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Nuestro Camino por Momoka Yuuki 92

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Notas del capitulo:

¡Hello!


De nuevo aquí con este reto que es el #omegacember


Lamento no haber podido actualizar, es que estoy en final de cuatrimestre y las tareas me están absorviendo completamente.


Espero que les guste este capítulo, ya que cada vez voy explicando un poco más sobre este universo que estoy creando.


Hoy no tengo ganas de poner advertencias, pero ya se las saben xD


Muchas gracias a StardustExtinsion por sus bellos reviews, esperó que te siga gustando esta historia que estoy escribiendo, por ello te dedicó este capítulo.


Sin más que añadir, a leer!

Cap. 03 Instinto


El desarrollo de los omegas de clase uno era muy diferente al de los alfas de las misma clase. Mientras que a estos últimos tendían a presentarse antes del promedio, los omegas llegaban a presentar un “atraso”, ya que este no era uno como tal, más bien, esto muchas veces significaba un alto grado de control sobre sus propias feromonas y más si los estudios realizados posteriormente a la entrega de resultados salían con resultados más que favorables.


Ya habían pasado un par de meses, en donde varios de sus compañeros de clases ya se habían “presentado” oficialmente como su segundo género dictaba. Aquello de presentación solo consistía en la llegada de su primer celo, algo que no era muy agradable por aquello que había escuchado en el aula, por eso Sasuke temía un poco en cuanto le sucediera, ya que según los resultados que habían entregado meses atrás él se iba a presentar en menos de un mes.


Sasuke Uchiha, a pesar de saber que su destino como omega ya estaba decidido, se perdía de vez en cuando en pensamientos del como hubiera sido más fácil ser un beta de clase tres, ya que ellos no pasaban por celos, ni poseían aroma, ni siquiera tenían que reprimir algo como lo era el instinto.


Además, por el momento tampoco había percibido el aroma de alguien de sus compañeros de clase o profesores, aliviando en demasía todo su ser, solo había uno que percibía ligeramente y ese era el de Naruto, extrañándole ese hecho.


De la misma forma había visto a sus compañeros ceder antes sus instintos en el transcurso de los días, viendo también como eran sometidos por medio de supresores de emergencia y eran llevados a casa o al hospital, dependiendo del caso. Pero como siempre, su vista no se podía apartar de aquel rubio que era su amigo, notando como parecía indiferente a las muestras de sus demás compañeros, pero notando pequeños detalles en donde se percataba como apretaba los puños, respiraba más profundo y solo en dos ocasiones lo llegó a ver que se tomaba un par de tabletas.


Y era eso lo que le tenía en un estado irritable (más de lo normal), ya que su dobe amigo no había tenido la confianza de decirle nada sobre él desde el día que entregaron los resultados, además de que tampoco había solicitado algún permiso sobre su presentación como alfa y por lo poco que había observado sospechaba que Naruto ya se había presentado.


Sasuke no era una persona de muchas palabras, más bien era alguien de acción, así que en el receso sin decir nada tomó a su amigo del brazo, sin importarle que los amigos de este nada más se le quedarán viendo arrastrándolo hacia la azotea, un lugar en el que casi nadie quería estar al siempre haber viento.


— ¡Oe teme! — exclamó entre quejidos Namikaze, acomodándose su camisa una vez que Sasuke lo soltó — ¿por qué estás tan enojado? — la expresión de que iba a empezar a reclamar y hacer escandalo cambió drásticamente al ver la seria cara de su amigo, adquiriendo una preocupada.


— ¿Por qué no me dijiste que ya habías presentado como alfa? — directo, Uchiha cuestionó directo, cruzándose de brazos y mirando fijamente al rubio que mostró sorpresa en su mirada para después ponerse serio de repente.


— ¿Quién te lo dijo? — contratacó con otra pregunta, poniéndose sumamente serio y adquiriendo un tono de voz frío que sorprendió al azabache, sorpresa que solo dejo entrever unos segundos para volver a portar aquella máscara de mutismo que era común componer en él.


— Entonces eso quiere decir que es verdad — afirmó Sasuke sin levantar la voz, solo mirándolo fijamente, para después alejarse y tomar asiento cerca de la malla que rodeaba la azotea.


Naruto parpadeó con estupefacción, riéndose de sí mismo y tomando asiento a un lado de su amigo, desenvolviendo su caja de almuerzo y empezar a comer, esperando que Sasuke dijera lo que tuviera que decir.


— Me he dado cuenta que prefieres pasar más tiempo con tus amigos — dijo bajito Uchiha, dejando su labor de comer para ver el horizonte — no es que me moleste, al contrario, es cansado tenerte pegado todo el día y escuchando puras bobadas.


— ¡Oye! — exclamó sin estar en verdad ofendido por lo dicho, ya que cuando Sasuke se llegaba a sincerar era porque en verdad había hecho algo que sin darse cuenta había afectado al pelinegro.


El chico de cabellera negra no volteo a verlo, no si iban a empezar a discutir tonterías y se iban a desviar del tema del porque lo termino arrastrando hacia la azotea.


— Pero pensé que iba a ser el primero en enterarme de los cambios que habíamos prometido pasar y sobrellevar juntos — continúo diciendo Sasuke, bajando su timbre de voz que se convirtió en un susurró para por último callar y continuar sus alimentos.


Probablemente fue muy directo, pero nunca fue alguien que se fuera por las ramas al momento de enfrentar algo que le involucraba, ya que Naruto era su amigo de toda la vida. Sasuke estaba tan concentrado en terminar aquellas verduras cocidas que ya se habían enfriado, que no se percató de la cercanía de Namikaze hasta que sintió como este recargaba su cabeza en su hombro, logrando con ello sacarlo de su mutismo y que se sobresaltara.


— Mi intención jamás fue hacerte sentir que ya no me importas, al contario — Naruto se acurrucó más contra Sasuke, sintiendo como este se estremecía y se ponía rígido — solo que ya debes de haber investigado a más profundidad esto de las castas y como es que los alfas de mi clase nos desarrollamos.


— Los libros no dicen mucho sobre ello — contestó con un ligero toque de nerviosismo, no lo iba a admitir, pero no le incomodaba para nada la cercanía de Naruto con él, al contrario, se sentía casi obligado a acurrucarse en su regazo, pero claro, eso sería algo que Uchiha Sasuke no haría.


— Lo suponía — soltó un suspiro, aspirando la suave fragancia que desprendía el chico a su lado, aquel que era su mejor amigo — pero es que nadie que no sea el cuerpo estudiantil saben de mi presentación, en cuanto llegué mi próximo celo es que ahí “todos se darán cuenta”.


— Yo no te pregunte sobre eso, dobe — dijo Sasuke, riéndose un poco al saberse descubierto — pero no por ello deberías tomar pastillas en clase, menos unas que son tan fuertes.


— Sé que no lo hiciste, solo quería compartirlo contigo — se incorporó Namikaze, recargándose ahora en la malla y dirigiendo su mirada al cielo, para después ver el perfil de aquella persona que sentía que en momentos le enloquecía pero de una forma que no comprendía, pero en el cual le encantaba esa sensación — y sobre lo otro es necesario que lo haga, mis instintos como alfa de clase uno que viene de “una familia que ha mantenido su linaje”, están muy desarrollados — lejos de mostrarse orgulloso, se sentía cohibido — mi papá me dijo que cuando sienta la imperiosa necesidad de “demostrar poder” tomé ese medicamento, después de todo los mandaron a hacer exclusivamente para mí.


Ahora Uchiha se sentía un poco mal el haber preguntado, pero otra parte de su ser se sentía tranquila y feliz, porque ahora podía entender más sobre su amigo y ayudarlo. No es que fuera un experto en el tema, a lo mejor todavía no se presenta ante la sociedad como omega oficialmente, pero aquellos instintos de los que tanto hablan en clase, estaban poco a poco despertando en él.


— Mis padres piensan un poco diferente — Sasuke ladeo la cabeza para mirar fijamente a Naruto — ellos dicen que la mejor forma de controlar los instintos en con fuerza de voluntad y sin supresores de por medio.


— No sé porque se escuchó como algo que dijo tu padre — se rio bajito el rubio — pero tiene razón, el uso excesivo de supresores puede ser malo a largo plazo.


Uchiha sonrió, viendo el semblante relajado de Naruto, tenía tantas ganas de preguntarle por su casta, su familia, todo lo que le hiciera comprender mejor a su amigo rubio, ya que a pesar de que se conocían de siempre, nunca tocaron temas como lo era más que solo ellos dos y sus pensamientos del mundo en general.


El timbre sonó, así que en silencio bajaron de la azotea para dirigirse a su aula de clase. La conversación de antes había al parecer concluido porque Naruto comenzó platicando cosas de la tarea que tenía pendiente por hacer y que era para la última clase del día. Parecía que todo volvía a la normalidad, hasta que sus ojos negros se percataron de una situación que no era para nada agradable y que hicieron que se detuviera de golpe y que el rubio chocara con él al venir unos pasos tras de él.


— ¿Por qué te detienes teme? — preguntó preocupado, ya que lo que menos quería era lastimarlo, estaba a nada de volver a cuestionarlo pero esta vez viéndolo de frente, pero su mirada se dirigió hacia donde el azabache estaba mirando.


Había dos chicos, al parecer alfas dos grados mayor que ellos, acosando a una de sus compañeras con sus feromonas e intimidándola, los alumnos que pasaban no hacían nada por ayudarla, solo se quedaban mirando o se iban al no soportar la carga de dominio que querían ejercer sobre aquella chica que parecía ser una omega.


Sasuke sintió sus puños apretarse a sus costados, como sus cejas se contraían en enfado y que a pesar de percibir aquellas feromonas cargadas de dominio y sometimiento, algo en él le decía que fuera a ayudar a aquella chica que parecía que estaba a punto de caer ante ellos y mostrar su cuello en señal de sumisión.


No dio ni un paso en dirección de aquellos bravucones cuando sintió una carga más pesada y dominante de feromonas detrás de él, además de que le habían tomado del hombro, jalándolo hacia atrás y viendo como Naruto con un porte que jamás había visto en sus cortos doce años, se dirigía hacia esos alfas.


— ¡Acaso sus padres nunca les enseñaron que deben respetar a los omegas! — gritó el rubio Namikaze, atrayendo la atención de los bravucones — ¡déjenla en paz!


— Pero miren quien se vino a hacer el héroe — se burló uno de los dos alfas — este enano cree que puede con nosotros — se rio, siendo imitado por su compinche.


— Parece que quiere que le humillemos delante de todos estos estudiantes — sugirió burlón el otor bravucón, dejando a la omega y ahora concentrándose junto con su amigo en el rubio.


— ¿Por qué necesitan someter a otros para sentirse superiores? ¿Solo por qué son alfas? — cuestionó más tranquilo, no dejándose llevar por las ofensas de aquellos tipos, aunque ganas no le faltaban para hacer un escándalo, claro que lo hubiera hecho si trajera sus supresores y no fuera su instinto hablando por él.


— ¡Claro que sí enano! — dijo uno de los bravucones, dejando salir sus feromonas, tratando de someter al menor — así es como se demuestra el poder en este mundo, es la ley del más fuerte y no porque también seas un alfa, te vamos a tratar igual, recuerda que todo es una competencia y el más fuerte es el que sobrevive.


Sasuke se había mantenido al margen de aquellos comentarios ofensivos dirigidos hacia su amigo, lo bueno de ello es que al estar distraídos con Naruto la chica había podido huir de ahí, esperando que fuera por algún profesor, porque él no planeaba dejar solo a Naruto, no al poder percibir claramente el aroma de dominio que empezaba a emanar.


— Tienes razón — sonrió el rubio, una sonrisa que hizo que a Sasuke la piel se le erizara, ya que nunca lo había visto — y sabes que es lo que me dice el instinto — ironizó Namikaze, mostrando sus colmillos y dejando al parecer fluir con más libertad su aroma, marcando territorio, ya que las pocas personas ahí reunidas se doblegaron al sentirlo y Sasuke no fue la excepción.


Los dos bravucones también sintieron aquella ráfaga de poder mediante ese aroma, pero no por ello iban a intimidarse, un niñato de al parecer doce años no iba a lograr someterlos.


— ¿Y qué te dice tu instinto? — se burló el más grande de los dos abusivos.


¡Que se dobleguen ante mí y muestren sumisión! — ordenó alto, utilizando su voz alfa contra ellos, en donde los ahí reunidos de castas inferiores no pudieron resistirse y acataron la orden en contra de su voluntad, en donde también los bravucones cayeron al suelo y mostraron su cuello — esto si es poder, y si vuelvo a ver que siguen sometiendo a cualquier persona sin importar al género al que pertenezcan, van a conocer lo que es la verdadera humillación — su aroma empezó a volverse más denso, picoso y amargo, además de que las marcas en sus mejillas se hicieron más notorias, sus ojos se contrajeron en una rendija y un par de orejas brotaron de su cabeza.


Los chicos que estaban haciendo bullying temblaron ante eso, ahora se daban cuenta que a quien habían ofendido era al heredero de los Namikaze, clan de primera clase y que estaban más que conectados con sus bestias internas, pudiendo transformarse cuando el instinto tomaba parte de ellos.


Los libros jamás mencionan demasiado sobre los alfas y omegas de clase uno, parecía ser algo de solo los clanes con ese estatus. Se creía leyenda de que aun hubiera personas que pudieran adquirir rasgos de sus bestias internas, aquellos que los define como alfa y omega. Y aunque se rumoraba que los Namikaze y Uzumaki poseían aun esas cualidades nunca se creyó que fuera cierto. Ahora el estado de inmovilidad de Sasuke era por lo que recién estaba presenciando, el como aquellas feromonas que desprendía Naruto habían “derribado” a varios de sus compañeros y a un par de profesores que fueron a detener según a los malechores, en como la mirada ahora rojiza y porte de Naruto parecía disfrutar el mostrar aquella muestra de poder sobre los demás, pero sobre todo lo que más le impacto fue ver como llegaba el profesor Kakashi y con un ágil movimiento tomo a su amigo por la espalda para inyectarle lo que sabía un supresor que lo dejó noqueado e inconsciente en segundos.


— No te preocupes, Naruto estará bien, por el momento lo he de llevar a casa — Kakashi paso a su lado, ya que no se había podido mover de su sitio y veía como Hatake cargaba al rubio como costal de papas sobre su hombro.


Llegaron otros profesores a ayudar a los demás alumnos y así despejaron el pasillo y continuaron las clases, pero Sasuke no podía estar más consternado y curioso por lo que había presenciado.


Lo que él pensaba que era el instinto estaba lejos de ser comprendido y además este tenía un lado más oscuro que nunca pensó presenciar en alguien tan cálido como su dobe amigo.


Se sintió un inútil por no haber hecho nada mas que solo quedarse ahí parado como estatua, además de que se había prometido hace nada ayudar a su mejor amigo ante esas situaciones, así que con el pretexto de ir a dejar los deberes faltantes del colegio fue al clan Namikaze.


— Lamento que no puedas ver a Naruto, Sasuke — fue el recibimiento que le dio Minato Namikaze, el padre de su amigo — pero ese supresor que le pusieron era el de emergencia, así que estará inconsciente un par de horas más — soltó un suspiro el líder dedicándole una tenue sonrisa al menor — y no es que no quiera que te quedes a cuidarlo y ver que despierte, pero creo que se dejo llevar por su instinto ya que esta a nada de entrar en celo, así que es mejor que te retires Sasuke.


Uchiha vio el gesto apenado en el rostro del amigo de su padre, así que sin poder decir nada, ya que parecía que el señor Minato le podía leer la mente, solo dio una pequeña reverencia con la promesa de volver cuando Naruto estuviera disponible para recibir visitas.


Lo que Sasuke no esperó al llegar a su casa fue empezar a sentir los primeros síntomas de su primer celo.


 


 


 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!


Espero que en verdad les haya gustado :D


Nos vemos en el próximo capítulo ♥


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