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Ángelo por Komka Daisuke

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Notas del capitulo: Un capitulo mas, esperamos que les guste y nos dejen muuuchos reviews...
 

Andrea vuelve a casa

 

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La vita è così effimero come un momento da non vivere. (La vida es tan efímera como un instante para no vivirla)

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Después de un largo tiempo de estar atendiendo sus asuntos, Andrea se dirigía a casa, con la satisfacción de haber concluido una jugosa negociación que le reportaría una grosera cantidad de euros a su ya de por si abultada cuenta de cheques.

 

Dentro de los beneficios obtenidos, se encontraba una lujosa mansión aún más grande que la que actualmente poseía, y que había pertenecido a uno de sus deudores quien al no poder pagar sus cuentas, ni el mantenimiento de la mansión, la había ofrecido como pago. Andrea que conocía perfectamente la propiedad, no dudo ni un momento en aceptarla, sería su regalo de bodas para Francesco y estaba seguro de que le encantaría.

 

Dicha propiedad se encontraba fuera de la zona metropolitana de Cagliari en las montañas Serpeddì, rodeada de exuberantes bosques y diversa fauna silvestre.

 

Contaba con una enorme piscina romana, suficiente para 10 personas y la alberca normal adyacente a esta, tenia la forma de una gota y todo el conjunto se encontraba dentro de una enorme burbuja de vidrio, con clima controlado, ya que al encontrarse dentro del bosque, el clima era un poco frío, pero ahí, este era siempre perfecto.

 

Contaba con una enorme caballeriza que precisamente se encontraba al margen de un "pequeño" lago artificial donde habitaban diversas especies de peces comestibles y el cual contaba en sus orillas con diversas palapas con asadores, una amplia zona de juegos y un extenso campo de gotcha (muy americano para el gusto de Andrea) pero que estaba seguro que sus cuñados (refiriéndose a los hermanos de Ángelo) lo disfrutarían enormemente.

 

Ahí acababa de dejar a un hermoso corcel negro, inglés pura sangre, al que recién había nombrado "impetuoso" en honor a Francesco, que paseaba placenteramente al lado de "fantasma" otro hermoso ejemplar blanco que Franco había comprado para regalarlo a Ángelo y que había pedido a Andrea que le cuidara en tanto llegaba el momento oportuno para regalárselo.

 

Para los pequeños hermanos de Ángelo, se habían dispuesto de dos caballos un poco más jóvenes que los anteriores pero no por ello menos hermosos, que seguramente les encantarían.

 

Andrea a pesar de su fachada de hombre rudo, era una persona muy considerada y poco egoísta hasta cierto punto sentimental, Franco había llegado incluso a llamarlo cursi y mofarse de el, cuando en el colegio lo había descubierto pintando corazones en sus cuadernos. Por ello no era raro verlo que además de pensar en su amado, también considerara a los demás pequeños de la familia.

 

Y bueno, eso era solo el exterior, el interior de la lujosa mansión era deslumbrante, diversas figuras de setos adornaban todo el rededor de la mansión, igual se podía encontrar una foca que un zorro, y un unicornio que un hermoso bonsai.

 

La planta baja albergaba un gran salón con decoración antigua, armaduras, espadas de todo tipo y vistosas banderas adornaban cada rincón, junto a diversos cuadros, representando escenas épicas.

 

El majestuoso comedor contenía una enorme mesa que difícilmente se podía alguna vez llenar con todos los miembros de la familia.

 

Un poco apartada, la enorme cocina estaba lista para preparar comida para un ejército.

 

Y por último una serie de despachos coronados al final del pasillo por una amplísima biblioteca con lo mejor de dos mundos; el antiguo, con ediciones especiales de libros de todos los temas y el moderno, con dos ordenadores cargados con lo más avanzado en tecnología digital.

 

Al centro de la mansión y partiendo del gran salón, se ubicaba la gran escalinata que por dos vías dirigía a la planta alta de la mansión donde se ubicaban diversas recamarás, lujosamente amuebladas cada una de ellas, con estilos diferentes, así por ejemplo existía la habitación turca, la japonesa, la occidental etc.

 

Y para terminar, el enorme torreón que albergaba algo así como un laboratorio de ciencias donde se encontraba un telescopio, demasiado grande para estar en una casa, pero que seguramente le encantaría a Francesco, pensó.

 

Todo eso era el regalo especial que Andrea tenia para Francesco a su regreso, muy ajeno estaba a pensar que la huelga de piernas cerradas aún le esperaba.

 

Desde que había iniciado con ese negocio y a causa de ello se había tenido que ausentar por más tiempo de la casa y después con los problemas de Enrico y la partida de Luciano, su relación con Francesco se había vuelto muy fría.

 

Francesco demandaba su presencia, pero él se encontraba muy ocupado en sus propios asuntos por lo que el chiquillo lo había considerado una desatención de su parte o incluso una falta de interés, nada mas lejano a la realidad, pero Francesco se encontraba dolido y siempre que Andrea se acercaba, el pequeño lo rehuía y últimamente se había negado a tener relaciones con él e incluso, casi no le dirigía la palabra.

 

Ahora eso tenia muy preocupado a Andrea ya que él seguía amando a su pequeño y tenía mas que nunca la firme idea de hacerlo su esposo, con él y con nadie más quería compartir su vida, ese chiquillo se le había metido en la piel, en su corazón y en cada fibra de su ser.

 

En todo ello venia meditando cuando por fin llego a su hogar, entro velozmente con el auto hasta la entrada principal, descendió del vehiculo y dando ordenes a su escolta de guardar el vehiculo y tomar el siguiente día libre, entro a la mansión.

 

Pasaban de las 10 de la noche por lo que, a excepción de la guardia, todos se encontraban durmiendo en sus habitaciones.

 

Andrea se dirigió a la habitación de Francesco y sigilosamente entro,

 

El pequeño se encontraba dormido, dándole la espalda, no estaba tapado por lo que la hermosa vista de su trasero hizo sentir a Andrea un cosquilleo en su entrepierna, en ese momento sintió unos deseos enormes de abalanzarse sobre el y poseerlo, sin embargo, se trato de calmar, tenia algo importante que hacer antes de intentar algo.

 

Deseaba con ansias saborear el sabor de esa piel destapada, sentir todo su ser bajo el tacto de sus dedos, contemplar sus bellos ojos castaños, sentir el calor de sus labios cuando los propios probaran los suyos, absorber su aliento y dar fin a ese tormento o castigo al verlo pasar y no poder extender sus manos hacía él para capturarle, para hacerle suyo, para devorarle y beber su leche hasta que no tuviera más sustancia...

 

En ese momento sus cuerpos estaban tan cercanos, Andrea había avanzado tanto que su cuerpo casi estaba sobre el del pequeño, con una considerable erección que difícilmente podía disimular bajo el ajustado pantalón. Sus caras casi se rozaban, las bocas se encontraban a unos cuantos milímetros, y entonces sucedió, basto un pequeño impulso para que se tocaran, en un beso rápido, pero repleto de una enorme carga emocional.

 

-Andrea... susurro el pequeño abriendo lentamente los ojos, para después incorporarse violentamente sobre la cama.

 

-¿Que diablos haces aquí?, pregunto enfadado Francesco.

 

-Hola mi amor, contesto el mayor, ignorando deliberadamente la pregunta del chiquillo.

 

-Te he preguntado que haces aquí, repitió con disgusto el pequeño.

 

-No quería molestarte pequeño, solo quería hablar contigo, pero veo que no es el momento mas adecuado, así que mejor me voy. Dijo Andrea dándole la espalda y dirigiéndose hacia la puerta de salida.

 

-E e es pera, dijo titubeante el menor.

 

-¿Qué era eso tan importante que me querías decir? Agregó.

 

-Nada tan importante que no pueda esperar. Respondió dolido Andrea, además tal parece que en estas últimas semanas mi presencia te molesta como si me odiaras.

 

En ese momento, Francesco ya no pudo contener más las lágrimas y levantándose, corrió hasta donde se encontraba Andrea y golpeándole el pecho, le pregunto:

 

¿Dónde has estado?...

¿Porqué me has dejado solo?...

¿Porqué me olvidaste?...

¿Por qué no me entiendes?...

 

Te odio porque me he envuelto un muñeco sin vida que no deja de soñar en tu sonrisa, en tus labios, en el calor de tu cuerpo en el mar de amor que guardan tus ojos, y a la vez me harta que seas tan infantil y a la vez me provoca… mas ante todo porque te amo.

Andrea, le miro con ojos tristes e intentó acariciarle la cara, mas Francesco le tomó la mano y le jaló hacía él...

 

Las miradas se encontraron y los labios se unieron ferozmente en un beso iniciado por un castaño que aun sentía un gran dolor dentro del pecho que le sofocaba y las lágrimas no paraban de fluir incontenibles...

 

Pronto el beso se volvió sumamente intenso.

 

Ninguno hablaba, sólo actuaban. Francesco parado sobre la punta de sus desnudos pies le besó el cuello hasta casi morderlo, envolviéndolo, seduciéndole y Andrea sólo se dejaba hacer dándose cuenta de que comenzaba a jalar de la diminuta pijama de su niño hasta alejarla de su cuerpo, quería tocarlo, quería sentirlo, palparlo hasta que expirara.

 

Pronto acabaron en la cama, la camisa de Andrea había quedado tirada, junto con la pijama del menor...

 

-Andrea...

 

-Dime pequeño.

 

-Te odio

 

-¿Y ahora por qué?, respondió no muy feliz Andrea, empezaba a cansarle ese juego de te quiero y te odio.

 

-Porque me has hecho adicto a ti.

 

-Tonto, le respondió arrojándole una almohada directo a la cara, - Entonces yo también te odio.

 

Mas las palabras y las acciones de su cuerpo eran totalmente diferentes, pues se metieron entre las sábanas a fin de descansar lo que quedaba de la noche pues Francesco tendría su primer día de clases dentro de algunas horas.

 

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La vita è così effimero come un momento da non vivere. (La vida es tan efímera como un instante para no vivirla)

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Ángelo cerró con desgano el libro que tenía en su regazo, mañana era el día que iniciaban las clases en el nuevo colegio.

 

-Franco te extraño mucho -le dijo al viento -mi amor...

 

Atrapando en el aire una figura irreal para abrazarla y besarla.

 

Con pasos lentos se dejo caer al lecho faltaba tan poco para que se fueran de la casa de Enrico que nuevamente sintió una opresión en el pecho en los últimos meses había vivido en diversos lugares que fácilmente pudo llamar hogar.

 

Con cuidado saco del libro que leía una foto de sus padres y hermanos que se habían tomado hace tan solo algunos meses cuando su padre conoció a Franco, a Francesco, al señor Marcello, Andrea y a Enrico.

 

-Papi cuanta faltas nos haces... -recorrió con cuidado el rostro de Michael- sabes papá después de que te fueras, papá ha comenzado a rehacer su vida con Guido, él es amigo de Andrea el novio de mi fratello Francesco.

 

Y como si estuviera enfrente de él empezó a contarle sus preocupaciones.

 

-Mientras Guido no era el novio de papá... según nosotros: Joseph y Benjamín era fabuloso. Pero sabes ahora los niños siempre están tristes y enojados con él... Enrico ha tratado desde que regreso de su luna de miel acercarnos a todos, hasta vino un médico a ver a papá hace unos días y no sé que le dijo que hizo que este encerrado todo el tiempo.

 

Una solitaria lágrima se perdió entre su piel para luego sentir la humedad en su cabello.

 

-Papá no habla con nadie... ni con Guido que le ha preguntado que tiene y hace un momento escuche que le pidió al esposo de Enrico, se llama Matt Mastroni, se apellida igual que nosotros, la dirección del consultorio y le llamó a fin de concertar una cita.

 

Yo no quiero que le pase nada, no te voy a mentir que me dio rabia pensar que todos los años que vivieron juntos se esfumaron ante la llegada de Guido, mas no deseo que le pase nada malo a papá.

 

Y con la preocupación de la desconocida enfermedad de su padre, se quedo dormido.

 

Guido manejaba con rabia, tenía más de una semana que Occhi se negaba a contestarle el teléfono y para colmo el trabajo se le había acumulado que no había podido ir a verlo en persona, pues se desocupaba casi hasta la media noche y sutilmente Matt le había dicho que las visitas tenían sueño después de las diez de la noche.

 

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La vita è così effimero come un momento da non vivere. (La vida es tan efímera como un instante para no vivirla)

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Con pereza le dio las buenas noches a su asistente para esperar al estúpido novio del castaño que había ido a revisar a casa de Matt.

 

-Si no llega en cinco minutos me voy a casa.

 

Sus manos fueron a su esbelto cuello a fin de darle un masaje, dos operaciones y seis pacientes lo tenían totalmente destrozado.

 

-Marco... Marco... necesitas unas vacaciones o vas a terminar en el hospital con tus pacientes...

 

Guido se sorprendió al escuchar que el doctor hablaba sólo, el asistente le había dicho que pasará directamente al consultorio.

 

-Buenas noches... Marco -dijo con voz profunda Guido.

 

Marco con flojera volteo a ver quien le hablaba y se encuentro con un varonil moreno.

 

-Guido... hola... buenas noches...

 

-Hola... venía a consultarte sobre la revisión que le hiciste a mi pareja.

 

-Vaya que las buenas noticias corren rápido, pues felicidades van hacer padres dentro de algunos meses...

 

Al escuchar van hacer padres dejo a Guido fuera de la realidad. Occhi era fértil.

 

-Perdón, ¿se encuentra bien? -con sumo cuidado jalo del brazo al alto moreno para llevarlo a una de las sillas y darle agua de la botella que estaba tomando.

 

-Occhi es fértil... -se dijo asimismo antes de caer desmayado ante la noticia.

 

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La vita è così effimero come un momento da non vivere. (La vida es tan efímera como un instante para no vivirla)

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Joseph se acomodo el cabello por quinta vez y se volvió a revisar el uniforme y examinar la figura que le devolvía el espejo. Sus ojos los sentía arenosos tenía muchas noches de no dormir bien ante la preocupación que su padre seguía enfermo y desde algunos días recluido en su habitación, por lo que no había tenido necesidad de irse a esconder a la casa de sus vecinos.

 

-Hoy Gaetano y yo ingresaremos a la escuela...

 

Enrico entró con un hermoso Benjamín bien peinado con una pequeña coleta que recogía su bello cabello castaño, pues a diferencia de hermanos y padres, el pelo le crecía tan rápido y como se veía siempre despeinado habían decido dejarle crecer la cabellera y sin contar que los lentes le daban un aire intelectual.

 

-Te vez guapo Joseph... -dijo con ternura Enrico arreglando la blanca camisa en el pantalón negro y el sacó color vino- anda vamos.

 

Gaetano caminaba alrededor del carro como fiera, su abuelo le había parado a las cinco de la mañana para bañarse y alistarse, sin olvidar el enorme desayuno que le dio, a pesar de sus ruegos que el únicamente comía algo ligero  en la mañana.

 

-GRRRRRR...

 

Gaetano estaba furioso, el cursi uniforme era demasiado formal para su gusto, pues en su anterior escuela no llevaba más que sus pantalones de mezclilla, tenis y la primera camisa que cruzara en su camino.

 

-Buen día Gaetano... -dijeron al unísono todos, riendo del coro que habían hecho.

 

-Buen día... Hola Joseph -se acerco a su amigo y dentro de poco su novio, pues el chico a pesar de tener casi su edad era muy tímido en el aspecto sentimental y a pesar de haberlo puesto en situaciones comprometedoras cuando iba a casa a jugar aún no lo había podido besar.

 

Eso si con alevosía le dijo que nadie debía tocarlo como él lo realizaba pues ese era un privilegio que como su mejor amigo únicamente el podía hacer, situación que había hecho que en los últimos días Joseph le huía con el pretexto de estar preocupado por su viejo, pensaba Gaetano, que notaba muy distante al castaño.

 

Aún recordaba el sin fin de veces que jugaba a hacerle cosquillas y como había deslizado sus manos por la espalda de Joseph mas sus grandes ojos y su sonrisa inocente le pedían con un odioso de "por favor no me toques ahí" para alejar sus manos de ciertas zonas que lo atraían como imanes.

 

El tiempo a la escuela no les llevo ni diez minutos, Enrico manejaba con cuidado, sin embargo, iba a bastante velocidad lo que no le molestaba a ninguno de sus acompañantes.

 

-Ángelo te duele algo, tienes ojeras y los ojos muy rojos -señalo el ojiverde a su copiloto, pues habían sentado por su seguridad atrás a los más pequeños.

 

Él castaño sintió un fuerte calor en su cara al sonrojarse, después de haberse quedado dormido, soñó que su padre estaba muy enfermo y como él y sus hermanos veían como iban desmejorándose y de repente la siguiente escena era en Arezzo exactamente era la tumba de su papá pero ahora su nombre era acompañado por de Ángelo Mastroni.

 

Joseph por su parte ya no le gustaba la forma de ser de Gaetano ya que le incomodaba últimamente tantas advertencias sobre la escuela y que antes de que hicieran amigos, tenía que seguir ciertas reglas de no dejar que nadie lo besara en las mejillas o abrazara, pues los únicos que tenían derecho a ese tipo de confianzas eran él y sus hermanos.

 

Para colmo Enrico se había ido casi todo el tiempo a estudiar con Ángelo y Francesco,  él por su parte para no ver a su padre había aceptado de buen gusto estar todas las tardes con Gaetano que lo tenía asfixiado con tantas recomendaciones, ya ni el pelirrojo lo trataba así.

 

Estacionaron el coche en el mar de automóviles del estacionamiento escolar, Enrico presionado el botón de la cajuela a fin de sacar las mochilas.

 

Gaetano se puso de malas cuando Joseph rechazo que lo abrazara y lo jaloneo del brazo al ver que Enrico y Ángelo llevaban a su salón a Benjamín.

 

-Suéltame que me lastimas -con dolor y tratando de zafarse el mediano de los castaños intentaba soltarse, mientras era llevado atrás de una camioneta azul.

 

-Ya te dije claramente... que quiero que seamos novios.

 

-Yo... yo... -el día de la boda de Enrico el tenía la ilusión de hacerse novio del chico americano, pero ahora ya no sabía si era buena idea- no quiero tener novio aún... -señaló débilmente,  la nueva relación de  su padre quien siempre les había dicho que amaba a su papi sobre todas las cosas y lo había olvidado por Guido le estaba envenenando sus ilusiones.

 

-Pues siento mucho ahora quieras cambiar de opinión - y viendo que en el estacionamiento no había nadie lo jalo para besarlo.

 

Joseph quería gritar pero su garganta se había cerrado y no podía emitir sonido alguno.

 

-Así me gustas calladito... y quieto.

 

Cerró sus ojos a fin de no ver la expresión de Gaetano, y quería morirse ese no era su amigo, al que le había confiado sus sentimientos acerca de su padre y el dolor de la pérdida de su papi.

 

La camioneta empezó a moverse al ser aventado el cuerpo del joven contra el vehículo y se regaño asimismo por tener abajo los cristales de las ventanas.

 

Un par de ojos grises semiocultos por una negra cabellera se abrieron con enojo.

 

Odiaba ser despertado a gritos, era la primera vez que daría clases en su antiguo colegio, pero el director le había insistido de la necesidad de que alguien con los conocimientos y con tan buena oratoria diera las clases sobre educación sexual a los estudiantes.

 

Los anteriores maestros como eran ya hombres mayores, sus clases eran obsoletas y no tocaban todos los medios para prevenir embarazos no deseados y sobre todo el uso de condón no lo tocaban más de lo necesario con la excusa de que en vez de informarlos los excitarían a probar otras pieles y como alguno dijo: al pecado.

 

Cuando escucho la negativa de un chico a ser novio de otro se odio por ser tan metiche en los problemas de los demás. Incorporándose con pereza vio en cámara lenta como iba a ser sometido.

 

Gaetano casi podía saborear los delgados y rosados labios que temblaban.

 

Cuando iba a tomarlos, cerró los ojos pero en vez de sentir la humedad de la pequeña boca, sintió como besaba una mano.

 

Al incorporarse y ver que estaban recargados de su lado saco su mano para tapar la pequeña boca para recibir él, el beso.

 

Joseph sintió en su cuello la respiración de alguien, mas al estar bloqueado lo único que dejaba manifestar su dolor eran algunas gotas saladas que mojaron la mano que cubría su boca.

 

Gaetano abrió de golpe los ojos para ver la mano cubriendo la boca además de que alguien tenía su cara en la nuca de su chico.

 

Con cuidado bajo del auto a fin de no golpear al tieso chico pues se había percatado que el pequeño estaba petrificado, y pensó que era pequeño al leer en el suéter que apenas iba en segundo año de secundaria, y cerró la puerta del auto y se quedo al lado del mudo jovencito.

 

-¿Qué edad tienen?

 

-A ti que te importa bastardo y aléjate de mi chico.

 

La mirada gris vio los castaños ojos y el cabello al hombro del chico le daban una apariencia frágil y aún más al ver lo delgado que era y no muy alto.

 

-Voy a cumplir trece -con esfuerzo salio su voz-  dentro de poco.

 

Gaetano estaba furioso nada le había salido como tenía pensado esa mañana y menos con el intrometido.

 

-Ya que no tienes ganas de hablar me llevo a Joseph -era el nombre que había leído y sin pensarlo apretó el control remoto para cerrar las ventanas y seguros del auto.

 

No había avanzado mucho cuando su negra trenza fue jalada por un furioso Gaetano.

 

Trato de no perder la calma al sentir como era jalado del cabello y sin darle tiempo al estudiante giro su cuerpo y con certero golpe en medio de las piernas dejo a un adolorido chico en el suelo.

 

-Vamos Joseph sino vas a llegar tarde a tu primer día de clases.

 

El mediano de los Mastroni seguía mudo ante todo lo sucedido. Camino a fuerzas al sentir como su mano era apretada por el pelinegro.

 

No supo que lo llevo abrazar al asustado chico y lo llevó por un camino diferente de los salones de secundaria y se metió con él al cubículo que le habían enseñado unas semanas atrás y el cual podría usar a fin de tener pláticas privadas con aquellos alumnos que necesitarán su orientación.

 

Durante un buen rato abrazo al castaño que poco a poco fue destensando su cuerpo para luego quedar dormido en los brazos del ojigris.

 

-Lo bueno de todo esto es que no tengo clases hoy... - suspirando dejo dormir al chico entre sus brazos y haciendo lo mismo dormir.

 

A varios metros de ahí Gaetano tenía una contradicción de sentimientos, se sentía mal por haber tratado de forzar a Joseph de ser su novio, estaba celoso del ojigris que se lo llevo y aún no podían aparecer en el salón de clases, pero tuvo que interrumpir sus pensamientos con la llegada del profesor.

 

Mas las horas pasaron y el temor que le hubiera pasado algo a Joseph lo hizo sentir un vil gusano a Gaetano al pensar que le pudiera suceder algo al castaño al haberse quedado atrás por tratar de ser el primero en probar la boca del chico ya no importaba sino que apareciera.

 

Más las clases iban pasando y nada del chico.

 

Mientras la angustia y el "no debí hacerlo" se repetían constantemente en una mente.

-AH... ah... -los sonidos salieron con pereza al igual que el abrir de sus ojos que se abrieron por completo al sentir el calor de otro cuerpo junto al suyo.

 

-Ay... -grito de espanto Joseph al ver una cabellera negra  y como estaba entre las piernas de aquella masa de pelos...

 

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La vita è così effimero come un momento da non vivere. (La vida es tan efímera como un instante para no vivirla)

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Con un sueño de menos y una herida de más, yo sé que puedo vencer el miedo y volver a empezar... con un sueño de menos...

 

 

Continuará............................

 

 

Notas finales:

El tiempo y el espacio es tan reducido que seguramente nos volveremos
a encontrar....

Komka 

 


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