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25:64 PM por 5kn_akatsuki

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Notas del capitulo:

Hoy si hare una maraton, espero

“Así no funcionan las mordidas alfas” retumbó en su cabeza toda la noche, qué va, todo el tiempo pensaba en esas dos palabras “mordida alfa”. Si tiene alguna definición ¡entonces debería haber una para “mordida omega”! Pero…

-El genocidio -susurró recordando las palabras de la enfermera-, malditos alfas, si no hubieran provocado la casi extinción de mi casta tendría más respuestas que preguntas.

Estaba mirando el puntero del buscador intentando formular mejor la pregunta.

“Mordida omega” le llevaría a otro articulo sobre el ritual de la mordida alfa.

“Colmillos omegas” lo llevarían a otro articulo sobre el ritual de la mordida alfa.

“Colmillos cóncavos” era un articulo de salud dental simple.

“Inyectar tósigo” lo llevaría otro articulo sobre el ritual de la mordida alfa.

 Chasqueó la lengua molesto.

-Bueno -susurró abriendo un nuevo documento-, el dentista dijo que hiciera mi propia investigación y se lo contara así que…

Comenzó a redactar cómo fue que mordió al alfa, qué sentía o pensaba así como lo que él le dijo.

De pronto una ida pasó por su cabeza ¿qué pasaría si él le regala un bozal?

Los bozales son de alfas para alfa así que dependiendo de cómo reaccione, podría seguir con su investigación.

Bien, ahora tendría que buscar un bozal para él.

Pero no lo conseguiría en internet porque aún era menor de edad, mordió su labio incómodo porque la mejor idea era pedirle a mamá que lo llevara al centro comercial.

En fin, cuando escucho ruidos en la cocina salió de la habitación encontrándola preparando el desayuno.

-Má -le llamó-, buenos días.

-Buenos días solecito.

-¿Qué va a hacer por la tarde? Necesito ir al centro comercial a conseguir unas cosas.

-¿Cosas? ¿Como qué cosas?

El pequeño omega se metió a la cocina para ayudarle a batir la mezcla para los hot cakes.

-Necesitounbozal -tosió- y algunas cosas para pasar los días aquí, ahora que estaré de vacaciones.

-¿Un qué?

-Necesito decirle algo pero sin que pierda la cabeza -susurró nervioso-, es sobre mi casta y la verdad quería ir a la librería por si tienen algún libro que me responda mis dudas.

-¿Está ocurriendo algo?

-Puede que yo -afinó su garganta nervioso-, haya mordido a un alfa.

-¿Qu

-Ni siquiera estoy seguro de eso, sólo sé que sí, lo mordí, pero no pasó nada, ni siquiera le atravesé la piel ni inyecté tósigo porque mis colmillos son cóncavos pero él jura que sí ocurrió, que lo mordí aunque no con el protocolo habitual de “la mordida alfa” así que quiero buscar algún libro para resolver esa duda, ¿o acaso usted sabe lo que es la mordida omega? Porque de verdad, entre más lo pienso tengo más dudas y…

-¿Mordiste un alfa? -preguntó dejando de hacer todo para acercársele- ¡MORDISTE A UN ALFA!

-Sí, sí lo hice -contestó asustado-, pero no estoy seguro de qué pasó.

-Mi hijo mordió a un alfa -repitió asustada -, ¿era uno grande?

-Sí mamá, es enorme y dice que sí nos vinculamos porque… bueno él dijo “sí, así no funciona una mordida alfa” lo que me hace pensar en una mordida omega y de verdad, de verdad necesito respuestas.

-No hay mucha información sobre nosotros por el genocidio pero ponte un suéter, comemos fuera, vamos.

Ni siquiera habían ido al centro comercial sino una casa antigua pero muy conservada.

El aroma a canela y azúcar estaba por toda la propiedad y se intensificaba al entrar.

Su mamá habló con la recepcionista y ella les encaminó hacia la habitación más apartada.

-La Señora los recibirá en un momento, cuando suene la campanilla podrán entrar.

-Muchas, muchas gracias -contestó su madre-, ahora escúchame -le tomó de las mejillas para asegurarse que la mirada-, ella es de los descendientes directos de los sobrevivientes del genocidio, durante su vida se encargó de recopilar toda la información sobre nuestra casta así que cuéntale todo, estoy segura que tendrá las respuestas que buscas.

Asintió aún entre las manos de su madre.

El sonido de la campanilla hizo que ambos se reincorporaran.

No había nada místico ni mágico como pensó que sería, no había imágenes de deidades, velas, espejos, brillos, estatuas… había un par de fotos familiares, suponía, flores frescas y una ancianita sentada en su mecedora.

-En el principio de los tiempos -dijo la ancianita-, la mordida formó parte del ritual de apareamiento, el alfa mordía el cuello de su omega creando un vínculo irrompible, el omega, reconocía su debilidad y se sometía ante el alfa en búsqueda de protección. Omega le daría un hogar si Alfa le brindaba protección.  

-Ajá -dijo el chico-, eso, con todo respeto, ya lo sé. Está en los libros y en todos lados pero quería saber sobre la mordida omega.

-¿Mordida omega? -preguntó.

-Sí -contestó –, mordí a un alfa y…

-¡MORDISTE A UN ALFA?

-¡FUE LO QUE LE DIJE!

- Sí, lo hice -afirmó-. Y le dije “¿tú sabes que no tenemos ningún vinculo? No me has mordido” y él “pero tú sí” y yo dije “de qué estás hablando” y él “sí, así no funcionan las mordidas alfas” lo que me hizo pensar que tal vez hay mordidas omegas pero no encontré nada en internet.

-Mordiste a un alfa -repitió anonadada.

-Sí pero mis colmillos son cóncavos y no hay tósigo así que en teoría no debería haber vínculo.

-No -susurró la anciana levantándose de la silla-, sí lo hay.

-¿Cómo? -preguntaron los omegas.

-Lo tengo por aquí -dijo riéndose pero terminó tosiendo-, hay un manuscrito, mi familia lo encontró en unas ruinas.

En aquel tiempo cuando los omegas huían de los alfas, solían agruparse y vivir en conjuntos pero al ser descubiertos esos hogares eran destruidos, en esos sitios fue dónde apareció un cuaderno con textos escritos por un autor desconocido; parecía más un diario de vida que un cuento.

Al tenerlos en sus manos, lo observó como si fuese un recién nacido.

-Es tan antiguo que sus hojas se podrían salir -se los mostró-, algunas palabras han perecido ante el tiempo pero algo de lo que dices, el autor también lo vivió.

El omega se encontraba tan sorprendido como asustado, pero tenía tanas ganas de poder leerlo.

-Lo leí tantas veces cuando fui joven -lo abrió cuidando de no desprender la pasta dura-, ¿quieres que te lo lea?

-Claro pero -susurró nervioso-, si es el original y se encuentra en tan mal estado, ¿no sería bueno hacer una copia?

-Este libro jamás ha salido de mis manos.

-No, no, puedo traer mi computadora, si usted me dicta yo puedo escribir todo y así creamos una copia.

-¿Una copia?

-Para los futuros omegas -afirmó-. Si esto ya le pasó a alguien, luego a mí, le pasará a alguien más también.

-Es sólo que… -miró el cuaderno en sus manos.

-Hágalo por las victimas del genocidio -se aventuró a mencionarlo-, el foco se ha centrado siempre en los alfas, nosotros también somos importantes y nadie lo ha notado.

-Hijo -le llamó-, no hostigues a la señora.

-Má es que -mordió su labio-, él me dio esta gargantilla -se las mostró-, dijo que era parte del ritual aunque él fue quien recibió la mordida y sinceramente, estoy considerando comprarle un bozal.

-¿Darle un bozal? -preguntó la señora- Los antiguos omegas fabricaban collares para sus compañeros.

-Sí pero…

-Siempre, mi único interés fue ayudar a mi casta y parece que ahora tú me necesitas -la abuela volvió a sentarse en su mecedora-, y lo que dices es verdad, más omegas tendrán esas dudas también. Mi tiempo en esa tierra está por terminar y todo lo que he aprendido y resguardado morirá también si no hago algo al respecto. Ven mañana otra vez, con gusto prepararé té y te leeré el manuscrito.

-¡Genial! ¡Traeré mi laptop!

-Y si vas a regalarle un bozal, te deseo suerte -le sonrió con ternura-, descubriremos cómo le fue al autor del libro también.

Notas finales:

Sé que Bozal se refería a darselo pero oye, este es mi fic y yo sé cómo hacerlo aosjbdas


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