Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Juunigatsu No Hana por Saiyi chan

[Reviews - 75]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +


JUUNIGATSU NO HANA


Capitulo 4.-


*************************************************


/// ¿Como se puede enmendar un error cuando no se ha podido evitar cometerlo?

Dicen que todo en esta vida ocurre por alguna razón… ¿pero es así o simplemente ocurre porque tiene que ocurrir? en ese momento, aquellas suposiciones no se me hacían más que ironía.

Algo tan frágil como el destino podía variar con tan solo una palabra, con una pequeña acción. ¿Y si el destino lo vamos construyendo a medida que vamos avanzando en nuestros pasos? Pero la realidad es que las acciones y actitudes de cada persona es lo que al final del camino nos dice como somos.///


“Ya hay alguien… a quien quiero de una forma especial…”

Aquellas palabras volvieron a resonar en su cabeza. Después de aquello, Tamaki tan solo pudo salir corriendo de la habitación; sin una explicación, sin una sola palabra, sin tan siquiera una mirada. Solo pudo huir en ese momento.

Ahora se encontraba en el salón principal del hotel junto a sus compañeros a excepción de Kyouya. Ni siquiera se preguntó por qué el moreno aun no había bajado a cenar, estaba demasiado ensimismado en sus propios pensamientos como para preocuparte de eso. A decir verdad, el hecho de que el joven Ootori no estuviera presente en ese momento le calmaba al menos un poco.

Aquello le resultaba demasiado raro… de nuevo había sentido la extraña necesidad de huir de Kyouya; de escapar de esa sensación de miedo e inseguridad consigo mismo que había sentido ante el muchacho de gafas al pronunciar esas palabras

Pero… ¿por qué? ¿Qué lo había llevado a reaccionar así? la cuestión era que Kyouya ya tenia a alguien a quien quería de una forma especial, ¿y qué? Él mismo también la tenia… estaba enamorado de Haruhi. Entonces... ¿Qué sentido tenia darle tantas vueltas al asunto? Quizás estaba celoso porque su mejor amigo ya había encontrado a alguien más especial que él, y eso podría significar que Kyouya se distanciaría dejando así de ser los mejores amigos que podían existir. Claro… seguramente era eso.

Tamaki trató de sonreír obligándose a tranquilizarse bajo aquel pensamiento. Simplemente se había sentido “apartado” de Kyouya al enterarse que había alguien más para el moreno. Pero si ya había encontrado una conclusión viable al respecto… ¿por qué aquello no le convencía del todo? ¿Cuál era el problema?


“…alguien muy cercano a mi”

De nuevo tembló y sintió como el corazón le daba un vuelco en el pecho. ¡Ese era el problema!. No quería ni imaginar de quien podía tratarse, simplemente tenia miedo de descubrirlo; Quizás porque inconscientemente, de alguna extraña manera, creía saber la respuesta.

Sus ojos azules estaban perdidos en una mirada distraída, y la expresión en su rostro se hacia visiblemente preocupada ante sus compañeros. Tamaki se llevó las manos a la cabeza, entrelazando sus dedos con el cabello rubio, alborotándolo. Y bajo la mirada confundida de los presentes, su rostro adoptó una mueca enfurruñada rozando la irritación.

-¿Qué le pasa a Tama-chan?- los ojitos color miel de Hani se mantuvieron fijos en el rubio, observando cada una de sus reacciones al igual que lo hacían los demás.

-Su cara ha pasado por más de veinte expresiones en tan solo un minuto.- Haruhi se mantuvo al pendiente del joven presidente, esperando alguna reacción más por su parte que les diera la respuesta.

-Eh señor, ¿no vas a comerte la tempura?- preguntó Hikaru con la intención de llamar la atención del rubio.

-Si no la quieres dásela a Bossa Nova-cchi.- bromeó el otro gemelo, recibiendo una mirada nerviosa por parte del pelirrojo.

-¡¡Es Kasanoda!!-

-¿Eh?- por fin Tamaki levantó la cabeza para sorpresa de todos. –si… puede comérsela si quiere.- sonrió fingidamente, provocando con ello que ambos gemelos se mirasen entre ellos.

-¡No me gusta la tempura- Kasanoda golpeó con ambas manos sobre la mesa, atrayendo la atención de Haruhi. –eh… lo… lo siento.- murmuró avergonzado cuando se encontró con los ojos castaños de la chica.

-¿No te gusta? Pues esta bueno.- la muchacha sonrió levemente sonrojada ante el sabor de aquella comida, que a pesar de ser servida en un hotelito de lo más humilde, parecía ser de muy buena calidad.

-Entonces… ¡comeré un poco!- y mostrando una actitud impetuosa, alcanzó una pequeña verdurita rebozada llevándosela a la boca.

-Casanova-kun, si no te gusta no es necesario que lo comas...- le muchacha negó con un movimiento de manos, pero para el pelirrojo ya era tarde.

Kasanoda terminó de tragar con dificultad. Y por un momento la expresión de su rostro se mantuvo inalterada… finalmente un tono verdoso coloreó su piel haciéndole adoptar una expresión asqueada.

-¡El baño!- con una mano cubriéndose la boca, se levantó de la mesa para salir corriendo.

-Eso no ha sido divertido…- comentó Hikaru en una expresión seria.

-No… si no es con mi señor no es divertido.- tras las palabras de Kaoru, ambos gemelos se volvieron a mirar a un nuevamente distraído Tamaki.

-Tamaki-sempai, no has comido nada, ¿te sientes bien?- Haruhi lo miró algo preocupada, recibiendo una sonrisa temblona por parte de su sempai.

-Tama-chan, ¿es que te duele la barriga?- preguntó Hani igualmente intranquilo.

-Parece que está como ausente…- en una actitud sigilosa, Hikaru se acercó a su hermano hablándole al oído, pero Kaoru tan solo se mantuvo en silencio observando a su señor.

-Esto... ¿sempai?- Haruhi se levantó de su sitio para acercarse al rubio, haciendo que este se encontrara de lleno con sus ojos castaños.

Sobresaltado ante la cercanía de la chica, Tamaki se echó hacia detrás, apoyando la mano de mala manera justo en el borde del escalón que daba a la terraza. Como consecuencia, el joven presidente del Host Club acabó cayendo de espaldas.

-Ite…- se quejó, tratando de acomodarse bajo la mirada resignada de sus compañeros. –Lo siento, estaba distraído.-

-Ya nos hemos dado cuenta de eso…- corearon los hermanos Hitachiin encogiéndose de hombros, provocando una tonta risita en el rubio.

-¡Ah! ¡Kyou-chan!- gritó un alegre Hani al ver como el moreno entraba en la sala.

El cuerpo de Tamaki se tensó incontrolablemente. Ni siquiera se atrevió a levantar la mirada ante el recién llegado; su sola presencia le hacia estremecerse, y en ese momento pudo asegurar que sus mejillas estaban completamente rojas al juzgar por el calor que sentía en ellas.

-¿Ya te encuentras mejor sempai?- Haruhi le dedicó una sonrisa, ante la cual, el moreno respondió con el mismo gesto.

-Si, mucho mejor…- enseguida sus ojos oscuros buscaron a Tamaki, hallándolo sentado en mitad de la terraza con la mirada clavada en el suelo.

El moreno adoptó una expresión seria y cuando tuvo la intención de sentarse, el joven presidente del Host Club se levantó de inmediato. Había tardado en bajar a cenar precisamente por eso… para dejar un poco de tiempo entre ambos tras lo ocurrido momentos antes, pero parecía que no había sido suficiente al juzgar por la reacción de su amigo.

Sintió como las piernas le temblaban ante la cercana presencia de Kyouya. No hacia falta mirarlo para saber que los ojos oscuros del muchacho estaban observándole, pero no lo pudo evitar; por un momento sus ojos azules se cruzaron con los del moreno, sintiéndose sobresaltado ante el breve contacto visual el cual no tardó ni un segundo en romper

-Yo he acabado de cenar, estaba delicioso.- el rubio sonrió ante los demás lo mejor que pudo.

El joven Ootori dedicó una rápida mirada al plato de su amigo, comprobando como este apenas había comido. Inconscientemente, alzó una mano con la intención de sujetarlo cuando este pasó por su lado, pero la sonrisa de Tamaki esta vez dirigida a él le impidió hacerlo.

-Kyouya, tienes mejor aspecto, me alegro.- el evidente nerviosismo del rubio fue obvio para el otro, quien solo se limitó a asentir en respuesta. –¡voy a tomar un rato el aire!- y apartando la mirada de los ojos oscuros de su amigo, salió de la sala.

Kyouya lo observó en silencio. Era obvio que las cosas no iban del todo bien entre ellos… ¿Cómo había podido cometer un error como ese? Prácticamente le había confesado sus sentimientos a Tamaki, o al menos no los había disimulado nada bien. Y para su mala suerte, el rubio parecía haberse dado cuenta de algo.

Por un momento culpó al hecho de que no se había encontrado bien durante todo el día, pero enseguida asumió que no tenia excusa; él, Ootori Kyouya, era el único responsable de sus actos y no un estupido estado febril.

Ahora Tamaki parecía evitarle. Quiso pensar que solo se trataba de un momento de confusión, que seguramente cuando despertaran al día siguiente todo volvería a ser igual que siempre. Pero… ¿y si no era así? Al menos podía dar gracias de que el rubio hubiera salido huyendo de la habitación, o de lo contrario, las consecuencias a lamentar seguramente hubieran sido mayores. Ahora ya no servia de nada lamentarse por lo ocurrido. Tenia que pensar en la forma de arreglar aquello.


*********************************************


La noche había caído por completo; una agradable noche de verano en la cual se podía oír cantar claramente a los grillos desde los jardines del hotel.

Tras pasear por la playa, Tamaki estaba de vuelta en el hotel…y eso significaba tener que enfrentarse al moreno nuevamente. Se detuvo frente a la puerta de la habitación con inseguridad, pensando que seguramente Kyouya estaba allí dentro.

-Vamos… tengo que hacerlo… ¡no puedo huir de él para siempre! Además, no hay motivo para hacerlo.- murmuró para si mismo, sonriendo irónicamente ante sus propias palabras.

Quiso alzar una mano con la intención de abrir la puerta, pero sus dedos parecían estar paralizados. Aquello le fastidió. Ya estaba empezando a cansarse de aquella situación tan absurda. Pero por otro lado... no solo habían sido las palabras; si no también aquella inquietante mirada en los ojos oscuros del moreno, como si con ella hubiera tratado de decirle algo…

Agitó la cabeza de un lado a otro con la intención de escapar de sus pensamientos, y cuando por fin se decidió a alcanzar la puerta, la voz de Haruhi le impidió hacerlo.

-Sempai… ¿qué estas haciendo ahí parado?- preguntó la muchacha con un aire confundido ante la extraña actitud del rubio.

-Ah… Haruhi... solo eres tú… jajajaja.- rompiendo en una tonta risita ante la chica, se llevó una mano tras la nuca.

-Estas muy raro esta noche…- los ojos castaños le dedicaron una mirada sospechosa, ante la cual, el joven presidente solo se puso más nervioso.

-¿Raro? Pero que dices Haruhi, son fantasías tuyas.- trató de restarle importancia, y por un momento la chica se mantuvo en silencio mirándolo de forma examinante.

-Si tú lo dices…- finalmente adoptó una sonrisa, la cual tranquilizó al rubio. –me voy a dormir, buenas noches Tamaki-sempai.-

-¡Haruhi espera!- la muchacha se detuvo en su intento por marcharse cuando Tamaki la sujetó de la muñeca, obligándola a mirarlo nuevamente.

No pudo evitar sonrojarse ante los grandes ojos castaños de ella, sintiendo en su estomago aquel revuelo de mariposas que siempre estaba presente cuando se encontraba tan cercano a la muchacha. Tímidamente bajó la mirada, acabando por soltar el brazo de Haruhi.

-Sempai ¿Qué ocurre?- preguntó con desconcierto, verdaderamente Tamaki estaba bastante extraño…

-Pues… solo quería saber si esos gemelos te están tratando bien.- murmuró en un tono infantil, mostrando una mirada inocente ante la muchacha. –ya sabes… un padre siempre tiene que estar al pendiente de su hijita…- ante esas palabras, Haruhi tan solo pudo sonreír de forma comprensiva.

-Puedes estar tranquilo, son menos pervertidos de lo que piensas.-

-¿Menos pervertidos?- enseguida su cerebro reaccionó ante la información. –¿cómo que “menos” pervertidos? ¡No pueden serlo ni siquiera un poco! ¿Qué cosas horribles te han hecho?, dime Haruhi, cuéntamelo todo.- el rubio acabó lloriqueando, recargándose de cara a la pared y apretando su mano derecha en un puño.

-*………………………. Ya debería saber que tengo que tener mucho cuidado con lo que digo delante suya*- pensó mientras lo observaba con cierto aire de molestia, acabando por suspirar resignada, en fin... así era Tamaki… ¿qué más podía hacer?

-¿En qué he fallado como padre?- se lamentó una vez más, quedando sentado en el suelo en una pose humillada.

-¿No crees que en vez de preocuparte por eso deberías preocuparte por arreglar las cosas con Kyouya-sempai?- ante la pregunta, Tamaki abrió los ojos de par en par, volviéndose a mirar a Haruhi.

-¿Cómo… lo sabes?- preguntó con algo de miedo.

–Bueno… no se que es lo que habrá pasado entre vosotros... pero por vuestra forma de actuar esta noche, es obvio que ha ocurrido algo.- alzando la mirada de sus ojos castaños, se llevó un dedo cerca de la boca en una actitud pensativa para sonreír seguidamente. –Sea lo que sea… seguro que podéis arreglarlo.- y ante la amplia sonrisa de la muchacha, las mejillas de Tamaki adoptaron un intenso sonrojo. –Buenas noches sempai.-

-Buenas noches… Haruhi…- murmuró mientras observaba perdidamente como la chica se alejaba.

Acabó por suspirar pesadamente, y clavando sus ojos azules de nuevo en la puerta de papel, la miró decidido, asintiendo a su vez. Haruhi tenía razón; debía arreglar las cosas con Kyouya, aunque en realidad... ni siquiera sabia que era lo que tenia que arreglar…

El joven presidente del Host Club se quedó paralizado cuando la puerta se abrió de golpe delante de sus narices. Por un momento pensó que se encontraría cara a cara con Kyouya, pero no fue así. En vez del muchacho de gafas, ante él se encontraba Beelzeneb, siendo sostenido por Nekozawa quien portaba una sonrisita un tanto maléfica.

-Hola Suou-kun… ¿vas a dormir?- preguntó casi terroríficamente, moviendo el muñequito de un lado a otro ante los ojos azules del rubio.

-Si... si…- murmuró algo nervioso mientras el otro muchacho pasaba junto a él.

-Cada vez falta menos para la terrorífica prueba de valor.- ocasionando un escalofrío en el cuerpo del rubio, Nekozawa colocó una mano sobre el hombro de este. –habrá una magnifica luna llena, así que ten cuidado…- ante esas palabras, Tamaki se giró de inmediato, encarándolo con desconcierto.

-¿Cuidado? ¿Por qué debería tener cuidado?-

-Porque podrían aparecer los hombres lobos.- y esbozando una sonrisa divertida ante el muchacho, Nekozawa se alejó de allí.

El joven presidente lo miró con una evidente molestia. ¿Se estaba burlando de él? ¿Quien en pleno siglo XXI seguía creyendo en los hombres lobos? Suspiró ignorando aquella tontería, volviéndose de nuevo hacia la puerta esta vez abierta.

-¿Kyouya? ¿Estas ahí?- susurró muy bajito, asomando tan solo la cabecita.

Con una mirada inspeccionó rápidamente el lugar, percatándose de que el moreno no se encontraba allí. Adoptó una mueca extrañada; pensaba que Kyouya había estado hablando con Nekozawa sobre la prueba de valor, pero al parecer allí no había nadie.

Finalmente se adentró en la habitación, y cuando se encontró algo más cerca de la puerta que daba a la terraza, escuchó un leve teclear. No había duda... Kyouya estaba allí. Tragó saliva con dificultad, y decidido se acercó a la terraza comprobando como efectivamente, su amigo se encontraba allí absorto en la pantalla de su portátil.

Esbozando una sutil sonrisa, Tamaki se recargó sobre la puerta tan solo observándolo, pero enseguida la voz del moreno le hizo sobresaltarse.

-¿Ya has vuelto?- preguntó sin volverse a mirar al recién llegado.

-Si…- su voz escapó tímida de entre sus labios, casi con miedo.

Lo miró. Kyouya ni siquiera le había dedicado una mirada. Aparentemente, el moreno se mostraba tranquilo como siempre; absorto en sus tareas pero aun así, pendiente de lo que él tuviera que decirle. El joven presidente se mantuvo en silencio en una actitud pensativa. Tenía que hacerlo; tenía que hablar con Kyouya sobre lo ocurrido o esa incomoda situación se acabaría volviendo verdaderamente insoportable.

-Oye Kyouya…-

-Ya falta poco para la prueba de valor.- bajo una sonrisa calmada, la mirada de los ojos oscuros se clavaron sobre los azules del rubio.

-Ah… bien…- titubeó nervioso, acabando por sonreír de forma inocente. –pero es que yo quería…-

-Aun faltan algunos detalles, pero estarán listos para entonces.- volvió a interrumpir el joven Ootori, centrando esta vez su mirada en la pantalla.

Tamaki parpadeó confundido, pero enseguida lo entendió. Estaba claro que Kyouya no estaba por la labor de hablar del tema. Así que ante aquella actitud por parte del muchacho de gafas, el rubio acabó molestándose.

-He estado hablando hace un momento con Nekozawa-sempai, y la prueba la haremos la última noche que pasemos aquí, cuando haya…-

-Cuando haya luna llena, lo se…- se adelantó a hablar graciosamente enfurruñado, acabando por darse media vuelta bajo la mirada del moreno. –me voy a dormir, buenas noches Kyouya.-

-Buenas noches…- murmuró mientras observaba como Tamaki se adentraba en la habitación.

El muchacho de gafas suspiró cansado. No podía hablar del tema en ese momento… había tratado de ocultarlo ante Tamaki, pero la verdad era que se había puesto nervioso con tan solo sentir la presencia del muchacho. Sonrió con ironía. Al parecer, ahora era él quien estaba huyendo. Acabó por recoger todas sus cosas y entrar en la habitación.

Al sentir como el joven Ootori se adentraba en su correspondiente futon, Tamaki se encogió acurrucándose de espaldas al otro muchacho, como si de esa forma quisiera esconderse.

-Kyouya…- murmuró sin volverse a mirarlo, notando la mirada de los ojos oscuros clavada en él. –se lo voy a decir… voy a confesarle a Haruhi mis sentimientos en la prueba de valor.-


***************************************************

Cerró los ojos y se dejó mecer suavemente por las olas. Tamaki esbozó una leve sonrisa; era tan agradable estar allí, en aquellas aguas cristalinas de un mar que parecía infinito. En ese momento su mente se había quedado en blanco; por primera vez desde lo ocurrido con Kyouya un par de días antes, había conseguido no pensar en ello sintiéndose así más tranquilo.

Ya estaba necesitando relajarse de una forma u otra… así que decidió aprovechar la baja actividad del club en esa mañana para hacerlo. Y es que, varias de las clientas del Host Club habían optado por ir de visita al pueblo desde la mañana, teniendo en cuenta que la tarde seria “libre” para que cada cual realizara actividades por su cuenta.

Pero aquella tranquilidad se vio truncada cuando algo golpeó contra el cuerpo del rubio consiguiendo que este perdiera la estabilidad en el agua.

Tamaki pataleó y movió los brazos tratando de recuperar la firmeza, y cuando por fin consiguió volver a mantenerse a flote, sus ojos azules se encontraron con un bote hinchable de un tamaño bastante considerable… y en el interior de este, a Haruhi y unos muy sonrientes hermanos Hitachiin.

-Vosotros… ¡he estado a punto de ahogarme!- gritó alterado, mostrando ante los gemelos una expresión irritada.

-Hikaru, parece que no estaba muerto después de todo.- un poco desilusionado, Kaoru dedicó una mirada a su hermano.

-Vaya… y nosotros que veníamos a recoger el cadáver…- sin darle mas importancia, Hikaru cruzó ambos brazos tras su cabeza.

-Pero... como podéis ser tan…-

-Tamaki-sempai, ¿qué estabas haciendo ahí? La corriente podría haberte arrastrando mar adentro.- ante la preocupación de Haruhi, una amplia sonrisa se dibujó en los labios del rubio.

-Haruhi… gracias por preocuparte por mí…- el joven presidente adoptó una expresión principesca, alcanzando las manos de la muchacha para entrelazarlas con las suyas.

-En realidad no estaba preocupada…- comentó como si nada, ante lo cual, los gemelos rompieron en una sonora carcajada.

-¿Y donde se supone que vais ahí subidos?- preguntó Tamaki tras aclararse la garganta con una modesta tocesita; tratando de restarle importancia a las burlas de ambos hermanos.

-Vamos a adentrarnos un poco más en el mar.- le explicó la muchacha, pero de inmediato unos posesivos hermanos la abrazaron, centrando sus traviesas miradas en el rubio.

-Vamos a llevar a Haruhi mar adentro para que pueda nadar tranquila.-

-¡De eso ni hablar! Nuca dejaré que Haruhi vaya sola con vosotros, par de pervertidos.- enseguida, el rubio adoptó una actitud protectora ante ambos hermanos.

-…“Oto-san” viene a cuidarnos…- se burlaron ambos gemelos en una actitud indiferente.

-¿Podemos irnos ya?- preguntó la muchacha bajo un suspiro de resignación. -Quiero estar de vuelta a la hora del almuerzo.-

-¡Pongámonos en marcha!.- Tamaki se impulsó con las manos en el borde del bote, acabando por alzar una pierna sobre el mismo en un vano intento por subir.

-¿Necesitas ayuda?- con la mínima intención de ayudarle, Hikaru y Kaoru sonrieron traviesamente ante el rubio.

-No es ne…ce…sa…rio…- finalmente y tras cuatro intentos, acabó dentro respirando agitadamente. -¿veis? Os dije… que lo… conseguiría…- el rubio acabó por esbozar una sonrisita triunfante.

-Bravo, bravo.- corearon ambos hermanos sin demasiado interés.

-Por cierto, ¿cómo es que Bossa noba-kun no está con vosotros…?- comentó tras comprobar extrañado que el pelirrojo no estuviera cerca de Haruhi.

-Él se a quedado con Mori-sempai y Hani-sempai…- intervino la muchacha. -…al parecer Mori-sempai le está enseñando a acercarse a los animales sin que estos le tengan miedo...-

-Ah…- Tamaki se quedó pensativo por un momento, y enseguida vino a su mente la imagen de Kasanoda disfrazado de osito panda.

-Esto… sempa…-

-Bien mis queridos súbditos, entonces… ¡marchemos hacia nuestro destino!- gritó poniéndose en pie, apuntando con su dedo índice hacia el horizonte.

-¡¡Si señor!!-

**********************************************************

Un poco retirados de la playa; allá donde las altas palmeras daban sombra, Hani comía pasteles junto a Usa-chan, mientras Mori enseñaba algunas lecciones a Kasanoda siendo ambos rodeados por varias chicas emocionadas…

-Por ese motivo tienes que hacerlo sin miedo.- le explicó el moreno sin borrar la expresión pasiva pero amable de su rostro.

-Entiendo… entonces debo acercarme a ellos sin que me noten inseguro… para que no se asusten.- Kasanoda se llevó una mano a la cabeza algo confuso, recibiendo un asentimiento por parte de su sempai.

-Inténtalo.- el joven Morinozuka extendió sus manos ante el pelirrojo, ofreciéndole a su pollito Piyo-chan.

Tragó saliva con dificultad y sus ojos se clavaron en el pequeño animalito. Respiró tratando de calmarse; no podía dejar que el pollito sintiera su miedo o este huiría de él de inmediato.

Lentamente, colocó ambas manos cerca de las de Mori, y tras unos segundos, Piyo-chan saltó hacia ellas.

-Lo... lo he conseguido…- sonrió alegremente, sintiéndose satisfecho consigo mismo.

-¡Kasanova-kun, eso ha sido kawaiiii!- gritaron las chicas emocionadas, consiguiendo que el pelirrojo se sonrojara ante el halago.

-Na Takashi, Piyo-chan debe estar muy contento por tener un nuevo amigo, ¿ne?- ante la amplia sonrisa de Hani, Mori asintió sonriendo suavemente.


*******************************************************

-¿Por qué Haruhi no lleva traje de baño?- gritó en mitad del océano encarando a ambos gemelos mientras la chica los miraba algo molesta.

-No nos culpes a nosotros, ha sido ella quien no ha querido ponérselo.- Hikaru se dejó ver fastidiado ante el rubio, apartando su mirada de los ojos azules de este.

-Y eso que aquí no hay posibilidad de que la vean las clientas…- Kaoru negó con la cabeza, y ambos hermanos se volvieron a mirar a la chica.

-Ya os dije que no quería nadar en un lugar tan profundo.-

-Ya estamos… tan entusiasta como siempre…- corearon ambos hermanos mientras que Tamaki se posicionaba en un rinconcito del bote hinchable.

-Sempai no hagas eso aquí por favor, no sea que nos hundas el bote con tan mal royo.- cerró los ojos irritada, consiguiendo tan solo que el rubio se deprimiera más haciendo de aquel rincón un lugar oscuro.

-Kaoru, ¡vamos a nadar!- y tomando a su hermano de la mano, ambos saltaron al agua, salpicando a los otros dos.

El joven presidente del Host Club volvió la mirada hacia los gemelos; los miró perdidamente, hasta que la mano de Haruhi sobre su hombro le sobresaltó.

-No deberías perder el tiempo deprimiéndote tanto.- sin mirarlo, la muchacha se agachó junto a él mientras su cabello castaño se mecía al compás de la brisa marina, y los grandes ojos se perdían en el horizonte… –¿no es más divertido disfrutar del mar y del sol?- girándose hacia el muchacho, Haruhi acabó ofreciéndole una dulce sonrisa.

-Haruhi... ¿de verdad que no quieres nadar?- preguntó el rubio con timidez e incluso curiosidad. –Podrías hacerlo aunque lleves ropa de chico.- sonrió animadamente ante la mirada de ella.

-Tienes razón… pero quizás seria mejor dejarlo para…- Haruhi se vio interrumpida cuando Tamaki la sujetó de la mano poniéndola en pie.

-Vamos, será divertido.- le guiñó un ojo, y seguidamente, se lanzó al agua llevando a la muchacha consigo.


******************************************

-Entonces la prueba de valor será de lo más terrorífica, ¿verdad Kyouya-kun?- preguntó una de las chicas que rodeaban al muchacho de gafas. –esto…¿Kyouya-kun?- volvió a preguntar ante la ausencia del moreno quien tenia su mirada clavada en el mar en una expresión algo intranquila.

-Por supuesto.- adoptando una sonrisa ante las clientas que con él se encontraban, Kyouya se giró a mirarlas. –en eso consiste una prueba de valor, ¿no creéis? Es más... contamos con la ayuda de Nekozawa-sempai, quien sin duda, logrará que la prueba de valor sea bastante realista.-

-¿La prueba será por parejas verdad?.-

-Claro… pero si os revelo más sobre esto, no tendrá el mismo interés, ¿no os parece?-

-Entonces esperaremos impacientes…-

-Ah… me pregunto si podré ir acompañada de Tamaki-kun.- suspiró una de las muchachas, llevándose ambas manos a sus mejillas sonrojadas.

Ignorando los comentarios de las clientas sobre la prueba y sobre con que Host querían ir acompañadas, el joven Ootori centró de nuevo toda su atención en el horizonte y una nueva mueca preocupada adornó su rostro.

-*Están tardando demasiado en volver…*-


***********************************************


-Que calor hace…- protestó el rubio abanicándose con una mano.

-Hikaru, ¿queda mucho para volver a la playa?- Haruhi se acercó al muchacho, quien parecía estar hecho un verdadero lío con los remos que sostenía entre sus manos.

-Ya deberíamos tener al menos alguna vista de la orilla desde aquí.- algo preocupado, Kaoru miró a la muchacha, volviéndose a mirar enseguida a su hermano. –¿Estas seguro que estamos remando en la dirección correcta Hikaru?- preguntó recibiendo un gruñido por parte de su gemelo.

-¡Se supone que si! Estamos remando en dirección contraria a donde lo hicimos para llegar aquí.- nervioso se revolvió el cabello para rascarse la cabeza pensativo.

Tamaki se incorporó abandonando su posición tumbada. Dedicó una mirada a su alrededor; solo se veía agua… ¡agua por todas partes! Nada que les indicara donde se encontraban.

-Hikaru, Kaoru... ¿Cabe la remota posibilidad de que estemos remando mar adentro?- preguntó irritado.

-Ahora que lo dices…- Haruhi se llevó un dedito cerca de la boca en una actitud pensativa. –ya ni siquiera se ven las palmeras mas altas de la playa.- ante las palabras de la chica, se hizo el silencio.

-¡AAAAAAAAHHHHHHHH! ¡Vamos a morir aquí!- gritó Tamaki llevándose ambas manos a la cabeza, comenzando a moverse de un lado a otro del bote. –nos deshidrataremos por tanta calor, caeremos al agua y finalmente nos devorarán los tiburones…-

-Cálmate sempai…- la muchacha movió ambos brazos en un intento por calmarlo. –Aquí no hay tiburones…- ya era demasiado insoportable esa situación como para tener que aguantarlo a él también…

-Eso no es un consuelo…- los hermanos Hitachiin se volvieron a mirar a la chica quien suspiró cansada.

-Solo hay una forma de regresar…- seguidamente, ambos hermanos se miraron ante las palabras de Kaoru. –Avisando a Kyouya-sempai.- y esta vez las miradas de los gemelos se clavaron en Tamaki bajo una sonrisita traviesa.

-¿Qué? ¡Ni hablar! ¡no pienso ser yo quien le llame!.- se negó rotundamente, mostrando una expresión de pánico ante sus compañeros. –Si lo hago será a mí a quien regañe después.-

-Pero eres oto-san....- Hikaru había golpeado en el punto débil de Tamaki…

El gemelo tenía razón… oto-san debía enfrentar los problemas y si le hacia falta, debía consultar a oka-san y pedirle ayuda cuando fuera necesario... en ese momento, aquellos “apodos” le resultaron un golpe bajo a su integridad tanto física como moral.

-Animo mi señor, podrás soportarlo.- y ante las burlonas palabras de Hikaru, el rubio suspiró resignado.


************************************************

Tras ser rescatados por un escuadrón de rescate de la familia Ootori, los cuatro muchachos permanecían con la cabeza agachada ante la severa mirada de Kyouya quien permanecía cruzado de brazos. Junto a él, Hani y Mori acompañados por Kasanoda miraban expectantes y con algo de temor la escena.

No decía nada… se había formado un tenso silencio que erizaba la piel de cualquiera. El muchacho de gafas no había dicho ni una sola palabra desde que sus cuatro compañeros habían llegado a la orilla acompañados por sus hombres. Y ellos, mucho menos se atrevían a hablar o intentar cualquier excusa para librarse de la monumental bronca que seguramente les caería.

Sin poder aguantar más aquella tensión, Tamaki levantó un poco la mirada, sin atreverse a mirar fijamente al rey de las sombras; tratando de buscar la mejor manera de suavizar la situación.

-Esto… oka-san…- ante esa palabra, los ojos oscuros del moreno se clavaron amenazantes en el rubio. –quiero decir… Kyouya…- rectificó bajo una risita nerviosa.

-Volvamos al hotel, ya es hora del almuerzo.- y sin decir nada más, el joven Ootori se dio media vuelta bajo la mirada sorprendida de los demás.

-No nos ha regañado…- se extrañó Kaoru, entrelazando sus manos a las de su hermano.

-… y no parecía tan terrorífico.- Hikaru miró a su gemelo y ambos se encogieron de hombros sin darle mas importancia.

-De todas formas no debimos alejarnos tanto... Kyouya–sempai ya nos lo advirtió.- Haruhi suspiró cansada.

Tamaki asintió ante las palabras de la chica mientras observaba como el moreno se alejaba de allí. Se mordió el labio inferior en un gesto preocupado. Aquella reacción por parte del muchacho de gafas no le había parecido totalmente convincente...

************************************************************

Aquella tarde, Tamaki había preferido salir un poco antes de lo que tenía pensado en un principio; prefirió ir solo a pasear y visitar el pueblo. En realidad había algo que quería hacer allí, algo que quería comprar.

Después de dar vueltas indeciso durante un par de horas entre varias tiendas y tras haber comprado una infinidad de cosas curiosas para él pero sin sentido alguno, se detuvo frente a una modesta tienda en el centro del pueblo; los escaparates estaban decorados con motivos veraniegos entre los cuales, se hallaban unos bonitos complementos para chicas.

Sus ojos azules se clavaron de inmediato en una orquilla con forma de mariposa en unos tonos anaranjados. El joven presidente del Host Club sonrió satisfecho, había encontrado justamente lo que buscaba.

Unos minutos después y portando un pequeño paquete color rojo en una de sus manos, el rubio salió de la tienda esbozando una suave sonrisa mientras sus ojos azules se clavaban en el paquete; se lo daría a Haruhi antes de confesarle sus sentimientos.


*************************************************

Con las manos metidas en los bolsillos, Kyouya miraba sin demasiado interés cada uno de los tenderetes y escaparates de aquella céntrica calle. La gente iba a venia; pasaban a su lado y ni una sola persona podía saber en que estaban ocupados sus pensamientos.

El joven Ootori sonrió irónico ante esa idea, pero en ese momento se detuvo en seco cuando frente a sus ojos oscuros pudo distinguir a Tamaki. Lo observó un momento, adoptando una mueca extrañada; al parecer el joven presidente del Host Club estaba desorientado al juzgar por la actitud inquieta de este mirando de un lado para otro.

Finalmente esbozó una sonrisa resignada, y sacando una mano de uno de sus bolsillos para colocarse bien las ganas, se encaminó hacia su amigo.

-No me digas que te has perdido…-

-¡Kyouya!- no pudo evitar sobresaltarse ante la repentina presencia del moreno, llegando incluso a esbozar una mueca asustada. –¿Qué estas haciendo aquí?- sonrió nervioso; de todas las clientas y compañeros del club, tenia que encontrarse precisamente con él…

-Pasear... pero veo que no soy el único.- bajo una expresión indiferente, Kyouya dedicó una mirada a todas las bolsas que llevaba Tamaki.

Algo en especial llamó su atención; un pequeño paquete color rojo el cual parecía ser sostenido con mucho mimo por parte del rubio.

Percatándose de cómo la mirada de los ojos oscuros se fijaban en el obsequio para Haruhi, Tamaki lo guardó con nerviosismo en el bolsillo de su camisa, esbozando ante el moreno una tonta sonrisa acompañada por un leve sonrojo en sus mejillas.

-¿Tienes algo de tiempo? ¿O aun no has acabado tus compras? - comentó el joven Ootori en un tono mas divertido que burlón.

-Pues... pensaba volver ya, pero si me invitas a tomar algo cambiaré de idea.- bromeó guiñándole un ojo en un gesto infantil, arrancando una sonrisa por parte del muchacho de gafas.

-¿Que quieres tomar?-

-¡Helado!-


********************************************


-¡Waaaaaaa! ¡Es enorme!- Tamaki se mostró entusiasmado ante la gran copa de helado que tenía frente a él. -Si Hani-sempai estuviera aquí incluso lloraría.- comentó felizmente, llevándose una cucharada de aquel helado a la boca.

-Seguro que si…- El moreno tomó un sorbo de la refrescante granizada de café que le habían servido, a la vez que esbozaba una calmada sonrisa.

–¡Mmmmm! Esta delicioso, Kyouya, ¿quieres probarlo?- preguntó acercando a su vez la cuchara con helado de chocolate hacia su amigo, quien se echó un poco hacia atrás algo sobresaltado.

-Tamaki… sabes perfectamente que no me gustan las cosas dulces.- le informó mirando la cuchara para seguidamente clavar su mirada en los ojos azules del muchacho.

-Ah... es cierto... pero es que esta delicioso. ¿No podrías hacer un esfuerzo y probarlo?-

-No.- ante la respuesta del moreno, ambos se miraron seriamente, hasta que el rubio rompió en una mueca enfurruñada.

-¿Vas a negarle ese deseo a tu mejor amigo?- alzó la voz poniéndose en pie, aun acosando al moreno con la cuchara.

Kyouya alcanzó la mano del rubio sujetándola de la muñeca, y acercándola un poco más a su rostro, entreabrió la boca para acoger en ella el dulce sabor del helado, sintiendo como sus labios se helaban al contacto.

Sus ojos azules se abrieron de par en par. Se sentía completamente feliz, ¡había conseguido que Kyouya probara algo dulce! Y precisamente el sabor del chocolate; algo que le resultaba al moreno tan sumamente empalagoso.

Tranquilamente, el muchacho de gafas apoyó un codo sobre la mesa, apoyando seguidamente la mejilla en su puño; con una sonrisa calmada pero intimidante, sacó al rubio de su mundo de felicidad.

-Ahora vuelve a sentarte, nos esta mirando todo el mundo.- ante la advertencia de Kyouya, Tamaki tomó asiento nuevamente, aun portando aquella sonrisa triunfante en su rostro.

*******************************************

La tarde había pasado volando desde que ambos muchacho se encontraron. Durante todo ese tiempo, parecía que la incomoda situación que se venia dando entre ellos desde hacia un par de días comenzaba a relajarse.

-Ese paquete de color rojo que llevabas... ¿es un regalo?- preguntó el moreno finalmente, recordando el paquetito que había visto en las manos de Tamaki anteriormente y como este lo guardaba algo nervioso.

-Si… puede decirse que si…- un leve sonrojo cubrió sus mejillas y tras mirar a su amigo, sus ojos azules volvieron a centrarse en el camino.

-¿Es… para Haruhi?- ante la pregunta, Tamaki asintió en respuesta.

-Me gustaría dárselo durante la prueba de valor, cuando…-

-Seguro que le gustará.- forzó una sonrisa ante el rubio, percatándose enseguida de cómo este se detenía en el camino.

-Kyouya…- murmuró sin levantar la mirada, mostrándose afligido ante el muchacho de gafas. –aun no te lo he dicho pero… yo... siento mucho lo de esta mañana… se que te enfadaste mucho por habernos alejado tanto de la orilla, pero es que…-

–Ya no importa, pero me preocupaba que pudiera ocurrirte algo....- comentó sin mirarlo, tan solo emprendiendo su paso nuevamente.

Tamaki lo miró sin decir nada más. Sintió claramente como su corazón se aceleraba ante esas palabras, obligándose a llevarse una mano al pecho. Tras exhalar un suspiro, tomó una bocanada de aire, dibujando una leve sonrisa en sus labios.

-Kyouya, espera.- lo llamó haciendo que el moreno se detuviera, encontrándose enseguida con los ojos oscuros de este. –Esto… es para ti.- en un momento, sacó de una de las bolsas un pequeño paquete envuelto en un bonito papel de color verde.

Dejándose ver algo sorprendido, el joven Ootori alzó una mano alcanzando el obsequio una vez que Tamaki se lo extendió. Sus ojos oscuros se clavaron titubeantes en el paquetito, casi sin atreverse a abrirlo.

-Puedes abrirlo.- sonrió calmadamente, recibiendo una sonrisa igualmente queda por parte del muchacho de gafas, quien tras deshacer el envoltorio, tomó el pequeño objeto entre sus manos.

-¿Una hoja?- lo alzó frente a sus ojos, observando los bonitos tonos otoñales de aquella pieza de cerámica para seguidamente, centrar su mirada en Tamaki.

-Es un pequeño regalo… donde lo compré me dijeron que son amuletos de la amistad.- le explicó alzando uno igual al que le había dado al moreno. –También compré uno para mi, pensé que ambos podríamos tener uno igual. ¿Qué te parece?- sonrió ampliamente volviéndose a mirar a Kyouya, recibiendo una sonrisa por parte de este.

-Que es una idea absurda…- ante esas palabras, el rubio entrecerró los ojos mostrándose irritado. -...gracias Tamaki.- susurró entre el murmullo de las olas que rompían en la orilla.

El rubio cambió su expresión a una sonrisa, apartando seguidamente la mirada al sentir como el calor que subía desde su estomago se concentraba en sus mejillas, llegando incluso a sonrojarlas.

-Tamaki…- comentó en un tono más serio, atrayendo la mirada de los ojos azules. –Sobre lo que me pediste para la prueba de valor…- comenzó a hablar, recibiendo un asentimiento por parte del joven presidente. –He conseguido arreglarlo, Haruhi y tú seréis pareja en la prueba.- finalizó sin apartar la mirada de su amigo, sonriendo vagamente ante él.

-¿De verdad?- preguntó entusiasmado, sonrojándose completamente ante la noticia tras recibir un asentimiento por parte del moreno. –¡Kyouya eres el mejor!- y ante la sorpresa del muchacho de gafas, el rubio se lanzó sobre él abrazándolo. –de verdad… gracias…- susurró esta vez quedamente, tornando el inicial abrazo impetuoso a uno afectivo.

Kyouya ahogó un suspiro, y en sus labios se dibujó una calmada sonrisa cuando respondió a la acción del joven presidente. Acabó por cerrar los ojos, sin poder hacer más que respirar el suave aroma del rubio cabello a la vez que sus dedos, se atrevieron a perderse entre las finas hebras que la suave brisa mecía. Era tan fácil hacerle feliz y a la vez tan satisfactorio… en esos momentos era cuando pensaba que así estaba bien, que no necesitaba nada más de Tamaki; que tan solo con su sonrisa le bastaba. Pero la realidad había comenzado a ser otra muy distinta desde hacia no demasiado tiempo…

-Tamaki… te deseo suerte cuando te declares a Haruhi.- en ese momento su cuerpo tembló obligándose a estrechar un poco más el abrazo, ocultándose en él.

Aquellas palabras helaron el cuerpo del joven presidente del Host Club. Se sintió paralizado por completo bajo aquel abrazo; incapaz de reaccionar cuando en un movimiento por su parte, se encontró de lleno con los ojos oscuros de su amigo sintiéndose en la necesidad de separarse de él.

-Es tarde, deberíamos volver.- comentó bajo una fingida sonrisa, dándose media vuelta de inmediato cuando se sintió incapaz de encarar la mirada de Kyouya.

-Claro… volvamos.-




Continuará…


******************************************************

Notas: no se por donde empezar ^^u creo que antes que nada me disculparé por haber tardado mucho mas de lo previsto en subir el capitulo, pero he estado bastante liada con el trabajo y sin muchas ganas de andar por internet ^^u pero cuando fui a subir el capitulo hace unos días, no pude hacerlo por que la pagina estaba con cambio de servidor, así que aprovecho esta noche ya que mañana tengo el día libre y puedo acostarme mas tarde ^^

Bien.. ahora voy al capítulos ^^ como habréis observado, este capitulo ha sido casi un poco de relleno, no pasa nada realmente interesante, pero claro.. como siempre digo, todo tiene un motivo, así que este capitulo ha sido algo así como una “transición” hasta el siguiente que promete ser mas interesante ^^ al menos creo que el capitulo no ha sido del todo aburrido... vamos, eso creo XD hay algo mas que quería comentar sobre este capitulo.. y es sobre la granizada de café que se toma Kyouya en la heladería *_* la habéis probado alguna vez?? Yo si!!! >///< es mas, la idea surgió de una que probé este verano y que esta buenísima... *_* así que me pareció que a Kyouya también le gustaría ^^

En realidad, no hay mas que resaltar en este capitulo.. sigo diciendo que ha sido casi de relleno y quizás un poco aburrido ^^u pero prometo subir lo antes posible el capitulo siguiente ^^

Una vez mas, gracias por todos los review chicas, y ahora mismo voy a contestar los que me han faltado por responder, ya os digo que he tenido falta de tiempo libre.. y lo que me queda... trabajar en una peluquería es muy malo cuando se trata de la época Navideña... todo el mundo quiere arreglarse a la vez!!! XDDD bueno, ya sabéis algo más de mi ^^u

Nos vemos en el siguiente capitulo, kisu!!! ^^

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).