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Secreto por aheijiletssingashu

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Notas del capitulo:

Pueden encontrar esta obra en Wattpad con mi seudonimo Natsunoxx_. Si te encuentras leyendo a traves del celular coloca la pantalla en forma vertical para que te salgan los diálogos completos, suele pasar que en mi caso, salen recortados. 

Las calles empedradas de Orchids¹ se llenaron con la luz de un nuevo sol, para las criaturas que habitaban en esta tierra lejana, sin nombre o un lugar en el tiempo.Para nosostros los humanos un día mas de trabajo, un día mas de alegría y tristeza.


Todos cumplía una labor importante, ya sea hacer el pan o limpiar una polvorienta vitrina. Oh, en especialmente hoy, las poca luz que bañaban las calles se marchaba por las sombras del caminar Dr la gente, quien apresurosa, se ponía al día con su labor.

¿Pero que tiene de especial este día?¿por que se afanan por un día mas? Pues bien, el príncipe ha de ser casado, cuando el sol estuviera en lo mas alto, con una doncella de otro reino lejano, con señal de otro infortunio lejano.


Todo debía estar listo, tanto los encargados del baquete y flores , como los habitantes, pues era un tradición que los recién casados recorrieran las calles de Smaragdus² dando saludos, y todos querían estar espléndidos antes sus futuros reyes.

El príncipe izuku, era un ser amable, bondadoso y gran sentido de la justicia, era querido por todo Smaragdus siempre que podía visitar sus lugares, prestaba ayuda a quien la nesecitara, sin importar su apariencia o clase. Poseía una esponjosa cabellera de rizos verdes, que hacían juego con su ojos esmeraldas y sus pecas, como estrellas en un firmamento, se esparcían en sus mejillas y nariz, que resaltan con un leve rubor natural, sin duda un ángel.

Y la doncella, Uraraka de Rosebush³ tierra de gracia y bondad, ella también era vista por su gran empatia hacia el desvalido, pero tenia su carácter, y lo mostró cuando aprendió el arte de la espada, insistiendo a las mujeres de su reino a defenderse y ser independiente, por que no era raro, que los derechos de las hijas de su reino no tuvieron valor alguno,pero la joven princesa si le dio uno. Dotada de una dulce sonrisa, enmarcada con sus rosadas mejillas, su cabellera marrón hasta la cintura, se deslizaba de un lado a otro, mientras contemplaba su antigua alcoba, se despidió y así finalizando su vida en Rosebush para otra en Orchids.


Los golpeteos de cascos se oyeron por todo la calle principal, el príncipe salía cada día a visitar las calles del reino y salir al bosque de la orquídea.Recibió miradas extrañas pero no de disgusto,esperaban que estuviese en el castillo.

El viento beso su rostro al salir de la ciudadela, sonrío ante ello y sus rizos verdosos como los arboles bailaban con el viento.Salió de la ruta común, para tomar un caminillo decorado con piedritas celestes y arbustos con flores blancas. Esta terminó al llegar a una parte abierta, un campo de puntos morados, orquídeas.

El bello campo quedo atrás y se interno de nuevo en el bosque, siendo guiado ahora por piedritas plateadas, hasta llegar a un arco de orquídeas y florecillas blancas y uvas, dando final a camino y dejando a la vista una cabaña, decorada con varios tipos de helechos en la entrada de la casa.

El príncipe bajo de su caballo, a paso lento observado la espada ancha del propietario,arrodillado mientras cortaba las hojas secas de los helechos. Estaba concretado en su tarea que no pareció notar su llegada. Por lo que lo llamó:

Kacchan....

.........

¿Kacchan?

Lo entendió, le ignoraba y con toda la razón del cielo.

Kacc... Katsuki, mirame.

El recién llamado se levanto y siguió de largo para tomar un jarrón posado en mesilla, y lavabo sus manos. Con su distintivo ceño fruncido le volteo a mirar.

El príncipe se sintió pequeño pero no aparto su mirada, se le acercó y tomo sus mejillas en sus manos. Katsuki cerro sus ojos ante el contactó dejando escapar un gruñido como respuesta a que hablara antes de que se arrepintiera.

Se que no es fácil, pero lo hagas mas difícil. Tengo que hacerlo.....lo sabes...—Las manos del príncipe fueron alejadas bruscamente.

—¡Si,lo se! Se que es tu maldito deber con este reino llevarla prosperidad a su estúpida gente...

Esta vez fue katsuki quien tomo las mejillas del príncipe para luego abrazarlo.El noble se quedo quieto disfrutando el cálido abrazo.

Quedate...quedate conmigo..— susurro apretándolo más —Se que no puedo darte un castillo, ni gemas pero me tienes mi...,muero por ti..— Rompió el abrazo para verle a los ojos. —Note cases.

No puedo, no puedo escapar contigo, tengo un compromiso ,no solo con laprincesa sino con mi reino...Este matrimonio es importante para todos, no quiero decepcionar nadie por un capricho

¿Un capricho? ¡Así llamas mi maldito amor!

Si un capricho que me roba elalma, un capricho que me da vida me hace sentir lo inimaginable, hasta que te conocí...

Ambos se sumieron en un silencio que bailaba con las hojas al ser arrastras por el viento.

—¿Kacchan? —Lo llamo con temor.

.......

No quiero que estemos peleados—Explicó en un suspirar.

Yo tampoco, idiota—Pensó mientras tomaba su mano y lo guiaba a paso lento hacia la cabaña.

No en nuestro ultimo día juntos...—Finalizó haciendo que el rubio parara en seco y volteara a verle.

¿Por eso viniste verme? ¿Para despedirte? —Pregunto con pesar, viendo como el príncipe asentía con lágrimas en los ojos.

Entonces, haré que este día sea jodidamente especial, mi izuku—Seco las lágrimas del príncipe y beso su frente. — Esperame aquí —. Entro a la cabaña, no paso mucho cuando Katsuki salio con un canasta de campo. Al igual que un cambio de ropa ya que la que tenia puesta anteriormente se había ensuciado de tierra al arreglar los helechos.

Ven, hagamos algo cliché que te gustará—Tomó su mano y juntos caminaron por un camino detrás de la cabaña —Se que ya hemo sido antes ese lugar pero no imagino otro donde pasar mi ultimo día contigo, mi príncipe idiota —Le miro para dedicarle un sonrisa.

Izuku solo asiento aliviado.

Es hermoso —Dijo el príncipe.

Siempre dices lo mismo,nerd —Respondió el rubio.

Se encontraban en una pequeña sección del bosque, que muy pocos sabia de su existencia. Un amplio lago con agua cristalina y fría al tacto, que caía de una pequeña cascada;rodeada de orquídeas y rosas, que jugaban con flores salvajes y montes. También le adornaba un figura de una luna empedrada, la cual estaba cubierta de espinas con rosas blancas.Esta se encontraba en la parte izquierda de un árbol, un árbol con hojas doradas como el sol.

Era lo que quedaba de un antiguo santuario, donde los antiguos reyes meditaban cuando necesitaban tomar la mejor decisión para su reino. La estatua de luna, era por la paz de las noches, y el Araguaney por la luz del sol.Ambos considerados imperativos en la flor de la vida.

El santuario había sido destruido, según los extractores de relatos, por los mismo a quien acudían, cuando la reina Veritas había sido asesinada, los motivos fueron ocultados. Y la tristeza de Lunay Sol era grande, por lo que decidieron borrar el lugar para que la suplica deestás deidades fueran calmado.

"Pero su tristeza pedirá retorno,lo saben, como testigos servís y veréis su fin."


Katsuki tomo la mano del príncipe, y lo guío a su lugar habitual junto a la estatua y el araguaney. Dejo la casta a un lado, se acostó libremente en el suave y firme césped. Izuku se acostó a su lado posando su cabeza en el pecho del rubio.

amor vitae meae⁴—Llamó, tratando de escoger las correctas palabras. El rubio lo sabía, sabia que solo le llama así cuando era serio.

—dicitis ad me⁵ —Contestó clavando su vista en las hojas doradas del araguaney.

Yo te amo, lo sabes, y lo digo ahora porque no se que va pasar después, cuando me case las cosas cambiaran para ambos....—Se mordió el labio — puede que te enteres de algunas cosas no por mi boca. Lo que quiero decir katsuki... Es que sigas adelante....perdoname....enserio... y-yo no quiero que sufras mas por miculpa....—. Dejo salir varias lágrimas, le dolía dejarlo, le dolía tener que casarse con alguien que no era el y sobretodo guardar ese secreto que cambiaría todo.

Yo igualmente te amo, tampoco se que pasara después de que unas tu vidan con...ella...— Cerro sus ojos con fuerza tratando de ignorar el nudo en su garganta, hacia años que no se sentía así — y...¡coño! No me pidas que siga adelante, yo te quiero ti, idiota..... haré todo lo posible para verte y robarte desa mujer ,aunque sea por unos segundos, porque tu eres mio Izuku.

El peliverde solo sonrío, si las cosas fueran mas fáciles.

Los jóvenes compartieron así la tarde, comieron de los pastelillos y dulces caseros que preparo el cenizo. Hablaron sobre temas comunes hasta que el rubio tomo una pequeña siesta, con su cabeza posada en el regazo de su amado, y este acariciaba su cabello.

lo lamento —Susurro este, antes de acomodar la cabeza del chico con mucho cuidado en el suelo, y sin mas irse.

Respiro profundo. El ya tomo una decisión.

 

[......]

 

Lo se miraba en el espejo, lucia un traje blanco, que resaltaba su belleza.

Cuando imaginaba este día especial, pensaba en el dia mas alegre de su vida no en un día que se ataría por deber a costa de su felicidad. Pero ya no había vuelta atrás.

Escucho como lo llamaban.Respondió con un ligero "pase".

Una chica de cabellos rubios largos y ojos amarillentos entro —Que belloestasu majestad, yaseencuentralisto ,asíquepodemospartir

Si, no medigas, su majestad, Himiko, somos amigos, y no hay nadie , recuerda.

Vale, Izuku. ¿Que te pasa? Pensé que estarías mas contento —. Pregunto la chica tomando su hombro, haciendo que la mirase.

Es que... Olvidalo solo son los nervios...—. Rió nervioso, mientras la chica lo analizaba pero esta sonrió.

Bien, solo avisa me si te arrepientes algo, no tienes que guardarte todo, tontito —Dijo antes de abrazar al peliverde y morder su hombro, causandole un chillido, ya se había acostumbrado a estas maneras de afecto.

Por cierto, no puedo esperar al banque, probar los postres de este tal...¿Bakugou? Si el amigo de Eijiro —Expreso su emoción, mientras al pecoso se le crispaban los nervios, ¿Kacchan iba estar ahí? ¿Porque no se lo menciono?. No, no quería eso. Pero...

D-De acuerdo,gatita, no debemos hacer esperar mas.

Ambos salieron de la habitación, y tomaron en carruaje que los llevarían a la iglesia.

En donde el joven príncipe firmaría su sentencia, y sin revelar ese pequeño detalle creciente que podría cambiar el curso de las cosas, y que él decidió ocultar.

Ahora se encontraba frente al altar, con Himiko y Kirishima a su lado, como padrinos. Los reyes y padres de ambos jóvenes sonreían complacidos ante lo que iba a suceder.Izuku ante la aptitud de los reyes, se tenso un poco, pero no dejó de mostrar esa sonrisa que tantas veces aprendió a hacer, pero no salio desapercibido para un par de rubíes que lo observaban.

El pelirrojo se le acercó.

Hey,Izuku. ¿Todo bien? —. Sabia que su pregunta era estúpida, y lo confirmó por el leve a sentimiento del peliverde. Quien ni le miró.

Kirishima, quien era capitán de la guardia real y amigo de infancia de Izuku, volvió a su lugar. Conocía muy bien la situación del joven,sabia que él y katsuki habían tenido su historia, que él era la única persona a la que le confiaron el secreto, puesto que los tres eran amigos de años.

Por un momento, el pelirrojo se sintió mal por haberle presentado a Izuku a katsuki, y de haberlos ayudado a tener una relación. Sabia que sus dos amigos sufrían mucho, y él no podía hacer nada. Se sentía inútil ante esos pensamientos.

De repente, el sonido típico de las campanas, acompañadas del sonar del piano, anunciaron el momento. La joven princesa, caminaba directo hacia el altar, arrastrando el vestido que hacia juego con la coronilla de flores. Detrás de ellas, un chico de cabellos oscuros,alto de buen parecer, y una chica mas joven, de pelos oscuros. Los tres se posicionaron de la misma manera que Izuku y sus padrinos. Ambos se miraron y sonrieron, estaban felices de verse, uno por amistad y otro por algo mas.

Izuku la tomo de las manos, mientras escuchaban las palabras del sacerdote,unos ojos jade y avellana se encontraron mientras escuchaban, y a su turno pronunciaron el acepto. Para liego juntar sus labios y así sellar el trato.

Estallaron los aplausos y a la salida la lluvia de arroz, todos parecían felices, todos parecían contentos. Menos unos ojos violentos que se quebraron en su momento. Más y más, sonrisas falsas, y como dolió su pecho, era un error haber ido, era un error que ella tomara su mano y no él.

Y maldijo, por no ser ella, no ser noble, no ser ahora su mujer. Y allí, justo allí, cuando ambos recién casados subían en el carruaje, se quebró.

Su mundo se quebró.

Y fue entonces, que una idea oscura tuvo sentido en su interior.

[......]

 

El peliverde se adaptaba a su nueva vida junto con la castaña. A esos besos y caricias que ella le daba con amor.Disimulaba su incomodidad ante todos.

 Después del la primera semana recibió varias cartas de su antiguo amor, las quemaba después de leerlas. Todas pedían que se vieran o lo mucho que lo amaba.

Pero ya había tomado su decisión.

¿No estas feliz, Izuku? —Él muchacho la miro, ambos se encontraban alistándose para una salida de fin de semana -ya sabes, por que has tenido mucho que hacer estos días ¡Dios! Ni siquiera pudimos disfrutar de nuestra luna de miel. Pero no importa, estoy tan feliz que podemos estar juntos sin tanto alboroto —. Expreso la castaña aprovechando para abrazar a su esposo. El peliverde se dejo y le dedico una sonrisa.

Si, me alegra por fin descansar...

¿Crees que nos reconozcan?

No lo creo, para eso usamos ropa ordinaria,Uraraka- respondido pellizcando la mejilla de la joven.

Cierto, bien vámonos — Ambos se separan y salen por un de los pasadillos que llegaban al patio izquierdo, así ni la servidumbre los vería.

La pareja camino por las calles de Smar Observado las múltiples tiendas y puestos, por supuesto que no destacaban de entre las demás personas que se bajaban por allí.

Pero no pasaron desapercibidos de unos ojos rojos, que los vigilaba.

El sol se estaba ocultado cuando la pareja compartía unos deliciosos helados de vainilla y fresa para la joven y chocolate para el esposo.

— ¡Están buenísimos,Izuku! — Aplaudió la princesa mientras compartía un bocado de su helado con el de cabellos rizados — Debo de admitir que en cuanto a gastronomía, Orchids supera a mi reino por mucho.

Agradezco el halago, querida mía, pero tu país sufrió una crisis hace años, muchas cosas se perdieron —Respondió con una sonrisa compasiva, el tomó su mano listo para partir.

—Lo se, sabes, aunque extraño mucho mi nación y a mis padres, amo este lugar dulce, de belleza natural como tú —Ella estrecho fuermente su mano, y la besó, haciendo al chico sonrojar.

B-Basta haces que sienta que yo soy la doncella aquí —. Rio apretando su nariz para ocultar su vergüenza.

Caminaron por las sencillas calles grises y pedregosas comunes de Smaragdus, húmedas por la limpieza de los barrenderos. Las luces comenzaban a hacer encendidas por la caída del sol dándole la bienvenida a la luna en esa claridad noche que empezaba a nacer.

Algunas personas caminaban de regreso a sus hogares, o compartían charlas junto a una botella de cerveza de raíz con sus vecinos en las puertas de las casas. Algunos niños traviesos corrían persiguiendose ignorando el llamado de sus madres para cenar. Se escuchaban risas y murmullos de la gente, haciendo que el dulce corazón de Izuku se llenará de felicidad, más no era la suya.

Por el momento, sintiendo que había tomado la mejor decisión para el destino de la gente de Orchids y sus estados. Y para que contará así, debía hablar sobre un mínimo detalle con su esposa.

Quien miraba todo con curiosidad y esa sonrisa dulce tan característica suya. Sentía lastima por lo que pudiera pasarle en el futuro, pero debía ser así.

Sin percatarse que el llevaba el rumbo del paso, terminaron en plaza comunal pequeña , los puesto estaban recorridos y alguna tiendas ya cerradas, solo ruido de unos cuantos perros callejeros que comían la basura de bote cercano.

Ella sacudio el polvo de la orilla de una fuente para luego sentarse, Izuku se quedó de pie, soltó un suspiro de sus labios mientras se decía que era lo correcto, y mejor hablarlo ahora que en los dentros del castillo por si oídos externos querían escuchar.

Uraraka tengo que contarte algo —Ella estaba confundida por la sería voz de su marido pero viendo aquellos ojos versodos que tanto le querían mostrar un deje de culpa,  solo aguardo silencio.

Hace un tiempo, me enamore de una persona, compartimos mucho juntos pero debido a mi deberes reales lo nuestro no pudo continuar —Ella sabía bien a lo que se refería con deber real, su rostro mostró tristeza. El prosiguió —Lo amaba profundamente pero estar contigo me hizo sentir otro tipo de emociones, de cariño —Ella sintió su corazón dolido a pesar de la  confesiónde cariño hacia su persona algo dentro suyo entendía que no era ese tipo de anheló, lo suyo no era correspondido.

Izuku arropó su mano con la suya, la besó en disculpa, sabía leer el lenguaje de corporal de la chica después de compartir este matrimonio forzado — Sin embargo, parte de mi amor por él sigue aquí Esto era algo que no el cielo mismo se esperaría si no fuera por qué lo presención, el resultado de un amor puro que alguna vez vio la luz de las mañanas y furor de la noches. Él llevo la mano de la noble hacia su vientre.

La fémina abrió los ojos entendió lo que insinuaba su actuar imprevisto. No aparto la mano, seguia en shock.

—Te lo digo, por que confío en ti, nos hemos conocido, no puedo ocultarte más esto, quiero que me ayudes, claro si estás dispuesta —Murmuro cabizbajo, ya había perdido a una persona importante por sus decisiones no quiera perder a la joven. No podía seguir ocultándolo, tarde o temprano su cuerpo mostraría las señales de su secreto, no solo lo hubiera sabido ella, sino también los reyes, sus padres y temió por la vida de ese pequeño ser que habitaba en su vientre.

La calidez envuelto en aroma a flores conocido, mostró compasión en un tierno abrazo, que hizo aliviar su corazón y mente.

Haremos que funcione, Izuku. Sin embargo, será..

El furiosos ladrido de los perros los interrumpio, del  ambiente surgió una tensión cortantes cual cuchillo. Izuku tuvo un mal presentimiento así que tomo a la chica dispuesto a retonar al castillo. Cuando una figura que tanto conocía en su añoranza lo encaro, sintió miedo por una extraña razón.

Vaya ,vaya, su alteza real se ha dispuesto de su trono para vagar en el infortunio. — Yacia la burla en las palabras de Katsuki acompañadas de frialdad.

—El infortunio no es algo que acompañe a mi gente, me encargaré de que sea así hasta mi partida —Uraraka estaba detras de él prentando las vestimentas del pecoso, él sintió eso, ella tenía miedo —Si usted me disculpas debo marcharme, fue grato verle.

Realizo una rápida reverencia su mano agarro a la de su esposa, sin saber que ese sería el detonante de un terrible acto desafortunado.

Los ojos rojos de su ex amado chisparon de rabia al ver el gesto,  demasiado cariñoso de ambos nobles, los celos pueden ser el peor sentir  transformado en demonio después que le amor ha sido envenenado.

La daga atravesó su estómago,  los ropajes que ocultaban su estatus noble se tiñeron del líquido carmesí, cayendo al suelo, mientras una voz lejana gritaba su nombre en lloriqueos, súplicas al cielo que lo que acaba de pasar no fuera cierto.

Más irreal no podía ser, él había muerto en manos de la persona que más amo en este mundo.

 

[.......]

Las hojas coloreadas en un anaranjado pálido indicando una nueva estación cambiante. El sol brillate como en cualquiera otro día, la nubes suaves como el algodón cual pelajes de rebaños ovejeros, viajaban a paso lento de caracol por el firmamento. 

¡Ojalá que el dolor se fuera como las hojas del otoño y dieran paso al olvido con una nueva estación!

Así eran los cánticos destinado a los lamentos de la gente que extrañaba a su amado príncipe. Lagrimas eran acompañadas con la llovizna del cielo cuando él fue sepultado.

Su madre se desplomó del dolor, cayendo en un sueño eterno. El rey quedó solo y abatido, los pueblerinos en compasión por su majestad llevaban muchos dejaban generosas ofrendas entre frutas y panes, pero mayormente flores de orquídeas, tracionales en su cultura, amadas por el príncipe fallecido.

¿Pero donde estaba la princesa ahora?.

—Uuff, esto si es trabajo. —Paso su mano tratando de limpiar el sudor de su rostro, jadeaba en cansancio— Pero se que esto le hará feliz a los tres — se dijo a si misma, renovando energías y forzando la labor mientras plantaba rosas frente a dos lápidas.

—Su alteza —Ella grito del susto, se suponía nadie ni la servidumbre ni los guardias estarían allí tan temprano. —¿Que hace aqui? Debo llevarla de regreso,pronto vendrán a buscarle.

 Por supuesto que ahora que había enviudado, y no había hijo en ella,  debía de retonar a su nación natal. Sus mejores amigos, padrinos de bodas y fieles sirvientes, Tenya y Momo vendrían a recogerle, o eso decía la carta de condolencias que le enviaron.

—Eijiro, me susto —Llevando su mano al pecho ensuciando su vestido con el gesto. —Deseaba tener un gesto, ha paso tres meses, sabes, no lo sé, siento que no puedo continuar, tomara tiempo sanar todo esto.

—Puedo preguntarle ¿por qué lo hace? —Pregunto el pelirrojo con una mirada esperando un sentimiento que igualará al suyo . 

 —Escuché la verdad, aunque esa criatura no la llevara yo, era de parte suya, debía ayudarle. Tampoco hablé con nadie sobre cómo murió, no quería que el cuerpo de su amado fuera tirado por allí como el asesino que era. Lo traje aquí a escondidas, con su ayuda Eijiro, recuérdelo, y lo enterramos a su lado, en secreto, solo nos podrá castigar el cielo. 

El capitán asintió en silencio. Llevaba una inmensa culpa en su pecho, Tal vez si hubiera ayudado mejor a Katsuki a olvidar a Izuku, esto no habría terminado en una tragedia de teatro barato. 

—¿Y usted me pregunta por qué lo hice, por qué continuó haciendo?, bien, creo que sabes la respuesta.

Finalizó, el hombre observo  la cara neutra, tan palida y las vestimentas negras con su cabello castaño recogido, obligario hasta que acabara el duelo. También un velo que ocultaba el rostro de la joven, que ahora yacia levantado.

 —Me retiro, su alteza. 

—Espere —No podía soportar estar allí observando la tumba de sus dos amigos, ni la duras palabras de una joven que se vio envuelta, y ahora es amargura —No fue tu culpa, Eijiro. 

Su vista se humedeció ligeramente,las palabras que necesitaba oir enfriaron sus pensamientos negativos.Al mirar a Uraraka creyo ver una mirada comprensiva.

—Mucha gracias. Será mejor que volvamos, limpiaré este desastre después de escoltarla

Ella se inclino en gratitud. Ambos partieron, si vieran más allá posiblemente pueda llegar a ser algo más. 

—Espero me viste, Capitán —Fue lo último que dijo aquella princesa que una vez vino por amor a Smargardus.

—Yo esperó verla sin ese velo en su rostro a cambió — Si sus ojos carmesí no le engañaban, la joven había dejado mostrar un pequeña sonrisa tímida. 

El carruaje real partió del reino de Orchids, lejos de sus calles empedradas y sus flores esmeraldas.

 

Notas finales:

Curiosidades 

 

Este obra fue mi primer fanfic de bnha y de algo en general. Lo había tenido guardado en Wattpad desde el 2020 aproximado. Hasta que ayer, releyendo mis viejas historias y borradores, decidí terminarla, puesto que solo me faltaba el arco final. No se por que lo deje a medias en primer lugar :P

 

Tambien, esta obra se basa en la canción "El amante secreto"  de Lucy-chan.

 

Originalmente tenía planeado que Katsuki tratará de matar a Uraraka , Izuku se metería entre ambos y siendo herido, y  revelando que estaba en cinta.

 

Bakugou nunca supo eso de Izuku.


Lo que Uraraka contó sobre la muerte del peliverde, fue que alguien intento robarles, Izuku y Katsuki ( el último quien pasaba por allí) se enfrentaron al ladrón y murieron.

Yo bien friki del Señor de los anillos decidí meter latín, he aquí, plebeyos, el:

 

Glosario de términos

 

1.Orchids: Orquídeas.

 

2.Smaragdus: Esmeralda.

 

3.Rosebush: Rosal.

 

4.Amoe vitae meae: Amor de mi vida.

 

5.Dicitis ad me: Tu me dices.

 


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