Sabía que el collar no permitiría que los colmillos de Haru se clavaran en su piel, pero tenerlo tan cerca de su cuello intentando morderlo estaba teniendo un efecto en él.
Sabía que su aroma se intensificó para atraerlo, ni siquiera había intentando controlarlo. Quería enlazarse con Haru y quizá había llegado el momento adecuado para decírselo.
Seguía acariciándolo leyendo sus reacciones para saber de que manera hacerlo, en sus ojos solo se veía el brillo dorado e incluso había comenzado a producir algunos gruñidos, aunque nada parecidos al que momentos antes había hecho.
Sus mentes no pensaban en nada más que las sensaciones que ese contacto les producía, solo querían tener al otro y antes de siquiera poder darse cuenta Haru había llegado al punto máximo de placer.
Su respiración era irregular y se apoyaba sobre su hombro aferrándose a su cuerpo, quería tenerlo tan cerca como pudiera y sentirlo mucho más. Ni siquiera fue consciente del momento en que empezó a besarlo, pero Rin no parecía querer detenerlo.
Se aferró a su cuerpo mientras acariciaba lentamente su espalda, Rin se frotaba lentamente contra él mientras ronroneaba a su oído produciendo que sus instintos se agudizaran y su vista se clavara en él.
Comenzó a desvestirse lentamente mientras sus miradas seguían unidas. Haru no entendía lo que intentaba hacer, pero seguía mirándolo atento a sus movimientos. Se deshizo de toda la ropa en la parte superior de su cuerpo y volvía a acercarse a él.
Sus ronroneos no se habían detenido y seguía frotándose lentamente contra él mientras acariciaba su pecho. El olor a brisa de mar invadía las fosas nasales de Haru y sus colmillos estaban completamente expuestos.
Rin daba pequeños besos sobre su cuello mientras la vibración de su cuerpo y el sonido que producía al respirar se intensificaban, no había parado de acariciarlo y era evidente lo mucho que deseaba seguir tocándolo.
Pero aunque la mente de Haru estaba invadida por el olor y el tacto de Rin, y nada deseaba más que seguir con lo que habían comenzado, también era consciente de que si seguían en ese estado era solo porque su instinto ganaba y no quería eso.
—Rin, espera... —se separó de él por un instante, necesitaba decirle lo que sentía antes de continuar.
—He esperado mucho ¿No crees? —seguía frotándose contra él provocando que la vibración que producía al respirar fuera más perceptible—. Haru, tú y yo sabemos lo que queremos ¿Por qué no dejas de preocuparte por un momento y dejas que esto ocurra...?
Se separó de él solo para poder dar la vuelta quedando de espaldas mientras exponía su cuello. El ronroneo se hacia cada vez más fuerte y Haru no podía hacer mucho contra eso, seguir resistiendo era demasiado difícil.
—Haru quiero que nos enlacemos —apoyó su espalda sobre su pecho mientras acariciaba su rostro lentamente y seguía frotándose contra él—. Quiero estar contigo siempre, hasta el final. E incluso si podemos hacerlo sin que me marques quiero que lo hagas...
Haru intentó decir algo al respecto, pero tan pronto sus labios se separaron para hablar, Rin se apoderó de ellos. Fue un beso profundo y cargado de deseo, él también había llegado a su límite y no estaba dispuesto a seguir reprimiéndose.
—Sé que lo dije antes y no fue cierto, pero esta vez en verdad estoy preparado. No es solo por tu celo, quiero que nos enlacemos...
Haru no supo que responder, sabía que Rin era sincero y estaba decidido, lo veía en sus ojos y no podía fingir que no. Estaba nervioso, era consciente de que lo deseaba, pero cada vez veía más lejano el momento en que ocurriera.