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Gamma por Verde Lima

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Axe

El omega a mis pies huele a miel y canela, pero sobre todo huele a miedo, un profundo miedo que le hace temblar como una hoja.

Está magullado, y sus ojos de mirada baja y huidiza están anegados de lágrimas.

Mis instintos alfas solo quieren bajar al suelo y abrazarlo, darle consuelo y protegerlo de cualquiera que le haya hecho entrar en ese estado.

Pero otra parte de mí no quiere ni acercarse a ese omega.

Aunque su pelo está sucio, y su piel dañada, es precioso, su pelo debe ser de un color parecido a la miel, igual que sus ojos, su piel es fina, pero está tan sucio y herido que da pena verlo.

No ha dicho ni una palabra desde que ha aparecido corriendo como un cervatillo, pero no podemos apartar la mirada de él. Ni siquiera yo.

Yo soy el Segundo, está a mi cargo por mi rango, y por mi rango, es mío.

Y eso es demasiado malo.

Saw está inquieta, mucho más de lo habitual.

Un omega no anda suelto por el bosque, un omega no anda suelto por ningún sitio, y a este le han herido, por lo tanto o viene de las manadas de los lagos, o viene de la horda delta.

Todas las opciones son malas.

Pero aunque ha llegado corriendo y asustado, ha sido él el que nos ha encontrado y no al revés, y eso tiene en guardia a Saw que patrulla la zona con nuestros alfas.

Está claro que ahora no me va a quedar más remedio que volver a Silver Moon, tengo que llevarlo con Dagger, tengo que ponerlo a salvo, pero lo primero que debo conseguir es que deje de temblar.

El frío en el Norte ha llegado antes, le coloco mis pieles sobre su cuerpo minúsculo, y por primera vez veo que se calma un poco.

No me gustan los omegas, pero nadie puede negar que verlo sentirse un poco mejor es agradable, verlo entre mis pieles es agradable, darle consuelo, de algún modo, es agradable.

Saw me mira, ella le mira del mismo modo, todos le miramos del mismo modo, pero cuando levanta la vista, ella y yo sabemos que yo tengo que irme, llevármelo y ella debe quedarse.

No se puede estar aliviado y a la vez deseando no alejarse de ella, ¿verdad? Pues sí, sí se puede.

 

 

 

Saw

Axe se marcha con una pequeña guardia a escoltar al omega hasta la manada.

Que se lleve al omega deja un clima extraño entre los alfas, todos tenemos una inclinación natural hacia ellos.

Pero también es liberador que se lo haya llevado, en ausencia de Dagger, de la manada; ese omega es de Axe y unos nuevos tipos de celos me quieren acosar.

Celos por él, celos por el omega.

Ha sido mejor que se marcharan, aún así ya siento su ausencia.

Ahora yo estoy al mando, y eso está bien. Pero me he acostumbrado a dormir con él, a poseerle todas las noches, y él ni siquiera ha girado su cabeza cuando se ha ido.

No me tenía por una alfa estúpida, pero sin duda es lo que soy.

Aún así no hay tiempo para sentimentalismos absurdos, ahora tenemos problemas más importantes, sé que el omega se ha escapado de la horda, pero también sé que vendrán a buscarlo, jamás dejarían escapar a un omega.

Drill me mira, la obsesión de esta alfa con Axe es casi enfermiza, pero puedo ver la dicha de verlo lejos de mí. Lo que no sabe el muy imbécil es que no lo va a tener nunca, y puede que yo tampoco.

Me reta con la mirada, y eso solo significa una cosa, en un rápido combate tengo a Drill contra el suelo, trata de resistirse, yo sé que no le gusto, incluso podría decir que siente algo parecido al odio por mí. Le muerdo el cuello, dejándole claro que él no tiene nada que hacer contra mí, le abro las piernas, y él gruñe molesto.

Podría dejarlo ahí, podría no cobrar lo que me corresponde, pero entonces Drill y los demás sabrían que soy débil; le bajo levemente los pantalones, gruñe y trata de morderme pero eleva las caderas. Es así como tiene que ser, ambos los sabemos, lo que nunca debería ser es lo que Axe y yo hemos hecho demasiadas veces desde que salimos de la manada.

Cuando terminamos se sube los pantalones, me muestra de nuevo su cuello y antes de que se vaya le agarro de la pechera de su ropa.

—Olvídale—le digo enseñándole los dientes—, es un consejo.

Él asiente, aunque si eso fuera así de fácil, yo también podría hacerlo.

Sola en mi tienda siento su ausencia, pero me centro en lo que nos queda por delante.

Le he pedido a Axe que nos manden refuerzos, que necesitamos más alfas, no me queda la más mínima duda de que vamos a encontrarlos o de que ellos nos encontrarán a nosotros.

Si un omega lo ha hecho, es que estamos mucho más desprotegidos de los que habíamos pensado.

 

 

 

Honey

Se llama Axe, y huele a lluvia. De donde yo vengo nunca había olido algo tan agradable, los olores fuertes me marean, y por primera vez en mi vida he encontrado un olor que me produce calma.

Me arrebujo en las pieles que me ha dado, no recuerdo no haber tenido frío desde hace mucho tiempo. Huele a él y por primera vez me siento bien, cálido y seguro, pero me resisto a la sensación, no me fío de ellos, no me fío de nadie.

Ha dicho que me a va a llevar a su manada, que me llevará ante su líder.

Y tengo miedo, mucho miedo, pero lo que he dejado atrás es mucho peor.

Miro al alfa, no es como los otros, no es burdo, ni siquiera lleva el pelo largo y anudado, luce tan limpio a pesar de encontrarnos en mitad de la nada que a su lado me siento sucio.

Aparto la mirada porque él me la devuelve, y, su mirada está tan limpia que me siento extraño, creo que nadie me ha mirado nunca así.

Y por primera vez siento que he hecho lo correcto, que escapar y llegar hasta él era mi única salida.

Me da miedo lo que me voy a encontrar cuando lleguemos, pero si él está, si me puedo quedar a su lado oliendo a lluvia, nada podría ser tan malo.

 

 

Notas finales:

A ver, a ver, opiniones.

 

1. Axe y Saw

2. Axe y Honey

3. Honey y Saw

4. Todos solos y amargados

 

¡Qué me gusta un drama!

 

Nos leemos.

Besos 

Sara

 


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