Oven
—Lo sé, abuela —digo de nuevo cabizbajo.
La verdad es que todo lo que está diciendo la abuela es cierto. Le van a matar, a este ritmo le van a matar por mí.
—La frontera ya no es segura para ti, niño —dice ella retorciendo las telas sucias que ha traído.
Yo estoy en nuestra cabaña, mierda, en la cabaña de Hammer, mientras él y el resto de Los Primeros están reunidos en casa del líder.
Ver como uno tras otro retan a Hammer, como él vence, porque qué te creías, mi alfa es el más puto fiero alfa que he visto en mi vida, pero claro, siempre vuelve con una herida nueva, cansado hasta la extenuación, y ellos son muchos.
Una mierda, lo que dice mi abuela.
Cuando ha llegado la Tercera y ha pateados culos me ha caído bien, esta alfa es de las que golpea antes de preguntar. Yo si fuera alfa sería como ella, pero no, a la mierda la Diosa, me hizo un gamma sin más recursos que mi afilada lengua. Bueno, tampoco tengo mal culo del todo.
A ver, que me desvío, la abuela está en modo trágico, y yo la entiendo, pero no voy a huir, no sin Hammer. Ya no.
—Seguro que el líder destierra antes a Hammer y me iré con él.
—¿A dónde? —pregunta la abuela.
—¿Y qué más da eso? —Yo la quiero, pero no se da cuenta de que no puedo hacer nada, nada más que estar con él.
—Yo no te críe así —dice molesta la abuela, mascando muelas, voy a contestarle que lo siento por hablarle mal, pero ella menea la cabeza—. No te críe como a un estúpido gamma que acata lo que diga la manada.
Miro a la abuela, no esperaba eso, pero tiene razón, solo a medias, solo en parte, porque aquí estamos los dos, jodidos por la manada.
—Abuela, te agradezco todo lo que has hecho por mí, te agradezco que me cuidaras cuando unos betas me desecharon, te lo agradezco todo; pero no voy a dejar a Hammer.
Y es entonces cuando la veo hundirse en ella y verla tan mayor, tan cansada, me rompe mi corazón duro.
—Nunca te he contado esto, niño, pero creo que ha llegado la hora de contarte la historia de mi madre, una gamma que se enamoró de un alfa y de la que yo nací.
La miro perplejo, escucho el relato de un amor prohibido con un final muy trágico. Y me siento mal, muy mal.
En ese momento, Hammer vuelve, y la abuela se marcha, pero sus palabras me han calado hondo.
Hammer tiene una posibilidad de acabar la historia de otra manera, el padre de la Abuela no contaba con un bonito omega, Hammer sí, uno que le salvaría la vida si al final lo elige a él.
Pero no me veo capaz de separarme, de dejarle, de que lo que siento por él, de lo que sentimos juntos no me destroce por dentro.
Miro a Hammer, tiene un feo hematoma nuevo en su rostro lleno de los restos de otras peleas. Aquello solo sumaba y seguía.
Aún no le he dicho que le quiero, cada vez que trato de hacerlo, siento un tapón en mi garganta que no me deja hablar.
Si me voy, si se marcho fuera de la manada, si desaparezco, quizás Hammer tenga una posibilidad.
Siempre pensé que solo lo desterrarían, lo convertirían en un delta y nosotros nos iríamos lejos, pero nunca pensé que después de eso le darían caza hasta matarlo.
Hammer me besa, dulce, cansado, en sus ojos hay desdicha pero determinación.
¿Vale la pena morir por ese amor?
Mierda, entiendo lo que la abuela estaba tratando de decirme, a veces, el mayor acto de amor también es el más doloroso.
¿Seré capaz de liberar a Hammer?
Honey
No puedo evitar mirarlos, y envidiar lo que tienen, pero no es lo que todos pueden creer, yo no deseo quitarle a ese gamma a su alfa.
Sé cómo todos me miran, sé que creen que ambos me han humillado delante de la manada.
Nunca he sentido algo tan extraño, porque ellos no me conocen y ya me han dado más derechos de los que yo he tenido nunca.
Nunca me metería entre ellos en cualquier caso, pero sí envidio esa relación que ellos tienen.
¿Cómo será sentir que alguien te quiera tanto, que no le importe luchar una y otra vez por ti?
Me encojo, porque mis recuerdos no tienen nada que ver con eso, si los que tanto intentan protegerme supieran lo que yo en realidad soy, cómo he vivido, seguro me echan o me vuelven a encerrar, pero no quiero volver a vivir de ese modo y me callo. Siempre me callo.
Tampoco hace mucha diferencia.
Axe y Saw se han retirado, Blue sigue enfadado con Dagger, y Hammer se ha ido con Oven.
¿Qué hago? Ya he entendido que el líder no me quiere como amante, y el alivio que he sentido también me hace sentir fuera de lugar.
¿Algún día tendré un lugar en esta manada? ¿Algún día podré dejar de ir detrás de uno u otro? ¿Algún día me querrán aquí?
Pero cuando los veo venir hacia a mí siento que tengo que estar alucinando, tiene que ser una alucinación, pero sus sonrisas torcidas me hacen temblar las piernas.
Me han encontrado y solo bajo la cabeza cuando llegan hasta mí.
—¿Pensabas que no íbamos a encontrarte, hermano? —dijo Willow tan bajo que nadie sospecharía que una gamma me estuviera hablando.
—Has decepcionado a nuestra madre, y sabes que cuando vuelvas te va a castigar. —Aunque el tono de mi hermano Linden quiere sonar compasivo, en realidad está disfrutándolo.
El olor de ambos gammas es sutil, nada parecido al que los gammas de esta manada tienen, pero lo podrido de mis hermanos me hace querer dejar de respirar.
Me han encontrado y me van a hacer volver, miro a todos lados, pero allí no hay nadie, nadie que pueda o quiera ayudarme. Nadie que pueda salvarme de lo que soy, y de lo que ellos son.
La familia desgraciadamente no se puede elegir, y la Diosa me castigó por nacer distinto, lo he escuchado cada día de mi existencia, y sé que mi penitencia aún no ha terminado.