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Ángelo por Komka Daisuke

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Notas del capitulo:

Bien aqui les traemos la continuación de esta historia, agradeciendoles su generosidad por continuar leyendo, este capitulo queremos dedicarlo a aquellos que nos favorecen con su lectura.

Mil gracias por ello

Komka Daisuke 

 

 

Capitulo 16 Definiciones

La cabeza le punzaba horriblemente y que decir de su cuerpo parecía que hubiera agarrado tres gripes seguidas, además que tenía mucho frío.

Occhi abrió los ojos tratando de enfocar en que momento había regresado a casa de los Sacchetti, pero el entorno le dejo sin aliento primero el techo era de color blanco marfil y no beige como la habitación que le había sido asignada y las cortinas el recordaba que no eran tan grandes ni oscuras.

Pero la segunda sorpresa le dejo sin habla estaba en una cama eso tenía la seguridad, pero de quien y sobre todo de con quien, pues una cabellera negra tapa el rostro de su acompañante y el cuerpo estaba ocultado por las sábanas.

Lo último que recordaba era que empezó a beber en el despacho de Guido, y sobre la compañía que tenía a lado no recordaba donde la había conocido, menos intimado con el pues su pene y testículos los sentía pegajosos al igual que sus piernas.

Trato de disculparse que de seguro le había ganado al tratar de ir a orinar con semejante borrachera, el sentimiento de infidelidad era demasiado para aceptar haber tenido sexo con alguien.

Sintió más frío al resbalarse las sabanas y la colcha por su piel, dándose cuenta que ni ropa interior traía.

Quiso enderezarse y su trasero sintió que se le partió en dos. ¿Acaso se había caído? Nunca le había dolido tanto la cadera como en ese momento.

 

Trato con su mayor esfuerzo de no emitir ningún sonido e inicio con su mirada un recorrido en busca de su ropa.

 

No acaba de enderezarse cuando fue regresado al colchón y casi muere de la impresión al escuchar esa voz.

 

-Buen día Ángelo... -dijo con voz ronca y sensual Guido que al sentir el movimiento en la cama lo había despertado.

 

Occhi se quedo helado y más cuando la mano que lo había jalado se apropiaba ahora de su cintura para juntarlo al cuerpo del moreno, el cual sintió que era demasiado duro y más cierta parte de su acompañante que le fue impuesta como una segunda piel en medio de su cuerpo.

 

Ni una palabra salía del asustado hombre.

 

Guido se dio cuenta del temor en la mirada de su acompañante.

 

-Ángelo... -pero no respondió su acompañante- Occhi -le grito y respingo el susodicho- ¿estas bien?.

 

Con la cara ardiendo le pregunto inocentemente el castaño.

 

-Bebía tanto que me he caído, me duele mucho mi cadera que ni sentarme bien puedo.

 

-Ja,ja, ja, ja, ja -hizo que una cristalina risa saliera de la boca del abogado- no me digas que no sabes que pasó...

 

-No... no recuerdo -temeroso señaló- recuerdo que me diste algo de beber y lo demás es muy confuso y francamente no me acuerdo.

 

Guido aprovecho para apropiarse de los labios y los mordió para succionarlos y apropiarse de las nalgas de su acompañante para apuntalar su miembro junto al de un desconcertado hombre que le hizo sentir ganas de poseerlo en ese momento, pues el tembloroso cuerpo hacía que la vibración lo incitara más.

 

-Ya recordaste... mi lindo castaño.

 

Occhi quiso que se abriera la tierra y lo tragara por completo, que estupidez había hecho y entonces por primera vez en la mañana conecto su cerebro y su cuerpo.

 

Las lágrimas empezaron a bañar el bello rostro que tenía los ojos cerrados como si quisiera ver su dolor interno.

 

Había traicionado a su amado Michael, cuyo cuerpo todavía no pertenecía a la naturaleza y él ya se había entregado al placer del cuerpo.

 

-He... hemos tenido relaciones... y yo he sido el que has poseído -dijo en tono de afirmación más que de pregunta.

 

-Si... no me digas que eras virgen... -incorporándose de golpe.

 

-Era... lo has dicho.

 

Y sin más preguntas y respuestas se vistió en silencio para marcharse del lugar.

 

Guido no lo siguió debía asimilar que estupidez por su calenturiento cuerpo había cometido. Al ver la tristeza de esos castaños ojos.

 

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Sogni con i vostri occhi della foresta nel solitude di citadina. Sueño con tus ojos de bosque en la soledad citadina.

 

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Marcello se encontraba acostado en la amplía cama mientras veía como su hijo, Ángelo, Carlo y Enrico se acomodaban alrededor de él.

 

Francesco rompió el silencio.

 

-¿De que es tan urgente hablar papi, que ni siquiera no has dejado ir a comprar más velas por si se vuelve a irse la luz o si vuelve a temblar?

 

-Esto es más importante que unas velas... chicos... y quiero que seamos sinceros y para iniciar lo voy a ser yo... -dijo para respirar e iniciar su relato-  hace unas noches cuando se fue la luz Vincenzo me dejo sólo pues tenía un pequeño antojo y fue a cumplirlo... salí de mi habitación y en la puerta jale la primera sombra que se tropezó conmigo y cual fue mi sorpresa que al besar a mi...

 

El ojiverde narró sin omitir detalle lo sucedió con Guido, pero si lo suyo pensó que era difícil más al enterarse del encuentro erótico entre Carlo y el susodicho y lo peor fue que el adolescente no sabía si el sucio era él o su cuerpo por haberlo traicionado al responder  todas las caricias de que fue objeto, no oculto el regaño que le dio y menos su comportamiento al llevarlo a acostar y pedirle que no perdiera el respeto por si mismo.

 

Enrico y Ángelo fueron los únicos que no se asustaron del comportamiento del susodicho y fueron a abrazarlo, pues Luciano los tenía desilusionados por no respetarlo totalmente a sabiendas de que empezaba a ser objeto de habladurías entre algunos compañeros del curso de verano, cuyos rumores habían acabado de golpe gracias a los puños de dos chicos que lo habían empezado a querer.

 

Pero si lo ocurrido los dejó sin hablar, al escuchar el espontáneo relato o la desfachatez de Francesco al decir que lo confundió con Andrea y que casi tiene sexo oral con semejante "bombón", y su comportamiento con el engreído abogadillo, no le dieron puntos a su favor.

 

Su dizque broma al relatar lo que a él le pasó no relajo para nada el rostro de su padre el cual se sintió mal consigo mismo, pues se auto-culpo del comportamiento sexual de su hijo tanto con su sobrino como con Guido, pues se percató que por estar tan preocupado por el embarazo, su próxima boda, el iniciar los cambios de Sicilia a Cagliari de sus oficinas no había prestado atención al comportamiento de su piccolo.

 

-Francesco... piccolo... crees que el comportamiento que tienes tú con Andrea sea mejor que el de Carlo -al escuchar su nombre el joven se sonrojo violentamente- o el mío propio porque sino deseas ser juzgado o molestado por un hombre como Guido... quien crees que debió poner un alto tú o él...

 

-Pero papá yo me confundí, estaba muy oscuro y el muy cerdo no me dijo quien era...

 

-Cállate y escúchame -señaló molesto al percatarse de que su hijo trataba de evadir su responsabilidad- pensé que este viaje nos uniría más pero lo único que he visto en todo el verano es un chiquillo malcriado que desconozco donde salió, acaso crees que no me he enterado del juguetito erótico que te montas bajo los manteles.... -todos guardaron silencio tanto participantes como los que no- y que decir de tus encuentros nocturnos... sí, sí quise engañarme a mi mismo y no deseaba enterarme de la realidad con solo cerrar mis ojos y oídos. Estuve en un error lo reconozco pues como fue posible que tu quien me pidió que confiara en ti no hay día que no te la pases de "Luna de miel". De milagro no has salido embarazado luego de tu  desenfrenado comportamiento sexual.

 

-Pero papá...

 

-Nada de peros... ni paappááá... que acaso crees que nadie se ha dado cuenta que ya ni con Ángelo platicas... -el castaño bajo la vista para ocultar el dolor que le causaba la verdad de esas palabras- que estas celoso de todos y de todo. Y según tu estado de animo o estás con Carlo o conmigo. Pues Enrico no es ni tan siquiera digno de pertenecer a tu egoísta mundo.

 

Enrico no había reflexionado que el comportamiento de Francesco hacía él fuera ofensivo pues estaba tan preocupado por los niños que no le había prestado atención, hasta ese momento.

 

Las lágrimas hacían brillar los ojos de Francesco el cual casi nunca era regaño haciéndolo sentir más dolor y coraje con los que lo rodeaban.

 

La mirada llena de ira no pasó desapercibido por su padre, quien se levanto y tomó su rostro.

 

-Mírame -le ordeno- esto no es el chico con quien llegue a Sicilia tratando de cumplir sus sueños con estudiar  y lograr su sueño de ser un buen enólogo como sus antepasados...

 

Francesco se quedo mudo era verdad que sus sueños de seguir estudiando los había dejado muy atrás, casi al empezar el verano.

 

-Si crees que tu futuro es abrir las piernas y estar en una casa, pues le voy exigir a Andrea que te cumpla...-dijo con fuerza para pasar sus manos que estaban en el rostro ahora a sus hombros-  pero yo quiero que me devuelvan a mi hijo aquel que reía, soñaba con su familia,  con estudiar y tener una carrera, y porque no un novio que lo apoyara con sus sueños, pero salir al mundo y recorrerlo. El querer como fratello a Ángelo hasta a Carlo, pero no... no... ¿se me ha perdido acaso?

 

Francesco se soltó bruscamente y salió corriendo de la habitación.

 

No quería más regaños ni palabras hirientes, quería a su antiguo padre aquel que siempre lo consolaba y le ayudaba a pararse para seguir adelante. No aquel manojo de sentimientos que lo había regañado.

 

Su carrera desenfrenada lo llevo hasta  límite de la propiedad para luego dejarse caer a al piso y ponerse a llorar y gritar al vacío.

 

-Voy hacer lo que me venga en gana.... No lo que tu quieras, te odio papá, te odio Vincenzo, Ángelo... los odio a todos..

 

En la habitación Marcello se dejo caer derrotado entre las almohadas.

 

-Creo que mejor le traigo un té... de tila o azahares... -dijo Ángelo.

 

-De tila esta bien....

 

Enrico, Carlo y Ángelo se pararon para marcharse pero se detuvieron al escuchar a Marcello.

 

-Es un buen niño pero esta confundido. Primero nunca le hable de su padre, me dedique los últimos 16 años a él y a la empresa y un día le digo que va a tener un hermanito y me voy a casar y lo arrastró conmigo a conocer una familia que ni idea tenía de su existencia...

 

-Descansa -dijo Enrico cerrando la puerta detrás de él para no escuchar los sollozos de su tío.

 

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Sogni con i vostri occhi della foresta nel solitude di citadina. Sueño con tus ojos de bosque en la soledad citadina

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Cuando llegaron al solitario cuarto, la luz del ocaso apenas se dejaba deslizar por las cortinas de seda que cubrían los amplios ventanales de la lujosa mansión.

 

¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Por qué habían llegado ahí? No importaba, estaban en el cuarto del menor y se encontraban entregadamente besándose, mientras el mayor mantenía casi el peso del muchacho ya que lo tenía tomado del trasero frotando y acariciando sus redondeadas nalgas, mientras el pequeño entre beso y beso lanzaba lujuriosos jadeos, ya que se encontraba totalmente excitado.

 

Las manos de Guido se ocuparon del jersey de Francesco, haciéndolo desaparecer casi sin que el joven lo notase, mientras sus labios no dejaban de besarse apoderándose de esos pequeños labios que se le ofrecían jugosos.

 

-Guido - gimió el más joven mientras sus manos desabotonaban la camisa del mayor, sacándola de los pantalones con más torpeza de la que había demostrado su compañero.

 

Lo siguiente en desaparecer fueron los pantalones de Francesco. Entre besos y pequeños mordiscos dando aquí y allá, Guido fue bajando los pantalones hasta quitárselos por completo, dejándolo más expuesto de lo que había estado nunca ante el.

 

El chico sobreexcitado, quiso devolverle el favor y lo hizo girar hasta quedar tumbado de espaldas, se sentó a horcajadas sobre sus piernas con una tímida sonrisa y se dedico a besar el cuello, bajando hasta llegar al pecho donde se entretuvo, primero con un pezón y luego con el otro, hasta dejarlos a ambos convertidos en duros botones.

 

Siguió su camino descendente, lamiendo y besando, entreteniéndose en jugar con su lengua en el ombligo del otro hombre, hasta que llegó a la cintura del pantalón.

 

Desabrochar el cinturón fue fácil, pero cuando trato de quitarle los pantalones a Guido... y sintiendo por sobre la tela el tamaño y grosor del miembro del mayor, se encontró con que sus manos temblaban de forma tan absurda que no podía abrir la cremallera. Se mordió el labio concentrándose en lo que hacía, pero sus manos sudaban y cada vez le resultaba más difícil.

 

Guido tomó sus manos y las apartó.

 

-Déjame a mí - dijo besándolo en los labios.

 

Con rapidez se desprendió de la ropa que le quedaba y terminó de desnudar al joven, frotando al mismo tiempo, tanto la goteante hombría como las nalgas del pequeño. Después se tendió nuevamente a su lado y lo atrajo contra él, abrazándolo y besándolo de forma tranquilizadora.

 

El mayor acerco su pene entre las piernas del pequeño y susurrándole al oído le dijo: -Esto es todo lo que te vas a comer, pero si en algún momento quieres que me detenga, tan solo tienes que decírmelo.

 

Al terminar de decir esto, introdujo una rodilla entre las piernas del más joven, instándolo a separarlas, dándole así fácil acceso a él.

 

Francesco gimió cuando la rodilla rozó su erección, y se arqueó bajo las expertas caricias de Guido.

 

El dedo medio de la mano derecha del mayor rozó sus labios, separándolos, y el pequeño lo lamió ansioso cual si de un pene se tratara.

 

Ese mismo dedo se abrió paso en su interior, deslizándose en su cuerpo con suavidad, moviéndose. El muchacho gimió un poco. Removió las caderas y se quedó quieto nuevamente.

 

Pronto un segundo dedo se unió al primero en movimiento de tijera y Francesco tuvo que hacer un esfuerzo por aquietar el temblor que recorrió todo su cuerpo. La boca del mayor se unió a la suya, besándolo, exigiéndole entrada en su boca, y cuando lo logró, enredó su lengua con la suya, en una dulce lucha que hizo olvidar a Francesco lo que sucedía en su trasero. Tanto que ni siquiera se quejó cuando un tercer dedo se abrió paso en su interior.

 

-¿Estás listo? - preguntó Guido, mirándolo fijamente a los ojos.

 

Francesco apoyó dos dedos en los labios del otro hombre, callándolo.

 

-Quiero hacerlo - musitó -. Quiero coger contigo. Solo contigo - afirmó. Elevó la cabeza y unió sus labios a los de Guido.

 

El mayor cambió un poco de posición y se arrodilló entre las piernas abiertas del joven, las elevó y las colocó en sus brazos, separándolas un poco más.

 

Francesco cerró los ojos. Estar así le resultaba increíblemente excitante. Onduló las caderas, tal vez deseoso de que los dedos que lo penetraban profundizaran la caricia y se adentraran más en él. Por eso, cuando los dedos abandonaron su cuerpo gimió frustrado, y estaba dispuesto a externar su queja cuando Guido se inclinó sobre él para besar sus labios y susurrar junto a ellos:

 

-Relájate.

 

El muchacho asintió y tragó saliva. Había tenido ya mucho sexo con Andrea y esperaba que ese gran pene le satisficiera, casi no podía esperar. Sabía que el hombre iría despacio, que trataría de que el dolor fuese mínimo, pero el no deseaba eso, el realmente deseaba sentir ese enorme trozo de carne en su interior, perforándolo con violentas embestidas.

 

Sin embargo, contra todos sus pronósticos, el pene de Guido, parecía estar más grande y mas grueso de lo que pudiera soportar.

 

-Me duele - sollozó.

 

Guido apenas había penetrado el glande y un poco mas en su cuerpo y él ya estaba lloriqueando como un niño. Se mordió los labios, avergonzado.

 

 -No soy un niño - dijo en voz baja mientras pensaba en resistir, pero su rostro reflejaba el dolor de la penetración, Guido no lo había lubricado y no usaba condón. El pequeño nunca lo había hecho así y por eso sentía tanta molestia.

 

-Shhh. Tranquilo. Relájate.

 

A pesar de su misma excitación, Guido se había detenido a la primera señal de dolor por parte del pequeño. Ahora estaba inmóvil sobre él, acariciándolo con suavidad, tratando a toda costa de que se relajase.

 

-Ya ha pasado lo peor - Francesco removió sus caderas dolorido y Guido las inmovilizó con sus propias manos.

 

-Ay....

 

 -No te muevas. Estate quieto y el dolor desaparecerá enseguida - miró los brillantes ojos del joven y susurró - te lo prometo.

 

Lentamente calmó al niño con caricias y besos que le fue colocando por las mejillas, la frente, la nariz y finalmente los labios... ahogando con el beso los gemidos del menor, hasta que noto como el pequeño cuerpo de Francesco se relajaba bajo el suyo, cómo los músculos internos de su ano dejaban de contraerse salvajemente, como los gemidos de dolor se convertían en suspiros de placer.

 

Solo entonces continuó penetrándolo, empujando dificultosamente centímetro a centímetro de su formidable polla, hasta que estuvo completamente unido al muchacho.

 

Al sentirse totalmente dentro, hizo una pausa dejando que los segundos se deslizasen lentamente mientras ambos se acariciaban con cálida desesperación, hasta que fueron las caderas de Francesco las que marcaron nuevamente el ritmo, dentro, fuera; dentro, fuera.

 

-Ahhhh, siiiiiiii, maaaaas.

 

Lenta y firmemente, arrancando jadeos y suspiros del más joven, Guido se concentraba en el delicioso cuerpo que se contoneaba bajo el suyo. Después de un tiempo, cambió un poco el ángulo de penetración y fue recompensado con un fuerte gemido. Había encontrado lo que buscaba.

 

Intensificó el ritmo de sus embestidas. Hundiéndose con más fuerza, penetrando con golpes secos, mientras Francesco se arqueaba y se movía contra él, haciendo todo mucho más intenso de lo que hubiese esperado.

 

Solo las manos de Francesco crispándose en su espalda avisaron a Guido de la inminencia del orgasmo del joven, y las fuertes contracciones de su esfínter arrojaron al mayor al suyo.

 

Guido se desplomó jadeante sobre el cálido cuerpo que lo había acogido, respirando dificultosamente y dejando que la naturaleza siguiese su curso antes de abandonar por completo la calidez que era Francesco.

 

Pero aún no era suficiente...

 

Guido con movimiento rápido se acercó al falo del pequeño, quien sintió como su respiración se entrecorto, sus latidos se volvieron inestables y su fiebre se volvió verdadero ardor cuando sin poder evitarlo hecho la cabeza hacia atrás exponiendo su cuello, se aferro con fuerza a un par de hombros morenos y gemía con fuerza tratando de ahogar algo de sonido en su garganta al ver apresada su intimidad por una calidez y una humedad que bien podría confundir con un verdadero cielo, esa calidez ambulante recorrió su dureza poco a poco hasta encontrarse toda dentro de la boca del mayor, quien jugueteaba con el glande del pequeño otorgándole lengüetazos dentro de su boca con la cálida lengua, ayudado por una mano, y posteriormente se acercó aun mas al cuerpo del pequeño entre sus piernas abiertas, su miembro sacaba chispas y estaba listo para librar una nueva batalla. Instintivamente alargo la mano libre y coloco un dedo en la entrada del pequeño, haciéndolo soltar una nueva exclamación.

 

-Aaah!!-

 

Un masaje circular acompañado de una pequeña presión en su entrada lograron que empujara con ritmo su pene una y otra vez dentro de la boca de Guido que lo recibía con suavidad, lo apresaba con los labios y marcaba su camino de salida con los dientes muy ligeramente, el ritmo comenzaba a volverse intrépido cuando Guido simplemente abandono toda atención al pequeño cuerpo dejándolo descansar sobre el, sin irrumpir en su interior con aquel dedo que lo acariciaba, sin dejarlo terminar en su boca... simplemente había cesado de golpe, pero Francesco podía sentirlo bajo de el, entre sus piernas, aquel miembro despierto y su jadeante respiración, deseosa... quería más de aquello... quería apagar aquella nueva fiebre que le quemaba ligeramente la corteza de sus sentidos.

 

-Guido...Guido... Murmuro el pequeño mientras hundía el rostro en el cuello de su amante y trataba de brindarle placer, de incitarlo a seguir, imitando las acciones que el mismo había sentido en su cuerpo, acariciando esa piel con sus labios y su pequeña lengua, la punta de los dedos de la mano derecha de Guido subieron por su espalda desnuda con sensualidad, al tiempo que por la sensación, Francesco marcaba su cuello con ligeras mordidas, con intensos besos, con tibia saliva, una leve sonrisa surco sus labios sin que el pequeño se diera cuenta cuando este por si mismo seguía buscando contacto con su altiva dureza y claro que lo deseaba.

 

Y lo tomaría otra vez...no podía esperar mas tiempo..., no podía resistirse mas tiempo a ese cuerpo exquisitamente formando que se le antojaba frágil y sencillamente hermoso como una fina pieza de cristal cortado, y sus nalgas... aquellas nalgas de esa especial forma, redondeadas, respingadas, como invitándolo a entrar en ellas... Ahggg solo de pensar estar dentro, casi se acercaba al orgasmo.

 

Con Suavidad pero con un moviendo rápido el mayor coloco al niño de espaldas al colchón, su pecho subía y bajaba, su corazón quería salírsele, arrojarlo lejos para que dejara de latir con tanta fuerza antes de que Guido lograra escucharlo, pero tuvo que rendirse a la desesperación del sonido de su latir, cuando ante sus ojos, se presento Guido de pie, estático, y sin casi parpadear sus bellos ojos involuntariamente se centraron de inmediato en la entrepierna del adulto comprobando la longitud de esta, consiguiendo  que un arrebatado rubor inundara sus pómulos que fueron prontamente acariciados por finos labios y un estremecimiento en su esfínter que esperara ansiosamente la entrada de esa magnifica polla, movió una mano temblorosa hacia el cuerpo que aun no descansaba completamente sobre el suyo y con timidez simplemente rozo aquella extensión... aquella carne que era la mas ardiente en el cuerpo de aquel.

 

-mmuhhm-

 

El ligero jadeo pinto con su matiz el momento, provocando que Francesco apartara su mano de inmediato, demasiado temeroso, demasiado tímido... demasiado impaciente por saber que seguía...

 

-Date la vuelta...-

 

Las palabras golpearon suave su conciencia que lo hizo obedecer con calma, se giro en la cama hasta darle la espalda por completo a aquel hermoso ser que no podía ser clasificado jamás a su punto de vista, demasiado hermoso para ser un demonio, demasiado irresistible para ser un ángel, y el se esforzaba por comprender, por sentir, por corresponder...seguía siendo asaltado por ligeros mareos y temblores, estaba enfermo, enfermo de sensaciones, aunque no enfermo físicamente, ya no sabia distinguir, y su mundo se volvió aun mas ambiguo por que mientras en la calle el viento lograba que las hojas siguieran tapizando el suelo gris e infértil, Guido tapizaba de besos su espalda tibia y suave... y las ramas de los árboles cerca de las ventanas vecinas rasgaban con arritmia los cristales..mientras dedos suaves, trémulos le acariciaban desde esa posición de arriba abajo, poco a poco, las sabanas se tiñeron de sudor y perdieron su forma al ser tremendamente sujetas bajo los puños de pequeñas manos que buscaban descargar un poco de lo que sentía su dueño al sentir una invasión en su entrada...y las manos de Guido seguían en su cadera y sujetaban ligeramente sus glúteos separándolos, mientras su largo cabello acariciaba la esbelta espalda y perdía su lengua en el sabor del interior de Francesco, que aun tenia su propio sabor por la corrida anterior, que se removió ligeramente ante la invasión, que expandía sus paredes, que robaba su cordura y que además lubricaba el camino para lo que seria nuevamente una intrusión mayor.

 

-Aah! Ah!...-

 

Jadeaba y movía la cabeza de un lado a otro, armando una serenata de gemidos para degustar los oídos del mayor.

 

-En este momento, soy tuyo Francesco...te deseo...-

 

El interior del chico había sido abandonado para sentir al otro subir por su espalda hasta murmurar cerca de su oído, se estremeció, cuando el capullo de Guido presiono contra su entrada... suaves besos caían en su nuca y la parte alta de su espalda, decoraban sus hombros mientras la intensa respiración de ambos acariciaba el aire, caían lentamente en ondas del deseo más puro, de la cordura mas desquiciada y de la estabilidad más frágil. Poco a poco el dolor se extendió acompañado de una deliciosa sensación por todo el cuerpo del chico que cerro sus paredes con fuerza apresando el miembro que acariciaba su interior, que buscaba sus entrañas y que comenzó a moverlo sobre las sabanas en un vals guiado por un vaivén ligero que le hizo cerrar una vez mas los ojos, morderse el labio inferior y liberar poco a poco su propia pasión, mientras Guido liberaba la suya en el, roncos gemidos y jadeos mancharon las paredes, lo abstracto de la situación se volvió hermosamente decorativo mientras las caderas de Francesco eran subidas lentamente dándole un mejor ángulo de entrada a su amante, además de permitirle alcanzar el pequeño miembro a comparación del suyo propio y lograr rendirle tributo al ritmo de sus estocadas..

 

-Ah...Aah!! Des..Despacio..,

 

Pero la voz suplicante de Francesco, era sencillamente ignorada por las embestidas que aumentaban en ritmo y profundidad al mismo tiempo que su entrepierna seguía siendo atendida.

 

-Guido! Guido!!-

 

El mayor había dicho que era suyo... pero la realidad era otra... la realidad era que Francesco pertenecía a el, el era el único esclavo ahí... el único sirviente, y el ardor de su piel en fricción con la otra se lo comprobaba, mas besos limpiaban el sudor de su espalda mientras seguía bailando al ritmo de su compañero, los besos variaron hacia su cuello y logro sentir perfectamente la respiración acelerada de palabras erráticas, movimientos furiosos que convertían el dolor en infinito placer comenzaron a llenar sus sentidos igual que aquella intrusión llenaba su interior... un poco de liquido pre-eyaculatorio salio de su interior de golpe causándole la primera perdida de conciencia, la mano de Guido no ceso mientras un espasmo lo recorrió y su entrada seguía siendo tomada con la misma cadencia.

 

-Eres delicioso...-

 

De nuevo aquellas palabras con voz profunda cerca de su oído antes de que su lóbulo fuera apresado con aquella boca que había dejado a su lengua vagar en su interior...y un poco mas de liquido lo abandono, la mano en su intimidad rodeo su glande y volvió al ritmo de las embestidas subiendo y bajando.

 

-mmm..AHH! Ss..Guido!!-

 

El placer era tanto que desbarataba su realidad y se vio obligado a cerrar los ojos...electricidad pura era lo que cargaban sus células, lo que lo hacia gritar y suplicar por mas... un poco más....

 

El nombre de uno nació en la boca del otro..cuando ambos alcanzaron el final de aquella frenética danza, la mano de Guido se vio bañada de un liquido tibio mientras el mismo se derramaba dentro de aquella entrada que dejo caer unas gotas de sus esencia en sus ultimas estocadas...sus pechos agitados y sus mejillas rojas se desplomaron en la cama...el salio con cuidado... con casi amor... mas de su liquido dejo el cuerpo de Francesco mientras lo hacia y ante los ojos del chico llevo la mano donde había recibido el liquido del niño a su boca, paso la lengua por los dedos degustando aquella esencia hasta beberla entera, como gato lamiendo leche.

 

-...mmm...- exclamo como si comiera un platillo delicioso.

 

Esto último solo arranco un último estremecimiento en el cuerpo del chico que busco refugio bajo las sabanas y sobre su pecho...trataba de calmar su respiración...su corazón... su espíritu...sudaba y su piel comenzaba a sentirse más fresca, se atrevió a hablar pues temía quedarse dormido de un momento a otro.

 

En ese momento dio la cara a su amante para hablarle y al cruzarse las miradas, Guido quedo como petrificado, el rostro que veía, el cuerpo que había disfrutado no eran los del Piccolo Francesco, ante el se encontraba Occhi en toda su madura sensualidad observándolo con mirada complaciente, como retándolo a un nuevo episodio sexual.

 

Guido se cubrió el rostro y empezó a recriminarse.

 

-¿Qué he hecho?, ¿Qué he hecho? He tenido sexo con Occhi pensando que era Francesco o acaso ¿he tenido sexo con ambos? Preso de la desesperación, tallo sus ojos fuertemente mientras lanzaba pequeños gritos de desesperación...

 

... Despertó, empapado en sudor y con el boxer totalmente mojado de su propio semen, pero eso... no le tranquilizo.

 

 

A varios kilómetros de distancia Occhi se incorporo de la cama, con la respiración entrecortada.

 

Desde el día que lo poseyera Guido no había tenido cara para ver a Ángelo, Joseph y Benjamín a la cara. Sentía que tenía una "t" en la frente de traidor.

 

Además esos sueños eróticos donde el era poseído lo tenían desconcertado si el amaba a Michael porque añoraba sexo con alguien con quien no recordaba como había sucedido.

 

O era tal vez que su fantasía sexual y sueño húmedo en los últimos meses con Michael... era ser poseído por su pareja y se lo cumplió un extraño y río con amargura, su primera vez fue borracho, no se acordaba y con alguien que no era su pareja.

 

Se vistió y salio a caminar a los jardines.

 

En tanto, Guido se levantó rápidamente, se aseo, vistió y salió hacia la casa de Andrea, necesitaba hablar urgentemente con Occhi, algo dentro suyo había cambiado, mientras se aseaba estaba reflexionando seriamente en su condición: 33 años, exitoso profesional, muy atractivo pero solitario.

 

Desde el tiempo que había estado en la facultad con Andrea y los demás compañeros de generación, siempre había sido muy reservado, no le gustaba convivir con grupos grandes de gente, no asistía a fiestas y por lo tanto su vida sentimental se concretaba a fugaces encuentros casuales sin ningún tipo de compromiso por ninguna de las partes.

 

Su fama de casanova era mas una leyenda que debido al tamaño de su falo, Andrea y otros compañeros de generación le habían inventado, que una realidad, es mas ahora recordaba fielmente como había iniciado su vida sexual a una edad no tan temprana (20 años) como el resto de sus compañeros con un compañero de la facultad y mas por casualidad que por estar así planeado, ya que ese día a fuerza de tanta insistencia de parte de Andrea, es que se encontraba en ese evento deportivo de la universidad donde se acerco aquel muchacho y se le insinúo para tener sexo, sin que ambos supieran que para el otro era su primera vez. Así son las ironías de la vida. Ambos jóvenes habían tenido su primera vez en circunstancias muy raras.

 

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Sogni con i vostri occhi della foresta nel solitude di citadina. Sueño con tus ojos de bosque en la soledad citadina

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Al llegar a la casa, pidió al empleado hablar inmediatamente con Occhi, pero al llegar se topo con Marcello y Vincenzo que estaban ya casi partiendo a Sicilia.

 

-Buenos días Marcello, Vincenzo, con todo respeto para tu pareja, dirigiéndose a Marcello, luces hermoso con el embarazo, te ha caído muy bien.

 

Marcello le contestó, pero su mirada era melancólica pues su piccolo no le hablaba y siempre estaba encerrado en su habitación, negándose incluso a ir con él a Sicilia.

 

-Eres muy amable Guido, respondió Marcello, pero cada vez es mas complicado para mi realizar todas mis actividades ya que me da sueño y solo quiero dormir y comer todo el día.

 

-Ya le he dicho que tiene que bajar su ritmo de trabajo, por ello nos vamos a mudar a Cagliari, respondió Vincenzo, desde aquí puede manejar sus negocios y además tu mismo nos ayudaste a ingresar a Francesco al Liceo para que continúe sus estudios aquí.

 

Un acceso de tos ataco a Guido al escuchar el nombre de Francesco que le recordó el erótico sueño que tuvo con el pequeño quien fue el blanco de sus mas profundos deseos, sin embargo, ni Marcello ni Vincenzo notaron nada extraño, en ese repentino ataque y lo atribuyeron al fresco de la mañana.

 

Después de mediar un par de palabras sin sentido mas, Guido se despidió de ellos deseándoles un buen viaje. Acto seguido, entro a la casa y fue directamente al cuarto asignado a Occhi, el cual se encontraba en la planta alta.

 

-Buon giorno Occhi, come è voi? (Buen día Occhi, ¿como estas?)

 

Después de la caminata había regresado aún con varias dudas en la cabeza y no espero encontrar al culpable de sus pensamientos tan pronto y decidió actuar con naturalidad.

 

-Buon giorno Guido ¿a quello deve così presto la vostra chiamata? (Buen dia guido, ¿a que se debe tu visita tan temprano?)

 

-Vengo a hablar contigo, le respondió seriamente.

 

-Pues tú dirás para que soy bueno, porque tengo muchas cosas que hacer, ahora que falta  M i c h a e l, debo arreglármelas para atender a los niños, y hacer algo para no estar como parasito en esta casa.

 

Remarcó el nombre de su esposo a fin de ahuyentar su vergüenza al saberse su compañero de sexo.

 

-Por favor Occhi, no dramatices, tú sabes que aquí has sido bienvenido junto con tus hijos, sobre todo el mayor. Y al decir la última frase la condimento con un poco de ironía.

 

-Tú lo has dicho, aquí el bienvenido es mi hijo Ángelo, no yo. Respondió fríamente el castaño.

 

-Bueno, no te pongas así, solo era una broma, le atajo el abogado, acercándose y tomándolo por la cintura, abrazándolo y tomándolo de las manos.

 

Entre desconcierto, miedo y nervios sintió su cuerpo ser presa de ese tipo que se estaba tomando demasiado libertades.

 

Suspiro pues se sentía culpable de los atrevimientos del moreno.

 

-¿Te placería acompañarme a desayunar? -soltó Guido.

 

 -No, gracias ya te dije que tengo que atender a los niños, Enrico se ha ido a arreglar algunos asuntos y yo tengo que darles de desayunar y vestir a mis pequeños.

 

-Pero eso es muy fácil de arreglar yo solo...pero no pudo terminar la frase ya que fue interrumpido por un par de rapazuelos que alegremente entraron en el cuarto.

 

-Sr, Guido, Sr. Guido buon giorno, dijeron al unisono. Joseph y Benjamin.

 

-Buon giorno bambinos.

 

-¿Habéis venido para llevarnos a comer helado otra vez? Pregunto el pequeño Benjamin.

 

-No, no en esta ocasión, respondió Guido e inmediatamente el pequeño castaño puso cara triste haciendo un pequeño puchero del tipo decepción.

 

-No te pongas triste pequeño, en esta ocasión he venido a invitar a Occhi, pero al parecer no quiere...

 

-Papá, ve con Guido nosotros nos podemos quedar aquí -argumentó Joseph- Enrico no debe tardar y nosotros podemos esperar viendo televisión o jugando, en verdad no daremos mucha guerra y prometemos portarnos bien.

 

Estos argumentos tiraron por tierra todos las excusas que tenia Occhi para negarse y finalmente decidió aceptar la propuesta de Guido, quien salió con el par de torbellinos al cuarto de televisión.

 

Occhi se puso la mejor ropa que tenia y después de unos minutos salieron de la mansión, rumbo a un restaurante cerca de la playa que visitaba muy seguido Guido y al cual pensó que le gustaría ir a Occhi.

 

El viaje fue casi silencioso, Guido iba maquinando todo el discurso que tenía preparado para Occhi, mientras este último solo disfrutaba del paisaje mediterráneo.

 

Al llegar solicitaron una mesa apartada con vista al océano, para poder platicar sin ser molestados.

 

Occhi, como ya sabía los estragos que le ocasionaba el alcohol, no pidió más que café doble tostado y jugo, Guido pidió una mimosa (vino blanco espumoso con jugo de naranja).

 

-Occhi, ¿Qué has pensado hacer? En dos días tendremos que viajar a cobrar el premio de la lotería y aun no me has dicho que inversiones piensas hacer.

 

-Tú bien sabes que yo no sé de esas cosas, respondió Occhi.

 

-Pero ¿realmente vas a utilizar la casa de los Podesta en Sicilia?

 

-Claro ¿ya me comprometí no?, además los niños deben regresar cuanto antes al colegio y ese es un asunto que debo atender cuanto antes, nuestras vidas deben volver a la normalidad.

 

Tratando de convencerse más a él que poner tierra de por medio con su "amigo de sexo" se le quitaría el sentimiento de culpable.

 

-Occhi... y... ¿si yo te pidiera que te quedaras en Cagliari conmigo?

 

-Pensaría que estás total y completamente loco, porque ¿para que querrías que me quedara aquí?

 

-¿Para que te tendrías que ir? Contraataco Guido.

 

-Mis hijos deben asistir a la escuela y acompañar a mi Ángelo ahora que Francesco va a quedarse aquí con su padre y Andrea, además realmente se ha hecho un esfuerzo enorme para que los acepten en el San Francisco.

 

-No menos de lo que se puede hacer para que ingresen al Liceo de Cagliari.

 

-A ¿qué te refieres Guido?

 

-Occhi, mi querido Occhi repitió Ochhi con complacencia, en este país, todo se puede si tienes los recursos y las relaciones adecuadas.

 

El castaño malinterpreto sus palabras al principio pues imagino que se refería a que su relación de cliente y abogado darían paso a ser su amiguito.

 

-¿Quien crees que arregló la estancia de Francesco en el Liceo?, pero vamos por partes.

 

Al ver el desconcierto en el rostro tomo aire para hablar con voz profunda.

 

-Tu hijo mayor hasta antes de conocer a Francesco tenia que vivir en una pensión cierto? -el castaño asintió-.Y su estancia en el colegio dependía de una beca que para mantenerla debería obtener excelentes calificaciones?

 

Movió afirmativamente la cabeza.

 

-¿Me sigues? - nuevamente afirmo con un gesto-.Si, bueno pues ahora las cosas han cambiado tu tienes los recursos para poder costear los estudios de tus 3 hijos y por lo tanto, ya no debes preocuparte por mantener una beca, además tus hijos traen excelentes notas.

 

Tu preocupación mayor es la educación de los niños, bueno pues el Liceo de Cagliari es tan bueno o mejor que el San Francisco. Analiza las ventajas y te darás cuenta que hay mas cosas a favor de quedarte en Cagliari que de irte.

 

Su cerebro de artesano, pensó no le dejaba de nuevo conectar que tenían que ver las buenas notas de los chicos con Cagliari.

 

-Tu futuro yerno aquí tiene sus negocios, Ángelo estaría encantado de quedarse aquí y continuar la escuela con su fratello Francesco, además de que no lo alejarías de su prometido. Por otra parte Enrico y Luciano también deben regresar al colegio y Enrico por esa promesa que hizo, tendría que viajar a Sicilia y separarse de su hermano, con lo que estaría más vulnerable a los planes de sus padres de casarlo por conveniencia -no le importo usar al pelirrojo a su favor con tal de convencerlo y mas al ver que no había pensado eso.

 

-....

 

-Si Enrico se queda aquí, todos podríamos cuidarlo.

 

-No había pensado en eso Guido, pero tienes razón. ¿Entonces tú puedes ayudarme con los trámites escolares para los chicos? -dijo en tono de duda y viendo como salir de su propuesta sin ser grosero.

 

-Claro, será un placer solo tengo que hacer unas cuantas llamadas y listo.

 

-Gracias, Guido en realidad has sido de mucha ayuda, -y dejo empezar a caer el porque no podría quedarse- pero tendría que ver donde vamos a vivir, porque no puedo abusar eternamente de la amabilidad de Franco y Andrea.

 

-Para eso yo tengo la solución y eso es parte del porque te invite a desayunar hoy.

 

-Yo pensé que solo querías convencerme de quedarme en Cagliari y con tus argumentos me has dejado pensando alguna que otra cosa y prometo que cuando regrese de Sicilia te daré una respuesta  -le respondió a un sorprendido Guido.

 

-Antes te pedí "Quédate en Cagliari conmigo" y a eso me refería exactamente.

 

-Pero, ¿me estas pidiendo que me vaya a vivir contigo? -dijo ahora con demasiado temor, la platica no iba a donde él quería.

 

-Tú y tus hijos. Nada más y nada menos.

 

-Pero eso sería como empezar una relación y yo no estoy listo para comenzar una relación. Guido por favor compréndeme -en esta ocasión no quiso argumentar tiempo sino que su duelo por Michael no había terminado.

 

-Lo que comprendo es que has sufrido mucho, que la vida, aparte de tus hijos, te ha dado muy pocas satisfacciones, que tu hijo mayor se va a casar muy pronto, que tienes dos hijos pequeños que también son fértiles y que tarde o temprano van a hacer su vida lejos de ti y que tú después de la muerte de Michael te has quedado solo, muy solo y que tienes necesidades, y que necesitas alguien que te haga y con quien hacer el amor -su incomodidad se reflejo en teñirse sus mejillas como un tonto adolescente-. Y que yo también estoy solo y a veces pienso que hasta amargado. Todo eso es lo que comprendo.

 

Se paró pero se volvió al sentar al ser jalado por el abogado.

 

-Dime, continuo Guido, que lo paso en mi despacho no te movió ni una sola célula, dime que solo te calmo la calentura y ya no insistiré.

 

Al ver que no aceptaba sus excusas trato de darle por su lado y sabía que el tenía como principio no casarse con nadie y decidió cambiar de estrategia y usar ese punto a su favor.

 

-Ti... tienes razón Guido, en todo lo que has dicho, me has abierto los ojos y yo solo te pido que me des tiempo para asimilar todo esto y con gusto iré a tu casa, pero solo como tu esposo, no quiero ser "el otro" ni ser el blanco de las criticas de la gente...

 

Occhi pensó que con la palabra del matrimonio lo espantaría.

 

-¿Criticas? Le respondió Guido, te has dado cuenta las miradas que te arroja el cantinero desde que llegamos, no, tu no levantas criticas, tu inspiras deseo. -Mesero la cuenta por favor.

 

La saliva se le hizo bolas en la garganta, pues en primera el ojinegro no se espanto y ahora hasta le levantaba la autoestima y empezó a toser. Guido le dio unos pequeños golpes en la espalda.

 

-¿Podemos ir a un lugar mas privado? Pregunto Guido...

 

-No... no gracias tengo que regresar, recuerda que no es bueno que los niños estén pegados todo el tiempo a la tele. Además se que no te gusta perder, pero -volvió a la carga para alejarlo- el matrimonio es ceder ante tu pareja por el bien de ambos.

 

-Jajajajaja, mi querido Occhi no vas a perder nada solo ganar...

 

-Si tu lo dices... pero quiero regresar para ver que van a comer los chicos...

 

-Me rindo... -vio con humor a su acompañante- por el momento.

 

Y sin pedirle permiso se trato de hacerse de la pequeña boca.

 

Occhi viendo su movimiento y como si fuera su máximo principio.

 

-Lo siento no pienso volver a besar a nadie que quiera un rato de sexo.

 

Lo que no sabía el castaño es que estaba cavando su propia tumba porque Guido en toda su vida no había invitado a vivir a alguien con él y menos hacerlo parte de su vida sin un compromiso serio de por medio.

 

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Sogni con i vostri occhi della foresta nel solitude di citadina. Sueño con tus ojos de bosque en la soledad citadina

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Non ti scordar di me! *

¡No te olvides de mí!

 

Partirono le rondini

Partiran las golondrinas

 

Dal mio paese freddo e senza sole,

De mi pueblo frío y sin sol

 

Cercando primavere di viole,

En busca de una primavera de violetas

 

Nidi d'amore e di felicità

Nidos de amor y de felicidad

 

La mia piccola rondine partì

Mi pequeña golondrina se ha ido

 

Senza lasciarmi un bacio

Sin dejarme un beso

 

Senza un addio partì

Ha partido sin decirme adiós

 

Non ti scordar di me;

No te olvides de mi

 

La vita mia legata è a te

Mi vida esta unida a la tuya

 

Io t' amo sempre più

Yo te amo siempre más y más

 

Nel sogno mio rimani tu

Sigues presente en mis sueños

 

Non ti scordar di me

No te olvides de mí

 

La vita mia legata è a te

Mi vida esta unida a la tuya

 

C'è sempre un nido

Siempre hay un nido

 

Nel mio cor per te

Para ti en mi corazon

 

Non ti scordar di me!

! No te olvides de mi!

Notas finales:

 

* La canción: Non ti acordar di me, música, de Ernesto de Curtis; texto, de Domenico Furnò fue escrita especialmente para la película del mismo nombre.

We would like to specially thank Luca & Jeff for being an outstanding inspiration.

Komka Daisuke

 

 

 


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