Secretos
Capitulo II: Te necesito
Los médicos y las enfermeras iban de un lado a otro buscando sus elementos para trabajar. Hacia ya tres horas que lo habían llevado al hospital y lo mantenían en una sala de emergencia. Mientras Kai solo esperaba recargado en una pared de brazos cruzados y ojos cerrados, cercano a la habitaron en la cual estaba “él”, era su culpa, pensaba, no podía dejar de hacerlo, se sentía tan culpable, quería llorar pero su personalidad no se lo permitía, demasiado orgulloso. Lo único que quería era saber como estaba Brooklyn, mejor dicho, que le dijeran que estaba bien. Pero debería dejar esos pensamientos para otro momento Garland y Mystel habían llegado.
-“¿Que paso?”- exigió saber Garland, estaba muy agitado, seguramente al momento en que le dio la noticia, habría corrido para llegar allí.
-“Un auto lo atropello”- respondió con un hilito de voz, los recién llegados no pudieron más que sorprenderse, pero lo de Garland pasó a furia y tomo a Kai por el cuello del uniforme.
-“Es tu culpa, por tu culpa Brooklyn podría… ”-Dijo casi en un susurro pero no pudo mas, estaba triste y nada ganaba con culparlo-“¿por que?”- comenzó a llorar, la tristeza lo embargo-“Brooklyn”- su compañero el rubio se sentía de igual manera, jamás pensó que le sucedería algo así al pelinaranja, comprendía a la perfección como se sentía, devastado, esa era la palabra, comenzó a llorar en silencio, ambos. Kai se había limitado a mantener la cabeza gacha, aunque estaba acostumbrado a que lo mirasen con odio esa situación era diferente, no pudo mas y se soltó del agarre del luchador, murmuro un “lo siento” y se sentó en una silla cercana, aunque no podía soportarlo se quedaría hasta saber que el chico estaría bien. Media hora después uno de los médicos, el que lo atendió primero, se acerco a Kai.
-“Usted fue quien lo trajo ¿no?”- pregunto observando detenidamente al bicolor que aun tenia la ropa manchada de sangre, asintió sin mirarle siquiera-“Quiero informarle que su amigo esta fuera de peligro, solo falta ver que despierte y examinar que no tenga ningún daño permanente, también debo agradecerle su cooperación al donarle sangre, debo decirle que fue un chico muy afortunado, al tener un amigo como usted, bueno… en resumen solo falta que despierte, si lo desea cuando lo traslademos a una nueva habitación podrá verlo”- el medico entra en el cuarto de nuevo. Estaba feliz, quería cantar y ponerse a bailar pero se vería muy entupido, ahora solo podía pensar en que estaba bien. Los otros dos lo miraban atónitos, no lo habían notado por la preocupación que tenían por Brooklyn, pero Kai estaba más pálido que de costumbre.
-“¿Hiciste eso?”- el rubio no pudo resistirse a preguntar, le parecía algo imposible, mas la coincidencia del grupo sanguíneo de ambos.
-“Tenia que, fue mi culpa, ¿recuerdan?”- acoto sin fijarse en ellos mirando fijamente la puerta esperando que se abriera para verlo. A los segundos una camilla salia, en ella estaba Brooklyn, con los ojos cerrados, además de cables y un tubo en su garganta que le ayudaba a respirar, mas los médicos y enfermeras a su alrededor, parecía tan tranquilo que si no fuese por todo eso parecería que nada le hubiese pasado.
El rostro de Kai no pudo más que llenarse de lágrimas, una cosa era pensar que era su culpa y torturarse a si mismo, y otra muy diferente era ver a esa persona herida frente a sus ojos y saber que pudo haber hecho algo para evitarlo. No lo resistió mas y se desplomo sobre el suelo, intento poner una mano en su rostro para suprimir ese sentimiento y esas lagrimas que lo estaban destrozando por dentro, perdía el aire cada tanto, de la frustración se mordía el labio y cada tanto tenia pequeños espasmo, estaba destrozado, no podía, simplemente no podía dejar de llorar y agradecía a dios que Garland y Mystel se hubiesen ido junto a la camilla, no quería que nadie lo viese en ese estado y menos hablar sobre lo sucedido.
No supo cuanto tiempo paso, cuando al fin se sintió con la suficiente fuerza se levanto y se fue a su casa, a pesar de pasar cerca de la habitación del pelirrojo no se atrevió a entrar, lloraría de vuelta y ya era suficiente por un día, necesitaba dejar de pensar en eso o terminaría volviéndose loco.
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Había pasado un rato hasta que Brooklyn abrió levemente sus ojos, para ese entonces ya le habían quitado el tubo y la mayoría de los cables de su cuerpo, lo primero que vio al acostumbrarse a la luz fue a Garland a su lado sentado en una silla cercana, a su lado Mystel.
-“Brooklyn… gracias a Dios, despertaste”- dijo el primero al verlo.
-“Si”- pudo decir Mystel, más feliz no podían estar-Que bien- pero noto que el ojiazul no se movía en cambio comenzaba a derramar pequeñas y silenciosas lagrimas-“¿Qué sucede Brooklyn?”- pregunto preocupado al verlo.
-“Kai”- susurro lo mas silencioso que podía pero con el ya silencio del lugar era como hablar normalmente.
-“Estuvo esperando hasta que saliste de Terapia”- le contó Garland que aun no podía creer lo que había pasado.
-“Lo se, cuando pase en la camilla aunque fue por poco lo vi”- dijo casi sin aliento.
-“También, lloro”- agrego Mystel que se había quedado un momento mas antes de seguir a la camilla para ver justamente a Kai.
-“También dono su sangre, el doctor había dicho que era muy difícil de encontrar de tu tipo”-
-“Je… con razón sentía algo extraño en mi, claro, además de estos cables”- comento con una sonrisa surcando sus labios, no podía quejarse respecto a eso, tal vez, podría arreglar las cosas con Kai, -“Tal vez… ”- musito y se quedo profundamente dormido.
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Luego del accidente paso 2 semanas en recuperación, en las cuales sus compañeros de clase y equipo lo visitaban, pero no esa persona que él tanto quería.
-“Brooklyn, el medico dijo que dos días mas y te dará de alta”- le aviso contento Garland, quien lo había ido a visitar todos los días.
-“Hai”- dijo pero en realidad no le prestaba atención, tenia la mirada perdida viendo por la ventana de aquel cuarto. Su amigo lo sabia, quería verlo costase lo que costase, se sentía en extremo triste, antes al menos peleaban ahora, ni eso.
-“Lo sabes no vendrá”- le recuerda al instante en que entra el medico.
-“Veo que ya le dijeron, en dos días podrá salir de aquí”- dijo y aunque fue de pura casualidad agrego algo en forma de murmullo-“De seguro esa persona se alegrara”- ambos chicos se miraron sin saber a quien se refería, aunque el internado creía que era de Garland o Mystel.
-“Disculpe, pero ¿a quien se refiere con “esa persona”?”- se atrevió a preguntar Garland.
-“Al chico que trajo al señor Masenfield, ¿Cómo era que se llamaba?”- lo pensó un momento-“Si, el joven Kai”- Brooklyn abrió los ojos lo mas que podía y una sonrisa se formo en sus labios-“Ha venido todas las noches”- informo y salio del cuarto después de checar algo.
-“No era que no venia”- comenzó a llorar nuevamente-“era que no lo veía”- susurro y después de enterarse de tal noticia se decidió a quedarse despierto hasta poder verlo, Garland prefirió no intervenir y se fue pasadas las seis. Estuvo aburrido durante un rato justo cuando pensó que se dormiría inmediatamente, la puerta se abrió, entro Kai.
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