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Ángelo por Komka Daisuke

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Notas del capitulo:

Hola, perdón por el retraso pero a veces la nostalgia y la pérdida de mis seres queridos, me tumba el buen ánimo. Como muchos saben esta historia la creamos entre Daisuke y Komka, es decir yo... a pesar de que ya tenía escrito algunas letras, cada vez que los veía, pensaba en Daisuke y es difícil. En fin la vida no para, por la tristeza, sino continúa. Este capítulo lo hice a petición de una de las chicas espero les guste. Perdón por no contestar sus comentarios...me pondre en eso. Gracias Hikaru.

Capítulo 38 La vita continua, ancora senza voi

                 (La vida continúa aún sin ti)

 

 

La maquinaria del reloj sonaba por toda la habitación. Levantó la vista y vio que era la una de la mañana se sentía inquieto. Estuvo tratando de dormir sin resultados, agregando que su boca estaba seca, se incorporó para ir por agua.

 

Al salir al pasillo se escuchaban claramente los sonidos de Andrea y Francesco:

 

-Vamos bambino, así... ah... ah... si.... Más... más... no creo aguantar más...

 

-Andrea, mi Andrea.

 

-Síííííí...

 

Después del último grito no tuvo necesidad de saber que era lo que había pasado en la habitación de enfrente.

 

Movió negativamente la cabeza, Francesco había presentado una amenaza de aborto, hace poco tiempo, y ya volvía a su vida sexual. Él en sí no se oponía que el joven mantuviera una vida sexual activa, pero su embarazo había estado en peligro, para no ser cuidadoso.

 

Camino lentamente hasta la escalera, cada día le costaba más trabajo el poder desplazarse por la casa.

 

Llegó a la cocina, más no prendió ninguna luz, la luna y la luz del jardín iluminaban el cuarto. Abrió una gaveta para tomar un vaso. En su mente estaban frescos los gritos de Francesco y recordó que en el mismo piso estaban la habitación de Joseph y Benjamín, tenía que hablar con el regazzo sobre ser más discretos sobre todo teniendo tan cerca a los pequeños.

 

Bebió con calma el agua. Miró el reloj de la cocina era mejor tratar de descansar.

 

Trató de no hacer ruido en su retorno. Al llegar a la puerta de Occhi la vio abierta. Desde que amoblaran la casa, le habían dado una habitación, a fin de tener privacidad. Por lo que pensó ir a dormir con Occhi, se había acostumbrado a pasar las noches abrazado del castaño, quien le prodigaba todo tipo de cuidados, aún no lo dejaba bañar sólo.

 

Al introducirse quedo sorprendido. Occhi estaba a punto de ser penetrado por Guido, los suaves murmullos de ambos varones, lo hicieron sentirse como intruso.

 

Occhi no supo que lo llevó a voltear para ver a Marcelo entrar a la habitación, Guido al ver a su pareja voltear a la puerta se sorprendió al ver la figura del moreno, quien únicamente susurro:

 

-¡Lo siento!

 

Inmediatamente salió de la habitación y se fue a su cuarto. Se sentó con desgana en la cama para luego cubrir su rostro con las manos, para dejar salir sus emociones y musitar en voz baja:

 

-Vincenzo, ¿porqué?

 

Desde la separación de su esposo solía llorar en soledad la separación, además de meditar que su embarazo no era producto del amor, sino de una fuerte atracción sexual, tenía claro. Sin embargo, los meses que había vivido con Vincenzo le fue tomando cariño y se había entregado a él sin ninguna condición. Preguntándose en qué había fallado, debió aguantarse su malhumor de ese día o hizo bien en separarse antes de que llegaran a la violencia intrafamiliar.

 

Sus lágrimas resbalaban en silencio.

 

El bebé se empezó a mover, empezando hablarle con ternura al pequeño al mismo tiempo que se acariciaba el vientre.

 

-Mi amor, lo siento, no es justo que sufras aún. Papá esta triste lo puedes sentir, se sienta mal por no tener a tu otro papi, pero no es bueno que los padres sean violentos, tal vez algún día me reclames por nuestra separación, pero quiero que crezcas con amor y no viendo golpes.

 

Suspiro antes de acostarse para seguir deslizando sus dedos por su estómago.

 

-Sabes ¿no sé cómo cuidar a tú hermano? Es bastante necio sobre cómo cuidar su salud, sin contar que yo a su edad no tuve una pareja como Andrea. Massimo nunca me trató mal o fue que debido a su muerte, no supe que era vivir en pareja. Estoy muy confundido, mi amor. Quisiera en este momento ser abrazado y cubierto de besos, sé que soy egoísta, pero ver tanto amor y no ser parte de ello, es muy difícil mi niño.

 

Marcello se acostó y en esta ocasión el sueño no tardo en llegar.

 

En la puerta Occhi y Guido, quienes por la prisa salieron desnudos, escucharon claramente el monólogo del ojiverde. Ambos se vieron y movieron afirmativamente la cabeza. Entraron despacio, cuidando de poner llave a la puerta.

 

La suave respiración era señal que Marcelo estaba dormido. Occhi no dudo en meterse a las cobijas y abrazarlo, para quedar frente de él, Guido por su parte pegó la delicada espalda en su pecho.

 

Ambos varones se vieron nuevamente antes de empezar a besar y abrazar más fuerte a Marcelo, quien al sentir en sus mejillas y cabello, las húmedas bocas, pensó que era un sueño, acoplándose al cuerpo de su espalda, su panza no lo dejaba acoplarse tan fácilmente.

 

Por lo que sorprendió a Occhi al darle un ligero beso en los labios para acomodarse en su cuello. Lo que le enterneció, pues el moreno estaba dormido totalmente.

 

-Vaya que Marcelo tiene el sueño pesado, Occhi.

 

Guido rió ante el hecho que al acomodarse Marcelo, sus nalgas quedaron exactamente en el miembro de Guido que aún estaba duro por no culminar el acto con su castaño.

 

-Guido -dijo con tono cansado y a la vez nervioso ante la respiración de Marcelo en su cuello y sus labios- Gracias.

 

-No hay porque dar las gracias, Occhi. Prometí que Marcelo y el bebé, estarían bajo nuestra protección, además me sirve de entrenamiento para cuando Joseph, Benjamín o el bebé, también necesiten de nosotros en cualquier momento. Sé que no siempre tendré humor para no enojarme o querer terminar primero en medio de tus piernas. Sin contar que no te imaginas lo difícil que es tener un par de nalgas enterradas en mi carne.

 

Occhi soltó una suave risa, antes de contestarle.

 

-Tú crees que yo no estoy igual. No sé que este soñando pero su aliento y boca en mi cuello no ayudan a que cierto amiguito mío, baje ¡Dios! Esta agarrándolo, que hago Guido.

 

-Primero tranquilízate.

 

Con cuidado dejó de abrazarlo, para ir al auxilio de Occhi. Se recostó atrás del castaño para poner sus manos en su propiedad, pero Occhi no pudo aguantar, de por sí estaba a punto de eyacular antes de qué lo penetrara Guido, y los suaves movimientos, que no dejaban de tomar con firmeza su falo, no ayudaron a que sintiera como su carne expulsaba el tibio líquido, estremeciendo al castaño.

 

Guido se sorprendió pero al sentir las nalgas de Occhi las separo para encajarse de forma rápida.

 

-¡Occhi!

 

-Guido.

 

Aún no se recuperaba cuando sintió como era invadido por su pareja. Para colmo del castaño, Marcelo cambio de posición por lo que ahora le daba la espalda. No pudo evitar estar en contacto con su trasero y más ante el empuje de Guido, que era suave y constante, para detenerse por momentos y acariciar los pezones del castaño que se habían vuelto un punto sensible.

 

Inconsciente de sus movimientos el cuerpo de Marcelo se acomodo a la anatomía de Occhi, el cual lo abrazo por inercia para dejar su cabeza en el cuello del moreno.

 

Occhi sentía estar en la gloria, al sentir las caricias de Guido, el grueso miembro en sus entrañas y la suave piel de Marcelo. No pudo evitar besar los cabellos con sumo cuidado y colocar sus manos en el vientre.

 

Mas en uno de los movimientos resbalaron sus manos hasta el miembro de Marcelo, el cual para su sorpresa tenía líquido preseminal.

 

Sin pensarlo lo agarró con sumo cuidado en sus manos, para empezar a masturbarlo con cuidado.

 

Los suaves gemidos del hombre excitaron a los otros dos varones.

 

-Ah, ah, ah, ah...

 

Guido quien estaba jugando con los pezones de su amado al escuchar a Marcelo, se excitó más.

 

Occhi no supo que lo llevo a deslizar su mano dentro del pantalón de dormir, separó las nalgas y acarició con las yemas de sus dedos, la punzante entrada.

 

Marcelo musito dormido

 

-Tócame más, por favor, mi anito quiere que lo beses, que lo acaricies...

 

Guido se separo de Occhi, quien se agacho para deslizar hasta los tobillos el pantalón y el bóxer, abrió con su diestra las nalgas, para llegar a la entrada de Marcelo para deslizar suavemente su lengua en el orificio. Sus dedos no dejaban de masturbarlo.

 

Guido por su parte, imitó a Occhi, mas le fue besando la espalda para llegar hasta su cadera y acariciarla con sumo cuidado. Su lengua y dos de sus dedos entraban y salían de la apretada carne.

 

Marcelo se empujaba contra el rostro del castaño, el cual al sentir que no tardaba en venirse, cerró su puño para colocarlo en medio de las nalgas, restregándolo a fin de que sintiera presión, pero sin penetrarlo hizo que sus dedos acariciaran más rápido la húmeda carne. El orgasmo de Marcelo baño la mano de Occhi.

 

Guido suplió sus dedos por su miembro y lo enterró para empezar a embestirlo, Occhi tomo su miembro para masturbarse, era insano lo que sentía, pero el semen de Marcelo dejaba que su carne se deslizara más fácil su pene entre sus dedos.

 

Ambos eyacularon al mismo tiempo. Con la respiración agitada y mojados de sudor, se volvieron a abrazar para besarse, sin decir nada fueron por una toalla para limpiarse.

 

Con cuidado limpiaron a Marcelo a fin de no despertarlo, colocaron nuevamente la ropa interior y el pantalón de dormir en su lugar, aunque dudaban que se despertara, después de lo sucedido. Acomodaron las sábanas y la colcha de la cama antes de meterse nuevamente con él y abrazarse. Occhi abrazaba la espalda de moreno, Guido se acomodo en la espalda de Occhi.

 

La luz se fue deslizando por la habitación para imponerse a las sombras. Marcelo sintió en su piel una suave respiración al voltear vio el rostro de Occhi, totalmente dormido.

 

La tibia piel era una delicia, al sentir sus brazos acunando su vientre, sonrió. Al sentir el movimiento de su acompañante abrió sus ojos para ver el verde de su mirada, llena de ternura.

 

-Buenos días Occhi, gracias por dormir conmigo.

 

Occhi se puso rojo al sentir la masculinidad de Guido en medio de su trasero, recordándole lo sucedido la noche anterior, agregando que Marcelo al parecer no fue consciente de lo sucedido.

 

Guido surgió de la espalda del castaño, para contestarle.

 

-Buen día Marcelo, creo que Occhi teme que su fuerte aliento, espante al bebé.

 

-Occhi -Marcelo deposito un suave beso entre los labios- tu nunca nos molestas al contrario anoche me sentía con ganas de cariño, además les debo una disculpa por interrumpirlos

 

Ambos se sintieron culpables, porque si habían dejado inconcluso lo de la habitación, pero habían hecho una especie de trío con él.

 

-Bueno me voy a bañar.

 

***********************************  

 

Hacer un año sabático al parecer no era tan fácil, reflexiono Matt, llevaba varias semanas haciendo inventario y entrega de todos los casos que llevaba. Apenas la semana pasada había entregado todo antes de poder ir, y o sorpresa, salieron algunos pendientes. Revisó su reloj eran las dos de la tarde, todo mundo ya se habría ido a comer y algunos, no regresarían hasta el lunes.

 

Sacó el cajón de en medio del escritorio para colocar su contenido en una de las cajas de cartón que comprará. Estaba de espaldas a la puerta.

 

Estaba tan distraído que no escucho como la puerta fue abierta. Lo supo cuando sintió que el encajaban en la espalda un objeto.

 

-No grites, o hagas ningún movimiento tonto -sintió como le encajaban más algo en la espalda, no dudaba que fuera una pistola- quiero que tus manos atrás de ti.

 

Matt obedeció y sintió el frio metal de unas esposas, aún no asimilaba que estaba

 

Matt imaginó que eran más de una persona los que estaban en su oficina. Sus dudas se vieron resueltas cuando le colocaron una especie de antifaz negro, más una pelota en la boca, para amarrarla en su cabeza, en tanto, otro le había quitado de golpe el pantalón. El frío del metal en sus tobillos, lo relacionado con otras esposas.

 

El saco, la camisa y la corbata, únicas prendas que tenía, fueron abiertas totalmente. Posteriormente varias manos en su cuerpo lo empujaron para colocarlo en la fría madera de su escritorio.

 

Un fuerte jalón le hizo reaccionar, las esposas estaban siendo jaladas por una cuerda para asegurar que no se moviera. La cadera del juez estaba siendo acomodada para quedar al borde, unos dedos palpando sus nalgas para revisar que su entrada quedara en la orilla del mueble, lo estaban tocando, sin ningún pudor, no lo lastimaban, pero se sentía ultrajado y fue una clara señal en su cabeza, sus atacantes pensaban violarlo.

 

Las piernas fueron totalmente separadas, al parecer las esposas eran especiales, las extremidades bajas de su cuerpo quedaron abiertas como un ángulo de 90 grados.

 

Matt en lo que primero que pensó fue en unos ojos verdes coronados de una mata roja de cabello. Maldecía ser tan descuidado, nunca imagino que los enemigos que había creado con sus sentencias, se fueron a tomar revancha de esa forma.

 

Trato de escuchar alguna voz o algo que le dijera quienes eran los ejecutores de la venganza. Más lo único que fue consciente es que estaba casi desnudo y amarrado a su escritorio.

 

Lo que lo desconcertó fue un suave beso en su mejilla, que acaricio su rostro, la voz que escucho parecía ser distorsionada.

 

-Eres muy fuerte y guapo, con razón nos pidió ayuda.

 

Nuevamente unos labios le dieron otro beso, pero ahora en la frente, al mismo tiempo en sus pezones lo besaron, para morderlo suavemente, para succionarlos, la siguiente mordida fue arriba de la ropa interior, cuánto tiempo duraron las caricias no supo.

 

Tanto su pene, pezones y cara, estaban llenas de diferentes emociones, no habían dejado de atender esas tres partes de su anatomía.

 

Los besos terminaron de momento, sus captores se habían alejado de él, y como que hablaban de algo que no entendió.

 

Los tres besos lo tenían desconcertado, fueron demasiado sutiles, más que lastimarlo era como querer seducirlo. El ruido de la puerta lo volvió a la realidad. Acaso entraron más personas, de por sí no sabía cuántos estaban en la habitación, más sus pensamientos fueron interrumpidos.

 

La saliva de alguien estaba mojando la tela de su ropa interior, percibió que los dientes de su atacante no deseaban torturarlo, se encajaban suavemente en la tela, en la piel de su virilidad.

 

«Todo es muy extraño. ¿Porqué su objetivo pareciera más seducirme que violarme? No, no puedo evitar que la húmedo de la tela y la forma en que recorrer mi carne, me este calentando. No ¡Dios! No, Enrico mi amor.»: pensó Matt.

 

La ropa interior sobre todo donde su miembro se marcaba por la excitación de Matt estaba totalmente húmeda, el rostro de alguien estaba en medio de sus piernas, podría jurar Matt, sobre todo al sentir su respiración contra su cuerpo.

 

Notó como su ropa era jalada, para luego percibir como un tirón al retirarla. Estaba totalmente desnudo y con una fuerte erección.

 

Matt se empezó a mover inquieto, no podía gritar que lo dejaran en paz, si su traicionero cuerpo estaba contestando ante las atrevidas manos y boca de uno de sus captores, que ahora tenía como objetivo su entrada.

 

Unos dedos apresaban con fuerza su falo sin llegar a lastimarlo, pero haciendo que endureciera a la par que sintió una lengua en su entrada, teniendo en cuenta que algo ya estaba entrando dentro de él.

 

«Dios mío, me están penetrando» pensó Matt.

 

Pero no pudo pensar nada más,  porque no supo qué pensar, alguien se estaba montando en él. Su miembro fue conducido a un estrecho conducto que parecía absorberlo totalmente.

 

La doble penetración lo tenían súper excitado, en ese momento sus ojos fueron dejados en libertad, para ver a su captor y escuchar:

 

-Te amo Matt.

 

El rostro de su pelirrojo esposo fue lo primero que vio, al igual que su espalda, antes de tragarse el gemido largo y profundo que quería dejar escapar al sentir como se sentaba y se paraba Enrico, sobre su miembro.

 

Enrico estaba montado de manera que pudiera controlar el vibrador, pues no quería que dejara de trabajar como él deseaba, lo sacaba y lo metía a la par que subía y bajaba su cuerpo.

 

Matt, por fin se relajó dejándose llevar. No tardo en eyacular. Mas no pudo emitir ningún sonido su boca seguía sellada.

 

Enrico al sentir como escurría el pene por su interior, desmonto del juez, con mucho cuidado relevó el vibrador por su carne.

 

Si Matt, sintió la gloria, la gruesa y mojada virilidad de su esposo, logro que minutos después de su penetración, volviera a sentir como su carne endurecía con cada embestida.

 

-Matt...

 

Fue el grito de Enrico antes de vaciarse dentro del moreno.

 

Dejo caer su cabeza en el vientre, para ver que se le había olvidado quitarla la pelota de la boca.

 

Tomó una llave que había dejado junto a las piernas de su esposo para liberarlas, a continuación dejo libre las muñecas para acercarse al rostro y quitar la pelota.

 

Matt no sabía si regañar al inconsciente de Enrico o felicitarlo, había tenido un orgasmo inolvidable, imagino que sus ayudantes eran Ángelo y Francesco, no hubo necesidad de pensar quién de ellos había sido el atrevido de morderlo de manera tan sensual, aunque le gusto más el tratamiento de su esposo.

Notas finales: En un momento pongo el siguiente capítulo

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