La brillante sortija pendía de la punta de su dedo índice.
De pie frente a su escritorio, Sasuke la observó largo rato, con las pupilas opacas, ausentes de toda emoción. Taciturno, abrió el cajón bajo la mesa para guardarlo. Entonces sus manos rozaron el sobre marrón con las fotografías que le había entregado Karin días antes. Aquellas instantáneas eran las responsables de su actual pesar.
Su semblante se endureció al tomar la primera, empero, no pudo verla. No por segunda vez.
Una honda exhalación salió de sus labios. El asunto era demasiado hilarante y doliente para dejarlo pasar. Y sin embargo, lo había hecho. Había intentado, con todas sus fuerzas, sepultar los hechos y seguir adelante con su relación.
Pero ¿Realmente podría?
"Te amo, Sasuke"
Cerró los ojos y azotó el cajón, reconociendo en su fuero interno que cuando se perdía algo tan delicado como lo era la confianza, era prácticamente imposible volver a recuperarla.
*
Caída la noche, a Naruto le fue imposible dormir. Sentado sobre el colchón, se abrazó las rodillas y vio el cuerpo de Sasuke recostado a su lado, dándole la espalda.
La luz de la luna se filtraba, diáfana y etérea por el resquicio de las cortinas, iluminando vagamente la recámara que compartían.
¿Cuánto tiempo más estarían así?
¿Hasta cuando pensaba perdonarle Sasuke su desplante en cuanto a adoptar un niño?
¿Habría sido mejor decirle que sí?
Quizá entonces su relación se habría vuelto más estable. Teniendo Sasuke lo que quería, posiblemente su amor se habria restablecido a esas alturas.
Naruto contuvo apenas las lágrimas. Sus hombros se agitaron levemente. No entendía en qué punto su vida había empeorado tanto.
Su última oportunidad por independizarse se había destruido cuando la beca le fue negada.
El amor que Sasuke le prodigaba a diario se había esfumado, y ahora solo quedaban las cenizas de una relación inestable que amenazaba con irse a pique en cualquier momento. Eso sí no lo había hecho ya.
La vibración del celular de Sasuke lo sobresaltó. Naruto aguardó unos minutos inmóvil, esperando que el Uchiha despertara. Al ver que no era así, avanzó cauteloso a gatas hasta el extremo opuesto del colchón. En silencio, bajó de la cama y titubeó apenas unos segundos antes de decidirse a tomar el móvil.
La primera vez que lo había hecho había cometido una equivocación que casi le cuesta todo. No obstante, la actitud de Sasuke distaba mucho de ser la misma.
Nuevamente algo ocultaba.
Naruto vio el semblante apacible de Sasuke, después miró el celular.
No dudó en leer el mensaje.
Era de Karin.
"¿Ya pensaste qué harás?"
Anterior a ese mensaje había otro que rezaba un texto similar.
"¿Vas a confrontarlo o dejarás las cosas así?"
Naruto parpadeó confundido.
¿De qué hablaban?, ¿Confrontar qué cosa?
Desorientado por su descubrimiento, Naruto dejó el celular en su lugar.
*
Entró al salón con paso firme hasta el pupitre de Menma. Había llegado temprano esta vez, pero aparentemente no había sido el único.
Una mueca socarrona asomó a los labios de Menma cuando reparó en su presencia.
-Naruto.
-¿Qué estás tramando?- Naruto fue directo a preguntar. Menma en cambio, no se inmutó en lo más mínimo. -¿No entraste a esta escuela para buscarme, verdad?
Había algo en la mirada de Menma que le provocaba escalofríos.
-¿Qué insinúas?
-Quiero que te alejes de mi- advirtió Naruto en tono firme. -Deja de seguirme o...
-¿O?- le apremió Menma con una sonrisa divertida. Naruto apretó los puños al oírle carcajearse, como si sus palabras fueran motivo de burla o algo que no debía ni tenía porque tomarse en serio.
-Tendremos serios problemas- remató Naruto, apartándose al ver a Neji entrar y dirigirle una mirada de completa extrañeza.
*
La advertencia no solamente no había servido, sino que había empeorado las cosas.
Naruto lo constató en el descanso, cuando distinguió a Menma caminando rumbo a la oficina de la subdirección.
La garganta se le cerró en un nudo.
Menma no podía saber lo suyo con Sasuke, ¿o si?
Naruto estaba por echar a correr en esa dirección cuando lo alcanzó Neji y lo tomó de la mano.
-¿Almorzamos juntos?
De inmediato y sin detenerse a pensarlo, Naruto lo empujó para deshacer el agarre.
¿Es que ese par se había puesto de acuerdo para perjudicarle?
-¡Déjenme los dos en paz!- exigió casi a gritos, sin importarle ser visto por el resto del alumnado que pasaban cerca del salón.
Ya harto de todo, Naruto entró a tomar su mochila y salió corriendo, deseando apartarse de todos los que le hacían daño.
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