—¡Felicidades, has sido adoptado!.
Esas palabras que nunca pensé que escucharía para mi , resonaban en mi interior, una mezcla de emociones que no acostumbraba a sentir en ese orfanato, donde no había libertad y la monotonía eran recordatorio constante de mi soledad a mis 7 años.
—Te presento al Señor Osamu Dazai, será tu nuevo papá.
Un hombre joven de cabello castaño y ojos de igual color, traje oscuro y extrañamente con partes cubiertas de vendas como el cuello y antebrazos; se arrodilló frente mio, coloco su mano suavemente en mis cabellos claros.
—Es un placer conocerte, Atsushi-kun.
Su toque era calido, por inercia baje la cabeza y mis ojos se humedecieron. Esa muestra de amabilidad que me hacia sentir inmerecido, o tal vez era solo yo, en respuesta inconciente a todos estos años de palabras crueles, nunca fui el mejor ni el más valiente, nunca tuve nada especial y siempre me mantuvieron distante de los otros niños. Como si hubiera algo malo en mi, que solo los encargados de este rígido establecimiento eran capaz de ver en mi persona.
El aparto su mano con una sonrisa apacicle, me ayudo a empacar mis cosas y a subirlas en un gran auto oscuro, me las arregle para subirme, por que a mi vista era alto.
Observe el camino a través de la ventana, las comisuras de mis labios se elevaron en una sonrisa, los árboles y nubes, las aves que volaban libres por el cielo. Todo lo que vi solo en las ilustraciones ahora lo observaba de cerca. Si pudiera, ran solo un momento, me encantaría aguardadolo todo en una imagen.
—¿Te gusta lo que ves?
—Si, mucho...
Comente, sintiendo más confianza. No sabia lo que me depara el por venir, sin embargo, era libre. Ahora, podría explorar y probar lo que quisiese.
Por lo tanto, continue mirando los paisaje hasta que el auto tomo un camino y de alli vi un campo despejado de la floresta, con varios puntos blancos, que al darle una mirada precisia, millones de flores silvestres encontraba en repuesta.
—Es hermoso.
Palabras que deje salir y fueron a acompañadas por la risa del mayor.
-Bueno, podemos venir cuando quieras Atsushi. Queda cerca de la casa, de hecho.
—¿En serio? Me encantaría.
El automóvil subió por un mini puente, el arroyo no se quedaba atrás en belleza pero no tuve la minima oportunidad de describir con mi poco conocimiento del lenguaje ( en aquel entonces) por que algo mas se torno en mi mente. El hogar de aquel hombre, era una mansión. El blanco destacaba sobre el verde natural del sus alrededores y las plantas que decoraban el lugar.
El auto estaciono cerca de la entrada. Bueno, ahora si estaba asustado. Caí en cuentas del estatus social que se me ofrecia, yo , quien siempre fui como el polvo para los demás.
—¿Soprendido, no? Ven aqui.
No me percaté ,que él ya se encontraba a mi lado aguantando la puerta, me ofrecía la mano para ayudarme a bajar. Con dudas o no , tuve que sostenerla, al final de cuentas no había reparo. El era mi padre.
—Muy bien, en comparación a Ryunosuke-Kun que trato de morderme la primera vez que lo traje,eres un buen chico,Atsushi-kun.
—Joven Dazai.
Iba a preguntar por el nombre desconocido hasta que nos recibió un señor mayor con bigote, traje muy elegante y bien parecido. Era el mayordomo subjefe de la casa, había servido toda la vida a la familia de papa adoptivo. El señor Hirotsu me dio la bienvenida junto a un apretón de manos, para luego encargarse de llevar mis cosas a mi nueva alcoba.
Seguí a mi nuevo papa hacia el interior y como era de esperar era igual de gran que el exterior. Mire todo sorprendido por las cosas que encontraba, cuadros , jarrones , estatuas seguramente famosas, entre otras cosas que no sabia como nombrar.
—Disculpa, mi padre era un excentrico, le gusta coleccionar antigüedades y obras de artes.
Explico, mientras me guiaba siguiendo un camino recto, llegamos a una sala de estar, muy bien decorada, paredes azules que contrastaba con las flores amarillas del lugar y los múltiples sofaces y bomdines blancos parecían nubes juntos sus almohades. Tambien había una pequeñas mesa en el medio con revisasta y el control remoto. Y unas figuras de parcelas que distingui como perros.
—Holaaa~ Ryunosuke-kun. Mira a quien te quiero monstrar.
Derrepente fui jalado hacia el castaño para estar cerca de el, mientras despeinaba mi cabello. Seguia comentando.
—El será tu nuevo hermano, ¿no es adorable?.Bueno, ten lo encargo, nos vemos.
El, simplemente me dejo y se fue.