Llevaban varias horas frente a la pantalla, ni siquiera estaba seguro de cuantas películas habían visto ya y lo único que podía asegurar es que Haru se había encargado de que cada una de ellas fuera más absurda que la anterior.
—Haru... —estaba entre sus piernas con sus brazos rodeando sus hombros y giró solo lo suficiente para poder mirarlo—. ¿Por qué insistes con estas películas? Quiero decir, es lindo que pienses en mí y eligieras todas estas películas por eso, pero...
No quería ser ingrato, pues de verdad le parecía adorable que Haru buscara cualquier cosa sobre tiburones para compartirlas con él, pero después de tantas mutaciones que crean tiburones increíbles y tramas absurdas por donde se vean comenzaba a ser un poco extraño seguir viéndolas.
—Sólo creo que quizá deberíamos ver algo diferente —acariciaba sus manos suavemente mientras lo miraba, de verdad quería que supiera que no era necesario hacer todo eso.
—Pensé que sería mejor si esta vez solo veíamos enfrentamientos de tiburones con otros animales gigantes —Haru permanecía serio y su mirada no se despegaba de él—. Pero está bien, todavía hay muchas películas con una temática similar, o si prefieres podemos mezclarlas para que no sea monótono.
Al parecer no había entendido lo que Rin quería decir y pensó que la solución sería solo elegir un orden distinto para verlas, comenzando así un repaso de las muchas historias que aun no veían para que pudiera elegir en que orden lo harían.
—En esa el protagonista es transformado en un hombre con características de tiburón...
—Haru —debía ponerle un fin al asunto y terminó por interrumpirlo—. ¿Cuántas películas más sobre tiburones quieres que veamos?
—Aun tengo alrededor de veinte en la lista, sin considerar toda la saga de Sharknado porque creí que sería mejor verlas como un apartado distinto —su mirada era seria, quizá demasiado considerando el tema que trataban—. Aunque podría eliminar unas cuantas por la poca presencia que tienen los tiburones.
Rin estaba sorprendido, sabía que los tiburones eran uno de los villanos favoritos del cine y sabía de la existencia de algunas películas al respecto, pero no podía creer que existieran tantas más y Haru las hubiera encontrado solo para compartirlas con él.
—De acuerdo, tú ganas —suspiró profundamente mientras volvía a acomodarse entre sus brazos—. Me gusta ver películas contigo, y ya que te esforzaste tanto veremos todas las que faltan... —hizo una pausa un poco larga, Haru parecía confundido y sin entender que intentaba decir—. Pero al menos veamos algo diferente entre cada una.
Volvió a mirarlo, era difícil pensar en la gran cantidad de historias absurdas que aun le aguardaban, pero cuando pensaba en el tiempo que su novio había invertido para encontrarlas no podía evitar sentirse conmovido.
—Las elegiré yo ¿De acuerdo? Y prometo que no serán solo románticas —podía oír sus palabras solo con la expresión que tenía en ese momento y prefirió adelantarse.
—Está bien, sólo déjame saber cuales elegirás o será demasiado extraño ver al hombre rata justo después de los tiburones en los maizales —su ceño se frunció ligeramente, pensando en lo raro que sería ver ambas películas en un mismo día.
Rin se aferró a él riendo con fuerza. Haru era adorable en muchos más sentidos de los que se podría imaginar y definitivamente no era ni parecido a lo que todos creían. Y así lo amaba, con todos y cada uno de sus hábitos peculiares.