-Así que…Dime que hacía suplantando la identidad de un policía, merodeando la residencia de la señorita Choi. ¿Revisando si ella había regresado de casualidad?
Minho alzó el rostro, sabiendo que no servía de nada ser altivo. No pudo evitar, sin embargo, torcer los labios en una mala mueca.
-Sí, exactamente eso hacía.- Confirmó, sin una pizca de temor ante el detective que claramente quería imponerse.
-Admites entonces que suplantaste la identidad de un policía, ¿eh? Osado de tu parte.- El detective colocó ambas manos sobre el escritorio, en un intento de intimidación.
-No, no lo admito. Porque no sucedió. Fui a buscar a mi sobrina, el arrendatario nos vio y creyó que éramos los que concertaron la cita.- Explicó, recargándose en la silla en la que se encontraba sentado. -Una simple confusión.
-¿Por qué la buscas?
-Es mi sobrina.- Imbécil. Omitió llamar a aquel detective con ese adjetivo, pero eso era lo que era. Un imbécil que los había acusado a él y Taemin de allanar el supuesto departamento de Mirae. -Y está desaparecida, tengo que hallarla.
-El reporte dice que no la has visto en más de diez años…No, en veinte de hecho.- Señaló al pie de la letra, lo escrito por el policía que había llenado el reporte. -¿Por qué la buscarías ahora? No te interesó hacerlo antes.
-Hace veinte años mi familia respetó el duelo de su madre, yo era joven y perdí contacto. Pero ella me buscó ahora pidiendo ayuda, y no me quedaré de brazos cruzados.
No se dejaría amedrentar por aquel hombre portando una placa, Minho sabía que no habían hecho algo malo, y que si lo estaban examinando cómo sospechoso solo podía ser por dos motivos: era familiar, y debían descartar que la desaparición de Mirae estuviera relacionada a él. Cómo también, podía significar que no tenían absoluta idea de qué y por dónde investigar.
-Entiendo que eres familiar y por eso la buscas, pero ¿qué hay de él? ¿Su motivo para buscarla?- Señaló con un gesto rápido de cabeza hacia la parte de la comisaría donde estaba sentado Taemin, esperando su turno de ser interrogado por el único detective que estaba siguiendo este caso.
-Es mi novio.
Minho no pasó desapercibido el gesto de sorpresa y quizás algo de molestia que el detective demostró al escuchar la palabra novio. Se cruzó de brazos, controlándose para no poner los ojos en blanco. Genial, ahora tendría que tratar con un detective homofóbico además de incompetente.
-Taemin me está ayudando a buscar a mi sobrina, porque al ser mi pareja, me ofrece su apoyo incondicional. Además, viene de una familia muy unida, él asume en este momento que mi sobrina es de igual modo su sobrina. Taemin también está interesado en hallarla.- Explicó, reiterando el papel de Taemin como su novio. Si ya habían hecho enojar a ese detective patético, ¿por qué no hacerlo un poco más? -Puede preguntarle usted mismo, cuando lo entreviste.
Oficialmente, no era un interrogatorio, aunque Minho podía notar que el detective lo estaba interrogando. Aún así había ciertas cosas dentro del protocolo que aquel detective tenía que seguir, o Minho podría demandar que estaban violando sus derechos. Y si, quizás estaba empujando las cosas al límite con tal de hacer molestar al detective, pero estaba furioso. No le estaban dando la misma atención a este caso, como a un caso usual. A pesar de que la carta estaba escrita por el puño y letra de la propia Mirae, la trataban casi como un fantasma, empezando la investigación del caso hasta una semana después de su desaparición.
-De acuerdo Choi, puede retirarse. Entrevistaré a su amigo.
-Novio.- Minho reiteró al ponerse de pie. -Me gustaría que me informaran de todo lo que puedan del avance que tengan, detective Ju.
Aquel detective miró de soslayo a Minho, haciéndole un vil gesto de descarto para que se marchara en lo que le gritaba a Taemin que se acercara.
Minho de nuevo tuvo que hacer acopio de todo su autocontrol para no detener a Taemin a mitad de camino y plantarle un beso frente al detective homofóbico. Más que meterse en problemas, no quería meter en problemas a Taemin. Simplemente se alejó hasta las sillas que había junto a la puerta, esperando a cuando Taemin saliera de su supuesta entrevista.
Por supuesto, debía recordar que si él era un poco reactivo ante las opiniones estúpidas, Taemin era fácil de describir como el magnesio: usualmente estable, pero bajo las condiciones perfectas estallaría en un fuego casi imposible de apagar si no se sabe controlar adecuadamente. Minho sabía que no debía de estar disfrutando de la vista, pero realmente lo hacía. Taemin estaba sentado tan correcto, tan firme, cuando usualmente tenía una postura diminuta, un mal hábito de sus historias antes de Minho. Además tenía esa sonrisa cordial que ponía cuando estaba hablando con algún desconocido. Se miraba tan lindo, y Minho sabía que en cualquier instante ese policía abriría las puertas del infierno.
Pudo notarlo, justo el momento en donde el detective debió haber dicho algo en contra de su relación, por más mínimo que fuera. Aún de lejos, y mirando solo su rostro de perfil, Minho notó como el gesto de Taemin pasó a ser de incredulidad y luego hastío total. El infierno había sido desatado.
Tuvo que morder su labio inferior para evitar reír, por más pequeña risita que puede ser. Taemin había cambiado su postura por completo, estaba siendo feral en su lenguaje corporal. Y en algún momento de su diálogo, aquel detective debió haber dicho algo muy mal, porque Taemin se puso de pie sin reparo. Ambas manos sobre el escritorio, apenas lo suficientemente cerca para dejar en claro lo que estaba diciendo, pero no lo suficiente como para que fuera reclamado como una amenaza hacia un policía. Taemin terminó de decir lo que sea que estaba proclamando, recomponiendo su postura y alejándose de aquel hombre. El detective no le llamó de regreso, ni siquiera se levantó. Solo se quedó ahí, quieto, con los ojos abiertos por completo.
-Es un imbécil.- Taemin reclamó cuando llegó hasta Minho.
-Eso es justo lo que yo pensé.- Afirmó, poniéndose de pie y pasando su brazo por encima de los hombros de Taemin. Si había algo que quería hacer, era hacer enojar a ese estúpido detective. -¿Qué fue lo que te dijo?
-Estaba poniendo en duda mis intenciones en cuanto a la búsqueda de Mirae, porque no soy familiar. E implicó que no es natural nuestra relación.- Suspiró, tallándose las sienes para aliviar el dolor de cabeza que sentía. -Le dije que conozco al padre del comisario general, y le comentaré la situación en este precinto, porque quizás seria buen momento de una auditoría para ver el desempeño de sus oficiales en contraste a brújula moral.
Minho soltó un pequeño silbido, admirando la amenaza que Taemin había lanzado contra el trabajo del oficial, en vez de su persona. Momentos así le hacían admirar la rapidez con la que Taemin encontraba respuestas para no quedar atrapado en una molesta situación.
-¿Y lo haces? ¿Conoces al padre del comisario?- Abrió la puerta, permitiendo que Taemin saliera primero.
-En realidad no, conozco a su ahijado.- Explicó, encogiéndose de hombros sin ninguna clase de disculpa. -Pero, somos a penas amigos. Creo que podría explicarle de cómo nos han tratado.- Miró a través de la puerta de cristal, hacia el interior de la comisaría. -De igual forma creo que fue una buena advertencia.
-Eres aterrador.- Minho suspiró con un vago buen humor, terminando por oscurecerse. -No tiene idea de nada, Taem. Empezaron buscando en la locación que yo les di al reportarla, en vez de primero hablar conmigo. Incluso yo puedo ver que no se está tomando de manera seria este caso.- Se quejó, tomando la mano de Taemin y dirigiéndose hacia su auto que estaba en el estacionamiento de la comisaría. -No tengo buena fe en que encuentren algo pronto, y que sea de utilidad.
Taemin le detuvo, poniendo su mano libre en la mejilla de Minho. Una pequeña caricia, para transmitirle todo su afecto.
-Lo sé amor, sé que todo esto te está frustrando. Parece que no quieren hacer la investigación, y ni siquiera sabemos por qué. Pero podemos seguir buscando por nuestra cuenta, no nos quedaremos de brazos cruzados sólo porque al detective incompetente no le parece que busquemos antes que él en todo lugar posible.
-Creo que esto es más de lo que nosotros podemos abarcar.- Exhaló, inclinando el rostro un poco sobre la mano de Taemin. -Creo que te tomaré la palabra, y aceptaré que busques un buen investigador privado.
-Encontraré al mejor.- Le aseguró. -Ya verás, no tendrá sus datos en internet, y vestirá gabardina café todo el año.- Agregó, logrando sacar una pequeña carcajada de su novio.
-De acuerdo. Es hora de que volvamos por Myungdae.
-Sólo espero que no nos haya extrañado mucho.
Ambos entraron al automóvil, discutiendo una vez más cómo dividirían su tiempo para cuidar del bebé durante la semana que estaba por venir, las tareas que tenían por hacer, y qué tanto investigarían por su cuenta en lo que encontraban un investigador privado.
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Un mes había pasado, en el que diseñaron una nueva rutina para su vida diaria. Había sido imposible seguir con el sistema de cuidar a Myungdae los días que el otro tenía que trabajar, porque ambos trabajan casi los mismos días. Minho había terminado por buscar una niñera, así como terminó por adecuar su casa con pequeñas cosas más, que facilitaban la estadía de su sobrino. También, la presencia de Taemin en casa era necesaria. Al principio daba la sensación que Myungdae tenía cierta preferencia por Taemin. Les tocó descubrir con sorpresa, que no era el caso.
Una tarde, tres semanas atrás, Minho había tenido que trabajar pasada su hora de salida. Nunca se esperó recibir una llamada de Taemin, diciéndole que no podía hacer que Myungdae dejara de llorar. Eso había sido lo más extraño de todo, Taemin solía ser quien lo tomaba en brazos y lograba hacerlo dejar de llorar sin esfuerzo, siempre. Por supuesto que había corrido a casa, preguntándose si quizás el niño se había enfermado. Por un segundo lo creyó así cuando al entrar había escuchado aquel llanto estridente, cansado. En cuanto le tomó en brazos, para revisarle, Myungdae dejó de llorar, alzando las manos para agarrarse de Minho con toda su fuerza. Pronto descubrieron que Myungdae los necesitaba a ambos para poder irse a dormir, escuchando la calmada voz de Minho hablarle todo el tiempo, mientras Taemin le cargaba en un constante vaivén. Se había vuelto tan dependiente de ambos. Lo habían discutido con otras personas, también les quedaba claro: Myungdae necesitaba verlos y escucharlos, para asegurarse de que no desaparecerían como su madre. A Minho todavía se le anudaba la garganta preguntándose cómo un bebé de cuatro meses podía estar tan aterrado.
Así que cada noche, ambos tenían que trabajar en conjunto al momento de poner a dormir a Myungdae; y si por algún motivo Taemin no se quedaba a pasar la noche, al día siguiente llegaba lo más antes posible de que Myungdae despertara. Probablemente era un sacrificio enorme, pero ninguno de los dos se había detenido a cuestionarse qué tanto más harían o no por ese niño. Disfrutaban de cuidarlo, si tan solo su presencia no estuviera estrechamente ligada a la desaparición de su madre.
Y así día a día se acomodaron en ese retrato de una pequeña y provisional familia.
-Ven aquí.- Minho alzó a Myungdae de su portabebé, acomodándolo en su hombro para poder darle palmadas y sacarle el aire tras darle su biberón. -DaeDae, tienes que prometerme que hoy no vas a llorar toda la tarde como ayer.- Como cada mañana, se encargaba de decirle al niño las actividades que se supone tendría. -Jugar y dormir no es tan malo como suena, créeme. Lo extrañarás cuando seas un adulto como yo. Además, Taemin tiene mucho trabajo, si lo haces venir siempre que lo estés extrañando, él también se pondrá a llorar. Yo sé que eres un buen niño, ¿por qué te portaste así ayer eh? Tienes que portarte bien.- A pesar de todo su monólogo, la única respuesta que tuvo fue la del niño soltando el aire, para después ponerse a remolonear hasta que Minho lo cambió de posición y que así tuviera una mejor vista de su alrededor. De ese modo quedó en primer plano para ver a Taemin salir de la habitación después de haberse bañado.
-Min, amor, dile a Kija que no venga hoy.- Suspiró, bloqueando la pantalla de su celular. -Están fumigando el edificio de las oficinas. Tendré que trabajar desde casa.- Se frotó el rostro, terminando por descartar su celular sobre la mesa y dirigiéndose al fin al bebé que no dejaba de quejarse en brazos de Minho para que Taemin le hiciera caso. -Ya te tengo amorcito.- Le tocó la nariz, haciéndole reír. -Yo cuidaré de DaeDae el día de hoy.
-¿Seguro? Taemin, si ocupas el día, está bien que Kija venga y cuide de Myungdae.
-No dejaría de pasar un día con DaeDae por nada del mundo.- Le aseguró, mientras fingía que masticaba la mejilla del niño. -Sólo que tendrá que acompañarme a mi departamento. Los archivos que tengo que revisar está en una USB que dejé allá, y sirve que me cambio de ropa.
-Siempre quieres una excusa para que tus vecinos te vean con Myungdae.- Minho le molestó, sabiendo que en realidad Taemin adoraba salir a pasear con Myungdae, aunque de los dos era quien menos lo hacía por motivos de trabajo.
-Atrapado.- Se encogió de hombros. Terminó por girarse para colocar a Myungdae en el portabebé que siempre tenían sobre la mesa. Lo aseguró adecuadamente, para que no se deslizara fuera de su silla; recientemente Myungdae había empezado a girarse sobre su vientre para deslizarse fuera del portabebé cuando no quería que lo dejaran sentado ahí. También recogió la pañalera, revisando qué tantos pañales había en ella, y colocando unos cuantos más en ella. Guardó dos cambios de ropa, la porción de leche en polvo para un par de biberones, y el sonajero de tela que Myungdae gustaba de chupar hasta el cansancio.
-Creo que te faltó guardar la alacena.- Minho se burló, cerrando la pañalera. -¿Seguro que no se te irá toda la tarde en esto? Creí que tenías que trabajar como loco en ese último diseño.
-Tengo qué, pero si DaeDae no me dice que tengo que tomarme un descanso, ¿entonces quién lo hará?- Le mostró la lengua infantilmente. -Trabajaré, vamos a comer a tiempo, después Myungdae y yo encontraremos algo interesante qué ver y estará limpio para el final del día.
-Bueno, si lo pones así, suena a que tienes todo bajo control.- Le concedió ese punto. -Así que, en ese caso, ¿qué te parece si esta noche salimos a cenar?
-¿De verdad? Sería estupendo...- Taemin se apresuró a imaginarse dondequiera que pudiesen ir. -Aunque, no podremos estar mucho tiempo fuera. DaeDae estará muy incómodo para el final del día.
-No te preocupes por eso Taem, yo me encargaré de la logística.- Le aseguró, con un beso en su frente y su brazo rodeándole los hombros.
Se terminaron de arreglar, y como todos los días Minho se despidió de Taemin con un beso en los labios, y de Myungdae con un beso en la frente. Entonces partieron en diferentes rumbos. A Taemin no le tomó más de media hora llegar a su departamento, bajando al niño en su portabebé, aunque le dificultara un poco moverse.
Luego de eso, el día pasó como cualquier otro día. Taemin estuvo trabajando la mayor parte de la mañana, cortando cerca del medio día para alimentar a Myungdae y prepararse él mismo un aperitivo. No pudo evitar distraerse un rato mientras jugaba con su sobrino, sólo deteniéndose cuando Myungdae empezó su siesta. Continúo en sus archivos, dejando pasar el tiempo. No lo notó hasta que su celular le señaló que estaba recibiendo una llamada.
-Hey Min, no me di cuenta de la hora. ¿Ya saliste? Creí que nos veríamos aquí y luego decidiríamos un lugar dónde cenar.
-Si, ya salí. Pero no te llamé para eso.- Minho exhaló. -Las vecinas me llamaron, vieron a alguien intentando entrar a mi casa a través de su patio, así que ellos también fueron allanados. Ya llamaron a la policía.
-Oh no, ¿lo atraparon? Vas hacia tu casa, supongo. Dame un momento, te veo ahí.- Se puso de pie, cerrando su laptop y recogiendo los papeles que tenía desperdigados por toda la mesa.
-No es necesario Taem.
-¿Preferirías que me quedara acá?- Se detuvo a cuestionarle, escuchando con atención el minuto silencioso que le tomó a Minho responder.
-No, te necesito conmigo…
-Bien. Entonces ahí estaré. Dame cuarenta minutos.- Le aseguró, colgando de inmediato.
Recogió su celular, la pañalera y a Myungdae, asegurándose de cerrar con llave mientras salía de su lugar.
Tras los cuarenta minutos que le tomó el viaje de regreso, pudo ver mientras se acercaba a la casa de Minho que había una patrulla estacionada justo a la mitad entre su casa, y la casa de sus vecinos. Había un oficial hablando con el par de vecinas, mientras el otro parecía informarle a Minho la situación. Se bajó del auto, para recibir a Minho en cuanto se desocupó con el oficial.
-Min.
Minho se talló el rostro, girándose para pasar su brazo sobre los hombros de Taemin y esconder su rostro en el cabello del hombre de menor altura.
-¿Dónde está DaeDae?- Preguntó en primer lugar, al ver que Taemin no lo llevaba consigo.
-Le pedí a Jinki y Dongwook que lo cuidaran un rato.- Aclaró. -No me sentí cómodo manejando tan rápido hacia aquí, con él en la parte de atrás.- Explicó.
-Gracias. Gracias por venir Taem…- Suspiró.
-No digas tonterías, no te dejaría estar aquí solo.- Le recordó. -¿Qué te dijeron?
-Sólo un robo frustrado, parece ser.- Se encogió de hombros. -Si las chicas no lo hubieran visto, entonces es probable que si hubieran entrado a la casa.
Taemin salió del agarre en que Minho lo tenía, tomándole de ambas manos. Minho se veía pálido, y lo entendía. Saber que habían querido entrar a tu hogar, sonaba tan horrible.
-¿Lo atraparon?
-No.- Minho sacudió su cabeza. -Y eso es lo que me preocupa.
-¿Crees que vuelva a intentarlo?- Taemin torció los labios, preguntándose qué había llevado a Minho a tener esa conclusión. -¿Por qué? No es como que tengas algo exageradamente valioso en casa, no tenemos nada diferente a los demás aquí.
-No lo sé Taem…Hay algo que no me sienta bien.- Susurró. -¿Nos roban el único día que como tienes home office te llevas a Myungdae, por ende Kija no viene a trabajar, así que no hay nadie en casa? Suena a que nos observaba, ¿pero por qué? ¿Por qué asaltar esta casa? Y que no lo hayan atrapado, sólo no me siento tranquilo.
-Por supuesto, ¿quieres pasar la noche en mi departamento esta vez?- Le sugirió, frotando con sus pulgares círculos en las manos del alto, tratando de darle un poco de consuelo. Podía entender la intranquilidad que se notaba en Minho, y quería hacerle sentir mejor.
-Si, me sentiría mejor sabiendo que estamos en un lugar seguro.- Aceptó.
-Bien, ¿ya terminaste con ellos? ¿Podemos irnos?- Taemin entrelazó sus dedos con los de Minho, llevándole directo a su auto cuando Minho asintió. -Está bien, entonces vámonos.- Irían a recoger a Myungdae, y después se irían directo a su departamento, Minho necesitaba descansar.