunque estuviera avanzando hacia la meta que se había propuesto sentía que iba hacia atrás y no había manera de detenerse.
Se había aislado de todos, incluso de Makoto por más que insistiera con sus llamadas o sus visitas sorpresas. Haru simplemente no paraba de repetir que estaba demasiado ocupado y se lo había explicado antes.
No tenía tiempo o ánimos para pensar en cualquier otra cosa que no lo ayudara a hacerse más rápido o más fuerte, era lo único que le interesaba y en lo que podía pensar día tras día dentro y fuera de la piscina.
Aunque fuera su decisión y estuviera consciente de lo que sus acciones implicaban, el hecho de que Rin no lo hubiera buscado una sola vez desde el día en que discutieron solo hacía que su pesar fuera aun mayor.
Por más que fingiera que todo estaba bien el no haberlo visto durante todo ese tiempo comenzaba a afectarle, no tenía idea de lo que él podría estar sintiendo o pensando y que tanto le habría afectado lo que dijo la última vez que se vieron.
Y lo peor de todo es que ni siquiera había tenido oportunidad de verlo aunque fuera de lejos para al menos saber que estaba bien y mucho menos podía intentar buscarlo. Por más que lo lamentara, ni siquiera debía seguir pensando en eso.
Los días seguían pasando y la situación no mejoraba, necesitaba escapar del lugar en que se había encerrado intentando protegerse y debía hacerlo pronto o sería demasiado tarde para volver.
Por eso huyó a mitad de la noche justo el día anterior a una de sus competencias más importantes para reflexionar en el mismo lugar en que había tomado su decisión.
No conseguía la calma estando ahí, pero un impulso imparable lo había llevado. Su mirada estaba clavada en el árbol frente a él mientras con su pie dibujaba formas aleatorias en el suelo.
Escuchó el sonido de unos pasos acercándose y su mirada de inmediato se dirigió hacia el lugar del que provenían. Se trataba de Rin, no se había equivocado; se quedó inmóvil esperando que se acercara, al parecer él no había notado su presencia y seguía avanzando hacia el árbol sin detenerse.
Sus miradas se encontraron por fin, y era evidente que Rin estaba sorprendido de encontrarlo ahí. Sus labios se separaron levemente intentando encontrar las palabras adecuadas para ese momento, aunque al parecer no las encontraría.
—No sabía que estabas aquí, lo siento —sus labios volvieron a unirse antes de dar la vuelta para alejarse rápidamente.
No estaba preparado para enfrentarlo y lo único que quería era alejarse rápidamente de ahí. Por más tiempo que hubieran pasado sin verse sabía que hablar en ese momento no era la mejor opción.
Haru lo miró alejarse y sus labios se separaron solo un poco, incapaz de decir su nombre o cualquier otra cosa para detenerlo. De nuevo la frustración comenzaba a brotar desde lo más profundo de su pecho haciéndolo sentir tal como la primera vez.
De nuevo veía a Rin alejarse sin poder detenerlo y estaba a punto de caer contra el suelo de nuevo, una vez más estaba atrapado sin salida y aunque su mano se estiraba hacia él no podía detenerlo.
Repitió su nombre un par de veces, pero su voz era tan baja que Rin no lo escuchaba. Iba a pasar de nuevo si no lograba liberarse y no podría seguir resistiendo; no iba a dejarlo así una vez más, no estando tan cerca de él.
Logró liberarse de las barreras del cruce de trenes por fin y corrió hasta donde él estaba, sosteniendo su muñeca con un poco de fuerza para poder detenerlo.
—Ni siquiera deberíamos estar aquí, es tarde y tenemos competencia mañana... —quería liberarse de su agarre, pero se sentía incapaz de hacerlo.
—Solo guarda silencio y escúchame —Haru había levantado la voz sin poder evitarlo, sus sentimientos lo habían rebasado y ahora no podía detenerse.
Soltó lentamente la mano de Rin y él simplemente lo miraba intentando disimular lo extraño que era esa situación. Quería decir algo para detener a Haru, pero era evidente que nada lo detendría ahora que estaba decidido.
—Estoy asustado —esas fueron sus primeras palabras mientras bajaba su mirada—. Dices que soy yo quien está frente a ti mostrándote el camino, pero todo este tiempo has sido tú quien avanza hacia adelante.
Ambos se mantuvieron en silencio unos instantes, no era una conversación fácil para ninguno, pero era necesaria y no podían dejar que el tiempo siguiera pasando como si todo estuviera bien.
—Eres tú quien todo el tiempo ha estado delante de mí, quien me muestra el camino... ¿Qué se supone que haga si la única luz que me guía bajo el agua desaparece? —su voz había comenzado a temblar y sus puños permanecía apretados.
Llevaba tanto tiempo conteniendo sus sentimientos que en ese momento habían comenzado a desbordarse sin poder regularlas, había llegado al límite y lo único que podía hacer era dejar que corrieran como en una explosión.
—Sigues avanzando hacia adelante, sin detenerte, y todo el tiempo he sido yo quien se queda atrás sin saber que hacer hasta que regresas y vuelves a impulsarme para regresar al camino...
Rin no sabía cómo reaccionar, nunca hubiera imaginado que Haru se sentía de esa forma y no esperaba que en un momento como ese lo dijera tan abiertamente.
—Estaba asustado por perderte... Sigo asustado pensando en que voy a perderte —por fin había levantado su vista para encontrarse con la de Rin, sus ojos estaban ligeramente cristalizados y el azul se tornaba más profundo que otras veces.
—Haru... —la voz de Rin también temblaba, estaba recibiendo más información de la que podía asimilar y no encontraba palabras para explicar lo que sentía.
—No quiero hacerte sentir culpable, no creo que seas egoísta ni que llegues a causar un alboroto en mi vida para después dejarme solo... —su voz se cortó por un instante, él mismo estaba afectado por esas palabras y lamentaba profundamente haberlas dicho—. Solo no puedo imaginarme como sería esto sin ti, no quiero imaginar como sería seguir adelante sin ti.
Haru había alcanzado su punto de quiebre, necesitaba hacerle saber todo lo que estaba sintiendo incluso si era de manera demasiado abrupta. Sus sentimientos habían alcanzado el límite y solo Rin sería capaz de entender lo que estaba ocurriendo.
—Idiota... Como si de verdad pudiera dejarte solo —los ojos de Rin estaban cubiertos de lágrimas, no podía imaginar todo lo que Haru estuvo soportando solo.
Ni siquiera pudo contenerse y se abalanzó contra él para abrazarlo mientras las lágrimas seguían corriendo. Quería nadar con Haru mucho, mucho más tiempo, de ninguna manera se iría dejándolo atrás.
Algunas lágrimas se formaron también en los ojos de Haru mientras sus brazos rodeaban el cuerpo de Rin aferrándose a él. Necesitaba saber que estaría ahí y ninguno tendría porque enfrentar el mundo solo.
—Quiero nadar contigo mucho más. Aquí, en Sidney, en Paris y a donde sea que nos lleve este camino —Rin no paraba de llorar y seguía oculto entre sus brazos como si temiera perderlo en cuanto lo soltara—. Incluso si no es uno al lado del otro, no voy a dejarte solo.
—Sigamos nadando juntos Rin, en esos y muchos, muchos lugares más —Haru tenía solo unas cuantas lágrimas atrapadas en sus ojos, pero se aferraba a Rin como si eso fuera lo único que necesitaba.
Habían pasado tantas cosas hasta ese día que una reconciliación parecía casi imposible, pero son importante uno para el otro y se impulsan mutuamente, así que mientras sigan nadando el destino ineludible los hará encontrarse.