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Gamma por Verde Lima

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Blue

 

Todo el día tengo sueño, es como si nunca tuviera suficiente, necesito dormir como jamás en mi vida lo he necesitado y me siento un poco inútil todo el día dormitando.

 

Dagger sonríe benevolente.

 

—Son nuestros cachorros —me dice, acariciándome el vientre inexistentemente abultado. 

 

Nunca he estado embarazado así que no lo sé, pero me recuerdo a aquel príncipe omega de los cuentos para niños que se quedaba dormido durante cientos de años por un hechizo hasta que su guerrero alfa destinado lo besaba y sacaba del letargo.

 

 

 

Mi guerrero alfa es Dagger y él me despierta con muchos besos.

 

—El sanador dice que es normal y que solo es una fase —me dice Dagger tranquilizador, pero yo solo quiero más besos.

 

—Eso espero o a este ritmo daré a luz dormido —digo sonriendo.

 

Pero inevitablemente él tiene que irse, y yo me duermo como una marmota feliz.

 

Cuando despierto veo a Oven, aunque la verdad es que le huelo antes de verle.

 

Esta limpiando, y parece casi tan cansado como yo, pero por primera vez desde que le conozco le veo sonreír, una bonita sonrisa en su rostro siempre malhumorado.

 

—Estás pensando en él —le digo sonriendo, y entonces se gira con cara de enfado, pero uno de esos que me resultan divertidos.

 

—No pienso en Hammer.

 

—Uy, sí que lo haces —me resulta tan adorable—. Se te nota mucho, se te pone cara de enamorado.

 

Él abre mucho los ojos. 

 

—Maldito bollo de leche preñado —farfulla, si Dagger escuchara el apelativo con el que me llama, posiblemente estaría muerto, pero a mí me cae bien, es fresco y divertido.

 

 

Golpeo la cama suavemente, llamándole para que se siente conmigo, él duda, sé que no es ninguno de mis amigos de Sweet Water, pero necesito establecer vínculos con alguien más allá de Dagger.

 

Acaba por acercarse y se deja caer de cualquier manera sobre la cama.

 

—Tu alfa apesta —dice con la nariz colapsada del olor de Dagger, yo sin embargo me lleno de él.

 

 

—Pareces cansado —le digo, y él mira hacia otro lado, aunque me resulta divertido es muy complicado llegar hasta él. Me recuerda a esos cangrejos que atrapábamos en la playa, ocultos dentro de una concha imposibles de sacar.

 

 

Cuando vuelvo a despertarme Oven ya ha terminado y se ha ido, estoy tan cansado de estar aquí, que aunque me cueste pienso salir.

 

No conozco lo suficiente mi nueva manada, y desconozco completamente la zona gamma, quizás un paseo hasta allí sea lo más conveniente para mí.

 

 

 

Oven

 

Es fin de semana y no he muerto, milagro, gracias Diosa benévola, a veces me miras a los ojos y te apiadas de mí.

 

También es cierto que he vuelto a acostumbrarme al ritmo alto, aunque echo muchísimo de menos las cocinas, allí me conocen y solo me habla Mop, aquí encima tengo que darle conversación al omega del líder, y es tan rematadamente cursi que me dan ganas de vomitar.

 

Yo no estaba pensando en Hammer, no estaba sonriendo pensando en él, sería solo un movimiento involuntario de mi cara. Cuando uno está cansado hace cosas raras.

 

Pero es mentira cochina, sí, estaba pensando en él. 

 

En él y en como esta mañana había recogido todas sus porquerías tiradas por cualquier lado, como se había llevado los platos que había traído para nosotros para cenar.

 

 

Hace días que no hago la tontería de volver al barracón, me voy directo a la casa de Hammer, a veces ceno en la parte de atrás de la cocina, otras me voy directo y le espero en la cama y él me trae comida.

 

Hammer está cambiando cosas, pueden parecer tonterías, pero para mí que soy quien tiene que hacer todo ese tipo de acciones son significativas.

 

Tengo que volver a decir que me está cuidando y que soy incapaz de odiarle por ello.

 

Creo que por eso la Diosa me mantiene vivo, para que me coma mis propias palabras sobre alfas insensibles que solo me quieren para follarme.

 

Que eso ha vuelto a ocurrir desde que estoy menos cansado, no sé por quién me había tomado ese alfa si pensaba, pero no pienso renunciar a nuestras sesiones de sexo, quizás no tan largas pero sí explosivas.

 

Hammer tiene una leve obsesión con lamerme el culo, parece un puto perro, pero mentiría en decir que no me vuelve loco, tanto como lamerle yo la cosa gorda esa que tiene entre las piernas.

 

 

 

Mierda, ya estoy de nuevo sonriendo como un imbécil. Me cago en mi vida, espero que nadie me haya visto.

 

Pero lo que veo yo es como bollito preñado está hablando con un grupo de gammas que están apunto de colapsar y que el cerebro les explote saliéndoles por la nariz.

 

¿Qué mierda hace este maldito omega? ¿No sabe que los gammas se mueren si alguien tan fino, elegante y poderoso les habla?

 

Somos pocos, no necesitamos muertos por estupidez supina.

 

Cuando me acerco sonríe reconociéndome, y casi se cae el muy imbécil, lo que me faltaba que le haga daño al coso abductor de energía que lleva dentro.

 

—Ey, mira donde pisas.

 

Mis congéneres me miran como si me hubiera meado en la estatua de la Diosa, porque Blue es casi tomado como su mismísima reencarnación.

 

—Oven —me saluda, tomándome del brazo como si fuéramos los mejores amigos del mundo.

 

Este omega necesita buscarse amigos de su clase, pero luego lo pienso y no sé con quién se puede relacionar bien un omega, aquí no ha habido uno nunca.

 

—Nunca he visto vuestra zona, ¿me la enseñas? —dice, todo rizos brillantes y ojos azules de cachorro.

 

No te fíes de un omega, te doblega con sus encantos.

 

Así que obviamente le hago un tour, y Blue sorprendentemente permanece todo el tiempo callado y tomado de mi brazo.

 

Lo mismo le está dando un algo cerebral, por la Diosa que no se me muera a mí, o soy gamma muerto.

 

Pero cuando me giro a verle solo está serio, muy serio.

 

Los gammas a nuestro alrededor cuando le ven se inclinan y no levantan las cabezas hasta que pasamos, todo huele fuerte, muy fuerte.

 

Cuando salimos de los barracones ambos permanecemos en silencio. Le acompaño hasta la zona alfa, deseando desentenderme de este problema.

 

Y entonces veo sus lágrimas, mierda, ¿y ahora por qué llora?

 

—Lo siento, prometo que voy a cambiar todo eso.

 

Cuando se mete en su casa aún sigue llorando y yo no entiendo a los omegas.

 

 

Pero vuelvo caminando hasta las cocinas, metido en qué le habrá hecho ponerse así, quizás el embarazo de verdad le está afectando mucho, por lo visto Rag también llora mucho.

 

Quizás es que solo es un tonto omega que llora por todo.

 

Pero la experiencia es agotadora y si ya los gammas me miran raro desde que he vuelto, imagínate ahora que soy amiguito de Blue.

 

Ahora desconfían más de mí.

 

Me cuelo en la cocina para charlar con Mop, desde que no duermo en el barracón me cuesta más verlo, ya le han llegado los rumores, aún estando allí adentro de mi paseito con Blue.

 

—Ahora tienes amigos más interesantes —me dice sonriendo con los ojitos, poco a poco parece que se está recuperando de Chip. 

 

 

—Ya te digo, amigo de la puta realeza  —digo, mientras le robo unos trozos de zanahoria para comerlos.

 

—Esa boca —me regaña, pero no muy en serio.

 

—Se ha echado a llorar en el camino de vuelta —le digo, compartiendo mi incomprensión.

 

—Eso es porque eres un insensible y seguro que le has hecho alguna de tus bromas hirientes. —Ahora sí que me reprende de verdad.

 

—Yo no le he dicho nada, de verdad.

 

—Es un omega embarazado, estará más susceptible y no eres ningún inocente— pero yo no le he dicho nada—. O quizás solo se siente solo y echa de menos a su familia y su manada.

 

Eso no lo había pensado, quizás sea cierto, si yo me fuera de aquí echaría de menos a esta gente. Miro alrededor, y pienso que no, pero luego me reconozco a mí mismo que sí, quizás no a todos, pero apreciaba a más de una persona en la manada.

 

Le robo otras pocas zanahorias después de darle un beso de despedida, me voy a la casa de Hammer antes de que todos entren a cenar.

 

Algunos gammas ya están cenando en la parte de atrás de las cocinas, la única reservada para nosotros. Aislada del resto de la manada.

 

—Es casi imposible dar contigo. —Delante de mí en la puerta está Slate. Y sé que esta vez no voy a poder eludirlo, no me va a dejar.

 

 

Así que al menos intento mantener esa conversación los más discretamente posible, pero varios gammas ya nos han visto, y a la panda de cotillas estos les va a faltar tiempo para cuchichear.

 

 

 


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