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FEARLESS por Rayn Hiwatari Kon

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Notas del capitulo:

Bien, Primeramente quiero disculparme con mis escasos pero fieles lectores ante la tardanza del capítulo cuatro; he estado algo apurada y ocupada, por lo que no he tenido ni tiempo ni inspiración

Pero ahora puedo escribir y les prometo que el quinto estará mas pronto de lo que esperan n,n

Sin mas...¡El capítulo 4!

 

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 FEARLESS

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Cap. 4. SURPRISE

 

-¡¡ACE!!-exclamó el joven capitán mientras se apartaba del resto de sus compañeros, entre gritos y tropezones corría con dirección a su hermano.

Éste mismo le tenía los brazos abiertos, recibiendo al pesado chico con alegría, comenzando a revolverle la cabellera tras retirarle el sombrero de paja, cada uno con sus brazos rodeando al otro por los hombros, lanzando carcajadas sin razón aparente; al menos para el pequeño felino que seguía inmóvil frente al rubio recién llegado.

-¿Qué hay, Luffy? Tanto tiempo sin verte, mi revoltoso hermanito-dándole un coscorrón en la coronilla, rodeándole el cuello con su brazo mas el menor ni siquiera intentaba escapar, más bien dejó ambas manos en el brazo que le tenía preso, no dejando de reír abiertamente.

-Lo mismo digo, Ace. Ni siquiera tenía idea de que conocías éstas islas-mencionó inocentemente, moviendo su colita con bastantes ánimos, manteniendo las curiosas orejitas en alto ante de arrebatarle su preciada pertenencia al mayor para colocarla de nuevo en su cabeza.

Le miraba con exceso de curiosidad, esperando su respuesta; mas lo vió soltarse por completo, con la cabeza colgando tanto como sus brazos, dibujando nuevamente una expresión de alegría en su boca, dejando a sus manos sujetarse las caderas, llegando a su altura y dándose vuelta a sus amigos y presentes, palmeándole la espalda y haciéndole caer XD.

-Parece que se ha quedado dormido-dijo sin mas, cual si fuese el suceso más común sobre la faz de la tierra; mas ningún otro compartía sus ideas, pues todos terminaron en el piso o con una gota de sudor resbalando desde sus sienes, golpeándose la cabeza o tan sólo suspirando; pocos de ellos acompañaron aquella sonrisa ante la gracia que les provocaba, carcajeándose los dos niños mientras se sostenían del vientre, burlándose claramente del hermano del supuesto capitán pirata.

-No se quien de lo dos es más insoportable: si Luffy o su hermano mayor...-murmuró el pelinegro mientras se golpeaba ligeramente la frente, observando aquel espectáculo

-¿Es tu hermano, Luffy?-la voz del pequeño rey captó la atención del capitán, quien se volvió a él mientras se acomodaba el sombrero, asintiendo energéticamente

-¡¡¡HAI!!! Él es mi hermano mayor, Portgas D. Ace-afirmó con orgullo, golpeando su pecho con el puño y la cabeza en alto-es parte de la tripulación de Barba Blanca, un pirata muy fuerte ¡¡pero no se compara a mí!! ¡¡Porque yo seré el rey de todos!!

-¿¿Rey de piratas?? ¿¿Qué clase de aspiración es esa...??-el oji morado estaba incrédulo, con una ceja levantada y los brazos cruzados, torciendo sus finos labios en una legible mueca, antes de que la persona que menos esperaba le contestase sus cuestionamientos

-Un sueño bastante importante, he de supone yo-un tono sutil, apacible y con cierto cariño impregnado salió del rubio de larga cabellera, volviéndose a todos los piratas que parecían ponerse la mayor parte en guardia, más él no movió un solo músculo, tan sólo amplió su gesto-es al mismo que Gold Roger aspiraba cuando pasó por Grand Line. Fue considerado como el mejor, supongo que éste chico quiere seguir su ejemplo; quien sabe, tal vez superarlo

-¡¡NO!! ¡¡Tal vez, no!!-Aseguró Luffy orgullosamente-yo se que seré el mejor de los piratas, ¡¡incluso mucho mejor que el mismísimo Rey actual!!

-Eres demasiado escandaloso, no lo crees ¿Luffy?-cuestionó Ace mientras volvía a despertarse, enderezándose con las manos introducidas en su pantalón, largando un bostezo que dejó sin duda sorprendidos al resto.

-¿Y tú cuando te despertaste?-cuestionó Zoro con su común tic en el ojo, cruzado de brazos y con una venita saltando; podía ser un gran pirata, pero también era tan extraño o tal vez mas que su mismo hermano pequeño.

-¡¡Ahhhh!! Si yo siempre he estado despierto-aseguró el pelinegro con amplia sonrisa, colocando una de sus manos sobre la cadera, rodeando al menor con la cicatriz debajo de su ojo por los hombros, imitándole éste mismo antes de comenzar a reír ambos estruendosamente, dejando a los de aquel reino bastante extrañados y a la tripulación del sombrero de paja largando un suspiro de pesadez; de todas maneras, no habían logrado descubrir que era exactamente lo que su capitán pensaba y dudaban que pudiesen descubrir algún tipo de sentido común en él.

-Se nota que son hermanos-celebró el pequeño renito sonriendo de oreja a oreja, con Ussop asintiendo constantemente de brazos cruzados y dejando al resto en silencio, en especial al confundido y pequeño rey, al cual le empezaba a pegar un terrible dolor de cabeza por la confusión.

-Para nuestra desgracia...-complementó la pelirroja antes de largar un suspiro, posiblemente de fastidio o cansancio, aunque no pudo evitar que una diminuta sonrisa se asomase por sus labios al ver la relación entre ambos piratas pelinegros, volviéndose al resto de la tripulación con una mano en la cintura-Bueno, lo mejor es que nos marchemos a las habitaciones en las cuales el Rey, Ritsuka-kun, nos ha dejado hospedarnos por hoy.

El pequeño rey pareció regresar su conciencia al mundo material y parpadear un par de ocasiones antes de siquiera asimilar las palabras brotadas de los labios de la navegante, recordando sus propios labios moviéndose a favor de aquello, por lo que tan sólo atinó a asentir despistado, desviando la mirada a un costado suyo, con su colita meneándose constantemente ante el nerviosismo, evitando cualquier contacto visual con aquel hombre de cabellera rubia cuyos ojos estaban penetrándole meticulosamente, haciéndole bajar sus orejitas y volver a su trono.

A pesar de eso, dicho hombre seguía observándole con un gesto de satisfacción, volviéndose a quien fue su acompañante toda la travesía y cruzar miradas por algunos momentos, en los que ninguno de los presentes sabía que clase de conversación silenciosa sostenían el uno con el otro, despertando principalmente la curiosidad de un gatito negro con sombrero de paja.

-Nos veremos en otra situación, Ace-se despidió con una reverencia que el pelinegro correspondió con una mano en la bolsa de su pantalón y la otra palpando el filo de su sombrero, sin apartar aquellas facciones que denotaban complicidad en ambos hombres.

-Lo mismo digo, Soubi. Con su permiso...-sin más, fue el primero en evacuar, seguido por tres seres de cinco que habían guiado a los tripulantes del Merry y culminando con los aludidos, guardándose sus dudas para momentos mas privados, donde pudiesen cuestionar a Portgas acerca de su presencia en un lugar como aquel.

Tras ello, el último en evacuar fue Zoro.

Volvió sus orbes azabaches al chico que se había quedado de espaldas al recién llegado, con sus orejas bajas y la colita moviendo tan sólo la punta, estremeciéndose al punto en que sus propios ojos podían captar aquellos movimientos pese a la distancia, optando por darles el espacio necesario para conversar de asuntos que a ellos no les concernían.

-Me temo que aquí nos separamos-la voz de la chica pelinegra picó su curiosidad, volviendo sus ojos a ésta, la cual le tomaba de la mano al muchacho de ojos eléctricos y reconfortantes, ambos sonriéndoles cual si se tomasen las confianzas que un conocido de vario tiempo podía tener-No es nuestra tarea el llevarlos a sus cuartos

-Fue un placer conocerlos-Nanaya alzó la mirada tras hacer ambos hecho una reverencia, caminando hacia el pasillo derecho, oscuro ante la falta de antorchas y el anochecer que se avecinaba, cargando el ambiente de una extraña tensión

-¡¡BYE BYE!!!-despide el pequeño renito mientras movía su pequeñita pezuña de un lado a otro, estando la restante alrededor de su boca para que le escuche como cual altavoz

-¡¡NOS VEMOS LUEGO!! ¡No olviden al capitán Ussop!-

-¡¿Quién dijo que tu eres el capitán XD?!-volvió a reclamar Luffy mientras correteaba a Ussop, más sin olvidarse de despedir a sus nuevos amigos, regalándoles una sonrisa que prometía verlos pronto

-Parece que ya se fueron-susurró Robin mientras jugueteaba un poco con la punta de su sombrero, distinguiendo como ambas entes se perdían en la lejanía de aquel lugar

-Y nosotros seguimos aquí-replicó Nami con un suspiro, aunque no tenía el suficiente valor para repelar u oponerse, de todas maneras ella era invitada en aquel palacio, y el pequeño rey les prometía darles refugio, comida y vestido, lo menos que podía hacer era comportarse a la altura

-¿¿Y si buscamos a alguien que nos guie??-sugirió Ace mientras se arrimaba a donde el resto, dejando todos a un lado la pequeña niña de cabellera rosada que cargaba con ella un portapapeles.

-Supongo que eso no será necesario-comunicó llamando la atención de todos la voz de cierto rubio que usaba un tono meloso y cariñoso en su timbre-tenemos a la joven Yuiko-chan, ¿no creen?

Sonrió antes de volverse a la pequeña, quien al sentir todas aquellas miradas analizándola comenzó a asentir con un ritmo bastante nervioso y rápido, sacando unas cuantas interrogantes de algunos miembros y otras sonrisas enternecidas del resto.

-Si-Síganme...-alentó nerviosa, pero haciendo su mejor esfuerzo por intentar mantenerse firme, comenzando su andar por uno de aquellos pasillos que llevaba al ala donde dicho grupo se estaría hospedando los próximos días.

Todos y cada uno de ellos la siguió sin rechistar: los primeros, como de costumbre, eran Luffy, Chopper y Ussop, con una pequeña variación ya que Ace se agregaba a dicho escuadrón; siguiéndolos estuvieron Nami, Sanji y Robin, con el segundo ya fuese coqueteando o simplemente conversando con sus chicas, sacando una que otra risa de la morena quien disfrutaba de tan amenas conversaciones y entretenida compañía; para culminar con el terco y malhumorado de Zoro, quien tan sólo refunfuñaba y fruncía el ceño inconforme ante la visión que se presentaba frente a él.

Era demasiado molesto tener que soportar a ese cocinero pervertido ya a diario como, para rematar, estar caminando delante de él a cada instante mientras que coqueteaba como usualmente lo hacía con las muchachas.

Si, sabía que era una costumbre y maña ajena, pero la sangre le hervía y le hacía rabiar cada que parecía actuar como el perro faldero de Nami, tenía consideración por Robin, al menos ella no colaboraba para quitarle la poca dignidad que tenía aquel remedo de Don Juan.

Además...no podía ignorar el detalle de observar los sitios donde su cola y orejas debieron haber aparecido, tanto en él como la bruja tacaña pelirroja que iba delante suyo, tratando de ignorarlo o, sencillamente, siguiéndole el juego para esperar que se callara, o al menos eso es lo que quiere dar a parecer...el que ambos estén sin aquellos accesorios le hace bastante sospechoso.

‘Pese a que no sea necesario que hayan hecho esas cosas entre los dos, ¿verdad?'

Ese era su pregunta...aunque no lo dudaba, como uno siempre le rondaba a la otra como mosca, probable y en algún momento del viaje haya logrado su objetivo; tal vez cuando se separaban al llegar a tierra, en la vigilancia del rubio ó cuando nadie les ponía la debida atención.

-No veo ni siquiera el porqué debo preocuparme por eso...-susurró en voz alta para sí mismo, dejando que un suspiro huyera de entre sus labios y bajaba instintivamente las orejas por el cansancio mental acarreado  al pensar tantas posibilidades, de las cuales no estaba seguro de ninguna. Puras especulaciones de su mente ociosa, de todas maneras-No soy quien para criticarles, a mi poco me importa lo que esa arpía y el cocine rucho hagan o dejen de hacer.

Ó, al menos era de lo que intentaba convencerse así mismo. Últimamente el rostro de Sanji había estado apareciendo en sus pensamientos constantemente, tal vez era la falta de personas que se atravesasen en su vista, de contrincantes o interacción social; el exceso de entrenamiento, la falta de que hacer...podían ser varias opciones, aunque siempre que intentaba convencerse de alguna, resultaba inútil...como si refutase la sola posibilidad.

Meneó su cola de un lado a otro, observando a los costados para poder apreciar el acompasado movimiento de ésta. Parecía un chiste el verse con objetos tan peculiares que resultasen naturales en sí. Podía comprobarlo al jalarse cualquiera de éstos, sus nervios accedían ante las sensaciones de dolor o gozo, dependiendo de la acción...aunque prefería mantener algunas cosas escondidas en secreto; de todas maneras, nadie tenía porque enterarse de las situaciones bochornosas que podía padecer su trabajado cuerpo.

-Estoy pensando demasiado en eso...-se repitió a sí mismo mientras tomaba con una de sus manos la esponjosa cola verde, observando como la misma punta se movía por inercia, alimentando su curiosidad, queriendo saber como de un momento a otro era una persona común y corriente y ahora era una rara variación de felino...

-Cualquier cosa es demasiado pensamiento para ti, ¿No crees, marimo imbécil?

Aquella voz sacó de sus razonamientos momentáneos al espadachín, quien se giró sorprendido al rubio, comenzando a toser puesto que el humo de tabaco había dado de lleno en su cara, enfureciéndole más de lo que ya estaba con el último comentario.

-Eso debería decirlo yo, cocine rucho de mierda-replicó mientras saltaba una vena de su sien, amenazando ambos con comenzar otro combate campal, de no ser porque les estaban perdiendo el rastro al resto de sus compañeros.

Ambos apresuraron el paso entre discusiones y comentarios que no tenían algún sentido aparente, alcanzando al resto que se habían detenido a esperarlos frente a una enorme puerta de cedro decorada meticulosamente con la forma de una mariposa distribuida en cada uno de los sectores del rudimentario mural.

En cada una de las cuatro alas, parecían estar dibujados el símbolo del viento, la tierra, el fuego y el agua; situándose al centro un pequeño islote que conectaba todas y cada una de ellas, dibujando una luna en cuarto creciente con varios pilares rodeándole.

Dicho mural plasmado en madera levantó el interés de los piratas, en especial de la joven arqueóloga, la cual se aventuró a observar a su guía, quien acariciaba el picaporte de oro distraídamente, sonriendo mientras centraba toda su atención en el sector que tenía el signo del viento, uniendo cabos sueltos para sí misma. Posiblemente luego logre investigar acerca de aquel interesante cuadro.

-Eh... ¿Yuiko-chan?-

La voz de Chopper sacó a la chica de sus pensamientos, volviéndose a ellos enteramente sonrojada, apenada por haber estado absorta en su mundo y dejándolos a un lado, colocando una mano en su nuca y ejerciendo mil y un reverencias a modo de conseguir el perdón de todos.

-Lo... ¡Lo lamento!-exclamó ocultando sus orbes cerúleas bajo la piel de los párpados-en serio, lo siento tanto, parece que me dejé llevar.

-¿Te gusta ésta obra de arte?-Robin posó sus dedos delgados y finos sobre el hombro de la damita, quien alzó sus orejitas y movía su cola emocionada, asintiendo cual pequeña niña mientras sus ojos se iluminaban aniñadamente.

-¡¡SI!! ¡¡La adoro!!

Por un momento pensó en decirles la razón por la cual adoraba dichos grabados, pero supuso que su querido Rey no había mencionado nada acerca del reino y el continente por alguna causa específica.

Se tragó sus palabras y les volvió a dar la espalda, sosteniendo la tablilla con pergaminos bajo el brazo y dejando ambas manos en las manijas doradas, girándolas y escuchándose claramente el rechinido de los metales al ser abiertas las puertas, dándoles paso a una sección iluminada por mas antorchas, ramificando el pasillo en varios caminos custodiadas por varias entradas.

-Cada una de éstas puertas lleva a una habitación-explicó antes de volverse a sus invitados, quienes le escuchaban con atención-la primera de mi derecha es para las señoritas Nami y Robin; la continua-mostrando otro camino más, pues la alfombra seguía a través de ésta, a comparación de con los cuartos, en los cuales era inexistente antes de llegar a la madera-es un pasillo que lleva al jardín trasero o a la biblioteca. Los diferenciarán fácilmente, cada arco de pasillo tiene los indicios del sitio al cual se encaminan.

Menuda información fue agradecida por la morena con un asentimiento, colocando sus delicados dedos en el filo del sombrero que aún llevaba en su cabeza, ocultando las felpudas orejitas oscuras. Pero no sólo ella parecía contenta por la noticia, unos ojos azabaches también relucían de interés.

-A mi izquierda se haya la habitación para Luffy-san y Ace-san-ambos hermanos celebraron palmeando la mano del otro, más tan sólo el capitán daba de brincos alegremente, enrollándose literalmente hablando a su compañero de cuarto; quién, en vez de enfadarse, quedó inmutable, acompañando las carcajadas con sus risas. Sucesos inentendibles para el resto de las personas normales, RELATIVAMENTE hablando-la siguiente pertenece a Chopper-chan y Ussop-Ambos se miraron mutuamente, tan sólo mostrando su conformidad con una pequeña sonrisa pelando los dientes, cruzando sus ojos con los primeramente nombrados, tornando sus sonrisas a unas que reflejaban las travesuras que planeaban-Y...

-¿No me digas que tengo que...?-mas antes de terminar su queja, Zoro fue interrumpido por la afirmación de la niña, quedando tanto él como el cocinero realmente inconformes.

-Si, Zoro-san. Usted comparte la habitación con el joven Sanji...

Aquel nombre lo murmuró algo ruborizada, pues el rubio no dejaba de ser atento y coqueto con ella, absorta de que dicho comportamiento lo tomaba con cualquier muchacha bonita que se cruzase bajo sus perversos ojos.

-Esto tiene que ser una broma...-Sanji estaba tan ó más inconforme que su compañero, volviéndose a éste quien imitó la acción por mera inercia.

Una vena saltó de la frente de cada uno de ellos, pelando los dientes y preparándose para un combate campal; hasta el segundo que fueron pateados contra la puerta de la habitación que compartirían, quedando estampados y resbalando sus cuerpos por ella hasta que los traseros permanecían en alto y las mejillas aplastadas contra el frío suelo.

-Si van a discutir, háganlo en su residencia-replicó Nami tras sacudirse sus prendas, teniendo de fondo a la morena riendo divertida y los dos miedosos ocultos a espaldas de los hermanos D.-si me fastidian en algún momento...-afilando sus ojos y siendo rodeada por un mortífera que hizo temblar a todos menos a Robin-desearán no haber nacido...¿Me entienden?

-¡¡¡HAI!!!-asintieron no sólo Zoro y Sanji. Ussop, Chopper, Luffy, Ace y Yuiko los acompañaron temblando de pies a cabeza, entrando cada uno a sus respectivas guaridas.

La pequeña, al ver que las puertas se le cerraban se angustió, regresando a su memoria que ella no descansaría por aquel sector, huyendo ante la puerta principal sin dejar rastro alguno mas que su polvo, mostrando a la oji castaña con una mirada por demás complacida y sus manos tomándole las caderas.

-Bien, ¡Eso fue fácil!-exclamó antes de sacudir sus manos y mirar a la arqueóloga-vamos al cuarto. Ya quiero probar la mullida cama y darme un baño exquisito con aromas y aceites relajantes.

-Por el momento, yo difiero en tan agradables planes, señorita Navegante-murmuró ésta dándole la espalda mientras que el movimiento de la gabardina afelpada y lila se perdía por el pasillo anteriormente nombrado-iré a explorar un poco la zona; especialmente la biblioteca. Volveré en unas cuantas horas.

-Hn...bueno-murmuró ella mientras se levantaba de hombros y abrió la puerta del cuarto, ingresando en éste-te dejo a ti la tarea de investigar, Robin-hablando para sí misma, sabiendo de antemano que aquella era la intención de la doncella pelinegra-aún tengo curiosidad por saber en que clase de lugar hemos caído...

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Sus respiraciones agitadas eran el único sonido que lograba escucharse en aquella vacía habitación, recostados sobre la puerta y sosteniéndola cual si cuidasen que un monstruo no se atreviese a poner siquiera un paso dentro de la estancia.

El primero en calmarse fue Sanji, algo extraño pues solían invertirse los papeles en dicha tarea.

Se volvió a su acompañante, quien había cerrado sus ojos, introduciendo y evacuando el oxígeno de sus pulmones en un ritmo tranquilizador y suave, resbalando diminutas gotitas de sudor frío por su morena piel, perdiéndose camino al cuello y desvaneciéndose definitivamente al tener contacto directo con la prenda blanca.

Las orejitas peludas alertas, como la colita verde, estaban levantadas y estáticas, mostrando que el susto aún prevalecía...pudo darse cuenta que estaba mas aliviado cuando sus mismos accesorios volvieron a un estado normal, confirmándolo con la aparición de los azabaches a ritmo pausado, habiendo dejando de lado todas sus defensas.

Una sonrisa imperceptible e involuntaria se apoderó de él por escasos hasta caer en cuenta de sus propias reacciones, dándose una cachetada haciendo un intento para despertarse del sopor en el cual se había visto sumido.

¿Qué fue todo aquello? Había repasado todos y cada uno de loa movimientos ejecutados por el cabello de pasto. Eso no era normal...¡¡en lo absoluto!! Debía haber una explicación lógica. Posiblemente el cansancio y los sucesos repentinos a manera consecutiva le estaban atrofiando el cerebro.

-¿Y a ti que te pasa?

Zoro parecía algo extrañado, aún mas cuando el ojo azabache, libre de las hebras rubias, lo examinó con incredulidad antes de gritar y jalarse los cabellos sumido en la desesperación.

-¡¡¡AGH!!! ¡¡¡ESTOY CAYENDO EN LA LOCURA!!!-exclamó para sí mismo antes de dejarse caer boca abajo en la cama, royendo la almohada con furia bajo la mirada expectante del mayor.

-Concuerdo contigo...-musitó frunciendo el seño repasando el lugar con la mirada.

Las luces estaban apagadas, pero era capaz de percibir el espacio amplio y elegante que los rodeaba: una alfombra color azul índigo con múltiples detalles en dorado o plateado; cortinas del mismo color, aunque con una variante de tono, cubrían los ventanales amplios, poseedores de una diminuta terraza. Un tocador con espejo, donde varios objetos como cepillos, pañuelos y demás estaban acomodados para el uso de los visitantes; además de dos muebles de noche a los costados de...de la...

-¡¿QUÉ?!

Su voz sonó tan incrédula que Sanji no pudo pasarlo por alto, tomando asiento sobre la superficie acolchonada y centrando su atención en el peli verde; quien no dejaba de señalar en su dirección, aumentando la interrogante en su mente.

-¿Y ahora qué...? ¿Es que hay otra desgracia de la que no esté enterada?-

-Estás acostada sobre él, imbécil...-revolviéndose los cabellos al momento que su cola se estiraba y las orejas se erectaban, avivando el mismo sentimiento Sanji-Mira a tus costados y dime si vez otra cama...

Dudoso y temeroso de la respuesta, tragó con fuerza y viró los ojos primeramente a su diestra para volverse posteriormente a la zurda, tragando dificultosamente y enfrentando su mirada con la profunda y asustada del espadachín, tapándose la boca respectivamente para ahogar otro grito que amenazaba con escapar de sus gargantas en tonos desgarradores.

No podía ser...no tan sólo les tocaba compartir la habitación; también tenían la mala fortuna de acomodarse en una misma cama.

 

CONTINUARÁ... 

 

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Notas finales:

Pues...espero que les haya gustado, esta cortito pero espero que al menos, aceptable. El proximo será mas largo así que no se impacienten.

Nos leemos luego!


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