Solo faltaban un par de semanas para que la pequeña ceremonia se llevara a cabo, aun había un par de cosas por arreglar para asegurarse de que todo estuviera en orden y no hubiera contratiempos.
Se sentía emocionado, aunque los nervios también jugaban en su contra pues no había podido conocer a los padres de Haru adecuadamente y en el momento que se le presentó la oportunidad su agenda no le había permitido asistir a la reunión.
—Aun no puedo creer que en verdad conoceré a tus padres hasta el día de la boda. Supongo que para ellos fue extraño saber que vamos a casarnos y que no haya estado ahí contigo para decírselos —quería saber cómo reaccionaron sus padres al saberlo y ya que Haru no había hablado al respecto intentaba descubrirlo.
—No les dije que vamos a casarnos —Haru ordenaba algunas cosas y ni siquiera lo miró tras decirlo.
El silencio se hizo presente después de esa declaración, Rin esperaba solo haber escuchado mal o no haber entendido lo que dijo porque no había razón para que eso fuera cierto.
Pero Haru no decía una sola palabra más o siquiera lo miró para confirmar o negar que era cierto lo que dijo y no podía evitar sentirse extraño ante la posibilidad de que fuera cierto.
—¿Qué se supone que significa eso? —Rin lo miraba confundido, no podía ser cierto lo que acababa de decir.
—Solo eso, ellos aun no saben que vamos a casarnos —su expresión se mantenía tranquila sin entender porque Rin estaba tan alterado.
—Pensé que les dirías el día que se reunieron —solo quería entender porque no lo había mencionado aun considerando el poco tiempo que faltaba para la boda.
—Hablé con ellos, y les dije que lamentabas no haber podido acompañarme, aunque ellos no parecían muy preocupados por ello —seguía con sus actividades sin prestar demasiada atención a lo consternado que parecía Rin.
No entendía porqué estaba tan inquieto, la visita a sus padres había sido muy rápida y les dijo lo que necesitaban saber. No era necesario que se preocupara por las palabras que usó, ellos estarían ahí de cualquier manera.
—Pero me aseguraste que vendrán —no podía entender a que se refería con ello y mientras más intentaba entenderlo más confundido se sentía.
—Lo harán, les dije que era importante para ambos que estuvieran aquí —Haru no entendía la razón para que Rin siguiera preocupado, así que por fin fue hasta donde estaba y lo miró fijamente.
Rin tenía una mueca de inconformidad en su rostro, nunca había dudado de los sentimientos de Haru y no empezaría a hacerlo, pero quería entender su razón para no decirles abiertamente a sus padres lo que llevaban meses planeando.
—Saben que eres la persona a quien amo y con quien quiero compartir mis sueños y mi vida, no necesitan saber más que eso para venir.
De nuevo el silencio se formó entre ellos, pero está vez por la vergüenza que Rin sentía luego de escuchar tan sincera declaración. Quizá fue lo mejor que él no estuviera ahí, porque escucharlo decir eso frente a sus padres era mucho más de lo que podía soportar.