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Gamma por Verde Lima

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Saw

 

Cuando abro la puerta de casa, no me da tiempo ni a cerrarla, Honey sale corriendo y se me engancha del cuello, obligándome a cogerle en brazos.

 

Mi omega busca mi boca, pero no es lo único, noto la humedad en mis manos al agarrarle del trasero.

 

Y su olor me tumba de golpe, Honey es capaz de hacer eso, de ocultar su celo para hacerlo estallar de golpe.

 

—Te hemos echado de menos. —Axe aparece en mi ángulo de visión sonriendo y agarrando mi nuca para besarme.

 

Lo que provoca un gruñido en Honey.

 

Descubrir la sexualidad y posesividad de  nuestro omega ha sido toda una aventura.

 

Pero las demandas de su mano dentro de mi pantalón acariciándome, son órdenes.

 

—Ya estoy aquí, ya estoy aquí —le calmo buscando de nuevo sus labios.

 

—No te vayas tanto tiempo —me reclama, y juro que da igual el tiempo que pase, este omega me tiene a sus pies.

 

—¿Los cachorros? —le pregunto a Axe, y él solo niega desnudándose.

 

Nuestra relación no es la más común, tampoco nuestra familia. Yo he tenido dos alfas, una hembra, Silver; y un macho, Bronze.

 

Honey dio a luz a un omega, Golden. Y todos los ha criado él, no hay diferencia entre los hermanos. Y bendigo a la escuela por acogerlos a todos durante unas horas.

 

Axe desnuda también a Honey, el olor sin ropa es delicioso, él es delicioso. Pero el modo de sostenerme de Axe, posesivo y aún así gentil, es la combinación perfecta, siempre lo ha sido.

 

He estado con la manada de los lagos, ahora tenemos acuerdos con ellos, aunque a la mínima salta algún conflicto. Son unos hijos de puta salvajes, pero al final conseguimos entendernos, y sino, romper un par de mandíbulas siempre es un buen entrenamiento.

 

Axe se queda con Honey y con nuestros cachorros, pero es cierto que nunca he estado tanto tiempo lejos. Yo también los he echado de menos.

 

Noto como Axe me penetra, sin muchos miramientos, como nos gusta a nosotros, noto como me muerte, como me apesta con su olor de alfa. Noto cuánto me ha necesitado él también.

 

El cuerpo más suave y pequeño me pide que lo llene, pero no me voy a privar de lamerlo, y sus gemidos ya deben estar siendo escuchados por media manada.

 

Si a alguien le quedaba dudas de que había vuelto se han disipado.

 

 

 

Axe

 

Quizás mi omega es más expresivo en su recibimiento con Saw, pero no mentiré en que necesitaba que volviera.

 

Estamos manteniendo acuerdos con otras manadas, los Clear Mountain ya son aliados desde hace años, pero los de los lagos, son harina de otro costal.

 

Siempre temo que no vuelta, que las cosas se salgan de control y la pierda, la perdamos. Pero ella siempre vuelve, y estoy agradecido.

 

—Más fuerte —le pido, hemos cambiado posiciones, de nuevo, no es solo Honey el que la necesita. 

 

Ella me penetra, Honey lame mi pene completamente lubricado, siento demasiado cerca mi nudo, y los dientes de Saw se clavan en la marca en mi cuello.

 

Honey ha desarrollado un gusto demasiado placentero por recoger todo mi semen en su boca; y me cuesta reconocer a ese omega temeroso que conocimos.

 

 

Nos costó meses que nos enseñara el modo de tumbarnos, lo que era capaz de hacer con nosotros, y contra nosotros.

 

Necesitamos a varios gammas en los que confiábamos para mantenernos encadenados.

 

Pero poco a poco, Honey fue controlando su habilidad, aquello no era ninguna maldición como él quería hacernos ver. Era un don, y él comenzó a saber usarlo.

 

En todos estos años, él solo ha tenido un celo real, uno que nos regaló a nuestro pequeño Golden. 

 

 

Me dejo caer en la cama, con cada uno a mi lado, aunque Honey siempre acaba encaramado a mí.

 

Retiro los restos de sus labios con un beso, mi omega, miro a Saw, mi alfa.

 

Y ya no me imagino la vida de otra manera, ¿cómo pudo ser alguna vez de otra forma?

 

 

Honey

 

Saw me acaricia mientras le cuento cómo están nuestros cachorros, Golden y Bronze son obedientes, cariñosos y relativamente tranquilos, pero Silver, Silver nos trae de cabeza a todos.

 

La alfa ha salido a su madre, sin más, y ella hincha su pecho orgullosa.

 

No hay distinciones, todos son mis cachorros, todos son nuestros cachorros.

 

—Es una alfa, es así como tiene que ser —dice ella.

 

—Bronze también es un alfa, y no es así —le aclaro, ella me besa.

 

—Bronze es como su padre, un alfa tranquilo, analítico, ambos serán buenos alfas —no puedo evitar sonreír, es cierto, en el fondo sé que es cierto.— ¿Y Golden, cómo está?

 

—No sé si será como yo, o como Blue, pero es muy reservado, y su hermana no deja que los demás cachorros se le acerquen, solo los omegas.

 

—Hablaré con Silver, te lo prometo —sus labios vuelven a buscarme. 

 

Axe ha ido al consejo, y ella y yo tenemos un  estupendo momento a solas, pero este se rompe de golpe.

 

—¡Mamá! —grita Silver corriendo hasta ella. Saw abre sus brazos para abrazar a la pequeña alfa. 

 

Sus olores son tan complementarios, y al final es a la única a la que la niña hace caso.

 

—He tumbado a Kit —dice nuestra hija orgullosa, ya veo a Saw, y le doy un codazo.

 

—No se les pega a los beta, niña —le da un pescozón.

 

—¿Ni aunque se meta con Sun? —dice ella indignada—. Tú me dijiste que nadie debe hacer de menos a los gamma, y Sun es mi mejor amigo.

 

Saw me mira, me pide permiso y yo ruedo los ojos resignado.

 

—Si hay que patear traseros porque alguien haga de menos a otro sin motivos, sí, tienes que hacerlo.

 

—Sun le provocó, mamá —dice Bronze entrando con Golden de la mano. 

 

Moon y Sun, uno omega y el otro gamma, eran el terror de la manada, de eso no cabía duda. 

 

¿Cómo habían podido nacer esas dos criaturas de alguien tan bueno y tierno como Rag? La gamma sé que los educa lo mejor que puede, ella y yo nos hemos hecho grandes amigos.

 

Y en el fondo me recuerdan demasiado a mis hermanos, ellos nunca fueron buenos conmigo, pero debía reconocer que nunca se dejaron pisotear por nadie.

 

—¿Cómo has estado, cariño? —El tono de Saw siempre era mucho más suave y cariñoso con Golden, nuestro pequeño omega. Él corrió a sus brazos, podía entenderle, Saw siempre nos hacía mucha falta.

 

—Tú, pequeña tirana, tienes que dejar a tu hermano relacionarse con los demás —regaña a la niña alfa.

 

—No me gustan cómo le miran, mamá —se defiende ella. 

 

Y la propia Saw asiente ante de que yo la pille.

 

Estos son mis hijos, mis parejas, y mi familia. Una que tiene sus problemas, pero que no cambiaría por nada.

 

 

 

 

 

Mop

 

Oven nos ha invitado a todos a celebrar el cumpleaños de Olive, su ahijada. Mi pequeña gamma es su debilidad, y se le nota demasiado, aunque él haga como si no fuera así.

 

Mi niña ha heredado los ojos de su madre, la madre de Honey, por lo que técnicamente son hermanos, o hermanastros.

 

Pero su mirada es del color del caramelo derretido con chispas amarillas, no soy objetivo, pero es la niña más bonita del mundo, y es mía. Mía y de Slate, que me abraza por detrás.

 

—¿Te acuerdas lo pequeña que era? —me pregunta él al oído. 

 

—Y los pulmones tan buenos que tenía —sonrió al recordar cómo lloraba.

 

Nunca pensé en ser padre, pero la pequeña que dejaron a mi cuidado lo fue todo para mí, para nosotros.

 

 

—Cuando crezca me voy a unir con Moon —dice Olive.

 

Moon es el hijo de Rag y Brush, la gamma embarazada de nuestra manada. Un precioso omega, gemelo de Sun, un gamma.

 

 

Honey nos contó, que al igual que Moon y Sun; él, Linden y Willow eran trillizos.

 

Y cómo su madre creía que los omegas realmente descendían de la unión de dos gammas.

 

Olive era hija de un delta, el padre de los trillizos murió a manos de su propia manada, de la que escaparon.

 

Cuando Moon nació, toda la manada pensó que era un milagro, y este precioso omega está sonrojado de la mano de mi hija.

 

 

—Hija, cuando seáis mayores, la Diosa dirá — le digo, su padre asiente provocando un mohín en Olive. 

 

—No, yo voy a unirme con Moon —dice Silver, esa niña alfa es igual que su madre.

 

Saw asiente, mandándole un guiño a su hija. 

 

Y yo conozco a mi hija, se le va a tirar encima y Golden aunque es un par de años más pequeña le saca una cabeza a Olive.

 

—Tú lo harás con Shine —la reta Olive, el omega hijo de Blue y Dagger.

 

—Yo no pienso enlazarme con nadie, yo iré a luchar con los alfas —dice el pequeño omega.

 

—Aquí nadie se va a enlazar con nadie. —Una voz fuerte y ronca los llama a todos al orden. —Y nadie se va a ir a combatir con nadie.

 

Dagger muestra unas vetas blancas en su oscuro cabello y tiene a Blue sobre su regazo con un enorme vientre a punto de caramelo.

 

—Son niños, amor —le besa dulcemente.

 

Pero los adultos reunidos sabemos que nuestros hijos, aún pequeños, crecerán y tomarán sus propias decisiones. 

 

Y conociendo a Olive, va a traer a la manada de cabeza.

 

 

 

Slate

 

 

Cuando la fiesta se acaba Oven me ha dicho que se quedan con Olive, y yo no puedo estarle más que agradecido.

 

Entre nuestros respectivos trabajos, y el carácter de mi hija, a Mop y a mí nos quedan muy pocos momentos a solas.

 

Y hoy quiero tenerlo solo para mí, en cuanto llegamos a nuestra casa, lo coloco contra la puerta buscando sus labios.

 

—Slate —gime él, completamente sorprendido.

 

—Estamos solo, una noche toda para nosotros —le beso el cuello— no voy a soltarte.

 

El olor a ajo de Mop, me excita, me excita muchísimo. 

 

Ha dejado su pelo pelirrojo crecer un poco, y lo acaricio mientras desciendo buscando su pecho. 

 

Es tan sensible, tan delicado, y yo la tengo tan dura.

 

—Llévame a la cama —me dice agarrándose de mí, pero la cama es el lugar de nuestros encuentros apresurados. Hoy tenemos tiempo.

 

—No, no, hoy te lo voy a hacer contra la pared, y ni se te ocurra contener los gemidos.

 

Meto la mano dentro de sus pantalones, una por delante tomando su pequeño pene erecto, y otra por detrás, colando un dedo completamente en su trasero.

 

Se lo hago contra la puerta, y los gemidos de mi gamma me llevan a la locura, los necesitaba tanto. 

 

Al terminar, su cuerpo tembloroso se aprieta contra la madera. 

 

Lo sostengo con mis brazos, levantándolo y cargándolo hasta la cama.

 

Él me sonríe, este gamma es capaz de hacer que me olvide de cualquier cosa cuando sonríe, a pesar de los años.

 

—¿Estás bien? ¿He sido muy brusco? —le pregunto un poco preocupado.

 

—Ha sido perfecto. —Me besa.

 

Suspiro aliviado, y lo que menos espero es que ruede sobre mi cuerpo, colocándose a horcajadas sobre mí.

 

—Me prometiste toda la noche —me dice pícaro meneando su trasero sobre mí.

 

—Soy todo tuyo, mi amor.

 

—Lo sé. —Y en ese lo sé, hay más cosas, cosas que son todas ciertas.

 

Soy suyo, y gracias a la Diosa, él es mío.

 

 

 

Blue

 

—No puedes decir esas cosas, cariño —le digo a Shine, cuando le cobijo bajo sus mantas.

 

—¿Por qué no? ¿Por qué no puedo yo ser como los alfas? —Mi niño omega se ve todo enfurruñado.

 

Le miro con atención, tiene los ojos de su padre, y la mata de pelo rizada y oscura es mía, pero es y siempre será el hijo del líder de la manada.

 

Mi pequeño nació dos años después de perder a mi otro bebé. Fueron dos años difíciles para mí y para Dagger, al punto de creer que nunca podría volver a quedarme embarazado.

 

Pero Shine llegó, a pesar del tiempo y los esfuerzos, ahora lo haría su hermano o hermana. Lo sé, lo siento, y hasta diría que lo huelo, va a ser un gamma.

 

Estoy casi convencido.

 

La situación con los gammas ha mejorado muchísimo, pero aún quedaban cosas por hacer.

 

En estos diez años, solo han nacido tres gammas más, uno es Sun, el hermano gemelo de Moon, un omega. Ellos nunca fueron separados.

 

Y aunque Olive fue adoptada por Slate y Mop, los dos gammas que nacieron no permanecieron en hogares beta. Sus madres los rechazaron.

 

Los pequeños habían sido dados a gammas, y criados por ellos, y eso era algo que aún tenía que cambiar.

 

Nunca daré a mi hijo, sea lo que sea. Mi gamma será tan querido como mi omega.

 

Las guarderías alfas aún siguen activas, aunque hay cada vez más alfas que nos los entregan al nacer. Otros, por mucho que las cosas hubieran cambiado, no habían desarrollado ningún sentimiento parental, y los niños, me encargo personalmente de ello, reciben el mejor de los tratos.

 

Curiosamente, acabamos de recibir la petición de una gamma para adoptar a un pequeño alfa durante cuyo parto había asistido.

 

La alfa se encontraba en la frontera, y la gamma la ayudó cuando las cosas se complicaron.

 

 

Las cosas estaban cambiado, poco a poco, y yo estoy orgulloso de que en la escuela todos se relacionen, que mi hijo tenga como amigos a alfas, betas, gammas y omegas.

 

En ellos estaba el cambio, pero de ahí a que mi pequeño vaya a combatir, hay una  gran diferencia.

 

—Cuando seas mayor, veremos las cosas.

 

Esa contestación pareció convencer a Shine, solo espero ser fuerte para cuando llegue ese momento.

 

 

 

Dagger

 

 

—¿Se ha dormido? —le pregunto a Blue cuando se mete en la cama conmigo. 

 

El nuevo sanador me ha dado unos anteojos un tanto molestos, pero reconozco que todas las cosas que tengo que leer y sobre todo por la noche, me costaban demasiado.

 

Blue me los quita y me besa.

 

—Basta de trabajo —me demanda y me pone un tarro de crema en las manos.

 

Darle crema en los lugares donde él no llega es un tarea que asumo con total gusto, acaricio sus piernas, las tiene hinchadas, y su vientre está enorme, llevo mis manos ahí.

 

No queda nada para que le veamos la carita a esta pequeña criatura, yo también lo noto, pero si es un gamma, lo criaré del mismo modo que a Shine.

 

—Tengo miedo, no para de decir una y otra vez lo mismo —me dice.

 

Blue, el impulsor del cambio, se ve absorbido por él, y le comprendo, todos mis instintos protectores me dicen que jamás permitiré que mi hijo se enrole con el resto de alfas en ninguna misión.

 

Pero qué injustos seriamos si quisiéramos cambios para los demás, y no para nuestros propios hijos, aunque eso los pusiera en situaciones complicadas.

 

—Aún queda tiempo. —Le beso suavemente, y él, se acurruca como puede contra mí. — Y en cualquier caso, no estará solo, tiene buenos amigos, y aún lo serán más cuando crezcan.

 

—Que la Diosa nos oiga. —Mi omega está tan cansado que se queda dormido sobre mi pecho, descargando su barriga sobre mí.

 

—Lo hará, mi amor, lo hará.

 

 

 

 

Hammer

 

 

—¿Tío Hammer, tú crees que me elegirá Moon? —Esta gamma es tan pesada como Oven. 

 

—¿No eres demasiado joven para pensar en esas cosas? —le pregunto, alucinando con estos críos.

 

—Ya tengo 10 años.

 

—Eres un bebé, cállate. —La empujo, pero Olive no es como cualquier gamma, ella es tan jodida como Oven.

 

—Me elegirá a mí porque soy la mejor.

 

—El amor no funciona así —le digo,  mientras vamos hasta nuestra casa.

 

Oven se ha quedado hablando con Mop y Slate.

 

La genial idea de quedarnos con la mocosa por la noche ha sido suya, y yo sé lo que significa, nada de sexo.

 

Le tengo cariño a la niña, pero no que me quite a mi gamma por la noche para hacerle lo que yo quiera.

 

—¿Y cómo funciona? —me pregunta insistentemente agarrándome la mano para que se la dé.

 

Yo ruedo los ojos, esto me pasa por haber elegido a ese gamma tocapelotas, y todo lo suyo.

 

—Pues es más instintivo, aunque también te puedes enamorar de alguien por sus cualidades.

 

—Moon es el más hermoso del mundo.

 

—Esa cualidad no es la más importante, mocosa —le digo abriendo la puerta.

 

—Me han dicho unos betas que tú rechazaste a Honey. —Su tono cambia levemente, son hermanos, aunque no hayan mantenido ese tipo de relación. 

 

De hecho, no sé si Mop y Slate se lo han contado aún. Pero la niña, se queda muy pendiente del omega de Axe y Saw.

 

—Yo no lo rechacé, porque ya tenía pareja, y ese era Oven.

 

—Porque era el mejor —sonríe ella triunfante, pequeña maleante.

 

—No te creas, es un dolor de cabeza la mayor parte del tiempo.

 

—Pero le quieres.

 

—Con toda mi alma —reconozco—, pero ya no vamos a hablar más de esto, se lo cuentas a él o a tus padres.

 

Ella asiente, y se instala como si estuviera en su casa, mal que me pese, casi que lo es, y me molesta bastante menos de lo que aparento, la verdad.

 

Pero debe ser que de tantos años con Oven se me están pegando sus malos modos.

 

 

 

 

Oven

 

—Qué sí… que no la voy a dejar escaparse —le repito a Mop por cuarta vez, aunque entiendo sus dudas. Esta niña es imposible.

 

—Cierra todo —me aconseja—, ponle alguna trampa, una silla o algo de cristal que se pueda romper y te despierte.

 

Ruedo los ojos, no es la primera vez que duerme en casa, y Slate interviene.

 

—Cariño, va a estar bien —le agarra de la cintura—, está con Oven que es un as del escapismo y con el Primero, que se la comerá viva como la pille.

 

Le sonrío a Slate, este beta es un buen tipo, lo ha demostrado con creces, ahora es el director de todas las obras en la zona gamma, se acabaron los barracones sucios y viejos. 

 

Algunos comparten casas, otros han solicitado las suyas propias, y las zonas han dejado de delimitarse como antes, poco a poco. 

 

—Le ato la pierna a la pata de la cama y listo —concluyo y mi Mop me mira mal, pero le abrazo—. Vete a que tu beta te ponga a cuatro patas, y mañana no puedas ni caminar.

 

 

Sé que Slate se ha enterado, qué te crees, lo he hecho a posta. Pero ellos saben que les estoy dando la noche libre, y el que se quedan sin follar soy yo, y a mi follar es de lo que más me gusta del mundo. 

 

—Nos vamos, hasta mañana. —Slate tira de Mop que aún quiere darme algún consejito —Gracias, Oven.

 

 

Meneo la cabeza, menuda nochecita nos espera. Pero estoy preparado, cuando entro la veo repanchigada en el sofá, y Hammer me gruñe.

 

A este no tener sexo por una noche le pone peor que a mí, pero es mi puñetera sobrina, y a Mop no le dan lo suyo bien dado desde hace tiempo.

 

Yo y la Diosa andamos a la par de magnificencia, está claro.

 

 

Pero no es el único motivo por el que he decidido que se quede, ella me ha pedido algo, algo complicado.

 

A ver, a mis los niños no me gustan una mierda, pero reconozco que esta gamma se ha ganado mi podrido cariño.

 

Le hago un gesto para que disimule.

 

—Venga a la cama, enana gruñona —le digo. Y ella hace todo el show de siempre. 

 

Hammer rueda los ojos, y va a esconderse, los niños sí que no son lo suyo, gracias a la Diosa, sino tendría que aguantar a un alfa pesado todo el día martilleando con el tema de tener hijos.

 

Soy un tío cojonudo, padre no, gracias.

 

Ella me guiña un ojo cuando al final claudica. Y yo me meto a la habitación desnudándome. Los ojos de Hammer me recorren golosos, el puto día que llegue que no me mire así, me marcho. 

 

 

—Hoy no, fiera —le digo—. Yo no sé hacerlo en modo silencioso, y tú tampoco.

 

La cara de alfa mosqueado es de mis favoritas, esa y la de alfa anudándome, pero eso ya mañana.

 

Me meto en la cama y le abrazo.

 

—No me jodas, Oven —se queja largándose al otro extremo de la cama— ¿quieres que no duerma?

 

Yo me rio, y me doy la vuelta, los cumpleaños infantiles son lo peor del mundo, no vuelto a organizar ninguno, estoy destrozado.

 

Cuando oigo a Hammer roncar, espero un poco más y salgo de la cama, tomo mis ropas y me las coloco con cuidado de no hacer ruido.

 

En el salón, Olive está sentada esperándome con sus ojitos brillantes. Dejamos la casa con nocturnidad y alevosía.

 

Como bien ha dicho Slate, soy un maestro escapista, y de la mano nos escabullimos de los guardias.

 

A donde vamos está un poco lejos, y sé que a Mop no le hace gracia, es un tema que tiene que hablar más profundamente con Olive. Pero los tíos no están para educar, sino para acompañar a los sobrinos a las cosas complicadas y prohibidas que van a encontrarse en sus vidas, y asegurarse de que vuelven enteros.

 

Más allá del río hay un montículo, parece natural, pero no lo es. Es un cementerio, allí nuestra manada enterró a todos los deltas y gammas que nos atacaron a traición.

 

Allí está enterrada la madre de Olive.

 

 

—¿Mi madre era mala? —me pregunta, aún agarrada de mi mano. Es tremenda, pero es solo una niña.

 

 

—No sé si era mala o buena, solo la conocí una noche —le digo—. Lo que sí te digo es que era la gamma más poderosa que yo he visto en mi vida.

 

Ella me mira con sus ojos iluminados por la luna, no son tan amarillos, pero a veces puedo verla en ella.

 

—Dicen que era una perra.

 

—Desde luego que lo era —le aclaro— una perra poderosa que quería que ningún gamma viviera oprimido.

 

—Pero eso es bueno, eso lo vemos en la escuela —se queja ella.

 

—Se le fue un poco la cabeza, y quería matar a las demás castas en el proceso —le digo encogiéndome de hombros.

 

—Eso no es bueno —reflexiona ella— tenemos que vivir todos juntos como iguales.

 

—Creo que ella en el fondo nos obligó a cambiar, eso tenemos que agradecérselo.

 

Olive sonríe, y mi negro corazón se estruja, no me digas. Y luego Pot se queja de que mi papel en el consejo es radical. Debo asumir que ella es bastante más diplomática y es lo que al final funciona con esos burócratas.

 

Yo soy más de tirarle los papeles a cualquier beta que salga con gilipolleces.

 

Las sesiones del consejo desde luego son entretenidas, desde que nosotros aparecimos.

 

 

—¿Vamos? —le pregunto. Y ella asiente, saber que tu madre era una enemiga de la manada no es fácil, pero es lo que le ha tocado vivir, y a quien le haga sentir mal le patearé el trasero, ya he identificado a ese grupito de comermierdas que le han dicho esas cosas.

 

 

Nada letal, son niños, pero se van a llevar un sustito curioso. Porque no solo le han dicho esas cosas, sino que ella es igual a su madre y que quiere destruir a la manada.

 

Cuando por fin estamos en casa, Olive me abraza, y yo beso su pelo, su olor es mucho más suave que el nuestro pero aún así, la impregna por completo.

 

—¿Crees que Honey me odia? —Y esa es otra pregunta que sabía acabaría por salir.

 

—No, él no te odia. Pero las cosas para él no han sido fáciles, tampoco.

 

Ella asiente, en el fondo el omega sí la evita, me jode, porque mi niña es lo más bueno del mundo, pero entiendo lo que siente cuando la ve, y no puedo culparle de todo.

 

—Ahora a dormir —ella asiente, y sé que no va a escaparse.

 

Me cuelo de nuevo en la habitación, me desnudo y me pego a la espalda de Hammer, él gruñe complacido, y se gira para mirarme.

 

—¿Qué tal la escapadita al cementerio delta? —me pregunta— ¿Te crees que no te conozco?

 

—Me decepcionaría si no lo hicieras. —Pero la verdad es que no lo esperaba, duerme como un tronco— Ella lo necesitaba.

 

Se gira completamente y me abraza, y no dice nada más. Al menos, hasta que gruñe completamente empalmado y alejándose de mí resignado.

 

Yo me rio levemente, porque aunque sea solo una noche, ya estoy deseando que Olive vuelva a su casa y tener a Hammer anudándome como se debe. Va a ser una noche larga, muy larga.

 

 

FIN

 

Os dejo una pequeña guía de los hijos de cada quien. 

 

 

Mop y Slate : Olive (gamma) 

 

Blue y Dagger : Shine (omega)

 

Axe y Honey : Golden (omega)

 

Axe y Saw : Silver (alfa)

                    Bronze (alfa)

 

Rag y Brush : Moon (omega)

                    Sun (gamma)

 

 

FIN

Notas finales:

Pues colorín colorado, este cuento se ha acabado.

 

Me da pena despedirme de ellos, les he tomado mucho cariño, pero como todo, hay un principio y un final, y este es su final.

 

Mil gracias por estar día a día aquí, dejarme vuestros comentarios y apoyarme. Ha hecho la experiencia maravillosa.

 

Ahora, a pensar en proyectos nuevos.

 

Nos leemos en otras historias.

 

Un beso.

 

Sara


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