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Tío Minho por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Hoy es domingo, upsi....

La verdad, me ocupé mucho ayer y no tuve oportunidad de subir el capítulo. Sin embargo, también me dio tiempo de arreglaro a algo que me gustara más. Así que aquí se los dejo:D

-No está entendiendo, es urgente que inicien su búsqueda.- Minho trató de evitar gritar, exhalando en cambio para tratar de no desesperarse con aquella plática repetitiva que estaba teniendo con el policía al frente del escritorio.

-Señor, el reporte será levantado y se procederá según el protocolo. Pero si no puede aportar más a la descripción de la persona desaparecida, o cuándo fue la última vez que se le vio, es un poco difícil darle prioridad al caso.

Habían pasado tres días desde que Myungdae había aparecido en su pórtico, un poco más que las 72 horas requeridas; Minho no podía estar más preocupado que en este momento. El primer día había llamado a sus padres, para conocer qué sabían ellos al respecto. Si bien, varios años después de no escuchar nada de ella, Mirae los había contactado hacia un par de años, tras la muerte de su madre. Había sido su único intento de reconectar con la familia que aún tenía, al parecer. Ellos en ese momento ya no vivían en el país, así que en cambio le habían dicho la dirección de Minho para que se acercara a él. No lo hizo. Por varios años supo que podía acercarse a su tío, sin hacerlo. Algo había tenido que suceder para que ella recurriera a Minho, y para dejar a su bebé sin más.

-Es que no puede ser así, oficial.- Minho gruñó. -Escuche, ella no hubiera dejado a su hijo si no fuera necesario.- Mostró la carta al oficial, esperando que con eso comprendiera la urgencia de la situación.

El oficial tomó la carta, leyéndola rápidamente. Asintió anotando algo más al reporte que estaba llenando.

-Señor, entiendo su premura, pero aquí mismo dice que ella volverá. Los padres a veces necesitan tomarse un tiempo. Más cuando se trata de primerizos.- Insistió.

-Ya son tres días, es absurdo que ella haya dejado a su hijo por tanto tiempo.- Se reacomodó a Myungdae sobre el hombro. El niño había estado despierto la mayor parte del camino a la comisaría, y a pesar de los gritos de Minho había encontrado la comodidad suficiente en su hombro como para dormir su siesta.

-Si prefiere, servicios infantiles se encargará del niño en lo que…

-¡No! Por supuesto que no, Mirae me dejó a cargo de su hijo, y soy su pariente más cercano en este momento.- Se alteró. -Sólo, por favor búsquenla. Estoy preocupado, es mi sobrina.

-Haremos todo lo que pertinente y que tengamos en nuestras manos.

¿Qué más podía hacer? Minho omitió seguir discutiendo, ese oficial estaba entrenado para decirle lo mismo siempre a cada familiar que llegaba a reportar a alguien querido como desaparecido. Estaba casi robotizado. No tuvo más opción, dejó la comisaría, mascullando ideas de qué más podía hacer.

Una vez afuera, aunque de mala gana, sabía que debía resumir su día.

Había tomado el autobús de ida, así que transportar a Myungdae no había sido difícil. Sin embargo, ahora debía ir al supermercado y hacer algo de las compras necesarias para la semana. Cargar al bebé mientras llevaba la canastilla fue una tarea titánica, ubicando con una mano cada artículo, mientras que en su otro brazo cargaba a Myungdae, sosteniendo en su mano la canastilla. Llegar a la caja registradora se sintió como un alivio, y al salir se decidió por hacerle la parada a un taxi.

Quizás moverse con el niño, y hacer todo lo de siempre era algo difícil. Aún así, al recordar al oficial de la comisaría decirle que dejara que servicios infantiles se hiciera cargo, no podía evitar enojarse. Nunca se le ocurrió esa absurda idea, por más difícil que fuera la situación.

Regresó a casa justo a tiempo para darle el biberón a Myungdae, haciendo malabares para guardar lo comprado mientras se aseguraba que el bebé tomara bien su biberón. No sintió que podía tomar un descanso hasta que se sentó en su sofá, con Myungdae en su regazo tratando de responder la plática que Minho hacia con él. Fue una hora más tarde que la puerta se abrió, interrumpiéndoles en su pequeña actividad.

-Amor, llegué.- Taemin como siempre, el único con acceso a la casa, y sin llamar primero. Aún así, Minho se alegraba tanto de verle ahí.

-Oye, saliste temprano.- Le recibió alegremente, levantándose del sofá para acercarse. Debió haber esperado ver qué Myungdae se estiraba para pedir estar en brazos de Taemin.

Al segundo día de estar con ellos, Myungdae probablemente había resentido la ausencia de su madre. No había dejado de llorar, a pesar de estar alimentado y seco. No fue hasta que Taemin llegó en la tarde, que juntos habían hecho suficiente distracción como para hacerle dejar de llorar, y más pronto que tarde se había quedado dormido en brazos de Taemin.

-DaeDae bebé.- Taemin chilló, cargándole de inmediato, pasando a hacerle una trompetilla en la mejilla para hacerle reír. -Si, salí temprano.- Terminó por reacomodar al niño en sus brazos, para luego regalarle un beso a Minho como saludo. -Les he dicho que tengo una situación familiar, pedí lo que resta de la semana.

-¿Eh?- Minho se dejó caer en el sofá, enredando sus brazos en la cintura de Taemin, halándoles a él, y por ende al bebé, a estar junto a él en el sofá. -¿Por qué hiciste eso?

-Mañana vas a trabajar, ¿no?- Suspiró, recostándose en el costado de su novio. -Alguien tiene que cuidar a DaeDae, pensé en que estaría bien que me quedara ahora yo a cuidarlo.

-Gracias amor.- Exhaló, colocando su cabeza sobre la de Taemin. -No tienes idea de lo mucho que me ayudas cuando piensas en todo lo que a mí se me olvida.

-Usualmente piensas en todo, es extraño cuando algo mueve tu suelo. No me gusta, así que te cuidaré en esos momentos.- Confesó.

-No sé que haría sin ti, Tae.- Besó su cabello, agradeciendo la sinceridad en las palabras de su novio.

-Esperar en soledad a que llegue a tu vida, eso harías.- Se tomó la libertad de reír, antes de ser atacado por el bebé en sus brazos que encontraba siempre una fascinación en el cabello de Taemin y querer jalarlo. -Pero, hablando en serio…-Logró controlar las pequeñas manitas a su alrededor.- He estado pensando, si tu sobrina no aparece para el fin de semana, ¿tal vez podríamos intentar buscarla en la dirección que tus padres dijeron se supone es donde vive? Sólo para asegurarnos…

Minho respiró profundo, apretando su agarre alrededor de Taemin. No había forma en que alguna vez le dejara ir. No cuando era así de considerado, dispuesto a resolver un misterio que tal vez no lo era.

-Es justo lo que quería hacer.- Admitió, sus labios pegados a la sien de Taemin, susurrando. -Hoy fui a reportarla como desaparecida…

-Oh…¿Cómo te fue?

-Dado a qué realmente no la he visto en años, ni sé cómo se ve actualmente, no me están tomando muy en serio.- Suspiró. -Dicen que harán lo que pueden con la poca información que les di. No sé si realmente la buscarán o no.- Minho podía sentir un peso extra sobre sus hombros. No sólo se trataba de la niña que había ayudado a criar los primeros tres años de su vida, también era la madre de Myungdae. Era su sobrina, lo único que le quedaba de su hermano.

-Está bien Minho, si no lo hacen, nosotros la buscaremos.- Taemin le consoló, como lo había estado haciendo desde el primer momento. -Sabes que tengo contactos por todos lados, quizás alguien sepa de un investigador privado. No confío en los que se anuncian en internet, ¿por qué exponen que son investigadores privados? ¿No deberían ser secretos?

Minho intentó con todas sus fuerzas no reírse, pero tuvo que rendirse ante la naturaleza tonta del último comentario. Lo agradeció, más de lo que pudo expresar, amando tener la compañía de ese cabeza de chorlito que al entrar en pánico decía tontería y media, perdiendo la concentración en el tema.

-Hey, oye…

Minho soltó una carcajada, apresurándose a rescatar a Taemin de esas pequeñas manos que le apresaban en un agarre mortal.

-Creo que le gustas demasiado.- Se burló, soltando una risa abierta ante la obvia indignación de Myungdae cuando le hizo soltar el cabello de Taemin.

-Claro, soy su tío favorito. Sólo quisiera que ya supiera que no jalas el pelo de las personas que te agradan.- Masculló enfurruñado.

-Lo aprenderá.- Le aseguró. -Pero sigue siendo un bebé, no esperes mucho aún.- Exhaló, recuperando algo de ánimo. -¿Te parece si pido algo para cenar? Honestamente, estoy exhausto, no podría cocinar nada para cenar ni mezclando comidas enlatadas.

Taemin asintió, enfocándose rápidamente en Myungdae y jugar con él. Minho intentó varias veces rescatar a Taemin de la atención que el niño le exigía, pero Myungdae parecía no querer soltarse de él. Incluso el cenar fue una pequeña odisea, intentando comer con el bebé en brazos.

Más pronto que tarde, la noche les envolvió en aquella extraña rutina que habían adoptado desde la llegada de Myungdae.

No era usual que Taemin se quedara a dormir, tampoco lo era que Minho decidiera quedarse en cama hasta las seis de la mañana; pero, tras la última vez que Myungdae se despertó para comer en la noche, hacerle volver a dormir había sido una batalla entera. Y así el par de adultos habían caído totalmente agotados hasta ese momento en que la alarma de Minho sonó, avisando que era tarde y debía ponerse en marcha.

La apagó antes de que despertara al bebé. Taemin tampoco despertó, sólo se giro en la cama, estirando su mano hasta encontrar a Myungdae y arrullarle con un par de palmadas en su trasero. Minho sonrió, tratando de ubicar en qué momento de la noche Myungdae había terminado durmiendo a mitad de la cama, entre los dos. Había sido realmente una larga noche, y entendía porqué tanto Taemin como Myungdae seguían durmiendo a pesar del ruido que aquella alarma había hecho. Era claro que Taemin no quería despertar aún, y estaba haciendo todo lo posible por no tener que hacerlo, aunque eso implicara arrullar eternamente al niño, a medio camino entre la conciencia y la inconciencia.

Decidió darles un rato más. Les dejó dormir, saliendo lo más silencioso posible. Primero se duchó, tratando de seguir su rutina, a pesar de haberse saltado las tres horas de ejercicio que hacía al amanecer. Después se dirigió a la cocina para preparar el desayuno. Entre pequeños preparativos por aquí y por allá, el reloj marcó que faltaban menos de quince minutos para que dieran las siete. También se decidió por preparar de antemano el biberón de Myungdae, y así evitar cualquier posible desastre a futuro.

No falló en sus cálculos, a las siete de la mañana exactamente, se escuchó el llanto de Myungdae, y con eso también la voz de Taemin despertando con aprehensión. Sólo fueron un par de segundos para que Taemin apareciera, corriendo de la habitación hacia la cocina, Myungdae en brazos llorando a todo pulmón. Minho podía asegurar que Taemin estaba exhausto, y aún así ponía todo su empeño en atender las necesidades de ese bebé, a quien alegremente había llamado su sobrino favorito desde el primer momento.

Le pasó el biberón, notando el alivio en el rostro de Taemin en cuanto Myungdae dejó de llorar al ser alimentado.  Acercó a Taemin a la mesa, para que pudiese tomar asiento en una de las sillas.

-Gracias, no tienes por qué hacer esto. Acompañarme en su cuidado…

Taemin se frotó el rostro contra su hombro, debido a que ambas de sus manos estaban ocupadas. Aún así, el intento de despertarse le ayudó un poco a abrir mejor los ojos y enfocar la vista en Minho.  Sonrió automáticamente, todavía procesando las palabras de su absurdo novio.

-¿De qué hablas?- Resopló. -Te lo he dicho, quiero estar contigo, ayudándote. Además, me gusta cuidar de Myungdae. Siempre quise tener hijos, esto parece una buena práctica.

Minho miró a Taemin, sin saber que decir. Lo cierto, nunca habían discutido si alguno de los dos quería tener hijos. Su noviazgo siempre había sido algo del día, si una nueva situación se presentaba, la iban desenredando al momento. Quizás nunca se habían arriesgado a hablar del futuro, porque sabían que simplemente llegarían a él juntos.

-¿Quieres tener hijos Taem?- Preguntó, asombrándose un poco al ver cómo el rostro de Taemin tomaba un gesto de sorpresa al escuchar lo que en realidad qué había dicho estando medio dormido.

De un segundo a otro Taemin estaba totalmente despierto, mirando a Minho, con la postura constreñida.

-Bueno, si. Es algo que creí que llegaría naturalmente a mi vida.- Se encogió de hombros. -Pero no pronto, sólo pensaría en tenerlos con quién me case.

Entonces dejó caer esa segunda bomba, tomando de nuevo por sorpresa a Minho. Taemin le estaba diciendo cosas que nunca había mencionado, ¿cómo era posible que en ningún momento se escaparon esas ideas de su mente? El chico no era bueno guardando secretos, y aún así había atesorado esos deseos tan fielmente.

-Taemin, nunca antes habías mencionado esto.

Quizás debería tomárselo con más aprensión, pero Minho más bien se encontraba fascinado con descubrir está faceta que desconocía de Taemin. Podía darse cuenta que Taemin estaba tratando de pensar sus palabras cuidadosamente, rozando la frustración no verbal en el camino.

-Estamos bien así como estamos.- Se encogió de hombros, bajando la mirada discretamente para enfocarse en el bebé que chupaba del biberón con ojos cerrados en un tranquilo viaje hacia el país de los sueños. -No hemos tenido necesidad de hablarlo.

-¿Te parece que no ha habido necesidad?- Si pudiera reírse, Minho se reiría de la situación. Pero algo le decía que ese sería el peor movimiento que podía hacer en ese momento.

-Tú y yo, estamos juntos, pero aún así tú planeas tu día, y yo planeo el mío aparte. A veces me gusta interceder en tu día, como tú en el mío; sí, pero procuramos no interrumpir el horario del otro. Guardamos muchos pequeños espacios para el otro, y amo eso. Amo que a las 2:35 me mandarás un mensaje porque a esa hora tienes tiempo libre. Pero sé que a las 2:40 estás en otra cosa, pensando en tu trabajo, o en qué cosa nueva comprarás para empezar a construir en esta casa.

-Lo haces ver cómo si fuera un robot cronometrado.- Se quejó, cruzándose de brazos en protesta. Escuchar a Taemin reír por eso, al menos le daba la certeza de saber que Taemin estaba bien hablando este tema.

-No digo que sea malo, sólo no estamos aún en la loca etapa de querer compartir nuestro todo el uno con el otro.- Explicó.

Pero lo estamos, todo el tiempo. Minho se quedó con las ganas de decirlo, decidiendo pensarlo un poco más. ¿No estaban compartiendo todo locamente en este momento? Taemin estaba ahí haciéndole compañía en esta extraña situación familiar que estaba teniendo, y el chico no se había quejado ni una sola vez. Sólo no podía creer que Taemin no viera lo mucho que estaba haciendo tan desinteresadamente. Quizás todavía había algo más, faltaba algo más para qué él lo viera de ese modo, y no sabía qué podía ser.

No hizo más comentarios, Minho sirvió el desayuno mientras Taemin se encargaba de sacar el aire que Myungdae pudo haber tragado. Después desayunaron en un silencio un poco más ameno. Minho tomó en brazos a Myungdae en cuanto terminó de comer, para permitir que Taemin se moviera libremente. Debía admitir que le parecía más fácil conectar con su sobrino cuando éste estaba durmiendo, que cuando se encontraba despierto y exigiendo atención. Una atención que provenía específica y preferentemente de Taemin.

Para cuando Myungdae al fin despertó, Taemin se estaba bañando. Así que Minho encontró más fácil acomodar al bebé de regreso en la cama, encerrándolo entre almohadas para que no se rodara.

A pesar de la larga noche que tuvo, Myungdae se encontraba de buen humor. Debía de estar en su etapa de convertir su comunicación a una más vocal, porque dejó en claro que estaba despierto y exigiendo que le hablaran.

-Lo sé, no te interesa jugar conmigo.- Minho se quejó, sacudiendo un sonajero suave frente al bebé. -Pero Taemin necesita algo de tiempo para él, y todavía falto yo de exigirle un poco de atención.- Rio por lo bajo. -Aún no puedo creer que tenga secretos que yo no conozca…- Suspiro, permitiendo que Myungdae agarrara el sonajero y se lo llevara a la boca. -Y aún así, aquí está…Se trata de ti ¿eh? Los he visto hablar mucho recientemente.- Le picó en el vientre, haciéndole reír. -Dime, ¿qué le has dicho? ¿Me quieres robar a mi novio, Myungdae? ¿Es eso? ¿Te gusta mi Taemin y quieres robártelo de mi lado? Cuando encuentre a tu mamá, te voy a acusar.- Le sopló una trompetilla sobre su vientre, escuchando al bebé reír mientras trataba de agarrarlo. Minho dejó que le tomara de un dedo, retomando el sonajero para seguir distrayéndole.

Lo entretuvo por un par de minutos más, hasta que escuchó que la regadera se detuvo. Se aseguró de que Myungdae no lograra pasar las almohadas que había puesto a su alrededor. Dejándole mordisquear de nuevo su sonajero, Myungdae dejó de prestarle atención a Minho por completo. Minho solo rio, ese niño vivía por completo en su mundo, ajeno a lo que Minho podía estar o no haciendo para llamar su atención.

En cuanto Taemin salió del baño, Minho subió la mirada para verle. Taemin estaba usando la misma ropa que el día pasado, y aunque eso era algo que les había sucedido muchas veces al quedarse a pasar la noche en el lugar del otro, Minho no pudo evitar recordar su primera cita. En especial, porque Taemin estaba usando ropa muy parecida: jeans desgastados y un suéter color crema. Era casi como verle de nuevo hacia cinco años en su primera cita oficial.

Se levantó de la cama, acercándose cuando Taemin se secaba el cabello. Le tomó por la cintura, dejándole un beso en la barbilla. Taemin se rio, bajando la toalla y regresando el beso juguetonamente.

-¿Estás sobre compensando algo?

-Mm, lo estoy. Déjame hacerlo – Admitió.

-Oh Min, no hay nada que tengas que compensar. ¿Es por lo de esta mañana? No quiero que pienses que te he escondido algo.- Se decidió a cubrirlo en besos, regándolos por todo el rostro del hombre moreno.

-Hoy en la mañana, mi cabeza estaba vacía, ahora solo puedo pensar en ti. Está bien, me agrada que seas mi único pensamiento. Últimamente, mi mente ha estado demasiado ocupada en cosas no agradables.- Exhaló. -Pensar en cambio, en qué estás aquí conmigo, cuando podrías estar afuera buscando a alguien con quien cumplir tus sueños…

-¿De qué estás hablando?- Taemin torció los labios en una mueca burlesca. -Tengo sueños que pienso cumplir contigo. Por ejemplo, en dos semanas van a inaugurar una casita del terror, si no me llevas lloraré. También, estoy esperando que el cliente apruebe el último proyecto que hice, pienso llevarte a un restaurante caro cuando me paguen. Mi sueño es mimarte ahora que yo seré el de dinero entre los dos, por este par de semanas hasta que lo gaste.

Minho sólo pudo soltar una carcajada, recargando su frente en la de Taemin. Sostenerse de las pretinas en el pantalón de Taemin le ayudaban con la estabilidad, más cuando Taemin estaba más interesado en seguir regalándole besos que en mantenerse firme y de pie.

-¿Qué hay acerca de tus sueños de boda e hijos?- Exhaló, permitiéndose sentirse nervioso por ese tema por primera vez.

-Están ahí, y seguirán estando ahí dentro de un tiempo. Llegaremos a eso eventualmente.

-¿Me prometes que lo haremos algún día?- Se atrevió a separarse lo suficiente de Taemin, para mirarle por completo. -Que hablaremos de cada cosa y detalle que tenga que ver con nosotros y el futuro. Nunca se cruzaron por mi mente, pero ahora saber que no sé en qué has pensado me está volviendo loco.

-Por supuesto que lo haremos. ¿Crees que te desharás de mi tan fácil eh?- Chasqueo la lengua contra su paladar entre risas. -Amor, no puedes hacerlo. Te até a mi, le pagué a una bruja para que lo hiciera.- Le aseguró, con un perfecto gesto de autosuficiencia que sabía Minho adoraba.

-Lo creeré como cierto, sólo así explicaría que puedas decir esas cosas sin que me sienta aterrado.- Se burló, aceptando con alegría la jugarreta de Taemin. -Te amo Taem.

-También te amo Min.

Compartieron un beso rápido antes de que el llanto molesto de Myungdae les recordara que tenían muchas cosas que hacer en el día. El niño más que llorar, gritaba a todo pulmón llamando por algo de atención que le fue negada en el momento en que ambos adultos estaban en la misma habitación conversando entre si, y no hacia su presencia.

-Ow, DaeDae quiere que lo mimen a él también.- Taemin tomó en brazos al niño, sentándose en la cama.

-Estoy seguro que ese niño quiere robarte de mi lado.- Minho se cruzó de brazos en cambio, mirándoles desde donde se encontraba de pie. -Myungdae no lo negó cuando se lo pregunté.

-DaeDae sabe jugar sus cartas.- Se encogió de hombros. Un segundo despues se encontraba ya de pie, terminando de juntar las cosas que necesitaba llevar en la pequeña pañalera que habían comprado para transportar los neceseres del bebé.

Entre preparativos individuales para cada uno llevar a cabo su día, Minho no pudo evitar sentirse curioso por la agenda que Taemin llevaría junto a su nuevo sobrino.

-¿Qué harán el día de hoy?

No era extraño que le preguntara a Taemin que haría en su día. Era tan sólo que después de lo conversado en esa mañana, se sentía que al preguntar debía proceder con precaución de no sonar estrangulado por la duda. Ayudó en su incomodidad que Myungdae, por la posición en que Taemin lo estaba cargando en su costado, estiró una de sus manos hacia Minho. Este le tomó como señal para tomarle en brazos, cargándole de esa manera en que había visto en un vídeo de internet que era lo mejor para sus piernas.

-Myungdae y yo estuvimos platicando ayer, y me dijo que quiere un camioncito de bomberos. Tiene suerte de que su tío Taemin haya visto uno en la juguetería del centro.- Comentó, mientras se colocaba su gabardina aprovechando que sus manos estaban libres.

-Suena muy conveniente.- Minho hizo un ruidito, ahogando una risa. -Por supuesto que sé no se trata de que realmente seas tú el que quiere jugar con un camioncito de bomberos para bebés.

-¡Claro que no! Me ofendes.- Soltó dramáticamente antes de reír. -Quiero aprovechar estar en el centro para comprar unas cuantas mudas de ropa más. Le compramos cinco, y en tres días los ha usado todas, creo que subestimamos un poco cuánto se ensuciaría.- Explicó. -Luego, regresaremos y pondré una lavadora con su ropa. Quizás adelante algo de trabajo, si nos da tiempo de pasar a mi departamento por mi laptop.

-Que divertido día vas a tener con el tío Taemin.- Comentó Minho sarcásticamente hacia el bebé. -Vas a extrañar tus divertidos días con el tío Minho.- Soltó una risilla ante el rodar de ojos que Taemin le dio.

El pequeño timbre en el celular de Taemin le informó que tenía una notificación de su calendario, una costumbre que había adoptado de su compañero de cuarto cuando estuvo en la universidad. Colocaba todo en el calendario y ya nunca más tuvo la necesidad de recordar que debía hacer.

-Oh maldición.- Suspiros, revisando la nota. -Quedé en comer con Kibum hoy, a las cuatro.- Mastico su labio inferior, mirando la pantalla de su celular.

-¿Necesitas dejarme a Myungdae en la oficina?- Minho se atrevió a preguntar. Podía cuidarlo medio tiempo, y más si se trataba de la segunda mitad del día. Sólo debía decirle a su jefa que no había encontrado quien le ayudará con el bebé, y que Taemin y él se habían dividido el tiempo cuidándolo. Cosa que no era totalmente mentira, solo puesta de otra manera.

-No, no te preocupes por eso.- Insistió mordiendo su labio, hasta que una idea coloreó su rostro. -Myungdae me acompañará a comer con Kibum, después de todo, tengo que presumir a mi nuevo sobrino.- Se jactó con malvado placer, mientras regresaba a la habitación de Minho dónde tenían todo lo que compraron para Myungdae y así poder tomar más pañales que pondría en la bolsa para salir. -Se volverá loco cuando sepa que tengo un sobrino y él no.- Comentó deliberadamente.

-Nunca he entendido su amistad.

-No entiendo por qué no entiendes.- Le miró de lado, con cierta mueca burlona. -Es sencillo, el que no es el mejor, entonces es el número dos. Si él hace algo excelente, lo superaré. Si yo lo hago, entonces él lo hará. Es un eterno empate…Hasta ahora.- Señaló al bebé en brazos de Minho. -Yo tengo un sobrino, él no. Gané. Eso le sucede por ser hijo único.

Minho frunció el ceño, aún sin comprender. Lo que Taemin había explicado sonaba más a una infantil riña de poder, que a una amistad. Y aun así sabía que ese par tenían una amistad muy sincera que lucía intrincada por los años.

-Taemin, técnicamente, tienes dos.- Le recordó. Todavía tenían que encontrar a Mirae y aclarar muchas cosas, pero Minho no se daré por vencido hasta saber que ella estaba bien. -Además, él en cualquier momento podría tener un sobrino. Su novio tiene una hermana. Y tu hermano tampoco tiene hijos, ¿de qué victoria estás hablando? Todo ha sido totalmente una casualidad.

-¿Por qué llueves en mi desfile?- Le reclamó, torciendo los labios en un puchero. -Sólo por eso, no te traeré una rebanada de pastel cuando estemos de regreso.- Tomó a Myungdae de los brazos de Minho, dirigiéndose al bebé. -Dile adiós al tío Minho, es malo conmigo, pero sigue siendo tu familia.

-Me hieres.- Minho se burló. Se acercó para darle un beso en la frente a Myungdae, y otro en los labios a Taemin. -Los veo más tarde, tengan cuidado.

-Por supuesto que lo tendremos.- Le aseguró. -Estaremos bien, también cuídate.

 

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El fin de semana llegó pronto, y aunque Taemin trabajara medio día, le había hecho prometer a Minho que no iría a buscar la casa de su sobrina él solo. Había algo que simplemente se sentía fuera de lugar con toda la situación. Así que al pasar el medio día, había salido corriendo del trabajo hasta la casa de Minho donde había descubierto que Minho había dejado a Myungdae con unos amigos para que pudiera emprender el viaje con mayor facilidad, debido a que la dirección que buscaban estaba en la siguiente provincia.

-Tienes suerte de ser guapo.

Fue lo único que le bufó antes de entrar al auto, iniciando un viaje de tres horas. Minho solo rio, besándole en la mejilla y tratando de hacer ameno el viaje. Lo más que pudo.

Cuando llegaron a la dirección, fue cada vez más obvio que algo no estaba bien. Porque, la zona era una zona residencial que parecía estar despoblada.

-¿Seguro que es aquí?- Taemin se giró, revisando el pequeño post-it en el que Minho había anotado la dirección.

-Es aquí, hay que revisar.- Minho suspiró, entrando al edificio de departamentos en los que se suponía vivía Mirae.

Dentro del lugar se podía notar un poco más de vida. No había recepción, pero si el estante de casilleros donde iban la mensajería de cada residente. Al menos así pudieron ver que sí había gente viviendo en ese lugar. Minho revisó el de Mirae, se encontraba vacío por supuesto.

-¿Tal vez ella pasó antes a sacar su correo?- Taemin intentó amenizar la situación, apresurándose a tomar la mano de Minho en consuelo.

-Si, quizás sea ese el caso. Anda, vamos a su departamento. Es en el cuarto piso.

-¿Taaan arriba?- Gimoteó, arrastrando los pies hasta las escaleras. -¿Podemos usar al menos el elevador?

-Ya estás en las escaleras, ¿por qué lloras tanto?- No se dio cuenta, pero escuchar a Taemin con su usual ser, le quitó la sensación de pesar que estuvo cargando todo el día. Al menos por el breve tiempo que fue subir esos cuatro pisos.

El cuarto piso era exactamente igual que los demás. No había distinción alguna, no vecinos paseando, no plantas distinguiendo algún departamento de otro, no ruido proveniente de algún vecino extremadamente ruidoso. Las paredes del pasillo debieron haber sido en su momento color amarillo crema, pero estaba tan comido por el sol aquel color que se notaba más blanco apagado que nada. En algunas partes se podían ver manchas de humedad, provenientes de unas tuberías tan viejas como la edificación misma. Quizás Minho se hubiese visto un poco más tranquilo si algún rastro de familiaridad hubiese sido mostrado, algún vecino saliendo a hacer el mandado, o tal vez niños jugando entre los descansos de las escaleras de cada piso.

Pero nada se comparó con el momento de verdadero terror cuando al llegar la puerta correcta, Minho sólo tuvo que girar la manija para comprobar que la puerta estaba abierta. Se quedó helado, tratando de comprender por qué un departamento estaría abierto. Miró a Taemin, su gesto preocupado, como mordía su labio inferior pensando en que la puerta no estaba trabada.

-Minho, debemos entrar.- Le dio un ligero apretón al agarre de sus manos, infundiendo algo de confianza a su siguiente movimiento.

Ambos entraron, notando que la situación no mejoraba. A simple vista, el departamento estaba vacío. No había nada, y no se trataba de que hubiese sido allanado de algún modo. El lugar estaba limpio, perfectamente arreglado y vacío. Era un departamento no habitado. No importaba a qué habitación se movieran, no había rastro de que alguien hubiese estado viviendo ahí en un tiempo.

-Min, no creo que encontremos algo aquí.

-No tiene sentido, ¿en dónde ha estado entonces? ¿Cómo no le dijo a mis padres que se movió de lugar?- Exhaló, volviendo a apretar el agarre de su mano con la de Taemin. -Cada vez estoy un poco más preocupado y asustado de que Mirae esté metida en problemas serios.

-La encontraremos Min. Te lo prometo.

-Gracias Taem, es lo que necesitaba escuchar.

Sin nada más que ver y explorar, decidieron dejar el departamento. Al cerrar la puerta tras de sí, y bajar por el pasillo directo a las escaleras, se encontraron con la primera señal de vida en el lugar. Minho no pasó desapercibido el pequeño suspiro de alivio que Taemin soltó al ver al hombre que subía las escaleras. Probablemente él también sentía que todo estaba demasiado solo como para ser real.

-¿Ustedes son los visitantes de las 4:30?

Minho y Taemin se miraron, comprendiendo que estaban ante el intendente del edificio. Así se decidieron por tomar la oportunidad.

-Queríamos ver el departamento 414…- Taemin se adelantó.

-Por supuesto, sí, me lo comentaron cuando llamaron para apartar el horario. Honestamente, me sorprende demasiado que alguien busque residencia por está zona.- Comenzó a explicar, atravesando el pasillo de nuevo hacia el departamento. -Desde que mudaron la madedera al distrito del norte, este lugar cada vez se ha vuelto más en un pueblo fantasma. Aunque, es un buen lugar para estar en privacidad.

-¿Entonces no hay mucho movimiento por aquí? Disturbios, asaltos…- Taemin preguntó, tratando de averiguar si quizás el departamento fue allanado y por eso se encontraba tan vacío.

-No, un lugar así, ni siquiera tiene inseguridad.- El señor suspiró, deteniéndose frente a la puerta. -No tenemos tampoco cámaras de seguridad, no sé ocupan en este lugar.

-Y el departamento, ¿cuándo lo dejo la persona anterior?- Minho se cansó de darle vueltas al asunto, yendo a preguntar exactamente lo que quería saber.

-¿La persona anterior?- El señor se tomó su tiempo pensando. -No hemos tenido un inquilino aquí desde hace dos años

Entonces se miraron, sabiendo que simplemente no encontrarían más información ahí, porque era un callejón sin salida.

Notas finales:

TMI: La segunda parte de este capítulo me tomó algo de tiempo porque no sabía exactamente en qué dirección dirigir todo, pero al final quedó en algo que realmente me agradó~ 


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