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Cassis por Etsuyah_Kitazawa

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Notas del capitulo:

Algo muy extraño, no se confíen de las apariencias. No le daré un final feliz tan pronto...

Es más... ¿Final feliz?... ¿Eso existe?

xD... les dejo... ^^

-¿Dónde estarán?- Preguntó el chico pelirrojo, que llevaba puestos unos lentes igual de rojos que su cabello.

-No sé… quizás están matando a Sabu-chan…- El mayor esperó a ver la reacción del cantante, quien casi estalla en llanto histérico, haciendo show. De no ser porque reita le tapó la boca, se hubiera quedado sin voz para grabar.- Shhhss… Era broma, tontito. Tu perrito ha de estar bien. Seguro que ya se encontró nuevamente con sus papis.- Dicho esto, el bajista estalló en risa.

-¡¡¡Reita!!!- Ruki le gritó con furia en los ojos.

-Cállate cabeza de…- No alcanzó a articular la siguiente palabra, cuando fue asaltado por un grupo de chicas y uno que otro chico descarriado. Todos fans de Gazette, de seguro. Acosando al pobre y desconsolado rubio y al torpe pelirrojo, quien había sido un idiota boca de hipopótamo, haciéndoles preguntas indecorosas, pidiendo muchos y muchos autógrafos e intentando correr mano (Con resultados exitosos).

-¡Hey, me ha tocado mi…!

-¡Bajo~! ¡Señorita azafata!- Ruki llamaba a la mujer con desesperación, ahogado entre la muchedumbre.- ¡Si tan solo al estúpido manager se le hubiese ocurrido un avión privado!

-¡No te quejes, si esto es culpa tuya por boca-tarro!

-¡No es cierto!- Interrumpió el menor, ya rojo por los comentarios de las fanáticas, como: “Si son novios”, los comentarios de Reita y los múltiples “abusos” que con él se cometían entre uno que otro agarrón.

-¡Ya cállate, no seas pendejo!

-¡¿Ahora quién es el pendejo?!

-¿En verdad son novios?... Se pelean y todo.- Exclamó emocionada una chica con una pequeña cámara de video. Los chicos se quedaron procesando un momento, marcando ocupado, para luego sonrojarse de pies a cabeza. Al parecer una niña había subido al avión a la fuerza, al oír que dos ocupantes del mismo se trataban nada más y nada menos que de Ruki y Reita de Gazette, por lo que fue bajada del avión por un guardia, a la brevedad. El lugar fue poco menos que evacuado. Cuando la azafata que ayudaba a despejar la zona, se percató de un pequeño gran detalle. Haciéndoselo saber a los chicos, in fraganti.

-¡¡¡¿¿¿QUÉ???!!!- Gritaron al unísono, mirándose con desconcierto.


...


Kai estaba sentado en un cómodo asiento, dentro de una cabina, junto a Uruha. Aoi se encontraba fumando fuera del lugar. Había que aprovechar antes del vuelo, ya que el avión, pese a ser privado tenía como regla número uno: “Prohibido fumar”. En eso, se oyen dos voces y pasos acercándose.

-¡Al fin llegan!- Les dijo a modo de saludo, Aoi.

-Es que nos equivocamos de avión…

-¡Reita!, se supone que no debías decirlo…- Protestó el chico malo de la banda, rojo cono tomate.

-Pero si fue tu culpa. Aparte casi nos comen las fans y uno que otro descarriado... Me debes una disculpa.

-¡Pero Rei!, admite que el de polera celeste era lindo.

Aoi los miraba con frustración. No entendía ni una palabra de lo que decían, no se explicaban y para qué preguntar. A Reita parecía que le hubiesen dado de comer balas, ya que miro con algo de repulsión al pelirrojo, luego de su acusatorio comentario.

-¿Ah, sí?, entonces ve y cásate con él.- Bufó subiendo las escaleras a grandes zancadas.

-¡Espera!- El pelirrojo lo siguió a paso rápido, pero dando pasos un poco más cortos que los del rubio.

-¿Y quién te va a soportar cuando hablas dormido? ¡Nadie!, Reita no… Nadie más es capaz de oír con paciencia tus declaraciones y que prefieras a tu perro en vez de a...- Reita guardó silencio. Tomando aire para continuar, sin percatarse de que se acercaba al lugar en donde estaban Kai y Uruha.- ¿Quién te va a contar cuentos gay con finales felices, para que te quedes dormido cuando te da insomnio? ¡Yo no!- Reclamaba ya muy bien plantado en el avión.

-Reita…- La voz cansada de Ruki pedía privacidad.

-¿Y quién te va a querer aunque estés borracho y te pongas a llorar diciendo “no me quieres”?- Reclamó a toda voz, imitando la voz del vocalista ebrio.- ¡¿Quién va a aceptar que te guste hacerlo de cabeza porque es “más rico”?! - A estas alturas el piloto del avión estaba traumado oyendo todas esas revelaciones.

-Reita…- Al parecer el rubio aún no se daba cuenta de que Aoi los seguía en silencio, y continuó abriendo una puerta, que daba a la cabina.

-¿Y quién va a dejar pasar una noche pasional porque te quebraste una uña, viste un perrito atropellado, estás llorando desesperadamente por no encontrar tu crema para cabello o esta se te acabó? ¡Dime quién demonios lo va a aguantar tan solo un día! Nadie más que yo, ¡porque te acepto que prefieras salir a pasear con Sabuchan a tener sexo conmigo!

-¡¡¡REITA, PARA DE UNA BUENA VEZ!!!- Ruki estaba casi morado, Aoi se reía descontroladamente, mientras veía los rostros impactados de Kai y Uruha.

-¡Ah! Y una co-cosa… m-más… ¿Desde cuándo están aquí, chicos?

-Hemos estado el tiempo suficiente como para haber oído todas esas perversiones que salieron de tu gran bocota.- Aoi no ahogaba ninguna de sus carcajadas.

-Eres una aberración para los “seme” del mundo, Reita.- Proclamó Kai solemne, pero decepcionado a la vez.

-Oh… Por Dios, sólo olvídenlo.

-Pero… ¿Cómo olvidar esto?- Aoi sintió cómo las miradas desaprobatorias se posaban en él.-... Uhm… OK…

-No te preocupes, Reita.- Uruha sonrió dulcemente, sabiendo contener su risa. Todos se sentaron en unos asientos alargados y cómodos, que se encontraban frente a frente en el cuarto. En el primero, junto a la ventana estaba Ruki, junto a él un sonrojado Reita, lo abrazaba por sobre los hombros. Kai junto a ellos, en una muy incómoda posición. En el frente: Uruha, quien miraba por la ventana perdido en sus pensamientos. Aoi a una cierta distancia de él. Miraba de reojo a su compañero de asiento, no quería hablarle mientras los otros estuviesen ahí, el ambiente se tensó un poco. Cualquier persona que hubiese estado en la división de sus lugares, hubiese deseado estar en el lugar de Kai.

Al poco tiempo de despegado el avión, el aburrimiento y el sueño se hicieron presentes. Kai se desperezó, mirando al par a su lado.- ¿Vamos a las habitaciones con cama y hacemos guerra de almohadas?

A Reita no le vino mal la idea de distraerse un rato, aunque la idea le pareció algo descabellada, viniendo de parte de alguien tan serio como lo era el baterista. Aún así, aceptó, cuando pudo comprender el fin de esto: Dejar a la otra pareja, para que hablaran y solucionaran sus diferencias. Rápidamente y en un movimiento cortante y a la vez sensual tomó a Ruki por el cinto, despertándolo.

-¡Cómo eres malo!- Rezongó el menor, acurrucándose nuevamente en su lugar. Pero Reita, quien en fuerza le superaba, logró quitarlo y llevárselo a rastras.






Habían pasado casi diez minutos desde que los tres chicos habían salido de la habitación. Ni Uruha, ni Aoi se molestaban en violar aquel reinante silencio de la habitación. Sus miradas estaban fijas en dos puntos opuestos, sin toparse en ningún momento. De vez en cuando, el pelinegro miraba por el rabillo del ojo en dirección a Uruha. A su vez, el castaño hacia lo propio, mirando hacia el lugar en donde se encontraba Aoi, rogando mentalmente porque éste rompiera el incómodo silencio.

-Vaya, se pusieron de acuerdo por nada.- Comentó finalmente.

-De todos modos en algún momento íbamos a hablar…- Dijo luego de varios cuestionamientos sin resolución alguna, el mayor.

-¿Y eso qué? Yo no voy a descargar mi rabia en ti… No soy de esa clase de persona.

-Uruha… ¿Quién demonios crees que soy?, digo… ¿Por quién me tomas?

-¿Es necesario que te responda?- Repuso bruscamente.

-¡Respóndeme con una respuesta, no con una pregunta!- Al darse cuenta de lo alterado que se había puesto (y por nada), el menor retrocedió un poco. Tomando una buena distancia de Aoi.- L-lo siento… No quise gritarte.

-Ya me gritaste.- Dijo con resignación, volviendo a acomodarse.

-Uruha, perdón… De verdad yo no… Yo te quiero mucho y… pues…- Aoi, nervioso intentaba llegar a algún lado, pero sus frases eran incoherentes o incompletas.

-¿Y…?

-Y… etto… Yo quería que tú, bien… si no quieres yo entenderé…

-¿Qué me acueste contigo en el avión?

-¡Uruha!- Aoi le miraba enojado.- ¿Le hubieras dicho eso a cualquiera que estuviera en mi lugar, actuando como yo?

Al parecer, el pelinegro no midió sus palabras, la magnitud del problema se intensificaba cada vez más, a medida que abría la boca para querer disculparse. Cada cosa que decía o hacía, dilataba aún más las cosas. Uruha se había quedado estático, casi sin respirar.

-¡¿Acaso insinúas que soy un cualquiera?!

-¡No!, lo que quiero decir es que… te… yo… sólo te diré esto, sino te enojas conmigo aún más. Perdóname por favor, Uruha…

-Es que… Ahm… Yo…- Recordaba lo que Kai había dicho.- Bueno… Te perdono.

-¡Qué bien!... Abrazo~- Gritó eufórico Ruki, que se asomaba por la ventana que daba al pasillo.

-Ruki.- Aoi cerró rápidamente las cortinas, mientras Uruha miraba distraídamente por la ventana. El de cabellos color azabache, se acercó a él apoyándose en su espalda, deslizando sus largos dedos por la misma.- Uruha… No siento que me hayas perdonado, realmente.

-No lo sientas… Nadie te ha pedido que lo hagas, yo sólo te dije que te perdonaba. ¿Por que eres tan perseguido?- Dijo zafándose del agarre.

-Pero… ¿Quieres que te compense por mis faltas?- Le dijo deslizando sus ávidas manos bajo las prendas del castaño, besando suavemente su cuello.

Uruha se estremeció, sintiendo cómo el otro se posesionaba poco a poco de su frágil y delicado cuerpo en aquel asiento.- Aoi… no, acá no… Nos pueden ver…- Dijo mientras hacía intentos por soltarse. Necesitaba hacerse de rogar… o tal vez de verdad no quería estar con él. Sólo un poco más, quizás… no quería ser la presa fácil. No otra vez…

-Vamos… Los chicos están en la habitación de al lado… ¿Qué más puede pasar?- Argumentó quitándole la polera.

-Pero, Aoi… Yo NO quiero, menos en un avión…

-¿Por qué? ¿No te parece excitante?- Sin tomar en consideración las casi suplicas del menor, continúo en su labor de besar apasionadamente su espalda, dejando la trayectoria recorrida por la misma con su saliva. Claramente la delicada y tersa piel de Uruha estaba lleno de succiones y otro tipo de marcas hechas por él.

-Aoi… ¡No me hagas esto!- Aún estaba tratando de hacer entrar en razón al pelinegro, cosa que pese a sus esfuerzos, parecía algo inalcanzable. Continuó en su forcejeo, logrando más resultados que antes.- Aoi… ¡PARA!

-OK… Cómo molestas… ¿Quieres que hablemos? ¿Qué nos tomemos un tiempo? ¿Qué cosa?

-…- Uruha se quedó marcando ocupado, mientras procesaba lo que Aoi le decía.

-Hm… Entiendo, entonces no hay nada más que hablar.- Dicho esto, cesó su agarre sobre el castaño y se retiró de la cabina indignado, dejando a Uruha confundido y con ganas de tirarse por una ventana. Pero como ésta tenía seguro, desistió. Sentóse en su asiento a pensar. ¿Por qué le pasaba esto? ¿No debía ser él quien estaba molesto?



Continuará...
Notas finales: Les duró poco la felicidad... Soy tan malula XD

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