- ¡Peter! - se oía a un castaño gritar por toda la casa - ¡Por Odín! ¡¿Dónde estás?! - gritó de nuevo hasta que escuchó una risita venir del armario que estaba junto a él. El hombre suspiró y abriendo las puertas del lugar, encontró a un pequeño niño de cabello castaño con orejitas como las suyas sentado en el piso y riendo bajito
- ¡papi! - soltó levantando los brazos para que el otro lo alzara
-aquí estas, pequeño latoso. - sonrió Tony tomando al otro en brazos -Te he estado buscando desde hace horas… no asustes así a papi- el niño rio de nuevo y se aferró al otro
- ¿Dónde está mami?
-mami viene en un rato, bebé. Está cambiando a tu hermanita para la fiesta
- ¡ya vine! - escucharon un gritó haciendo que el niño se removiera en los brazos del lobo y saliera corriendo hacia quien había entrado en la casa
- ¡tío Bucky! - gritó el pequeño Peter siendo tomado en brazos por el mencionado quien vestía un traje de vaquero
- ¿Cómo está mi bebé preferido? - preguntó el lobo con una enorme sonrisa - ¿Y dónde está tu traje? No puedes ir así a pedir dulces
- ¿Qué me trajiste? - preguntó el niño comenzando a olisquear al otro mientras se movía en sus brazos
-estoy bien, gracias… - exclamó este bajando al infante -Que modales
-digno de un Stark- sonrió petulante Tony acomodándose la bufanda que llevaba en su cuello
- ¿tú que se supone que eres?
-el lobo feroz
- ¡tío! - soltó el pequeño jalándole el pantalón al otro y haciendo un puchero
-Peter, no seas así de grosero- exclamó Steve llegando hasta los otros con una pequeña conejita rubia en brazos que llevaba un pijama de cerdito
-perdón, mami- dijo el pequeño llegando hasta el rubio y abrazándose a sus piernas. Steve sonrió y agachándose beso la cabeza de su pequeño - ¿Ya estas listo?
-papi no me ha puesto mi disfraz
- ¡Tony!
-te ves precioso- exclamó este viendo a su esposo con un short a cuadros bastante pegado a sus finas piernas, pero ancho arriba por su pancita hinchada, junto con una enorme capa roja
-gracias, - contestó el rubio -pero no me cambies el tema
- ¿Cómo te sientes? – preguntó el castaño acercándose al rubio dejándole un beso en la mejilla mientras que le tocaba la pancita– ¿y como está mi pequeño nuevo lobito?
-te dije que será un conejo- sonrió el rubio mientras sentía el toqué -y te pedí que visiteras a Peter
-en mi defensa, se escondió y llevo como una hora buscándolo
-yo llevare a mi ahijado a ponerse su disfraz. - comentó Bucky tomando en brazos al lobito castaño que sonreía -Ustedes dos son demasiado melosos y ya es tarde
-gracias, Bucky- dijo Steve con una sonrisa viendo como el otro se llevaba al pequeño al piso de arriba
- ¿te sientes bien para ir? - preguntó de nuevo el castaño viendo como su embarazado esposo se sentaba en el sillón aun con la niña en brazos
-si lo estoy. - contestó el otro rodando los ojos -No seas tan sobreprotector, es solo un viaje a la ciudad, estaré bien
-pero me da miedo por el cachorro, tienes seis meses y…
-no es el primer bebé que tenemos, bola de pelos… - señalo el conejo levantando al bultito rosado que dormía en sus brazos -Es el tercero y tú no me has dejado descansar…
- ¡¿yo?! - preguntó el otro sintiéndose falsamente ofendido - ¿Quién es el que se lanza sobre mi cada que puede? Eres un conejo muy lujurioso
-pero así te gusta… ¿no? - sonrió pícaro el otro haciendo sonrojar al lobo quien levantó sus orejas y su cola
-n-no… ¿Qué?
- ¡guarda tu olor para ti, Steve! - escucharon a Bucky, quien iba llegando con Peter vestido de cerdito también.
El conejo lo miró fijamente por un momento, luego miró a Tony y por último a la bebé que tenía en sus brazos.
Los otros se mantuvieron en silencio hasta que vieron al rubio tomar las llaves de uno de los autos de la mesa y acercarse al otro;
-adelántate, - le dijo dejando las llaves del auto en sus bolsillos y dejando a la bebé en sus brazos -Llévate a los niños. Los alcanzamos en un rato en el pueblo… ve por Nath y Clint
- ¡¿Qué?! – gritó aturdido viendo como el rubio tomaba de la mano a su esposo y comenzaba a subir las escaleras - ¡Steve!
- ¡nos vemos!
-ayuda- soltó Tony bajito siendo jalado por su esposo mientras que Bucky se quedaba viendo a la pequeña rubia que había despertado y le veía mientras balbuceaba
-bueno, - dijo soltando un suspiro -vamos Peter y tú también, pequeña Sarah
- ¡sí! - soltó el pequeño comenzado a salir de la casa junto con el otro sabiendo muy bien que sus papitos llegarías tarde a la fiesta.