Taemin recogió a Myungdae de los brazos de Minho, recostándolo sobre su hombro para poder darle palmadas en su espalda y hacerle eructar. No tenía mucha idea de bebés, pero esto lo sabía porque lo decían en todos los programas de televisión donde aparecía un bebé a cuadro. Al menos con eso podía ayudarle un poco a Minho. El hombre lucía tan desconcertado, sin dejar de examinar la carta, como si tuviera una clase extraña de mensaje oculto entre sus líneas, o escrito en tinta invisible que se revelaría ante el calor de una vela. Pero no era así, ya habían releído la carta varias veces, nada cambiaba, nunca.
Myungdae al fin soltó el aire, y su falta de llanto o gesto de inconformidad ante eso le indicó a Taemin que el bebé probablemente se quedaría dormido sin más reparos. Le tomó un segundo bajar la mirada y comprobarlo, Myungdae con la mano en su boca se dirigía hacia el reino de los sueños sin dudar ni un poco en qué lugar se encontraba o con quién. Le arrulló un poco de cualquier modo, aprovechando el lento ritmo de su tarareo para alejarse un poco de la cocina y tomar su celular.
Marcó un número que se sabía de memoria, aunque no precisamente para hacer lo que haría. Minho nunca le permitía pasarse de listo con sus compañeros de trabajo.
-Buenas días, ¿podría dirigirme al departamento de contaduría?- Preguntó, esperando el tiempo en que se tardaban en redireccionarlo a la extensión correcta. -Hola, soy Lee Taemin, la pareja de Choi Minho…Si, llamo justo para eso. Minho no irá, está enfermo. Creo que es gripa. No ha podido salir del baño de tanto vomitar en toda la mañana. ¿Usted cree que podría ser influenza?- Explicó, terminando por cuestionar a quién había atendido la llamada. -Si, es horrible. Esta muy mal. Lo llevaré al médico más tarde…¿Oh, de veras? Tres días, y que lleve el comprobante de su cita médica. De acuerdo, gracias.
Terminó la llamada, tratando de ser lo más silencioso posible para no perturbar al niño. Sí, sabía estaba mal mentir, pero sus pequeñas orejitas de cualquier modo no entenderían qué estaba diciendo. Además, creía que era más fácil decir eso, que explicar que Minho tendría que tomarse licencia por problemas familiares, ya que su sobrina había decidido aparecer y desaparecer dejando a su hijo al cuidado de Minho.
Regresó a la cocina, dejando al niño en el bambineto, para que durmiera sin más interrupciones. En cuanto lo hizo, Minho automáticamente subió su mano para colocarla sobre el vientre del bebé y empezar a arrullarlo despacio. No necesitó más, Taemin comprendió porqué ella había decidido dejar a Myungdae con Minho.
-¿Sabes? Él es tu sobrino nieto.- Rio, acercándose lo suficiente para estamparle un beso a Minho en la mejilla. -Eso quiere decir que eres un viejo ahora.- Le molestó, sonriendo de lado a lado. No esperó que Minho le mirara de soslayo y alzara una ceja de manera retadora.
-Taemin, eres mi novio. Eso significa que él también es tu sobrino nieto.- Replicó, sonriendo ante el gesto confundido que Taemin hizo. Le tomó dos segundos entender que la situación también aplicaba en su dirección.
-Esto ya no es divertido.- Se quejó, cruzándose de brazos. -¿Qué tal si sólo le decimos sobrino? No hay necesidad de agregar la parte de nieto.- Negoció.
-Me parece justo.- Aceptó, sonriendo un segundo antes de que le llegara un mensaje a su celular. Lo leyó rápidamente, cada vez más sorprendido por las indicaciones que le había mandando el departamento de recursos humanos de su trabajo. -Taemin, ¿qué hiciste?
-¿Qué tiene?- Taemin se encogió de hombros. -Te acaban de promover a niñero de tu sobrino nieto, y en realidad no sabemos dónde está tu sobrina. ¿Irías a trabajar así?
Minho tendría que admitir que no había pensado en una razón para que en el trabajo aceptarán su falta. Solo había pensado en faltar y tratar de localizar a su sobrina, había algo en su carta que simplemente no le sentaba bien. Pero, para poder hacerlo, primero tenía que saber por dónde empezar. Exhaló, poniéndose de pie y cruzándose de brazos. No tenía idea por dónde empezar, o qué hacer.
A pesar de eso, se sintió mucho mejor cuando Taemin le rodeó con sus brazos, consolándole en silencio por un momento. Un abrazo de Taemin a veces era lo único que necesitaba para sentirse un poco mejor antes las cosas. Devolvió el abrazo, colocando su mentón sobre la cabeza de Taemin, exhalando un momento.
-Tengo mucho tiempo sin cuidar un bebé, uno pequeño, y por completo. No sé por dónde empezar.- Admitió. -Mirae no dejó más que un biberón y tres pañales, si mi pedido de la farmacia no llega pronto, creo que voy a llorar. Estoy preocupado, debo encontrarla, ¿qué tal si está en problemas?
Taemin se separó un poco de Minho, fijándole la mirada de manera seria.
-Estas pensando en muchas cosas en este momento, ¿qué tal si pensamos una a la vez?- Alentó a hacer de sus pensamientos una lista, en vez de una maraña de ideas sueltas. -Myungdae está al menos contigo, su familia. Y no estás solo, te ayudaré a cuidarlo. Además, ya sé a quién podemos preguntarle acerca del cuidado de los bebés, yo me encargo. ¿Qué tan difícil puede ser? Sabes que he cuidado muchos animalitos bebé en el refugio que visito.
-Taemin, un bebé humano, y un bebé de cualquier otra especie no son lo mismo.
-No, lo sé. Pero ambos cuidados tienen sus propias dificultades, y he sobrevivido a eso. Estaremos bien.- Afirmó. Pinchó ambas mejillas de Minho, hasta hacerle hacer una mueca algo adolorida y molesta. -Por otro lado, estoy muy seguro que ya debe de estar por llegar tu pedido de la farmacia, creo que hubo un accidente en una de las calles aledañas y estaba congestionando la calle principal. Me llegó una notificación de tránsito. Seamos un poco más pacientes, Myungdae ya comió y está durmiendo.
-No me siento consolado.- Minho sabía que estaba lloriqueando, pero quizás ya había pasado el punto del estoicismo, y realmente necesitaba que Taemin le dijera que todo estaría bien.
-Son las ocho de la mañana, ¿también necesitas un biberón y que te ponga a dormir?- Taemin le molestó una vez más, riendo ante el gesto irritado que Minho hizo. -Un paso a la vez, ¿está bien? Tú sobrina dice que volverá, esperemos por ella. Permitámonos las 72 horas antes de reportarla como desaparecida. Nuestra prioridad ahora es conseguir todo lo necesario para ese bebé que está roncando. Espera, está roncando.- Se giró sobre su lugar, cerniéndose sobre el niño. -No sabía que los bebés roncaban, que bonito. ¿No es adorable?
Y así como Taemin podía ser una roca de dónde aferrarse, Minho también sabía que en cuanto pusiera su mente en algo más, era como tratar de aferrarse al agua. Tenía simplemente que dejarlo ser.
-Amor, lo estás mirando como miras a tu gata.- Le indicó, exhalando con ligero desespero.
-No te preocupes, no lo llevaré a casa para quedármelo.- Le aseguró. -Es tan sólo que no había visto un bebé desde que mis primos eran bebés, yo era apenas un poco mayor que ellos. Tal vez debería llamar a casa de mi tía mañana, hace rato que no los visito.
-Amor…
-¿Sí Minho?
-Estás desvariando de nuevo.- Le tomó por los hombros, apoyando la barbilla sobre su hombro.
-Lo sé.- Se limitó a responder. -Ahhh, es hora de que nos pongamos a trabajar.- Se soltó de Minho para de nuevo alcanzar su celular que hacía rato había dejado abandonado en la mesa.
-Hablando de trabajo, ¿no deberías ir al tuyo?
-Faltaré, no son tan estrictos como en el tuyo. Me descuentan el día o no, depende de si asisto o no.- Explicó con sencillez. -Así que déjame hacer está llamada, y nos pondremos manos a la obra.- Sacó la lengua, jugueteando en los segundos que del otro lado se tardaban en responderle.
En ese momento el timbre sonó, Minho se dirigió a la puerta recibiendo, al fin, su pedido de la farmacia. Al menos ya contaba con lo básico para poder sentirse algo preparado de tener a Myungdae consigo. Sostuvo el aliento por un momento, procesando la idea. Esa mañana no tenía idea de dónde estaba su sobrina, no había pensado mucho en ella en algunos años, y ni siquiera había imaginado la idea de que ella ya tuviera su propia familia. Sentía como si hubiesen pasado seis meses desde entonces, y todavía seguían siendo las ocho de la mañana, quizás más cerca de las nueve, pero aún de mañana.
Le tomó mucho esfuerzo el poder despegarse de sus pensamientos y enfocarse en Taemin, que alegremente conversaba en su celular, como si estuviera a mil años luz de la pesadumbre que Minho estaba sintiendo por el cambio de 180 grados en su vida. Decidió acercarse a la burbujeante personalidad de Taemin y disfrutar de su calidez que tanto le aliviaba la desesperación.
-No, ya te dije que estamos bien hyung…Si, solo llamé para saber si estaban en casa, Minho y yo tenemos que visitarlos.- Taemin rio, asegurándole a quien había llamado que no debía preocuparse. -Si, estaremos ahí quizás en unos cuarenta y cinco minutos…De acuerdo, adiós.
Entonces colgó, regresando su atención a Minho y con ello parte de esa burbujeante luz que le rodeaba iluminó a Minho, provocándole la sensación de que quizás todo se acomodaría eventualmente y que debía de relajarse un poco.
-Toma a Myungdae, tenemos que irnos.
-¿A dónde vamos?- Le preguntó, recogiendo el bambineto y siguiendo a Taemin en su camino.
-Con la única persona que sé que sí sabe de bebés, a pesar de no tener uno, porque se informó mucho cuando su sobrino iba a nacer.
Minho miró a Taemin fijamente, preguntándose por qué no simplemente daba nombres. A veces Taemin se complicaba, porque le gustaba hacerlo, y se cuestionaba profundamente cómo es que no se había acostumbrado aún a ese tipo de cosas con respecto a su novio.
-Bien, como quieras, de cualquier forma no tienes amigo alguno que no me hayas presentado aún.- Accedió, saliendo de casa y tratando de cerrar la puerta tras de sí. Era dificultoso con el bambineto, así que Taemin lo tomó, permitiéndole acabar con su tarea y al fin dejar la casa.
En cuanto salieron a la acera, notaron su siguiente problema. ¿Cómo iban a viajar de manera segura con el bebé? Se miraron rápidamente, esperando que alguno de los dos dijera algo.
-No recuerdo que fuera tan difícil transportar a un bebé.- Minho suspiró.
-Es porque lo hiciste hace veinte años, te lo dije, ya eres viejo.- Taemin rio, pasándole de nuevo a Myungdae en su bambineto. -Y sé que dirás qué yo también, pero, sigo siendo dos años menor, tengo todavía tiempo.- Se jactó, yendo hacia su auto y abriendo la puerta de atrás. -Yo manejo, tú lo llevarás contigo.
-Estás siendo demasiado irritante, ¿lo sabes?- Se quejó, entrando a la parte de atrás del auto y acomodándose de la mejor manera con lo muy estorboso que ese portabebé podía ser.
-Si, me divierte molestarte.- Le mostró la lengua, cerrando la puerta rápidamente para no escuchar lo que Minho le diría. Se burló de nuevo del puchero que Minho hizo, lanzándole un beso desde afuera y apresurándose a subirse al auto.
A pesar de todo, la charla que tuvieron durante el camino era algo suyo, como siempre; podían sentir el nerviosismo interno de Minho ante la obvia situación tan extraña que estaba viviendo, pero Taemin no dejó que se quedara mucho tiempo atrapado en ello. Le contó acerca del nuevo proyecto que estaría por comenzar, lo muy emocionados que estaban sus compañeros de trabajo por igual, que era algo muy importante para el crecimiento de esa pequeña compañía. Minho le escuchó, atento, disfrutando de escucharle hablar sin detenerse. Fue sólo hasta que empezó a reconocer el rumbo, que le interrumpió.
-Taemin, pudiste haberme dicho que veníamos a casa de Jinki…- Exhaló, mirando el rostro de Taemin a través del espejo retrovisor. -Aunque él no tiene mucha experiencia con niños.
-Pero su esposo si.
-Oh…Ya veo, supongo que sí; pensaste las cosas.- Minho meditó la respuesta de Taemin, era cierto. Jinki, que tanto terror sentía por los niños pequeños, y lastimarles sin querer, se había casado con quizás el único hombre de la ciudad que al saber que sería tío empezó a practicar con todos los bebés que conocía, como ser el mejor tío del mundo. Eso era, simplemente, insólito.
Un par de calles luego, Myungdae empezó a hacer ruidos entre sueños, avisándoles claramente que iba a despertar. Minho lo tomó en brazos de inmediato, tomando como buena señal que el niño le mirara intensamente en vez de ponerse a llorar. El pobrecito debiese de estar tan confundido por no saber con quién estaba, y tampoco tener a su mamá alrededor.
-Hey, es lindo verte despierto.- Minho susurró, buscando no asustarle. -¿Dormiste bien?- Rio suavemente, Myungdae estaba frunciendo el ceño al verle hablar, todavía adormilado y sin procesar que estaba en brazos de un adulto. -Ahora que sabemos quién eres, debería de presentarme. Soy tu tío Minho, y vamos a estar un tiempo juntos. ¿Está bien? ¿Myungdae será un buen niño mientras tío Minho lo cuida?
-¿Qué hay de mi?- Taemin se quejó desde adelante, mirando a través del retrovisor lo adorable que Minho se veía hablando con Myungdae. -¿No nos vas a presentar?- Chilló tras un puchero.
Minho evito soltar una carcajada, sintiendo la situación un poco irreal. Tener que presentarse ante su sobrino, tener que presentar a Taemin, y más porque Myungdae no era más que un bebé pequeño. Aún así, sabía que era algo que debía hacerse, hablarle a Myungdae hasta que se acostumbrara a su voz, que no se sintiera fuera de lugar, en la que encontraban a su madre.
Buscó acomodarse mejor en el asiento de atrás, para que el niño pudiera ver un poco hacia adelante, aunque no estuviera tan seguro de si podía ver así de bien, o localizar a Taemin.
-Ahí adelante, está el tío Taemin. Él te durmió hace rato, así que supondré que ustedes dos ya son buenos amigos.- Trató de terminar de decir su oración lo más entendible que pudiera, mientras Myungdae se interesaba en tocarle la cara debido a sus marcadas gesticulaciones al hablar. -Veo que eres demasiado curioso, ¿eh?- Rio, quitando las pequeñas manitas del bebé de su rostro.
Taemin bajó la velocidad hasta detenerse por completo, girándose un segundo para informar que ya habían llegado a pesar de ser reiterativo. Bajó del auto, ayudándole a Minho mientras tomaba a Myungdae en brazos y le permitía bajarse del auto. Ninguno de los dos se sorprendió al girarse y ver qué Jinki ya los esperaba con la puerta abierta y casi corriendo para revisar que estuvieran íntegros como Taemin tanto lo aseguró por teléfono.
-Veo que están bien, pero ¿quién es el pequeño?- Jinki miró con curiosidad al niño que se encontraba aferrado al cabello de Taemin con fuerza.
-Mi sobrino.- Minho les alcanzó rápidamente, rescatando a Taemin del jalón de cabello que Myungdae le estaba haciendo.
-En realidad sobrino nieto.- Taemin corrigió, riendo ante el rodar de ojos del contrario. -Estoy empezando a creer que te molesta más a ti, de lo que podría molestarme a mi algún día.
-Sí, como sea.- Le sacó la lengua, por un segundo olvidándose que habían ido hasta ahí para hacer una consulta. Tuvo que retomar compostura rápidamente. -Es hijo de mi sobrina, estaremos cuidándolo al parecer. Por un tiempo.- Exhaló, rindiéndose ante ese tema por un segundo. -¿Está Dongwook? Quisiéramos preguntarle lo básico acerca de cómo cuidar de Myungdae estos días.
Jinki asintió, haciéndoles pasar de inmediato. Taemin lucía demasiado cómodo cargando a Myungdae de esa extraña manera en que lo había hecho antes, y Myungdae también se veía cómodo, mirando a su alrededor desde esa posición. Aún así Jinki miró a Minho cuestionándole la situación.
-Yo tampoco confío en cómo lo carga.- Minho se encogió de hombros.
Taemin frunció los labios, mirándose indignado ante ambos.
-No pueden decirme nada, uno no ha cargado a un niño en veinte años, y el otro jamás lo ha hecho en su vida.
-Ya, no te enojes Taem, pero parece que estás cargando a tu gata en vez de a un bebé.- Jinki trató de calmar las cosas, riéndose inevitablemente.
-En realidad él no lo está haciendo mal.
Todos se giraron hacia Dongwook, que había llegado tras salir de su estudio.
-Y es por eso que vinimos con un experto.- Taemin jadeó triunfante, haciéndoles un gesto grosero tanto a Minho como a Jinki. -Siempre he sabido que Minho no me tiene ni un poco de fé, pero tú Jinki. Has roto mi corazón para siempre.- Comentó dramáticamente, sentándose en el sofá de la sala. -Ahora solo seremos DaeDae bebé y yo, hasta que su madre vuelva, entones seré solo yo contra el mundo.
-Taemin…- Minho puso los ojos en blanco, absorbiendo el mini drama que Taemin estaba haciendo.
-Exageras demasiado.- Jinki se sentó a lado de Taemin, riéndose aún.
-¿De verdad está bien que lo cargue así?- Minho en cambio se dirigió a Dongwook.
-Quizás aún está algo pequeño, esa posición se recomienda en niños de cinco meses en adelante, pero a muchos bebés les agrada ser cargados de ese modo.- Aseguró. -¿Qué edad tiene?
Minho y Taemin se miraron desde ambos lados de la habitación. Caía totalmente en Minho la decisión de si explicar la situación tan extraña de Myungdae, o si simplemente dar la mínima información. Aún así, se trataban de Jinki y Dongwook, los conocían desde hace tiempo. Extrañamente, Jinki había sido amigo de Minho y Taemin desde antes de que se conocieran, e incluso alguna vez había intentado, de manera fallida, arreglarles una cita a ciegas. Minho y Dongwook tenían tiempo de conocerse, más que nada por tener gustos en común que los había llevado a frecuentar los mismos clubes. Taemin había conocido a Dongwook solo hasta que fue novio de Jinki, y aún así era mucho más tiempo de conocerlo, que de lo que llevaba conociendo a Minho. No había modo en que no confiaran en ellos dos.
-No lo sabemos…- Minho suspiró, decidiéndose por contar todo. Se recargó en el brazo del otro extremo del sofá, cruzándose de brazos. -Hoy en la mañana, encontré a Myungdae en mi pórtico. No fue hasta que Taemin llegó, y que revisó sus cosas, que encontramos una carta de mi sobrina donde explicaba que necesitaba que cuidara de Myungdae por un tiempo.
-Minho no había sabido nada de su sobrina en años.- Taemin intervino de manera concisa. -Así que no sabemos mucho realmente. Solo tenemos algo de leche y pañales.
-Por eso queríamos preguntarte por algunos consejos.- Minho afirmó. -Creo que tiene tres meses, aún se ve algo pequeño, pero ya tiene fuerza para agarrar todo lo que alcanza.
-Les haré una lista.- Dongwook asintió, buscando donde escribir rápidamente.
-¿Qué hay de tu sobrina? ¿Está ella bien?- Jinki cuestionó, notando la tensión en Minho.
-No lo sé, llamaré a mis padres más tarde, para saber si ellos tienen información.- Exhaló. -Mientras tanto, Taemin me dijo que deberíamos esperar a que las primeras 72 horas pasen, supongo que haremos eso.
Jinki se giró, colocando su mano sobre una de las rodillas de Taemin en un gesto silencioso de lo orgulloso que estaba de su manera de actuar ante la apremiante situación. Taemin sonrió a medias, exhalando por lo bajo.
-Bueno, quizás ella está bien, y solo ocupa algo de tiempo.- Jinki trató de dar un escenario no tan pesimista. -Tal vez regrese por él mañana.
-Honestamente, espero que sea así.- Minho concordó.
Dongwook terminó de escribir la lista, pasándosela a Minho de inmediato.
-En realidad hay muchas cosas que podrías recomendarles, pero anoté lo básico junto con lo que ocupan. Cualquier duda, llamen.- Afirmó, dirigiendo su mirada hacia el bebé en el regazo de Taemin. -También si se trata de tu sobrina, en lo que podamos ayudar.
-Gracias, se los haré saber.