Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

128. Huyendo de la Navidad (21) por dayanstyle

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La única forma en que Jae Han conseguiría que estos dos se apareasen con él, era que pusiera en marcha las cosas. Así que después de haber revisado el bosque y entrado a la casa por la puerta de atrás, no se puso nada de ropa.

Había alardeado de su cuerpo, frente a Han Gyeom y Hwi Chan, esperando que uno de sus compañeros mordiera el anzuelo. No llevaba en la cocina ni un minuto, cuando Hwi Chan entró, mirando a todos lados menos a él.

—¿Quieres tomar algo caliente? —Llenó la tetera, pero no encendió el quemador. En su lugar, cruzó la cocina y atrapó a Hwi Chan contra la mesa de madera.

 

La respiración de este se volvió superficial, mientras lo miraba. Tenía los ojos marrones más bonitos que había visto en su vida. De cerca, había motas verdes en ellos.

 

—Yo-yo acabo de venir aquí a... a… —Los ojos de Hwi Chan bajaron hacia su pecho. —Chico, eres peludo.

Se rió. Tenía bastantes pelos en el pecho –aunque su trasero no era peludo como Jeno siempre decía.

Tomó la mano de Hwi Chan y la apoyó contra su corazón. —¿Te gustan los pechos con vello?

Los dedos de Hwi Chan tiraron suavemente de los pelos, mientras se lamía los labios. —No lo sé. Nunca he estado con un hombre peludo.

Su polla estaba dura como una roca. Molió su vara contra Hwi Chan. 

—Tengo otros pelos, con los que puedes jugar.

Un rubor se apoderó de las mejillas de Hwi Chan, mientras apartaba sus manos. Se apoyó contra la mesa, y alzó los ojos, hasta que estuvo mirando sus labios. Incapaz de resistir por más tiempo, ahuecó la cara de Hwi Chan y acercó sus labios, capturando la boca de su compañero, mientras deslizaba su mano entre el estómago de Hwi Chan y su pretina, curvando los dedos alrededor de la dura erección del hombre.

Hwi Chan gimió en su boca y él se comió el sonido, aunque vio por el rabillo del ojo que Han Gyeom había asomado su cabeza en la esquina.

Su compañero humano sería más difícil de atrapar. Han Gyeom todavía tenía miedo del mundo sobrenatural, todavía estaba tratando de procesar lo que había aprendido. Pero al menos estaba interesado. Había visto cómo Han Gyeom se había comido con los ojos su cuerpo, y eso le dio la esperanza de que no tendría que esperar mucho, antes de poder reclamarlo.

Levantó a Hwi Chan y lo sentó sobre la mesa, sacándole la camisa por la cabeza. Cuando su beso se rompió, mordisqueó su camino por la garganta de Hwi Chan, luego por su pecho, chupando y mordiendo suavemente un pezón marrón.

Hwi Chan gimió aún más fuerte, sus manos aferrándose al borde de la mesa. Mientras le chupaba las duras protuberancias, desataba los zapatos de Hwi Chan y los arrojaba a un lado.

 

Han Gyeom aún seguía mirando, aunque no había entrado completamente en la cocina.

Todavía.

 

Después de quitar los zapatos y calcetines a Hwi Chan, alcanzó los botones de sus jeans. Deliberadamente miró a Han Gyeom, mirando a los ojos al humano mientras deslizaba los pantalones de Hwi Chan por sus muslos. Su polla saltó libre. Todavía mirando a Han Gyeom, se puso de rodillas y tomó la polla dura en su boca, haciendo que Hwi Chan gritara de placer.

Han Gyeom dio un paso dentro de la cocina, con sus ojos dilatados, y sus labios entreabiertos, mientras miraba.

Le hizo señas con el dedo, para que se acercara.

Han Gyeom negó con la cabeza.

Sonrió con la polla de Hwi Chan en su boca. Regresó su atención de nuevo a este, y presionando su mano contra el pecho del impala, hizo que se tumbara de espaldas. Humedeció un dedo y lo introdujo dentro del estrecho agujero de su compañero.

Hwi Chan enloqueció, retorciéndose sobre la mesa, mientras le agarraba del cabello, gimoteando de placer. Plantó los pies contra la madera, y luego comenzó a joderle la boca.

Con un gruñido, presionó un brazo sobre la cintura de Hwi Chan, fijándole en el lugar, mientras tomaba la polla de su pareja hasta el fondo de su garganta, usando los músculos de la garganta para exprimir la vara de Hwi Chan.

Silenciosamente, Han Gyeom se acercó.

Había dicho que le daría tiempo al humano para adaptarse, y lo haría. Si todo lo que Han Gyeom quería hacer ahora era mirar, eso estaba bien para él. Pero le daría un infierno de espectáculo, no sólo trayendo placer a Hwi Chan, sino también mostrando a Han Gyeom lo que se estaba perdiendo.

Dejó a Hwi Chan gimoteando sobre la mesa, mientras cruzaba la cocina y agarraba un poco de aceite de coco. No quería dejar a su compañero demasiado tiempo, para ir a buscar el lubricante de su habitación.

Cuando regresó a la mesa, se lubricó los dedos, y luego introdujo dos en su interior antes de tomar la polla de Hwi Chan en su boca.

 

—¡Oh, mierda! —Hwi Chan sacudía la cabeza de un lado a otro, golpeando la mesa con sus manos, mientras lamía la polla de su compañero. Le encantaba lo receptivo que era Hwi Chan a su toque, amaba que se desmoronara cuando lo chupaba.

Hwi Chan gritó, impulsando las caderas hacia arriba, mientras se venía en su garganta. Bebió hasta la última gota, y luego retrocedió, pero mantuvo sus dedos profundamente dentro del culo de Hwi Chan, añadiendo un tercero, mientras se levantaba, besando su camino de regreso al pecho de Hwi Chan.

Han Gyeom se había acercado lo suficiente, como para que agarrara la muñeca del hombre. Han Gyeom abrió enormemente los ojos, mientras tiraba de su mano para liberarla. Todo lo que hizo fue atraer a Han Gyeom para darle un beso, dejándolo probar el semen de Hwi Chan en su lengua.

Cuando Han Gyeom dio un paso atrás, parecía estar a punto de desmayarse. Su rostro estaba tan rojo, que parecía que debería haber empezado a arder. Le guiñó un ojo, antes de liberar sus dedos y alinear su polla. Hwi Chan inspiró profundamente, mirándolo primero a él, luego volviendo su mirada hacia Han Gyeom. Hwi Chan miró a su compañero humano, con una combinación de miedo y hambre.

 

Han Gyeom no dijo una palabra, mientras él se introducía profundamente en el culo de Hwi Chan. Dios, el maldito calor estaba a punto de volverlo loco. Apretó la mandíbula mientras jadeaba, intentando mantenerse en control, forzándose a no venirse muy rápido. Pero era difícil no hacerlo, cuando el cuerpo de Hwi Chan envolvía su polla tan perfectamente.

Dejó de empujar, dándose un momento para calmarse, mientras su polla latía fuertemente en el culo de Hwi Chan. Volvió la cabeza, arrasando con su mirada a Han Gyeom. 

—¿No tienes demasiada ropa encima?

Han Gyeom abrió la boca, pero todo lo que salió fue una especie de chirrido.

—¿Han Gyeom?—Hwi Chan parecía que apenas podía sostener un pensamiento coherente. Sus ojos estaban tan dilatados, como los de Han Gyeom.

—Necesito un poco de aire. —Han Gyeom salió de la cocina.

—¡No salgas! —Gritó, enojado consigo mismo por presionar a Han Gyeom, cuando el hombre no estaba listo para ser empujado.

 

—Debería ir tras él. —Hwi Chan trató de levantarse, pero lo inmovilizó. —No hasta que terminemos esto, gatito. Mi polla está enterrada en tu culo, y nada en el infierno podrá sacarme de él, hasta que te reclame. —Agarró las piernas de Hwi Chan y las puso sobre sus hombros. —Hablaremos con él, en un minuto.

Hwi Chan miró hacia la entrada de la cocina. Lo embistió duro y profundo, haciendo que Hwi Chan girara la cabeza hacia él, mientras sus párpados se cerraban ante el intenso placer.

Hwi Chan gimió, pataleando ligeramente, mientras sus dedos se aferraban al borde de la mesa. Levantó su culo, ayudándolo a ir más profundamente.

Una chispa de electricidad, le recorrió su espina dorsal. Se dejó caer sobre sus manos, cerniéndose sobre Hwi Chan, mientras sus caninos surgían. Los ojos de este se agrandaron, y luego comenzó a arder en deseo. Envolvió su mano alrededor de su propia polla, acariciándose, mientras mordía a Hwi Chan en el hombro.

 

—¡Joder! —Hwi Chan se revolvió debajo suyo, su agujero apretándole la polla. La presión fue demasiado. Mientras el agujero de Hwi Chan palpitaba con su liberación, entró en erupción dentro de este, bañando el canal de su compañero con su semilla.

Su conexión se hizo más profunda, encajando en su lugar, cuando liberó sus caninos, luego llevó a Hwi Chan a sus brazos. Los dos eran un desastre sudoroso.

Liberó a Hwi Chan y ayudó a su compañero a incorporarse. Le dio a Hwi Chan un beso rápido. —Mío.

 

Mientras Hwi Chan se duchaba, pensó en Han Gyeom. ¿Por qué se sentía tan culpable? Jae Han era su compañero, y no debería sentirse como si acabara de engañar a Han Gyeom, pero la mirada que vio en los ojos de este cuando huyó de la cocina, lo carcomía.

 

¿Por qué no podía nada en su loca vida salir bien? Desde el momento en que puso sus ojos en Han Gyeom, cayó enamorado. Algunas personas no creían en el amor a primera vista, pero él sí, y moriría si Han Gyeom lo rechazaba, porque se había apareado con Jae Han.

 

Cerro el agua y salió, secándose, antes de buscar algo de ropa en su bolsa y vestirse. El vapor del cuarto de baño lo siguió cuando salió. Se preguntó dónde estarían Jae Han y Han Gyeom.

Bones caminaba por el pasillo, meneando la cola, mientras Wiggles lo seguía. Con una sonrisa, se inclinó y acarició al gato antes de dar unas palmaditas a Bones en su cabeza. —Me alegra que sus vidas sean tan tranquilas. Ojalá lo fuera la mía.

Los animales lo siguieron, mientras se dirigía a la sala de estar. No había nadie allí. Fue a la cocina y se encontró a Han Gyeom en el mostrador, cortando zanahorias en una tabla de cortar.

A su compañero siempre le gustaba cocinar, especialmente cuando algo lo molestaba, y por la forma en que estaba usando ese cuchillo, estaba definitivamente molesto. Lo empuñaba como si las zanahorias hubieran asesinado a su familia. La cuchilla caía tan rápido, que le preocupó que Han Gyeom perdiera un dedo o dos.

 

—¿Estás enojado? —Se acercó con paso vacilante. Nunca era bueno acercarse a una persona enfadada cuando ésta sostenía un objeto cortante.

El cuchillo se detuvo, cuando Han Gyeom se volvió para mirarlo. 

—¿Enojado? No.

Pero Han Gyeom todavía estaba molesto. Lo podía ver en sus ojos verdes. No iba a disculparse por aparearse con Jae Han, pero quería ver a Han Gyeom feliz otra vez, como lo había estado cuando estuvieron paseando por la calle y mirando todas las decoraciones navideñas.

—Háblame, Han Gyeom.

Con un suspiro, este dejó el cuchillo. Sabía que Han Gyeom nunca lo lastimaría, pero se sintió aliviado al ver que su compañero ahora estaba desarmado. —Sólo estoy abrumado.

Lanzó sus brazos y abrazó a Han Gyeom. —Nada ha cambiado entre nosotros. ¿Lo sabes, verdad?

—Todo ha cambiado —dijo Han Gyeom. —No eres quien pensaba que eras, y ahora Jae Han está en la foto, y mi cabeza debería haber explotado cuando descubrí que los vampiros y los demonios existían de verdad. Lo estoy intentando, Hwi Chan. En serio.

 

—Sabes que te quiero.

Han Gyeom le apoyó la frente en el hombro. 

—Lo sé, y ahí está el problema. —Se inclinó hacia atrás y lo miró a los ojos. —Debería estar listo para tomar este cuchillo y cortar la polla de Jae Han, por tocarte.

—¿Pero? —Su corazón se aceleró y estuvo tentado de esconder el cuchillo de Han Gyeom.

Su compañero se sonrojó y apartó los ojos. —Pero estaba encendido, y en lugar de participar, me acobardé y salí corriendo.

Se rió. —¿Crees que yo no estaba asustado? Jae Han es como un gigante que quería conquistarme. Estaba aterrorizado, pero es nuestro compañero, y sabía que nunca me lastimaría.

Han Gyeom lo miró por un segundo.

 

 

Presionó sus labios en el oído de Han Gyeom. —Pero tengo que decirte, que esa gruesa polla sacudió mi mundo. Tienes que probarlo.

Estaba tratando de aliviar la ansiedad de Han Gyeom. No le gustaba ver a su compañero tan molesto.

—¿Mejor que cuando te jodo?

Rodó los ojos. —No te atrevas a ir allí. Sabes que me envías al cielo, cada vez que me jodes.

Maldita sea, su plan era contraproducente. Lo último que quería, era que Han Gyeom se sintiera celoso. Llevó sus manos al culo de este. 

—Y la sola idea de pensar en ti jodiéndome, me tiene caliente.

Han Gyeom juguetonamente, lo alejó. 

—Sabía que eras el ser más libidinoso, sobre la faz de la tierra.

Se encogió de hombros. —No puedo evitar, que me encante tener una buena polla en mi culo.

 

Han Gyeom se echó a reír, haciendo que se sintiera mejor. 

—Creo que morirías como un hombre feliz, si encontraras dos compañeros más.

 

Frunció el ceño. No le gustaba lo que Han Gyeom estaba insinuando. Le gustaba el sexo, pero no se necesitaba una horda de hombres para satisfacerlo. Ya estaba teniendo suficientes problemas con Han Gyeom y Jae Han. —¿Crees que no eres suficiente para mí?

Han Gyeom dejó de reír. Sus cejas se hundieron, mientras lentamente negaba con la cabeza. 

—No dije eso, pero a veces es difícil seguir tu ritmo. —Han Gyeom se mordió el labio inferior. —No me importa tener un poco de ayuda, para complacerte.

—¿Crees que no me complaces? —No estaba seguro de cómo tomar esta conversación. Sabía que Han Gyeom estaba bromeando, pero no le gustaba la idea de que pensara que no era suficiente para él.

Han Gyeom entrecerró los ojos. —Estás tergiversando mis palabras.

—No lo estoy haciendo—alegó, apoyando su mano en el mostrador, mientras se obligaba a no gritar. Mantuvo un brazo en la cintura de Han Gyeom. 

 

—Las tomo como lo que parecen. Haces que suene, como si fuera una especie de ninfómano que no puede estar satisfecho.

—¡Estaba intentando decirte, que estaba bien con que Jae Han te joda! —Han Gyeom se apartó de su brazo y se fue enojado, hacia la puerta de la cocina.

—¿Estamos teniendo nuestra primera pelea? —No había tenido la intención de decir esas palabras, pero su enojo aumentaba, cuanto más pensaba en lo que Han Gyeom había dicho.

Han Gyeom se giró, furioso llevó las manos a las caderas, y fulminó con los ojos. —Sí, la estamos teniendo. Así que te daré el tratamiento silencioso, hasta que saques la cabeza de tu trasero.

—No es un tratamiento silencioso, si aún estás hablando— discutió.

—Bien, desde este momento, no estoy diciendo una palabra— Han Gyeom salió airadamente de la cocina, dejándolo echando humo.

 

¿Se había equivocado por enojarse? No lo creía. Han Gyeom no había tratado de buscar una pelea, pero sus palabras lo habían herido. Han Gyeom había sido suficiente para él, y ahora que Jae Han estaba en la imagen, el miedo de que Han Gyeom lo dejara, se lo estaba haciendo pasar mal.

 

Por el amor de Dios, había tenido sexo con otro hombre, justo en frente de Han Gyeom. No era así como había querido que fueran las cosas, pero no podía evitar el hecho de que Jae Han lo había querido y él había cedido a esa necesidad. Su impala había querido ser reclamado, y estar tan cerca de la pantera, había derretido cualquier resistencia que pudiera haber tenido.

Jae Han entró por la puerta de atrás, con los brazos llenos de leña. Usó su hombro para cerrar la puerta, cuando un frio helado azotó la habitación. Frunció el ceño cuando lo vio. —¿Algo va mal?

—Todo está mal—Salió furioso de la cocina. Cuando vio a Han Gyeom sentado en el sofá, con los brazos cruzados, se dirigió al pasillo, y fue a la habitación de Jae Han.

 

 

Así no era como planeó que fuera su noche, pero si Han Gyeom quería ser terco, también él lo podía ser.

 

Han Gyeom estaba tan enojado, que sintió las lágrimas picando en sus ojos. ¿Cómo podía su conversación haber ido tan horriblemente mal? Hwi Chan había distorsionado sus palabras, haciendo parecer que lo estaba llamando puta.

Se giró, cuando Jae Han entró en la sala, colocando la madera junto a la estufa de leña. Este se quitó la chaqueta y la colgó junto a la entrada, luego se quitó las botas. 

—¿Te importaría decirme qué es lo que pasa contigo y con Hwi Chan?

—¿Por qué, para que también puedas tergiversar mis palabras? — Sabía que sonaba como un mocoso, pero estaba enojado porque Hwi Chan hubiera sacado esa mierda con él.                                                

Jae Han se dejó caer en el sofá junto a él. Se sentaron tan cerca, que sus muslos se rozaron. —Cuéntamelo.

—Necesito llamar a mi madre.

Jae Han le puso una mano sobre la pierna, cuando intentó levantarse. —A pesar de que me gusta la relación que tienes con ella, me gustaría que me hablaras de tus problemas.

Miró hacia el pasillo, antes de ceder y contarle a Jae Han sobre la discusión. —Sólo estaba tratando de aligerar el estado de ánimo entre nosotros. Juro que no lo estaba llamando puta o insinuando que no éramos suficientes para él.

Ahora que había repetido la conversación, hizo una mueca. Lástima que no pudiera retirar lo que dijo, o de algún modo hacer retroceder el reloj y comenzar de nuevo. Pero no podía, y odiaba la tensión entre él y su amante... compañero... lo que fuera.

Jae Han se frotó la barba con una mano, una barba que no le importaría que raspara contra su piel mientras– apartó de golpe esas ideas. 

 

Ahora no era el momento para esas imágenes traviesas. No cuando había tenido su oportunidad y lo había arruinado, al salir huyendo.

—Me parece que ambos tienen miedo de lastimar los sentimientos del otro—dijo Jae Han. Estiró sus largas piernas frente a él, entrelazando los dedos sobre su estómago. —No estás seguro de cómo te sientes sobre todo esto, y Hwi Chan está lleno de culpa por lo que hizo conmigo, porque, y sólo estoy suponiendo, huiste de la cocina.

Odió sentir que su rostro, ardía de vergüenza. 

—Yo-yo sólo no estaba listo.

Jae Han le puso una mano sobre la espalda, el toque desatando toda una multitud de emociones. —Está bien. No hay presión. Pero no me gusta ver a mis compañeros discutiendo. No cuando esto es nuevo para todos nosotros.

 

—Entonces, ¿estás diciendo que podemos discutir en el futuro? — Una vez más usaba las bromas, como una forma de aliviar sus ansiedades.

 

—Siempre y cuando los dos estén desnudos—Jae Han le guiñó un ojo. Rodó los ojos. —Veo que Hwi Chan no es el único lujurioso.

Jae Han se rió. —Simplemente, no he estado dentro de tu culo, y el pensamiento me tiene a toda máquina.

Sus ojos se posaron en la entrepierna de Jae Han, antes de apartarlos.

—Eres adorable, cuando te sonrojas.

—Es sólo que, me gusta conocer a alguien, antes de tener relaciones sexuales —dijo, ignorando el comentario de Jae Han. Lo último que quería, era ser visto como adorable. —Hwi Chan y yo salimos tres semanas, antes de tener sexo.

Jae Han gimió. —¿Tengo que esperar semanas, antes de poder joderte?

—Bueno... yo... por favor, deja de hacerme sonrojar. —Se alejó aún más, y Jae Han no lo detuvo. —Si aún no lo has adivinado, soy tímido cuando se trata de conocer gente nueva.

 

—Eres tímido, cuando se trata de sexo —, dijo Jae Han. —Y pienso que eso es caliente, como el infierno.

Giró la cabeza. —¿En serio?

Hubo algunos tipos que pasaron de él, después de la segunda o tercera cita cuando no quiso hacerlo. Eso no lo había molestado. Simplemente, lo vio como una forma de deshacerse de los indeseables.

Hasta que conoció a Hwi Chan. En verdad, este se le había insinuado, desde la misma noche que se conocieron. Y no se había rendido, hasta que finalmente cedió. Normalmente, habría pateado a alguien como Hwi Chan por ser tan insistente, pero había algo sobre el chico que lo había atraído.

Y ahora sabía qué era ese algo. Eran compañeros. Y a pesar de que le decía a Jae Han que tenían que llegar a conocerse primero, estaba tan atraído por la pantera, como lo había estado por Hwi Chan.

 

Eso hacía que Jae Han fuera condenadamente difícil de resistir.

Jae Han lo arrastro hacia él, convenciéndolo para que se acurrucara a su lado. —Sí, creo que tu timidez es excitante, pero como dije, no hay presión. Sólo tendré que joder a Hwi Chan hasta dejarlo sin sentido, hasta que pueda tener a los dos. —Le dio un beso en la sien. —Y eso no es algo malo. Nunca he estado en un culo tan apretado como el de Hwi Chan.

 

—Lo estás haciendo de nuevo.

Jae Han se rió. —No estoy tratando de avergonzarte, aunque me encanta la forma en que te sonrojas.

Mientras más hablaba con Jae Han, más le gustaba. Tal vez estar acoplado con él no sería tan malo. Pero primero, tenía que poner fin a la tontería que había puesto una brecha entre él y Hwi Chan.

 

continuará..


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).