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Una noche más por only_hope

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Notas del capitulo:

Hey!

Había escrito este fic hace tiempo y se lo dediqué a una chica en wattpad, ahora con los siguientes juegos he decidido modificar algunas cosas a ver qué sale.

No estoy siguiendo realmente ninguna teoría ni tomando como referente la cronología o los hechos de los demás juegos, sólo seré yo fangirleando por varios capítulos. Aún así, espero les guste (;

Frunció los ojos aún cerrados, sintiendo un repentino dolor de cabeza que terminó de sacarlo del sueño, notando que no estaba en su cama. Que, de hecho, estaba en el piso.

-Pero… ¿qué? – Se levantó de ahí, reconociendo a tientas y la casi nula luz que había a la alfombra azul de su casa. Paseó la mirada por el lugar con cierta dificultad, viendo las estrellas blancas de decoración y los juguetes azules y morados.
Estaba… ¿en el cuarto de Kenny?

Vio todo con más curiosidad; esos juguetes ya no estaban en su casa, ni habían más estrellas, ni los muebles de una habitación. ¿Qué estaba pasando? Se acercó a donde sabía que estaba el interruptor, pero por más que sus dedos lo buscaron a tientas… no lo encontraba. - ¿Eh? - ¿Qué estaba pasando?

-¡¿Chicos?! – Escuchó una voz familiar desde afuera del cuarto. - ¡¿Dónde están?! ¡¿Hola?!

-¿Carter? – Balbuceó, haciendo por salir de la habitación.
La iluminación era casi nula, sólo podía ver la alfombra que iba pisando al caminar y muy pocos de los detalles del cuarto, en más de una ocasión chocó con algún mueble, sin entender absolutamente qué pasaba.
¿Era un sueño acaso? - ¡¿Carter?! – Gritó, tropezando con la cama de su hermanito. - ¿Kenny? – Balbuceó.

No, si eso fuese un sueño… el niño estaría ahí en cama, tal y como lo llevaba viendo en el hospital durante todos esos días, ¿verdad?

-¡¿Dónde están?! – Si bien, no encontró un interruptor, o al niño dueño de la habitación; al estar ahí en el colchón pudo sentir el objeto de metal que en seguida reconoció como una linterna. La encendió, comprobando que, efectivamente, se trataba del cuarto de Kenny, y que este estaba igual que antes del accidente.
Casi dándole la sensación de que el niño seguía por ahí.
-¡¿Hola?! – Dejó su confusión para otro momento al oir la insistente voz de su amigo, saliendo entonces de ahí por el pasillo donde le escuchaba.

El rubio llevaba un buen rato gritando, ya fastidiado de no escuchar ni ver a nadie. - ¡¿Dónde carajos se…?! – Su queja se quedó a medias al percibir una luz, pero… la silueta que vio salir del cuarto no era la de Kenny. -¿Ah?

-¿Carter? - ¿Nigthmare Foxy? Frunció el ceño, reconociendo la forma de la silueta, pero sin entender por qué estaba usando la linterna.
-¿Qué estás haciendo Nightmare Fo…? – Dejó su pregunta de nuevo, esta vez para quejarse por el malestar que le dio la luz al chocar con sus iris desiguales. - ¿Qué haces?

-¿Carter? – Mantuvo la linterna ahí, viendo que el mencionado se hacía pequeño en un rincón casi como si algo le doliera. - ¿Qué te pasa? – Le escuchó murmurar algo, pero no lo entendió del todo. - ¿Qué? – Retrocedió en tanto de un empujón el otro le alejó

-Quita esa mierda de mí – Se quejó - ¿Qué te pasa? ¿Te gustaría que te apuntara yo con eso? – Se levantó de donde estaba, frotándose los ojos con fastidio, y viendo a todos lados. - ¿Dónde están los demás?

-¿Los demás? – Levantó la linterna para ver si había alguien más ahí. - ¿Qué pasa aquí? ¿Quiénes más están?

-¿Las otras pesadillas? – Balbuceó sin entender, sin notar que el que creía su compañero le veía confundido.

-¿Pesadillas? – Le dirigió otra vez la luz sin siquiera notarlo, viendo al otro encogerse de nuevo e insultándolo. - ¿Qué te pasa? Deja de hacer eso… ¿y qué le pasó a tu pelo?

-¿Eh?  - El otro le miraba desde detrás de la linterna, Por un momento sintió miedo de que su cabello hubiese cambiado. - ¿Qué le pasó a mi pelo? – Aprovechó que le dejaron de apuntar a los ojos para preguntar.

-Es rubio.

-Así siempre ha sido,…  ¿Qué le pasó a tu…? – Paró en seco, notando que el muchacho tenía el cabello castaño y no rojo, y sus ojos fuera de ser naranja brillante eran más bien azules. Por no hablar de su ropa. - ¿Qué estás usando?... ¿Michael? – Sus ojos se ensancharon cuando, en lugar de molestarse por la confusión, el otro ladeó la cabeza.

-¿Qué? – Se acercó un poco más. – Tus ojos también se ven diferentes… - Soltó, viendo a todas partes. - ¿Qué está pasando? Es una broma, ¿verdad? – Frunció el ceño, negando con la cabeza. – Esto no es divertido, sabes que Kenny está en coma, no deberían…

-¿Michael? – Repitió atónito, pero el castaño seguía hablando molesto acerca de lo poco graciosa que era la situación. – Mike…

-Podría despertar o morir en cualquier momento, y me hacen estas estupideces, no puedo creer que… - Volteó exasperado hacia el rubio que no paraba de nombrarlo- ¡¿Qué?! – Soltó, le miró aún más cuando Carter le quitó la linterna, para examinarle mejor, con ambas manos en sus mejillas. - ¿Qué haces?

-Michael… - ¡Era él! Nightmare Foxy no podría estar fingiendo tanto tiempo, ¿verdad? Se fijó en todos lados también. A los pasillos oscuros y a la habitación de Kenny. Le soltó, entrando entonces a la habitación, que estaba vacía. – Oh, por dios… - Susurró.

-Carter, ¿qué está pasando? – Se volteó al oír que le llamaban de ese modo, en esa habitación a oscuras, con el presunto hermano de su creador, quien había encontrado la linterna y le apuntaba de nuevo.

Se quejó de la luz, haciendo que el otro dejara de hacerlo, y con toda la confusión del mundo soltó. – Yo… yo no soy Carter. No el verdadero Carter, al menos. Y si tú eres el verdadero tú, entonces tú tampoco deberías estar aquí.

Frunció el ceño, negando con la cabeza. – No te entiendo.
Y no supo cómo lo hizo, pero en un segundo tenía al rubio frente a él, tomándole de la mano y sacándole de ahí. - ¿Qué haces?

-¿Cómo llegaste aquí? – Preguntó con cierta preocupación, notando que la puerta de la casa se podía abrir, y saliendo entonces a una inestable y fría calle.

-Y yo qué sé, desperté en el cuarto de Kenny y no se suponía que… – Contestó, viendo entonces esa calle tan extraña. - ¿Dónde estamos? – Las casas no estaban en el mismo orden que él recordaba de esa mañana, y las farolas tampoco estaban encendidas. 

Nightmare Chica miró a todo con preocupación. – Esto no debería estar pasando… - Balbuceó. – No hemos salido de esa casa en días… - El frío del ambiente era el mismo que llevaba sintiéndose esos días, pero… por alguna razón le caló más. Miró al chico frente a él. – Tú… tú debes ser un recuerdo, no podrías existir aquí sino, así que… debería regresarte a tu lugar y… - Se planteó con nerviosismo.

-¿Recuerdo? – Ladeó la cabeza. - ¿De qué hablas? No digas estupideces, Carter.

-Escucha… - Hizo por acomodar su mente, tomando de la muñeca al muchacho y dando un par de pasos, sin querer admitir que no sabía a dónde ir. – Yo no soy Carter. Y tú no eres real. Estamos en el subconsciente de un niño, y yo soy una de sus pesadillas, y tú eres un recuerdo que se salió de su memoria o… qué se yo. Pero el niño se está muriendo, y el que tú estés aquí no puede ser bueno considerando que estamos muriendo, así que…

-¿De qué estás hablando? – Frenó el acelerado paso del rubio. Sí, Carter era castaño oscuro, y moreno, y no vestía como el rubio de babero y con heterocromia. Pero eso era absurdo, además… -¿Muriendo? – Kenny…
Negó con la cabeza, evadiendo las prisas del otro. – Yo no soy un recuerdo, Carter o… sea quien seas. Esto seguramente es un sueño, y muy malo, por cierto. – Rio por lo bajo. – Kenny no se está muriendo… - ¿Verdad?

-Sí, esto es un sueño. De Kenny – Trató de explicarle. – Y verás que eres un recuerdo. ¿Quieres ver que sí? Imagina algo aquí. El único que puede hacer eso es Kenny – Soltó, dispuesto a insistir en caso de que el pelinegro se negase, cosa que hizo, y por lo que terminó cediendo.

¿Imaginar algo? Entonces, si estaban en un sueño daba lo mismo, ¿no? Cerró los ojos, sin saber muy bien qué pensar al respecto. ¿Qué podía imaginar? Se encogió de hombros, teniendo una idea.

Ante los ojos incrédulos de la pesadilla, apareció frente a sí un peluche rojo de Foxy, mientras el ahora real Michael lo veía también. –T…tú…- Era imposible…

-¿Qué? – Vio con esa misma expresión el peluche que estaba ahora en sus manos, soltándole en seguida. - ¿Cómo lo…? – El peluche ni bien tocó el piso, desapareció. - ¿Se fue?

-Eres real – Soltó con sorpresa. – Oh, por Dios, ¡Eres real! – La mirada atónita le recordó que, siendo así, Michael no entendía nada de lo que pasaba. – Lo que imagines no durará mucho. No es tu imaginación la que prevalece aquí, después de todo. Estás en la cabeza de Kenny. Y estás hablando con una de sus pesadillas. – Hizo por sonar calmado entonces.

-¿Pesadilla? – El rubio asintió. - ¿Y qué se supone que eres?

-Soy Nightmare Chica – Respondió, extendiéndole su mano para que, al tomarla el otro, siguieran caminando. – Si tú eres real, tienes que irte de aquí. ¿No te lo dije? Nos estamos muriendo, así que…

-Deja de decir esas mierdas – Frenó de nuevo la carrera del rubio, estando ya a varios metros de la casa. -¿Cómo está es eso de que…? – Paró en seco, recordando la conversación del doctor con sus padres esa mañana, en la habitación de hospital donde estaba internado su hermanito. Negó con la cabeza. – Eso no es algo que él debería saber… - Soltó.

-¿Quieres apostar? – Soltó con sorna la pesadilla. – Todos aquí lo sabemos. Llevamos días tratando de despertar, ¿sabes? Y, si no despiertas en días, ¿qué te da por pensar?

-Todavía no lo desconectan – Negó. – Ni lo desconectarán, todavía puede despertar, tú estás mintiendo…

-No lo estoy haciendo – Trató de aclararle, rio con amargura. – Vaya, ¿no quieres que se muera Kenny? No recuerdo haberte escuchado decir eso antes… - Le dijo simplemente, y ni bien le iban a reclamar añadió – Si quieres que despierte, entonces sal de aquí y convence a los demás o… qué se yo.

Resopló, dejándose hacer entonces por la contraparte rubia de su amigo. – Como si fuera tan sencillo…
No, claro que no lo era. Y recordar lo difícil que había sido abordar el tema con su padre después de que el doctor les diera ese ultimátum, no hacía más que mortificarle.
Era incluso más difícil, cuando había personas que no paraban de culparte por las cosas  que ni siquiera querías que pasaran.

-Debe haber  algún sitio de escape por aquí… - titubeó Nightmare Chica, viendo entonces que estaban llegando a un enorme muro, frenando entonces su carrera.
-¿Qué es eso? –Preguntó Michael al ver la pared morada que  se cernía frente a ellos. La pesadilla titubeó.
-No lo sé – Admitió – No estaba aquí antes…

-Es un laberinto. – La voz cantarina e infantil que resonó al decir eso le llenó de ansiedad. Volteando a los lados en su búsqueda. ¿Podría ser…? - ¿Qué? ¿Nunca habían visto uno de esos?

Ni bien levantó la mirada en dirección a donde escuchó a su hermanito hablar, unas manos que parecían más bien garras lo tomaron por los hombros, echándolo para atrás. – Hey – Hizo por quejarse, notando que esas garras no eran de ni más ni menos que del rubio que le acompañaba.

-Nightmare… - Gruñó la pesadilla, con su ojo azul brillando tan fuerte como el rojo, y una máscara de animatrónico tan parecida a la que usaba Carter para asustar a Kenny, sólo que más destrozada, a medio poner, viendo amenazante al niño que estaba sentado en la cima de aquel muro con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Nightmare? – Vio anonadado a aquel niño de cabello negro y ojos rojos brillantes. Tan confundido como extrañado por lo que veía.

-Entonces no soy el único que está perdido, ¿ah? – Dijo el nombrado con una risita. Y, ante los ojos de los dos, desapareció de ahí. – Pero, ¿qué tenemos aquí? – Dijo a sus espaldas, asustándolos. Se acercó más, viendo con interés al muchacho de gris, frunciendo sutilmente el ceño – Tú no eres Nightmare Foxy…

No pudo decir nada, la otra pesadilla lo echó para atrás de nuevo, interfiriendo. – No es nada que te importe, Nightmare. Ahora vete por donde viniste. – Atoró su máscara de nuevo en el pantalón, haciendo por jalar al anonadado muchacho, dispuesto a buscar otro modo de salida que no incluyera ni a los muros desconocidos, ni al mocoso de negro.

-Oh… qué cruel eres Nightmare Chica - ¿Cómo le hacía ese Kenny para aparecer tan de pronto? Le habían dejado atrás y ahora los seguía de cerca, flotando y viéndolo a él con la misma insistencia con la que él lo hacía. – Ves a un pobre niño perdido y, ¿qué haces? ¿Lo dejas? – Sonrió, refiriéndose ahora al muchacho que veía. – Eres Michael, ¿verdad?

Nightmare Chica gruñía con molestia ante lo insistente que era el mocoso de negro, le apartó una vez más del hermano de su creador. – Te he dicho que te…

-Espera – Mike interrumpió, cada vez más confundido, y cada vez más molesto con ello. Ese niño tenía demasiado parecido con Kenny, salvo por los ojos y el cabello, pero aparentemente de eso iban todos. Apartó al Carter rubio, acercándose a este Kenny confianzudo que le veía sonriente. – Tú… - Empezó con recelo. - ¿Sabes qué está pasando aquí?

“Nightmare” sonrió un poco más, recorriendo los pocos pasos que le separaban. – Vamos a ver… - Balbuceó. - ¿Sé qué está pasando aquí? Kenny está cansado y su subconsciente se está vaciando, si ya no hay decisión de vivir, se vacía todo, y no sé bien qué pase después… ¿qué pasa cuando el cerebro deja de trabajar? – Preguntó de forma retórica, ante lo que hasta ellos con la poca edad de su creador sabían. – Ahora, ¿sé por qué estás aquí? No, no lo sé. Pero si no quieres acabar como nosotros será mejor que te vayas.

Confusión… ¿estaba bien ya decirle así? Paseó la mirada por lo que veía, al Kenny y al Carter que no eran ni Kenny ni Carter, a la calle que no era su calle, y la casa que muy probablemente tampoco era su casa, dándose cuenta de que más allá de eso la ciudad no se veía, todo se perdía en esa extraña oscuridad que lo absorbía todo y que no acababa de comprender.
¿Y si todo era verdad? ¿Dónde estaba Kenny, entonces?

Suspiró, fuese o no real todo aquello, definitivamente era el sueño más complicado que había tenido jamás.

-Se está vaciando todo… - Razonó Nightmare Chica, al notar a la vez que fuera de esos muros ya no había a dónde ir, y eso lo había porque su vista le permitía ver en la oscuridad, donde… no había nada…

-No sé cuándo llegó esto aquí – Admitió Nightmare, feliz de que ambos le estuviesen ya prestando atención.- Pero tengo una teoría…

-S-será mejor que nos vayamos, Michael – Titubeó el rubio, buscando su muñeca para apartarlo una vez más de la otra pesadilla de quien sintió ya su confianza. No creía en él, no después del modo en que apareció en las pesadillas de Kenny, no contando la razón por la que había sido creado.

Michael resopló, pero se dejó hacer. También había algo que no le terminaba de agradar en el niño, y no era exactamente su apariencia.

-¡Oh vamos! – Se quejó Nightmare, apareciendo frente a ellos de nuevo.

Nightmare Chica dio un paso atrás, cambiando entonces de rumbo sin soltar al de ojos azules. No habían dado ni tres pasos cuando volvió a aparecer.
¿Por qué la insistencia en evadirlo? Michael empezaba a entenderlo gracias a la histeria de Nightmare Chica y al hecho de que, por mucho que avanzaran, “Nightmare” volvía a aparecer frente a ellos.

-¿Qué hacemos? – Le preguntó después de un rato, escuchando una risa burlesca que nunca le había escuchado a su hermano pero que de cierto modo… reconocía.
El rubio jadeó, viendo a todas partes, bufando molesto.

-Sostente – ni siquiera le dio tiempo de reaccionar a aquello, usando su fuerza de animatrónico le levantó y subió a sus hombros, sentía más de esa confusión en el chico, cuando se puso la máscara de Chica.

Michael no cabía en sí de la sorpresa ante aquello; un momento estaba en el piso, luego sobre los hombros de Carter, quien como si hubiese tenido una especie de transformación extraña al ponerse la máscara amarilla, se había vuelto una versión destrozada de esa animatrónica con la que de vez en cuando asustaban a Kenny, una versión más horripilante que destrozada.
-¿Listo? – Escuchó la misma voz de antes preguntarle, una brisa negra dobló en la esquina donde se habían ocultado, y le dio por pensar que se trataba del niño aún sin saberlo. Asintió.

Entraron a toda velocidad dentro del laberinto. Decir que sabían por dónde iban sería una vil mentira. Sólo se alejaban de la puerta donde habían entrado, sólo huían de la risa burlesca que escuchaban. El laberinto tenía partes que no eran tan oscuras como afuera de él, y partes casi tan iluminadas que le causaban malestar a la pesadilla, quien, después de haber recorrido un buen tramo de pasillos sin sentido, jadeó de dolor por las luces que le dañaban.

-¿Estás bien? - ¿Qué tan real puede ser una pesadilla como para sentir tanta aversión a algo? ¿Al punto de sentir dolor? Su velocidad, que había empezado siendo demasiada se volvió inestable de un pasillo a otro, en uno especialmente iluminado. Fue dando pasos torpes, en tanto Kover notó que se quitaría la máscara se soltó del agarre, cayendo al piso donde le vio volver a su forma “humana”, repitió entonces la pregunta. – Carter…

Se recargó en la pared, tratando de hacer sombra con sus manos. – Me cago en la luz – Bufó, viendo con dificultad al muchacho acercarse a él. Pensó en evitarlo y seguir insultando, pero, tal vez sería por su malestar… que no lo hizo.
Michael puso una mano en el hombro de la pesadilla. – Tal vez no tenga ni puta idea de qué seas, o qué carajo está pasando aquí. – Resopló. – Pero si te sobre esfuerzas así no vamos a conseguir nada.

-Estoy totalmente de acuerdo con él – Ambos se estremecieron, volteando en dirección a uno de los muros del laberinto. Pero eso no era todo lo que le sorprendió… ¿A él no le afectaba la luz?
Nightmare negó con la cabeza, en señal de desaprobación. – ¿Correr en círculos por pasillos, perdiendo lo que podría ser el tiempo más valioso de la vida de Kenny? – Se aguantó las ganas de reír con aquello.  - ¿Ven allá? – Preguntó, señalando un extremo contrario de donde estaban.

Ambos decidieron obedecer, ¿ya qué ganaban huyendo, si aparentemente siempre los iba a encontrar? Uno con más dificultad que el otro, observaron el área señalada por el niño.
En lo que supuso que era el final del laberinto, una inmensa luz caía, iluminando únicamente esa zona, dándole la sensación de que se encontraban en una especie de película o videojuego. El rubio veía lo mismo que él, o lo intentaba, con sus manos cubriendo sus ojos para poder hacerlo.

Nightmare asintió. – No sé ustedes, pero creo que tenemos que llegar allá.

-¿Y qué pasa si no queremos? – Soltó Nightmare Chica, desconfiado. - ¿Qué tal si decidimos ir por otro rumbo y dejamos que tú vayas por el tuyo?

Se encogió de hombros. – No lo sé. ¿Qué pasa si eso es lo único que saca al hermanito querido de esta pesadilla? – Preguntó, señalando con la barbilla al muchacho, sonrió – Van a tener que confiar en mí, entonces. ¿No crees? ¿O prefieres arrastrarlo a la muerte también?

-¿Quieres dejar de decir eso? – Se quejó con fastidio, llamando entonces la atención de las dos pesadillas. Suspiró, creyendo entender la situación, o al menos el argumento de su sueño. Y, en el fondo, deseando que esa fuese la realidad.
Observó desde ahí aquella luz. - ¿Hay una posibilidad… de que al pasar yo por ahí, Kenny también despierte?

-¿Qué tal si la hay? – Sonrió Nightmare, aunque sin creerlo.

Nightmare Chica hizo por sonreír. – Eso podría funcionar… si él no se entromete. – Indicó, refiriéndose a Nightmare, quien resopló.

-Hagamos un trato, ¿bien? – Soltó. – Llegamos los tres ahí, y que pase lo que deba pasar. – Resumió. – Si conseguimos el modo en que no muera, o en que muera nuestro creador, pues ya estaremos ahí para saber. Es un buen trato, ¿no creen?

¿Habría esa posibilidad realmente? ¿Qué Kenny despertase en tanto él lo hiciera de ese sueño? ¿De poder, al menos de ese modo, despedirse y disculparse cuando menos?  Accedió sin siquiera pensárselo más.
Nightmare Chica, en cambio, carraspeó. – De acuerdo… - no perdía nada con considerarlo, en tanto vio la sonrisa infantil de Nightmare irse formando añadió. – Estará en consideración en el camino… ahora larguémonos de aquí o voy a quedar ciego lo que me quede de vida. – Se quejó, frotándose los ojos, notando que el hermano de Kenny hacía por ayudarle a caminar. – No necesitas hacer eso… - Balbuceó.

-Sí, sí lo necesito – Respondió entonces, entrando ya a un pasillo completamente oscuro. – Lo necesito también para tratar de entender algo de esta mierda.

La risita de Nightmare en la oscuridad les recordó su presencia ahí. – Si algo como esto te confunde espera a pasar cinco o seis noches con nosotros en otra vuelta que tengas por aquí. Si es que hay otra oportunidad, claro.

-Nightmare, si quieres venir con nosotros, mejor cállate y camina. – Negó el rubio, avanzando ya a otro pasillo.
El oso negro bufó. – Discúlpame por querer hacer el viaje más ameno, no lo volveré hacer, Nightmare Chica.

Michael los escuchaba en silencio, sintió en su bolsillo aquella lámpara que había dejado atrás, por lo que, cuidando no apuntar a ninguna de las pesadillas, decidió prenderla, siendo celebrado por el niño.
No tenía ni idea de qué estaba haciendo, pero... si eso prometía algo que tuviese que ver, al menos en parte, con el niñito castaño, entonces no podía ser tan malo, ¿verdad?

 


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