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Mi alma, mi decisión por Sora Hatake

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—¿Acaso hice algo mal, señor demonio? —preguntó el fantasma sentado al lado del inconsciente rubio.

—Ni idea, creo que solo está siendo dramático —respondió Kakashi que estaba de cuclillas al lado contrario. —Oye, Naruto, despierta —el demonio comenzó a moverlo.

Naruto comenzó a despertar desorientado. —¿Qué paso?

—Te desmayaste, creo que te asustaste un poco —contestó Kakashi.

—¿Me asuste? ¿Por qué? —cuestionó sobándose la cabeza.

—Por verme —esta vez hablo el chico a su lado atrayendo la atención del rubio.

—¡Ahh! ¡Fantasma! —Naruto se levantó de golpe para apartarse, tomo un zapato de suelo y lo lanzó contra el ente. —¡Vete, vete! —gritaba mientras iba de un lado a otro arrojando todo tipo de objetos.

—Oye, detente —lo llamó Kakashi.

—No, me da mucho miedo —dijo Naruto mientras seguía lanzando cosas.

—Es intangible, nada de lo que le hagas le hará daño —habló Kakashi señalando como las cosas pasaban a través del azabache que veía sin inmutarse al rubio.

—¿Por qué demonios trajiste un fantasma a mi casa? —reclamó Naruto.

—Yo no lo traje, ya te dije que él estaba aquí, además, pediste un amigo, ahí lo tienes. Un amigo —respondió Kakashi extendiendo su mano hacia el chico que saludo levantando la mano.

—Eso no es un amigo, es un fantasma, yo quiero un amigo humano vivo.

—No especificaste eso —Kakashi se cruzó de brazos indignado.

—Porque es algo obvio, yo quiero a un compañero de escuela o algo parecido como amigo, no una de tus cosas sobrenaturales —soltó Naruto frustrado. —Ahora haz que se vaya, me aterran los fantasmas.

—No puedo hacer eso, él vive aquí también.

—¿Por qué vives en mi armario? —preguntó Naruto dirigiéndose al ente.

—Ni idea. Un día solo abrí los ojos y ahí estaba —respondió encogiéndose de hombros para levantarse.

—¿Entonces eras tú quien siempre golpeaba las puertas en la noche? —interrogó el rubio a lo que el fantasma asintió. —Eres un odioso, estuve muchas noches sin dormir por tu culpa, ¿por qué hacías eso?

—Porque no podía salir de ahí y me da miedo la oscuridad.

—Pero si eres intangible, ¿no podías solo atravesar la puerta y dejar de molestar?

—No funciona así, yo estaba atrapado ahí, ni siquiera sé cómo el señor demonio me saco.

—Hice un pequeño conjuro, algo sencillo —habló Kakashi.

Naruto soltó un suspiro para ver su celular. —¡Ah! Ya es muy tarde, perdí mis primeras dos horas —fue rápido a terminar de arreglarse para tomar su mochila y salir corriendo.

—¿Vienes? —preguntó Kakashi viendo al fantasma.

—No, me da miedo salir.

—Para ser un fantasma eres muy miedoso —Kakashi fue tras Naruto.

No puedo creer que ese tutorial para invocar un demonio si haya funcionado, pero el tutorial para hacer flan en microondas fue un fracaso —pensaba el chico reflexionando sobre lo que había hecho mientras corría tan rápido como podía hacia la escuela.

—¿Por qué tanta prisa? De todas formas ya vas tarde —comentó el demonio yendo a su lado.

—Porque quiero alcanzar a llegar a la tercera clase—Naruto se detuvo de golpe. —Espera, ¿qué haces aquí?

—Dijiste que querías un amigo de clase, iré allá a conseguirte uno —respondió Kakashi frenándose a su lado.

—No, no, no puedes ir conmigo a todos lados así. Se te ven los cuernos y estás todo de negro —señaló el rubio.

—¿Qué tiene? —Kakashi bajo la vista para ver su ropa.

—Te ves muy raro, al menos cubre tus cuernos —Naruto busco en su mochila un gorro verde para dárselo—Ponte eso.

Kakashi lo tomo para cubrir sus cuernos —¿Feliz?

—No, vamos a mi casillero, creo que allá tengo una sudadera para que no te veas así— el rubio lo tomo de la mano para ir hacia el edificio.

—Tal vez por eso no tienes amigos, te fijas mucho en las apariencias —dijo Kakashi.

—No es que me preocupe de las apariencias solo quiero que te veas más normal. —Naruto lo soltó para ir hacia su casillero y buscar entre sus cosas.

Kakashi se quedó a un lado viendo los chicos pasar de un lado a otro.

—Oye viejo —un chico se detuvo al lado del demonio. —Me gusta mucho tu estilo, muy aesthetic gótico emo core, aunque el gorro no combina tanto.

—¿Qué? —Kakashi frunció el ceño confundido, ¿lo acababa de insultar o de halagar?

—¿Eres nuevo? No te había visto antes. Tendremos una fiesta más tarde, somos pura onda gótica —decía el chico que igual usaba ropa negra y un maquillaje peculiar que le recordaba a alguien de inframundo. —Si quieres no lleves nada, nos vemos detrás del auditorio trasero —dijo para irse junto a otros chicos que vestían similar.

—¿Qué te dijo ese chico? —preguntó Naruto acercándose a Kakashi con una sudadera.

—Me invitaron a una fiesta —indicó Kakashi señalando al grupito.

—¿Los góticos? Pero…ellos rara vez le hablan a alguien que no sea de su grupo —Naruto lo vio sorprendido.

—Creo que fue porque les gusto como me veo vestido o algo así, no le entendí.

—A mí nunca me han invitado a una fiesta —comentó Naruto agachando la cabeza.

—Deberías intentar vestirse con más estilo como yo —habló Kakashi.

—Si lo intente y solo me dijeron posser, como sea, usa esto —el rubio le extendió su sudadera naranja. —Solo espero que no te incomode porque hace calor y estarás cubierto.

—Por favor, vengo del infierno, ni todo el calentamiento global que hay en la tierra se compara al calor de ese lugar, aún —mencionó Kakashi para colocarse la prenda.

—Ahora si te ves mejor, vamos a mi clase de lengua —Naruto tomo sus libros para caminar por los pasillos en busca de su salón.

—Se sienten muchas malas vibras en este lugar —comentó Kakashi viendo a su alrededor.

—Dicen que construyeron la escuela sobre un panteón, suena como una tontería, ¿no? —dijo el rubio.

—Pues…si siento que alguien murió en este edificio, de seguro también aquí fantasmas —Kakashi veía a su alrededor.

—Espera, ¿si hay un fantasma en mi casa es porque alguien murió ahí? —cuestionó Naruto para tragar saliva al ver que Kakashi asintió con la cabeza.

—Ya no podré dormir tranquilo en ese lugar —soltó Naruto antes de entrar al salón para tomar asiento en la parte trasera.

Kakashi se sentó a su lado viendo al resto de chicos, la mayoría parecía estar en un grupito o en parejas charlando, uno de ellos sería su objetivo para amistarlo con Naruto.

Mientras estaba concentrado en un chico castaño que se veía agradable sintió que alguien lo observaba; giró su cabeza un poco para encontrarse con un azabache que lo veía molesto.

—Oye, ese tipo de allá me está viendo feo —murmuró acercándose a Naruto mientras señalaba al chico que se encontraba sentado junto a la ventana, y al igual que el rubio se encontraba solo.

—Ah, ese es Sasuke, así ve a todos —respondió Naruto. —Nadie le agrada y siempre está molesto, solo ignóralo.

—Bueno. —Kakashi vio de reojo al azabache quien no despegaba su mirada de él incomodándolo, aunque en sí, todo el ambiente le incomodaba; Las malas vibras del edificio que él juraba, resguardaban varios fantasmas, la mirada de Sasuke sobre él, y otra energía demoniaca que sentía, lo abrumaban.

Ahora recordaba porque no le gustaba pasar tanto tiempo en el mundo humano.

—Buen día a todos —saludo el profesor entrando, atrayendo la atención de Naruto. La clase comenzó, y Kakashi comenzó a sentirse adormilado así que a los pocos minutos se quedó dormido sobre la banca; Naruto al notarlo solo negó con la cabeza y siguió concentrado en su clase. 

—Kakashi, despierta —Naruto lo movía del brazo.

—¿Qué quieres? —preguntó molestó por la interrupción de su descanso.

—Ya termino mi clase, debo ir a otra aula —indicó Naruto. —Te quedaste dormido las dos horas que duro —reclamó haciendo un puchero.

—No me interesa aprender matemáticas —dijo Kakashi para bostezar.

—Era clase de lenguas —aclaró Naruto.

—Menos me interesa, se latín, apuesto a que ninguno de aquí lo sabe —habló el demonio con un tono de superioridad.

—De hecho, latín es una clase que llevo, el profesor de lenguas que me dio clase hoy también me da latín, justo hoy uso unas expresiones, pero como te dormiste no lo notaste.

—Como sea, ¿si vamos a ir a la fiesta?

—No, tengo tarea.

—Por eso no tienes amigos, eres un aburrido —señaló Kakashi levantándose para salir del salón.

—No soy aburrido, tengo mis prioridades, además de que solo te invitaron a ti —Naruto fue tras él.

Kakashi rasco su nuca. —Me pones difícil esto de conseguirte un amigo.

—Para que veas que mi deseo no es tan fácil como pensaste —contestó Naruto.

El demonio bufó, tenía razón, y odiaba que un humano tuviera razón y no él.

Las clases terminaron y ambos caminaron juntos de regreso a casa.

—¿Entonces no puedes solo manipular la mente de alguien para que sea mi amigo? —preguntó Naruto.

—Aun no adquiero ese poder, viene con la cola —contestó Kakashi.

—Ser demonio suena más complicado de lo que creí —comentó Naruto llegando a su hogar para abrir la puerta.

—Lo es, pero bueno, yo me voy —el demonio se quitó el gorro y la sudadera para entregárselo.

—¿A dónde? —pregunto Naruto.

—A mi casa, a descansar.

—¿Cómo puedes estar cansado si te la pasaste durmiendo todas mis clases? —reprochó el rubio.

—Hay algo en tu escuela que me da sueño—dijo Kakashi encogiéndose de hombros. —Pero bueno, debo ir a replantearme como conseguirle amigos a un aburrido como tú, hasta mañana, dulces pesadillas —se despidió el demonio para desaparecer en una nube roja.

Naruto vio a su alrededor—Espero que ningún vecino allá visto eso —dijo para sí mismo antes de entrar a su casa. Se preparo una sopa instantánea y fue a su habitación para sentarse en su escritorio a comer mientras hacia su tarea.

—¿Qué haces?

—Tarea.

—¿De qué?

—Redacción —contestó el rubio mientras analizaba su tarea para darse cuenta de algo. El demonio se había ido, y él vivía solo, ¿entonces con quien hablaba? Se giró a ver a su costado, ahí estaba aquel rostro pálido de nuevo viendo su computadora. —¡Ahhh! ¡Fantasma! —grito Naruto tirando su sopa al sobresaltarse.

—El señor demonio tenía razón, gritas muy fuerte —comentó el fantasma haciendo un gesto de disgusto.

—No me acostumbro a esto —se quejó Naruto para agachar la cabeza viendo su comida en el suelo.

—Si te molesta, puedo solo sentarme por allá en silencio —sugirió el ente señalando la cama.

—Si…por favor —dijo Naruto para ir por sus objetos de limpieza.

El fantasma asintió y de forma obediente se fue a sentar a la cama. Naruto intento regresar a concentrarse en su tarea, pero le era imposible, a momentos miraba de reojo al chico que mantenía su vista fija en el armario.

—Y… ¿cómo te llamas? —pregunto Naruto.

—Sai.

—¿Solo Sai?

—No lo sé, no recuerdo nada más —contestó el chico para desviar su mirada al techo.

—Kakashi dijo que si estabas aquí es porque moriste en este lugar, ¿no recuerdas eso? —interrogó Naruto dejando su ordenador de lado para verlo.

—No, mi memoria está en blanco.

—Entiendo… —Naruto regreso a sus deberes. Cuando termino fue a la cama para recostarse. —Y si no te da miedo regresar al armario, ¿entonces dónde te quedaras ahora? —preguntó.

—Contigo, aquí —respondió Sai para ponerse cómodo en la cama.

—¿Qué? ¡No, no, no! —el rubio intento empujarlo a la orilla, pero sus manos solo atravesaban al fantasma.

—¿Por qué no? Ni que te fuera hacer algo—dijo Sai.

—¿Seguro? ¿No me vas a jalar los pies mientras duermo? —cuestionó Naruto arqueando una ceja. —¿Ni te vas a subir encima de mí a darme parálisis de sueño?

—No, no haré nada de eso,

—Prométemelo —dijo Naruto sin dejar de verlo con desconfianza.

—Te lo prometo. Ahora que, descanses —dijo para girarse y simular dormir.

Naruto también se giró dándole la espalda. Ya no quería estar solo, pero esa no era exactamente el tipo de compañía que deseaba; una vez que Kakashi le consiguiera a su amigo, tal vez podrían hacerse roomies para que mudarse de ese lugar.

.

.

.

El cielo era un lugar completamente distinto a la tierra o el infierno; era un completo paraíso. Los ángeles se movían de un lado a otro, vistiendo elegantes trajes blancos.

Uno de ellos entro a una de las oficinas celestiales que había en el lugar.

—¿Qué pasa ahora? ¿Por qué interrumpen mis vacaciones? —preguntó acercándose al mostrador, usando gafas negras y llevando en la mano un coco. —Espero que sea algo de suma importancia, Iruka.

—Parece haber problemas con uno de los humanos bajo tu cuidado —respondió el ángel tras el mostrador.

—¿Con quién?

—Un tal Naruto —contestó el castaño.

—Ah, si Naruto, es un humano al que le tengo mucho aprecio. Es muy buen chico, estoy seguro de que cuando muera se convertirá en uno de nosotros—hablaba el azabache para luego beber de su coco. —¿Qué hizo mi futuro angelito?

—No tengo información exacta, pero, parece que invoco a un demonio.

—¡¿Qué ese tonto hizo qué?! —exclamó molesto.


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