El camino en su mayoría era en silencio, de vez en cuando, cambiaban de pasillo al notar que estaban yendo a un espacio cerrado y, aunque de vez en cuando compartía algunos comentarios con aquella pesadilla rubia, estos no eran tan constantes. Dio un suspiro, notando que los ojos rojos del niño tras de él aún lo veían.
La sonrisa de Nightmare creció en cuanto hubo contacto visual con el muchacho, desapareció, para reaparecer justo frente a él, asustándolo. –Así que… Michael, ¿ah?
-Nightmare, juro que si le vuelves a dirigir la palabra al hermano de Kenny voy a encontrar el modo de encerrarte en una caja y dejarte atrás – Siseó la otra pesadilla, sin siquiera voltear a verlos.
-¡Eres muy cruel, Nightmare Chica! – Se lamentó con falsa pena – Ni siquiera sabes qué es lo que le voy a decir, tampoco soy nocivo, ¿eh?
-Está bien – Cedió el castaño, antes de que aquel chico tan parecido a Carter se exaltara más, y se fijó una vez más en ese otro, que en su caso se parecía a su hermano menor. –Sí, ese es mi nombre, ¿el tuyo es Nightmare?
-Ajá – Asintió con énfasis, suavizando un poco su sonrisa. –Vaya, no sabía que pudieras ser amable, eso es genial.
-Claro que puedo ser amable. – Paró en seco, notando la incredulidad de sus compañeros, y al seguir avanzando titubeó – Hace… un rato, dijiste que no era Nightmare Foxy…
-Así es – Asintió de nuevo, jugueteando mientras avanzaba – Y eso es genial también. A Nightmare Foxy no le caigo muy bien, al igual que a alguien que no voy a nombrar pero estoy viendo – Añadió, riendo con gusto al percibir la mirada molesta de la otra pesadilla, quien al ser apaciguada por Michael se limitaba a escucharlos y caminar.
-¿Entonces Nightmare Foxy está basado en mí? – Le vio asentir por tercera ocasión.
– Y en Foxy. – Respondió.
-¿Y por qué no le caes bien? – En cierto modo, debía tener sentido, suponía. Si se trataba de la mente de Kenny, y había una pesadilla basada en él, junto con otra basada en Kenny, era de esperarse que no tuvieran la mejor relación. De cualquier manera, después de todo lo ocurrido esa semana, el estar hablando de forma tranquila con alguien tan parecido a Kenny del tema no le hacía sentir muy bien. Menos con la idea de haber asustado tanto al niño como para crear una versión pesadillezca suya para atormentarlo también en su subconsciente.
Nightmare se encogió de hombros, la eterna sonrisa de éste a Michael comenzaba a incomodarle. – Intereses distintos, supongo… Las demás pesadillas no fueron creadas con las mismas intenciones que yo. – Suspiró, desvaneciendo con el aire. Cuando el muchacho acordó él estaba flotando a su lado cual gato Chesire, jugueteando con una máscara de Freddy negra – Es por eso que no le caigo muy bien a casi nadie.
-¿Intenciones? –Ladeó la cabeza. - ¿a qué te refieres? – Estaba esperando una respuesta de parte del niño, cuando sintió de nuevo las garras animatrónicas de Nightmare Chica atrapándolo.
-Suficiente plática - Intervino el rubio con nerviosismo. – Mike, no creo que…
-Espera – Negó - ¿Intenciones? ¿Qué es eso?... ¿Tú lo sabes? – Los ojos de Nightmare Chica, el rojo y el azul se desviaron, evitando el contacto visual. - ¿Qué es? ¿Qué intenciones tienen ustedes?
Nightmare rio por lo bajo. – Deja te explico, es mi tema preferido.
Nightmare Chica tragó saliva, sí, Michael era la razón principal por la que estaban ahí y estaba consciente de todo el odio que por ello debía tenerle y le tenía. Pero, aun si fuese un recuerdo, un sueño, o realmente él, parecía realmente acongojado con la situación. – Bien – Cedió como no queriendo la cosa.
-Por favor… - Pidió este, sin entender la reacción del rubio.
Nightmare tomó aire. Deteniendo su caminata a pesar que Nightmare Chica seguía avanzando. – Veamos… aquí hay cuatro pesadillas principales, una superficial y dos profundas. Adivinas quiénes son las principales, ¿no? Nightmare Chica, Nightmare Bonnie…
-Nigthmare Foxy y Freddy – Asintió. – Y si Nightmare Chica es Carter, y Nightmare Foxy soy yo, Freddy es Alex y Bonnie Brian, ¿no?
-Así es – Asintió en seguida. – Chico listo. Entonces… ¿De dónde vienen las pesadillas?... no estoy seguro, pero aquí es así; para una pesadilla hay un miedo detrás, pero también un anhelo.
-¿Anhelo?
-La otra cara del miedo, tonto – Especificó. – Míralo así. Eres Kenny y constantemente sueñas con un zorro que se mete a tu cuarto y te asusta. El zorro se burla de ti porque sabe que te da miedo. Ves al zorro y tiene la forma de Foxy el de Fredbears Family Dinner, ¿ese miedo es sólo porque Foxy da miedo?
-¿Eso hace él? – Preguntó más para sí que para Nightmare. Negó con la cabeza. – Ese miedo es… ¿por mí?
Asintió - ¿Y sólo crees que tenga miedo porque lo asustas?... Si fueras Kenny, y tuvieras un hermano, ¿qué es lo que esperarías de él?... yo, cuando menos, que me defendiera y me llamara hermano, ¿ah? – rio por lo bajo. – Si esperas eso, ¿qué miedo tienes al respecto?
-Que no lo haga nunca – Balbuceó. – Que haga justo lo contrario…
-Ahí tienes el miedo y el anhelo – Resolvió Nightmare. – Somos pesadillas, sabemos qué quiere Kenny y cómo arruinarlo en sus sueños. Sabemos cuáles son los deseos que ese niño tiene más escondidos en su cabeza, y de un modo u otro los representamos. Esas son nuestras intenciones.
-¿Y cuál es la de los demás? ¿Nightmare Chica, Freddy y Bonnie? - Quiso saber, viendo de repente todo el lugar de forma distinta.
-Sólo son los secuaces. – Respondió - ¿Qué teme de ellos? Que hagan el día todavía más imposible de lo que ya es. Que también sepan sus debilidades y se burlen de ellas. El anhelo es justo lo contrario.
-Y eso es lo que reflejan cuando no lo asustan… - Razonó, viendo entonces al rubio que, aunque a lo lejos, no daba señales de comportarse ni de cerca como Nightmare los describía.
-Bueno, sí, nosotros queremos a Kenny, pero tú lo entiendes, ¿no? Es como quererse a uno mismo. – Hizo una pequeña pausa. – Ah… Plushtrap refleja ese miedo a no ser aceptado por absolutamente nadie, ni los niños de su edad, tiene otra utilidad, pero…
-¿Plushtrap? – Repitió - ¿Quién es? – La expresión sorprendida y risueña de su interlocutor sólo se acrecentó.
-¿No sabes quién es Plushie? Amigo, ¿no conoces todos los miedos de tu hermano? – Se burló – Apuesto a que ni siquiera sabes quién es Belinda. – Michael no respondió, escuchando entonces más la risa de aquella pesadilla.
-No te estoy preguntando eso… - Gruñó. – Ah… Bien, bien, ¿y los otros? Dijiste que hay otros dos… uno eres tú, es lo que quiero saber.
-Yo… - Balbuceó. – Bueno, yo soy diferente. – Sonrió más, mostrándole la máscara de Freddy negra que llevaba en las manos. Michael la observó mejor. No era de Freddy, sino de Fredbear. Un estremecimiento le recorrió al recordar entonces lo ocurrido hacia una semana. – Yo no nací directamente de un miedo, ¿sabes? Yo nací de una pregunta, de un anhelo que los niños no deben tener, y fui creciendo poco a poco, gracias a ti y a los demás. ¿Sabes qué pregunta y qué anhelo era?
El adolescente se fijó entonces en Nightmare Chica otra vez, notando entonces que ya no estaba, iba a opinar al respecto, encontrándose con los ojos rojos e inquisidores del niño, quien, a pesar de verse como Kenny, exigía una respuesta y sonreía como este no lo haría nunca. Negó con la cabeza.
Nightmare suspiró. - ¿Qué tal si mejor me preguntas qué es lo que Kenny desea? Si es que viviendo con él no lo sabes aún.
Michael titubeó, el pasillo que iban cruzando estaba medianamente iluminado, pero eso no quitaba lo escalofriante que era todo el ambiente. Todo ahí no parecía ser algo que Kenny deseara, era más bien algo diseñado para que lo atormentara. ¿Qué era lo que Kenny podría desear de un lugar así? Simplemente no se lo creía, pero preguntó - ¿Qué es lo que Kenny desea?
Nightmare desvaneció su sonrisa de golpe, formando entonces una más tranquila, conciliadora. Susurró. – Morirse.