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Gamma por Verde Lima

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Oven


Como pude ayer me escabullí del grupo de Slate, no os voy a mentir, a mi me gusta el sexo como a cualquier otro. Pero estoy harto de esos betas.

 

Y aunque sé que Slate me ha estado buscando, no tenía la noche para gilipolleces, bastante mierda he tragado con el enlace de los huevos.
Por eso he pasado la noche en el barracón de mi abuela, y me he levantado más tarde de lo habitual.

El reguero de excesos es como el paseo de la vergüenza de hombres y mujeres tirados de cualquier manera dormitando la borrachera.

Salto por varios cuerpos más desnudos de lo que me gustaría ver, y llego hasta la cocina.

Alguien tendrá que ir preparando el desayuno de toda esa panda de cerdos, ¿no?

Me sorprende ver a Mop ya allí. Cuando el grupo de Slate aparece, no suelo ver a Mop hasta que ya es indispensable su presencia.

¿Os he dicho ya que mi amigo es un completo imbécil? ¿No? Pues ya os lo voy diciendo.

Su pelo está todo despeinado, lo tiene de un encrespado tirando al rojizo que nace como un nido de pájaros para todos lados.

Sus orejas son su signo más característicos, demasiado grandes, y sus ojos demasiado pequeños.

Pero siempre brillan llenos de alegría y esperanza, imbécil, como os decía. Pero hoy no brillan una mierda, y ya me estoy enfadando con esos betas de mierda.

—¿Qué te ha hecho ahora?—le pregunto mientras me tiende un delantal.

—Nada—pero no me mira, y Mop es incapaz de esconder nada.

—¿Dónde hemos puesto el laxante?—le pregunto con toda la intención, ahora sí que me mira.

—Ni se te ocurra—me advierte, pero su cara es muy triste.

Mi mejor amigo está enamorado, lleva años así, y ya he pasado por todas las fases con él.

Insultos, hombro sobre el que llorar, más insultos, patada en el culo, laxantes para Chip, más insultos.

Pero con Mop no sirve nada, sino él no sería mi amigo, porque tampoco os he contado que a todos los gamma les caigo fatal, vete a saber por qué.

Pero Mop es como una puta llama encantada que nunca, nunca se apaga, y ese imbécil de Chip está consumiéndola.

 


El grupo de Slate está formado por betas del más bajo nivel, pero betas al fin y al cabo. Slate es el mayor, pero Chip tiene nuestra misma edad, y Mop lleva enamorado de él desde … bueno, desde siempre.

Y Chip lo sabe, y se aprovecha de él. Y yo ya me estoy calentado, ¿dónde mierda están los laxantes cuando se los necesitan?

He tenido la misma conversación con Mop tantas veces que parece un puñetero monólogo.

—Cuando estamos a solas él no es así—volvió a defenderle.

—Cuando estáis a sola me vale una puta mierda, Mop.—Me jode repetirme tanto, pero es la verdad.

Chip no es el peor beta con el que me he topado, tengo que reconocerlo, pero Mop no se da cuenta que lo que nos contaron sobre la unión de betas y gamma es pura basura.

Una historia que les contaron a nuestras abuelas y a las abuelas de nuestras abuelas, la historia del modo de salir del fango. De la mano de otra clase, en nuestro caso, de los betas.

—¿Cuántos gamma conoces que vivan con betas, que se unan y formen una familia, Mop, cuántos?

Él no contesta porque sabe la respuesta, ninguno.

Alfas y omegas, betas con betas, a veces alfas con betas, pero nunca, nunca, ninguno de ellos con gammas.

Es así, y siempre será así, hasta yo lo sé.

Mop vuelve a pelar las verduras con las que vamos a cocinar, pero no quiero verle triste, es un estúpido pero es mi estúpido.

—Fóllatelo, déjale seco, disfrútalo, porque es lo único que no han podido quitarnos y olvídate del resto.—Como mensaje esperanzador no es que sea muy bueno, pero oye yo doy hasta donde puedo, y no doy para más.

—Slate no paró de preguntar por ti—me dice queriendo olvidarse de Chip cambiando de tema.

—Me la pela—contesté cortando cebollas y llorando. Un cuadro, vamos.

—Le gustas, yo creo que él sí te sacaría de aquí si fueras menos arisco.—Me señaló con su cuchillo Mop.

Resoplé sorbiendo los mocos.

—A Slate se le pone dura conmigo porque soy arisco, que pareces nuevo, amigo.

—Lo que sea, yo creo que si alguno de nosotros pudiera salir de aquí, serías tú—contestó sonriendo, si cuando digo que es tonto, es porque sé que sería inmensamente feliz si yo tuviera una vida mejor, aunque le dejara atrás.

—No quiero que me meta en su casa y hacer esto mismo solo para él.

—A mí me encantaría—contestó suspirando Mop, que se veía sirviéndole el desayuno a Chip todas las mañanas y haciéndole mamadas por las noches.

Pero nuestra pequeña conversación se interrumpió con un grupo de gammas que se veían radiantes y apestosos después de una larga noche de pasión.

Hora de trabajar de verdad.

 

 

 

 


Chip

Estoy volviendo a los cuartos que comparto con mis amigos, pero reconozco que lo alargo todo lo que puedo, estoy harto de olerle los pies, de sus pedos y sus guarradas. Deseo independizarse y tener mi propio sitio, pero para eso necesito una pareja, y de momento no hay nadie.

El rostro sonriente y poco agraciado de Mop me viene a la mente, ese pequeño gamma que siempre me recibe con las piernas abiertas.

Me gusta estar con él, de verdad que me gusta, incluso puedo pasar por alto ese olor tan fuerte, porque es realmente dulce y complaciente.


Pero la idea de formar algo con él es imposible, sería como cavar mi propia tumba social y en mi idea de medrar y ascender de categoría con los betas más cercanos al líder, meter a un gamma en mi casa solo sería un enorme error.

Pero tampoco me gusta tratarle mal, y lo que he dicho delante de los demás ha sido realmente cruel.


Rake no paraba de mirarme mal, de insistirme y reírse de mí. Ese desgraciado siempre ha tenido algo contra mí. Y sabía por donde atacarme.

—En serio, Chip, con todos los putos gammas que hay tienes que ir a follarte a ese—lo dijo bien alto, para que todos se enteraran, sobre todo Mop.—Es la cosa más fea que he visto en mi puta vida.

Sus amigos se rieron como hienas, Slate se había marchado con una gamma cualquiera, y al final era el único que le paraba los pies a Rake y los suyos.

No tenía que haberlo hecho, lo sé, pero caí en su provocación.

—¿A caso crees que le miro la cara cuando le meto la polla?

No me hace falta ver su cara, veo la del resto de gammas que miran al suelo.

—Seguro que le agarras de esas enormes orejas para que no se te escape—se ríe Rake con codicia, pero yo me he ido de allí evitando mirarle a esos ojitos pequeños, he decidido que no voy a volver a verle, que no voy a volver a caer entre sus piernas.

Es lo mejor para él y es lo mejor para mí, sobre todo para mí.

El olor a pies es asqueroso, tengo que buscarme una pareja ya, estoy harto de vivir con estos cerdos.

 

 

Hammer


El día siguiente a un enlace siempre es el más peligroso, nuestros enemigos saben que nuestro líder ha encontrado a su omega. Y todos sabemos que la manada celebrando no tenemos medidas.

Por eso como primer alfa de los Primeros, la guardia principal de la manada, me toca controlar que todos estén bien, que las guardias sean sustituidas y que no haya ningún problema.

Cuando nuestro pueblo duerme, yo me encargo de que esté seguro. Y lo cumplo con todo el orgullo del mundo.

Por eso no espero menos de los míos, y cuando encuentro a uno de los guardias dormidos con una botella tirada en el suelo, el golpe en su rostro será algo que nunca va a olvidar, de eso estoy seguro.

Es uno de los alfas más jóvenes, pero ahora los necesitamos a todos y esto es inadmisible.

—¡Levántate ahora mismo!—le grito a dos milímetros de su rostro, soltando toda la rabia y mis fuertes feromonas. Nunca y os aseguro que nunca, ese alfa va a volver a dormirse durante una guardia. Solo existe un único aviso, el siguiente fallo se paga con la expulsión de la manada.

Puedo olerle, su peste a alfa enfadado, pero ni se le ocurre decirme absolutamente nada. Agacha su cabeza, muestra su cuello y tiene turno doble durante el próximo mes.

Somos alfas, y la seguridad de la manada es nuestra única preocupación. Ningún alfa perezoso estará bajo mi mando, ni ahora ni nunca.

Axe y Saw están a mi lado, el segundo y la tercera de los Primeros, y mis mejores amigos.

—Creo que se ha cagado en los pantalones—dice Saw con cierto desprecio.

Es la alfa más dura que he conocido en mi vida, nuestras hembras alfa no se distinguen en exceso de los machos, grandes y fuertes, y diez veces más fieras. Ese imbécil tiene suerte de que le haya visto yo, sino, ahora no tendría guardia que hacer sino que estaría en la enfermería al menos por una semana.

Axe menea la cabeza, yo soy el que dirige cuando Dagger, nuestro líder, no puede hacerlo, pero la mesura la aporta Axe, y Saw siempre será la ejecutora.

Trabajamos bien juntos, y después de una buena ronda nos hemos ganado una gran taza de café.

El comedor está desértico, y sin rastro del desayuno, Saw parece realmente enfadada, y si entra en las cocinas seguro que alguno de los gamma puede sufrir un infarto, son seres excesivamente débiles e impresionables. Pero todos necesitamos un buen café o las cosas se pondrán mucho más complicadas.

Sé que van a asustarse igualmente, pero no hay ningún beta en el comedor y entro lo más suavemente que puedo.

Pocas veces he estado en las cocinas de nuestra manada, realmente no tengo ni idea de qué es lo que hacen allí, pero lo que sale suele ser delicioso.

—Buenos días, necesitamos tres tazas de café y algo contundente para comer.—Mi voz suena como un trueno en mitad de todo el jaleo de cacharros y gammas correteando sonrientes.

El olor de la comida no es capaz de camuflar toda esa mezcla de olores fuertes, muchos realmente desagradables para mi olfato fuertemente desarrollado. Por eso cuando se giran a mirarme el rostro que ven no solo es duro, sino que mi mueca de desagrado les asusta hasta la médula.

¿Acabo de oír un llanto? No tengo nada en contra de estas criaturas, pero joder, ¿se les podría hablar alguna vez sin que montaran un drama?

Ahora más que nunca necesito un café, doble, extra fuerte.

Pero allí nadie se mueve, en serio, no estoy para reanimar gammas superados por la presencia de un alfa.

—Tú, tráenos el café—le digo a uno que por lo menos no parece asustado, parece más bien enfadado, como un enanito gruñón de pelo negro y morro levantado. Son jodidamente pequeños. ¿Por qué son tan jodidamente pequeños?

 

Y como para que puedan volver a la vida salgo de la cocina. Siento el alivio al momento, el comedor está despejado y limpio y aunque se prevé un día caluroso de agosto la mañana sigue siendo fresca.

Pero no sé realmente si estoy mejor allí afuera, Axe y Saw están discutiendo, o más bien, Saw está a punto de romperle la cara a Axe.

No, el día siguiente a una unión no es el mejor día para una manada, y mucho menos para la guardia principal.

Notas finales:

Buenas, otro capítulo más y van apareciendo personajes.  ¿Vamos bien, los identificamos a todos?


Como veis los nombres van  a ser un poco peculiares, en principio me ha parecido que no es necesaria una guía de personajes, pero si necesitáis aclaraciones me decís.


Espero que os vaya gustando.


Hasta la semana que viene.


Sara


 


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