Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Información Clasificada por dark-angel

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El arreglo para dormir esta noche había sido satisfactorio, aunque cierta parte de Clark estaba desilusionada. Había sido confinado, por auto implicación, al sofá pequeño de su sala tras argumentar que realmente no necesitaba dormir mucho y que mañana harían mejores arreglos. Lex y Conner volvieron acurrucarse en una punta de la cama, uno sobre el otro, de forma posesiva; era tan tierno como perturbador de observar. A pesar de todo, Kent podía contar sus pequeñas batallas ganadas con entusiasmo. Se daba por satisfecho al haber logrado que Lex comiera dos porciones de pizza, aunque su hijo, por otro lado, no necesitó mucho incentivo para inhalar el resto y declarar que era la mejor comida del universo. Ese pequeño detalle, mínimo, lo hizo parecer tan infantil que casi rompió el corazón del Kent mayor. Estaba seguro que Luthor sintió algo similar, cuando vio el reflejo de pura tristeza rodear sus pálidos ojos y sonreír suavemente; había determinación, también y él la conocía en carne propia. El hombre mayor nunca había sido capaz de dar menos que todo y esa mirada decía que haría todo por que Conner se mantuviera así. También se sintió bastante realizado cuando aceptó la ropa vieja, colocándose algunas de las más holgadas para sentirse cómodo al dormir, sin poner demasiada resistencia y lo atrapó, oliendo el aroma reconfortante del jabón de su madre (se preguntó si, al ser un clon, también tendría determinados patrones preestablecidos en su cerebro y un recuerdo lejano de esta clase de aroma, o la ropa misma, como si alguna vez hubiera sido suya).  

Clark no pudo dormir esa noche, y no porque fueran las ocho de la noche y ya estuviera acostado, sino porque no podía dejar de escuchar los corazones de la habitación contigua y sus cambios; percibió un par de pesadillas, algunas de parte de Lex mismo, silenciosas, pero las de Conner eran perturbadoras: gritos mudos, lo vio arañándose la carne y llorando como si fuera un crio, lo que era en cierta medida, contrastando completamente con la figura que dejó visible durante todo el tiempo que lo conoció. La primera vez había ido al cuarto para ver que sucedía, la mirada depredadora y fiera que le regaló Lex, mientras envolvía a su hijo entre sus brazos y lo consolaba, quemaba su mente; era clara la capacidad de destrozar el mundo que tenía el hombre si alguien volvía a dañar a su hijo. Después de eso ya no pudo dormir, así que decidió ir a patrullar.  

Sus pasos, como siempre, lo llevaron a la torre de LexCorp y como era de esperarse “Alexander” estaba allí, como si estuviera esperando que él llegara, lo que probablemente era cierto. El hombre salió a la terraza, mirando con desdén a Superman y bebiendo un buen vaso de whisky extremadamente caro. Por unos momentos no se acercó, porque no estaba seguro de poder comportarse de otro modo, pero cuando el hombre susurró su nombre, bueno, alias, en espera de llamar su atención, no tuvo más remedio que hacerlo. Bajó a una buena distancia entre ellos, brazos cruzados firmemente sobre su pecho, su logo. No fue quien comenzó la conversación, y esperó a que el clon fuera quien dijera las primeras palabras, porque sabía que, si él abría su boca, lo mordería de forma literal y no agradable; si podía arrancarle la cabeza, lo haría gustoso.  

— Tus amigos tienen algo que me pertenece —. La voz salió aburrida, desinteresada y casi monótona, aunque sus ojos reflejaron lo contrario; una furia contenida—. Agradecería que se me sea devuelto sin daños.  

— No hemos tomado nada que te pertenezca.  

— Lamento diferir. Requiero que mi propiedad sea devuelta, Superman, o la buscaré por mis propios medios y ambos sabemos que eso no terminará bien.  

— Quiero verte intentarlo. Jamás, Luthor , jamás volverás a poner un dedo sobre ellos —. Rugió, sus brazos se desplazaron a los lados mientras cerraba sus puños y sus ojos se volvieron rojos, con rayos contenidos, pero muy deseosos de salir. Dio unos pasos cerca, pero no lo suficiente para realmente acercarse, podía sentir desde esta distancia cómo poseía al menos un fragmento de Kryptonita sobre él, no quería volverse vulnerable en este momento, a pesar de que moría por sacarle la sonrisa sádica que se formó en su rostro.  

— Oh, pondré más que un dedo sobre eso cuando lo recupere.  

Vio rojo, de forma literal, mientras sus rayos destrozaban una pobre maseta del lugar. Gruñó, bajo, amenazadoramente, pero Alexander ni se inmutó por el arrebato, demasiado confiado en que Superman realmente no le haría daño. Apenas alzó su ceja y tomó el último trago de su alcohol, lazó el vaso y Clark lo esquivó con facilidad, porque no le daría la satisfacción de antaño de que este se estrellara contra su cuerpo; antes era en sentido de culpabilidad, ahora, no existía más. Durante unos momentos solo se miraron, hasta que Luthor decidió que tenía cosas mejores que hacer con su tiempo.  

— No lo olvides, Superman , siempre recupero lo que es mío.  

.  

.  

.  

Clark se dejó caer en el sofá cuando el sol comenzaba a precipitarse. Boca arriba, con su ropa de Superman y cubriéndose los ojos, totalmente agotado tras una rabieta abismal que tuvo en la Antártida. Ni siquiera había notado que Lex estaba despierto hasta que sintió un vaso de agua posarse contras su brazo. Cuando descubrió sus ojos y su mirada se clavó en el delgado hombre frente suyo, no pudo evitar derramar lágrimas que han querido salir desde el momento que lo rescató. Se sentó más rápido de lo que jamás imaginó y tiró del cuerpo del hombre mayor contra el suyo sin darle posibilidad de escape. Necesitaba, nuevamente, mantenerlo allí para siempre; protegido de todos los males que quieren precipitarse por su ventana. Alexander, Oliver, el mundo entero cuando descubran de su existencia, todo villano que ha jurado venganza en su nombre o en el del su homónimo. Lloró sin filtro alguno contra el hombro de Lex, dejó que sus brazos envuelvan su espalda y costillas e ignoró olímpicamente como este está tenso allí, al menos lo está el tiempo suficiente para ser preocupante, pero demasiado desviado a su propia necesidad egoísta. Permite que se tome su largo tiempo para acostumbrarse, porque lo hace al final de cuentas, cuando tanto su mente como cuerpo reconocen que es Clark, el adolescente, su amigo, quien lo mantiene prisionero. Se quedan allí, con Luthor prácticamente sentado sobre Kent durante demasiado tiempo para ser normal, aunque nunca habían encajado en normalidad. Las lágrimas se acabaron, los hipos llegaron y luego el silencio, acogedor.   

— ¿Día largo? —, la voz de Lex es ronca, por falta de uso, pero baja y suave. Su mano se mueve hacia el cabello engominado de Clark, y lentamente desordena dicho, como hubiera hecho con Conner en una situación similar. Se deja usar como consuelo, pese a la incomodidad que le causa, y permite permanecer demasiado tiempo allí.   

— Vida larga —, responde acuosamente, medio divertido, medio sincero. La vida ha sido demasiado complicada, desde que llegó a este planeta, desde su adolescencia, desde que Lex fue cambiado por Alexander. Estaba realmente cansado de tener que luchar por todo, todo el tiempo.   

— Sé lo que es eso —. Arrulló con un sonido divertido, un borde histérico se colgó, pero demasiado pequeño si no se estaba buscando. Lentamente Clark lo deja ir y Lex tarda unos momentos en hacerlo, alejarse, porque de alguna forma es renuente abandonar el horno que es el cuerpo del héroe. Pero lo hace, le tiende el agua abandonada en la mesa auxiliar y este la bebe agradecido. Luthor se acomoda junto a Superman, teniendo cuidado de no sentarse sobre su capa, antes de cruzarse de piernas y esperar algo. Siempre había sido así, esperando algo que Kent no sabía que era, que no podía dar o no quería.  

— ¿Pudiste dormir algo? —. Decidió cambiar de tema mientras terminaba el vaso de agua. Comenzó a quitarse su capa, al ver como la esquivaba Lex, y luego la hizo un bollo para dejar caer descuidadamente en el suelo; actualmente, su traje, era lo que menos le importaba. El hombre a su lado no necesitaba responder, las ojeras bajo negras instaladas en su rostro eran suficiente—. Pregunta tonta, ¿Conner?  

— Logré que durmiera, extrañamente considera tu olor reconfortante, abrazar tu almohada lo ha calmado bastante —. La declaración, descuidada, generó un vuelco en el corazón de héroe, y aunque el tono de Lex era bastante ambiguo, el rastro de celos estaba presente. Podía entenderlo, compartir tampoco había sido el fuerte de dicho—. Aunque consideraría abastecer tu refrigerador antes de que se levante, una vez conocido el alimento sólido, no sabrá dejarlo —. Y nuevamente, esta información que caía sobre el regazo de Clark, dicho como si no importara, revolvía todo dentro suyo. “Conocer”, era enfermizo pensar que en estos 8 años solo hubiera sido alimentado mediante sueros o alimentos líquidos. Se preguntaba si Lex recibía un trato similar y por eso era tan delgado, al menos Conner había conseguido un poco de musculo magro posiblemente por los entrenamientos a los que fue sometido y una dieta diferente.  

— Lo que tengo servirá para el desayuno. Un amigo nos visitará más tarde, traerá el brunch, deberá de ser suficiente para mantenerlo lleno durante un rato —. Dejó caer tan sutilmente como podría, sin mencionar quien era. No sabía bien como informarle, técnicamente él no sabía quién estaba bajo la máscara de qué héroe, o villano para el caso, ya que esa era información posterior a su encierro. Que sepa quién era él era cuestión de juntar dos más dos, ya que estaba en duda de si Alexander realmente tenía la confirmación de su identidad o simplemente una teoría. Estaba seguro que no reconoció a Oliver, no solo porque no lo veía desde hacía más de diez años, sino porque usaba tanto mascara como un desfigurador de voz; Batman era un cuento similar. Aunque estaba seguro que si Lex veía a Bruce, comenzaría a sumar dos más dos; que Clark sea amigo de un multimillonario como él sería demasiado extraño. Pero era un pequeño precio a pagar y estaba dispuesto a hacerlo.  Wayne parecía también capaz de hacerlo, ya que estaba seguro que esta posibilidad cruzó por la mente del hombre y aun así se había ofrecido; dios, que buenos amigos tenía, casi quería llorar otra vez. 

— ¿Por qué? —. Lex se alejó un poco de Clark, entrecerrando sus ojos brevemente. Debió de darle más crédito, era demasiado paranoico y perspicaz.   

— Porque necesitamos alguien que pueda ayudarnos y él es la única persona en la que le confiaría algo de ti.  

— ¿Quién?  

— Wayne.  

Lex asintió, como si aprobara su juicio, y no indagó de dónde demonios lo conocía, aceptó que no tendría una respuesta. Un poco triste, de pensarlo, preferir no preguntar para no obligarlo a mentirle en la cara. Había comenzado hacer eso antes de todo, pensó que cambiaría esa pequeña parte, pero no era así. Clark le dedicó una sonrisa triste y se quedaron unos momentos en silencio. Dejó sus ojos descansar y eso fue todo.  

.  

.  

.  

Clark se despertó cuando algo pesado, del tamaño de un ser humano pequeño, se lanzó sobre su estómago. Sobresaltado y creyendo que era un ataque alienígena, que lo era, casi lanza a Conner lejos de él. Pero por simples reflejos abrazó a la criatura agresora y este comenzó a agitarse como si fuera un gato acorralado, y logró despertarse cuando la risa, baja e inusual, de Wayne se filtró en el lugar. Junto a esta y más perdida había una risa tímida infantil, asumía que era su último protegido, después del fiasco con Todd, Bruce había terminado obteniendo consuelo con el auto impuesto nuevo Robin y se había encariñado relativamente rápido, bueno, tan rápido como podría el hombre. Tim era nuevo en la Batfamily, muy nuevo, no llevaría ni dos meses con el traje, lo que atraía la atención de Clark de porqué lo traería. (**)  

Conner logró escapar de los brazos de su donador, antes de huir de forma poco digna tras el otro niño (que en su comparación era muy pequeño) y murmurar que tenía razón, había sido una pésima idea, al parecer generada por el pequeño pájaro. Se sorprendió de ver cómo tomaba la mano del humano y ambos se alejaban hacia la mesa surtida de alimentos chismeando sobre temas que Kon desconocía, pero que al parecer captaban su interés. Bruce, por otra parte, se mantuvo distante con las manos en los bolsillos de su carísimo pantalón y observó sin disimulo la situación a desarrollar. La falta de Lex lo alarmó.  

— Está duchándose.  

— Oh —. No le sorprendía, no debería, considerando que Luthor era la clase de persona que mínimo se duchaba dos veces al día, pero de alguna forma le preocupaba. Se levantó del sofá, notando aun su traje y con una mueca de vergüenza escapó para cambiarse. Cuando ingresó al cuarto para buscar su ropa en supervelocidad, casi choca con el mismo Lex que salía de la ducha con tan solo una toalla envolviendo su cuerpo. Así, con el torso desnudo, podía observar las costillas sobresalientes, aunque el musculo que alguna vez ganó y al parecer mantuvo, seguía presente; piernas firmes y fuertes, largas... lamentaba la prenda en el medio. Esto mismo le hizo retroceder, con su rostro encendido y solo murmuró otro—. Oh —, y salió del cuarto cerrando la puerta tras suyo. Bruce se posaba al comienzo del pasillo con una mueca de superioridad, como si supiera que demonios pasó allí dentro, lo cual era completamente probable. 

Se recargó en la puerta, suspirando ruidosamente, esperando que el calor de sus mejillas se fuera igual que el inicio de algo que no debía de iniciar. Cerró sus ojos, dejando que la imagen de Lex se filtrara en su mente, pero no con pensamientos pecaminosos, sino que recordando lo visto y lo alarmante. Lex tenía una cualidad única, una mutación, que permitía curarse de casi cualquier daño, aunque no estaba seguro cuál era su alcance; razón por la cual salió casi sin quemaduras cuando lo prendieron fuego hace décadas atrás y sus laceraciones tras perderse en la isla duraron poco más de una semana. Y a pesar de todo eso, podía observar moretones casi curados esparcidos por el abdomen de este, también heridas de arma blanca cicatrizadas y en un proceso bastante acelerado de curación, aunque no estaba seguro de hacía cuanto las había tenido. No estaba seguro que más se guardaba, ya que, nuevamente, cualquier herida infligida pudo haberse curado a un tercio del tiempo requerido y ahora era casi invisible. Recordó vagamente a Lex recalcar que tanto su padre como su clon malvado pusieron a prueba hasta cuanto podría soportar; la imagen aterradora y de película de terror de bajo presupuesto que anteriormente se había encargado de pintar aquellas afirmaciones, ahora se volvía vivida y casi tridimensional; podía sentirlo, saborearlo y hasta escucharlo. Este pequeño ensimismamiento lo llevó a no notar que Lex abría la puerta y todo su peso, que se encontraba recargado allí, cayó sin elegancia hacia atrás; era milagroso que el ex millonario se hubiera corrido antes de ser aplastado o quizás, sabía que esto sucedería y provisoriamente ya estaba fuera del camino.   

El ploff demasiado ruidoso que generó el cuerpo sólido de Clark al caer al suelo atrajo la atención de los niños. Conner rio sin siquiera disimularlo, jovial y alegremente, que casi hacía valer la pena la idiotez del momento; Tim, era un poco más tímido o al menos educado, había cubierto su boca y reído disimuladamente. Bruce rodó los ojos, ante las payasadas de uno de los héroes más aclamados y Lex, bueno, Lex lo observó con una ternura que siempre se había dirigido única y exclusivamente a él, especialmente cuando era torpe, que le daban ganas de besarlo hasta dejarlo sin aire y jamás soltarlo. Cuando era joven, siempre había querido que esa mirada fuera constante, porque le hacía sentir amado y su corazón cálido; no entendió en ese momento el sentimiento, especialmente cuando estaba tan sumergido en hormonas adolescentes. ¿Actualmente? Bueno, entendía el sentimiento y eso era peor. No necesito ayuda para levantarse y nadie se la ofreció, especialmente no Luthor quien simplemente alzaba su ceja esperando que se alzara solo; un castigo divino por su intromisión. Cuando pudo, rodeó a Lex, apenas rozando su cuerpo, para ingresar al cuarto y cometer su meta inicial: quitarse el traje de Superman.  

Lex se dirigió a la sala, saludando cordialmente a Wayne y regañando a Conner por abrir la puerta sin permiso a extraños; el niño se excusó diciendo que algo había llamado su atención: Tim. Kon no había tenido relación con otros niños aparte de sus hermanos y había sido extraña, así que entendía es a curiosidad de ver a este… ¿hijo de Bruce?, presentarse frente a él y querer encajar en la vida mundana. Luthor alzó su ceja, curioso, mientras inclinaba su rostro hacia su viejo conocido con la pregunta vaga. 

— Han pasado muchas cosas desde la última vez que nos vimos —. Simplificó, mientras se encogía brevemente de hombros y guía, sin palabras, a ambos hacia la mesa surtida. 

— Jamás te esperé con un hijo, aunque no es sorpresivo. Adoptivo, ¿Dick? O ¿Jason? —. La pregunta clavó un puñal en el corazón de hombre, claramente Lex había estado investigando un poco por internet, aunque solo recabando datos primarios debido al poco tiempo presentado entre la bienvenida del millonario.  

— Dick tiene 19 años, está en la universidad actualmente. Jason falleció el año pasado.  

— Lo siento —. Y realmente sonaba como tal. Inclinó la cabeza, levemente en disculpa, pero su atención volvió al niño. Evaluativo. 

— Él es Tim, mi protegido. 

— ¿Aun fetiche por los niños? 

— Un chiste de mal gusto —. La sequedad del tono casi podría ahogarte en el desierto.

— Creí que era tu favorito, Bruce, me siento decepcionado. Al menos algo de mi quedó en ti, ¿un loco vestido de murciélago paseando por tu ciudad?

— Siempre fuiste el cerebro de la relación. 

— ¿Oh? ¿Tuvimos una relación? Me perdí el memorándum.  

Y hubo una risa, real, demasiado fuerte y llena de corazón. Clark, que estaba volviendo, pero jamás dejó de escuchar, tuvo que hacer una pausa. Algo se llenó en su corazón, no sabe si son celos o alegría, pero más que nada anonadado de escuchar aquello que jamás creyó capaz en su vida. Era delirante como el que reía tan jovialmente era Bruce, como si el peso del mundo por primera vez se hubiera escapado de sus hombros, mientras que las palabras de Lex eran dichas con desdén y pesadumbre, aunque ambos fueran fingidos y bastante forzados. Los hombres no estrechan manos, solo se miran unos momentos y eso es suficiente para dar finalizada la conversación. Kent creyó que su corazón saldría por su garganta solo para tironear el resto de sus órganos, el pánico que se instaló cuando dejó entrever la resolución de quien era realmente Bruce, Lex, aún no se iba pese a que realmente se instalaban otros sentimientos confusos. Lentamente se acercó a ellos, alzando una ceja curiosa y adoptando un rostro de cachorro. 

— Al menos tu estilo “dark” de la adolescencia se conservó, del mismo modo que el mal gusto para vestir de Clark —. Añadió, por si no quedó claro lo que él sabía, mientras se sentaba junto a su hijo quien estaba demasiado centrado en inhalar alimentos y preguntarle a Tim qué eran; el niño, por otra parte, parecía un poco preocupado por la declaración y le lanzaba miradas fugaces a Bruce como si esperase que este le dijera qué seguía. 

— Oye, mi traje está bien. 

— Claro. Si te pierdes en el espacio siempre podemos seguir los colores brillantes para hallarte. 

— ¡Ey! 

Y hubo algo tranquilo, fuera de lo normal e innatural en la situación que la hizo perfecta. Mientras Clark y Lex peleaban suavemente, él tomó asiento frente a susodicho, mientras que el caballero de la noche tomaba la cabecera y regañaba tan amorosamente como podía al niño que cogía los alimentos con la mano. Otra broma surgió, sobre la incapacidad de modales que los Kent poseían, en un suspiro desdeñoso. Lex asintió, con el argumento de que mucho no se podía esperar de los granjeros y Clark nuevamente se quejó, indignado. Conner, bueno, él simplemente observó la situación con interés mientras llenaba su boca como una ardilla, viendo por primera vez a su padre sonreír de verdad; de esa sonrisa que llega a tus ojos y no las falsas que siempre le regaló, llenas de miedo. Casi podía sentirse seguro, excepto que no lo estaban. Nunca lo estarían y el mundo siempre tenía una forma graciosa de demostrarlo. Los Kryptonianos lo escucharon, pero no fueron los suficiente veloces para evitarlos. El arma automática, los disparos destrozando las finas paredes de su apartamento y el caos. El olor de sangre se filtró en el aire y tanto el polvo como la angustia flotó en una pesada nube de pánico. 

 

 

Notas finales:

**: La edad de los Robins serían: 19 Dick, adoptado a los 9 años. 15 Jason (adoptado a los 13, Dick se fue a los 16 con los Titanes y dejó a Bruce (?)), 13 Tim. Tim no es adoptado, pero lo será (?), porque vamos, es lo mejor para todos (???). Obviamente hay cambios en toda la estructura de la batfamily, aviso, que habrán varios.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).