Oven
Cuando despierto me duele el culo, pero obvio que me iba a doler el culo, me han metido el equivalente a un ariete alfa por él.
Me duele y estoy pringoso, ¿cuánto semen tiene un alfa en sus pelotas? Eso no es normal, eso es de un bizarrismo aberrante. Pero me ha gustado, la sensación aunque incómoda me ha gustado y no pienso reconocerlo en mi puta vida.
No hay alfa a la vista, el muy cabrón me ha follado como un bestia y me ha dejado medio roto en su cama.
Pero en el fondo es mejor, no quiero verle esa cara de macho follador nunca más, mi culo tampoco, o eso dice por ahora, que nos conocemos, culito.
Me limpio con sus sábanas, total ya están hechas una mierda. Busco mi ropa, que ese animal no me las haya roto, por favor.
Pero no, no están rotas, me las pongo como puedo. A ver cómo salgo yo ahora de aquí, porque elegantemente es imposible.
Pero cuando llego a la puerta de la habitación esta se abre, y la mole rubia de músculo y semen aparece con comida.
Si me hubiera caído al suelo, el culo se me terminaba de romper del todo, pero no me caigo porque míster polla me sostiene con uno de sus brazos.
—No, de aquí no te vas —me gruñe.
Este tipo no sabe hablar como las personas normales, ¿todo tiene que decirlo con ese tono?
—No, yo me voy —le reto, porque mira, es que no aprecio mi existencia, básicamente.
La puerta se cierra, el alfa me levanta los pies del suelo y me devuelve a la cama. Todo muy civilizado.
Lo único bueno, es que me da de comer.
Pero yo sé que quiere cebarme como a un cerdo para luego comerme mejor, y la puñetera idea me tienta, me tienta.
—¿Qué hora es? —le pregunto con la boca llena.
Pero no me contesta, comemos del mismo plato, y bueno, después de la fontana de semen de antes, ya todo me parece normalísimo.
—En serio —me giro hacia él—, tengo que irme, Pot va a matarme si no termino los baños, y Pot da un miedo que te cagas cuando se enfada.
Hammer levanta su ceja como si no se creyera una mierda, no ha visto a Pot.
—¿Quién es Pot? —Al menos, tiene el detalle de tragar antes de hablar, al final la bestia es educada y todo. Al menos, más que yo.
—La jefa de cocinas, mi jefa.
—No vas a volver al baño. —Eso suena a sentencia.
—¿Entonces a dónde voy a volver?
Este tío dispone de mí como si yo fuera su muñequito, "hoy limpias caca beta, hoy limpias caca alfa, hoy te follo, y mañana ya me pienso qué hago contigo."
—No vas a ningún lado, te quedas aquí.
Esto tiene que ser una broma, o una pesadilla, una pesadilla chistosa, sí.
—Mira, entiendo que nos teníamos ganas, que ha sido un polvo brutal, pero los dos tenemos cosas que hacer —le digo, dejando las cosas en la bandeja de comida—. Yo soy un gamma y tu eres un alfa de los importantes...
¡A la mierda la bandeja y la comida en la bandeja!
Ya estoy de nuevo en la cama tirado con un alfa cachondo encima.
—Oven, te quedas aquí hasta que aclare qué es esto y cómo podemos solucionarlo, apestas a mí y no puedes ir con mi olor por todos lados, ¿te queda claro?
Ah, que no va a follarme sino a matarme y esconder mi cuerpo, genial, Diosa, genial.
—Me doy siete duchas, me refriego un poco por el barro y listo.
Es una buena solución, que me la compre, por favor.
—Te crees muy gracioso, ¿verdad?
Pero que me esté olisqueando no ayuda mucho.
—Me considero alguien que en el fondo, muy en el fondo, quiere seguir con vida —digo, tratando de respirar con tranquilidad.
—No te esfuerzas tanto como crees. —Noto sus sonrisa contra mi cuello, y vuelve a mordisquearme.
—No me muerdas más, así no se van a ir nunca —me quejo.
—Ese es el problema, que no sé si quiero que se vayan—gruñonea el alfa.
Slate
Llevo buscando a Oven desde ayer, y no lo encuentro por ningún lado, no es que sea la primera vez que se esconde de mí.
Pero por la cara de Mop, la cosa es seria de verdad, no ha vuelto a dormir a los barracones.
El celo de nuestro omega ha terminado y me temo que se ha metido con quien no debería.
Cada vez tengo más ganas de llevármelo conmigo y mantenerlo alejado de los problemas, tiene un don especial para ellos.
Sé que si le elijo a él, elijo no poder volver con los míos, elijo algo totalmente desconocido, pero la ansiedad por no encontrarle me nubla cualquier sentido.
No es que como beta de bajo nivel vaya a llegar muy alto, esos sueños del consejo se los dejo a Chip con su nueva novia beta.
Pero cada vez tengo más claro que la única persona de esta manada con la que quiero estar es con Oven, solo necesito que el muy cretino se de cuenta y me acepte de una vez, sin idioteces.
¿Pero dónde demonios se ha metido?
—Quítate ese gorro, te vas a morir de calor.— Sé que Mop no tiene la culpa de que su amigo no aparezca, pero en serio, ¿un gorro de lana con este calor?
Él solo asiente pero no se lo quita.
—Cuando le veas, por favor, dile que tengo que hablar con él.
Otro asentimiento, me gusta Oven, pero más me gusta que no sea un gamma como Mop, creo que nunca me gustaría un gamma sumiso de este tipo y que el carácter de Oven es lo que me ha hecho volverme loco por él.
Necesito encontrar a mi gamma rebelde.
Mop
Ahora sí que estoy asustado por Oven, yo creía que estaba con Slate, no ha vuelto a los barracones, pero con el celo de nuestro omega hay muchos que no vuelven hasta el amanecer.
Tengo primer turno en la cocina, pero me he escapado a donde está la abuela de Oven, tampoco ha estado con ella, y oigo a Pot realmente enfadada con él, no ha hecho su trabajo en los baños de los alfas.
¿Qué te ha pasado amigo, en qué estás metido?
—¿Qué haces fuera de la cocina, me estabas buscando? —Escucho.
Da igual el calor que me da el gorro de lana, siento el frío recorrer todo mi cuerpo.
No quiero ver a Rake nunca más, pero ahora siempre me encuentra.
Me pasa el brazo por los hombros y me besa apretándome contra la pared.
—Tenemos tiempo para uno rápido —gime contra mi boca mientras me arranca el gorro— ¡Qué cachondo me ponen tus orejas!