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Ángelo por Komka Daisuke

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Notas del capitulo:

 

Hola, lo prometido es deuda y ya es viernes por lo tanto hoy actualizamos.

Para los que estaban esperando, por fin incluimos Lemon...

Este capitulo esta dedicado a Pepe

Pepe eres una persona muy especial para mi. Te quiero mucho. 

Daisuke

La Strega (La bruja)

 

Después del problema con los ejecutivos deciden bajar en el siguiente piso.

Franco ya fastidiado de toda la situación empieza a maldecir, y aunque la tensión se había roto con las risas después del ver al trío de borrachos salir volando, se enojo consigo mismo por sentir que se estaba portando como un bambino (niño).

-Mira niño no tengo tiempo de jugar a la niñera, así que es mejor que te vayas a casa, sé que prometí llevarte pero mi ex me estará esperando en el bar y con el genio que tiene ya no quiero otra escena, por lo que será mejor que Enrico y Luciano los lleven a casa, Franco marca por su teléfono a Luciano y le informa que están en el piso 20 para que se traslade ahí con Enrico.

Ángelo se molesta al escuchar que Franco le quiere imponer sus órdenes de nuevo y en el mismo tono empleado por el mayor le contesta.

-Creo señor que esta equivocado si piensa que después de todo lo que ha pasado en el día voy a dejar que me lleven un par desconocidos que dice que trabajen para usted.

-Ciò che l'inferno (Me lleva el infierno) que no entiendes que tengo que ir a resolver mi problema con Salvatore...-tomando aire y tratando de ser más flexible trataba de darle a su tono de voz menos agresividad, pero la ironía de sus palabras delatan su enfado. -Y que quieres entonces que te lleve a tu casa y te dé el beso de las buenas noches? Aunque algo muy dentro de él le dice que si, que eso es lo que desea -Ángelo le sostiene la mirada con reto.

Franco se acerco al pequeño y le toma con cuidado el rostro que esta rojo de furia y ve en el castaño de su mirada dos pequeñas fogatas, en las que desea jugar para ver crecer el fuego pues esta enojado, excitado y frustrado por todo lo acontecido.

Pega entonces su frente en la de Ángelo para aliviar el calor que lo invade tanto de su enojo consigo mismo como la excitación que le despierta y escuchar a un nervioso chico al sentir el aliento muy cerca de boca.

-Si usted me hubiera creído no estaríamos aquí en este momento…

Franco es separado con suavidad de Ángelo por Andrea que lo toma del brazo y le dice algo en susurros. Por su parte Ángelo ahora tiembla del coraje y los nervios que le provoca la cercanía del ojiverde.

-Enojado no vas a solucionar el problema Fran... así que improvisa o Salvatore y Alessandro vendrán a buscarnos.

Tratando de relajarse empieza a respirar con calma Franco y no quedándole otra que cumplir su promesa de llevarlo dice en tono conciliador.

-Ya que no quieres que los lleven a casa Luciano y Enrico, por lo menos estarán más seguros en mi suite.

Ángelo dudaba mucho, pero al acercarse a Francesco y ver que ya es muy tarde y él no tiene para un taxi, y al preguntarle a su amigo de cuanto dinero trae consigo y le dice que nada más para sus pasajes, que no es mucho. No le queda otra que aceptar de mala gana, por lo que los cuatro de nuevo esperan el elevador para ir a la suite.

En tanto esperan el elevador Ángelo y Francesco se encuentran separados de los dos hombres, quienes hablan en tono muy bajo sobre la situación, y sus ojos reflejan molestia, mientras ambos chicos se lamentan por no traer el suficiente dinero con ellos para poder ir a casa.

Mas su mala suerte no termina cuando se encuentran en el pasillo esperando el elevador ven a Giovanni, Carlo y a sus amigos, que aparecen por el pasillo y al verlos inician una serie de bromas de que hacen los noviecitos.

Franco mira directamente a los ojos de Ángelo buscando una respuesta a la situación, desconcertado el castaño no dice nada y el rubor empieza a cubrir las pálidas mejillas y su mirada es de desolación, nada ha sido bueno para él desde que llego a La Scala.

-Ángelo que calladito te lo tenías... y pensar que en el colegio pensamos que eran unos chicos decentes y miren que encontrarlos el viernes en la noche en el hotel.-Giovanni trata de tomar la barbilla del chico que se hace para atrás desafiándolo con la mirada- ¿Que? ¿No me digas que no te gusta que te toque...? ¿O te reservas solo para el piccolo Francesco? (forma cariñosa de decir Francesco).

Por su parte Francesco no la pasaba mejor Carlo al parecer se iba a desquitar de sus "elogios" sobre que era un histérico, y lo tenía acorralado contra el muro.

-A ver bambino caro (Querido niño), -dice tomándolo del cabello- no que muy decente y niño bueno -y lo zarandea del cabello- mira nada más si eres toda una vixen (zorra), ya que no creo que lleves el papel de mando... ¿no es así Giovanni? -riéndose todos de la broma.

Sin embargo Andrea, sin meditar sus acciones al ver que Francesco es molestado lo jala, pero como no mide su fuerza y ya había forcejeado en la tarde con él lo lastima... escuchándose un gritito de dolor...

-Mal.... -piensa Andrea al notar que aplico demasiada fuerza, pero lo más importante es callar al stupito (estúpido) que moleste al chico- a quien dice que Francesco vino con él.

Franco al ver la mirada de su primo, le dice que sí con la cabeza.

-Ángelo ¿me presentas a tus amigos?, me llamo Franco y sí... Ángelo me dice de cariño Fran en la intimidad...

Giovanni, Carlo y los demás chicos se quedan callados, primero al ver la reacción del tipo moreno de ojos verdes que tiene a su lado a Ángelo y Francesco que ha sido puesto al lado de su amigo para luego ver como el castaño es tomado por la cintura y pegado al cuerpo de Franco.

-Como verán los chicos juegan con nuestros nombres yo me llamo Franco y como Francesco, suena igual al principio pues nos agrada decir Fran y An, pues Andrea -señala a su primo que da una sonrisa cínica- y Ángelo, también suenan al principio igual...

Los chicos ven al par de hombres adultos con desconcierto en primero no entendían nada y menos que a sus compañeros de colegio les gustara andar con hombres mucho más grandes que ellos y por sus vestimenta y forma de hablar forrados con bastante dinero, no es que ellos no tuvieran, pero no se imaginaban al par de sosos chiquillos con ese tipo de hombres.

-Claro que es un tonto juego de palabras, pero es muy divertido en la intimidad -dice con tono sensual Franco, mientras besa el cabello del castaño –para susurrarle en voz muy baja-sigue el juego bambino (bebé).

Y tratando de relajarse y no temblar demasiado por la cercanía de Franco, Ángelo dirige sus labios a la mejilla del mayor para darle un tierno beso, y coloca sus brazos alrededor del cuello. Franco se sorprende pues le había pedido que le siguiera el juego, no que le diera un beso tan dulce, por lo que toma con sus manos la barbilla de Ángelo para tomar suavemente sus labios que empieza a delinear con su lengua.

Ángelo se sorprende ante la caricia, debido que no era brusca era demasiado lenta, acaso eso era la sensualidad, él lo sentía como letal pues le había puesto a correr la sangre demasiado rápido.

Franco al ver que Ángelo ha cerrado sus ojos y al sentir que el cuerpo del pequeño se había relajado y que no había puesto rechazo se olvida de donde esta y su mano toma mas posesivamente la cintura para no despegar el lindo cuerpo que tiene abrazado, y dejando un instante esa subyugante boca deja que respire para nuevamente besarlo, pero ahora separa con sus labios los del chico, que lentamente va abriéndolos, Ángelo deja que la lengua de Franco penetre su boca, quien inicia paulatinamente un recorrido por su interior.

Andrea se acerca a Francesco y se agacha para decirle en voz baja.

-Caro bambino (querido bebé), deja que te tome... si no tus amigos no crearan que eres mi Il mio amore (mi amor).

Francesco al ver que Ángelo estaba siendo besado con su consentimiento, se para de puntitas y abre poquito a poco sus labios para dejar que los tomé Andrea, quien al ver en la mirada del pequeño miedo y excitación junto con unas pálidas mejillas, para luego cerrar los ojos y abrir sus labios para él, trata de no asustarlo por lo que inicia por dar un beso por la mejilla para deslizar sus labios hasta encontrar unos delgados labios que están entre abiertos, para morderlos suavemente y deslizarse en su interior, lo que hace estremecer a Francesco.

Andrea al sentir el consentimiento de Francesco resbala sus manos que había puesto en los hombros para tomar la breve cintura y la otra ponerla en la espalda, a fin de que ambos cuerpos a pesar de la diferencia de estaturas estén juntos.

El beso que había sido tierno se le sale de control a Andrea y se torna lleno de deseo despertándose de nuevo su cuerpo y siente en su pierna que ha colocado en medio de las del chico un empiezo de dureza por la excitación.

Por su parte Franco cae en la tentación de soltar los labios de Ángelo para tomar el lóbulo de la oreja lo que hace que el joven abra los ojos para ver el deseo y la pasión que lo invade, sin que él sepa que es lo que su cuerpo le pide.

-Hey Ángelo... que no tenemos necesidad de saber que hacen con sus hombres en la intimidad –dijo un molesto Giovanni al ver que su castaño se entrega por completo a las caricias del ojiverde- y pensar que todo mundo te respeta por ser un ángel lleno de inocencia –dice irónicamente- simplemente eres...

-Si que son bixens (zorras) el piccolo Ángelo y Francesco –señala Carlo- y pensar que a mis amigos les gustan por puros y "niños buenos", pero en realidad son unos bix...

Ambos chicos no terminan de hablar cuando Giovanni recibe un puñetazo en la cara rompiéndole la boca y Carlo una bofetada por parte Ángelo.

-Vai a merda stupido (vete a la mierda estúpido), si vuelvas a decir que mi Ángelo no es puro te voy a dejar sin dientes y sin ningún hueso sano, pues el hecho que lo bese no signifique que no le haya respetado... Además que es mi prometido –Las últimas palabra dejan a todos callados- y si vuelves a poner en duda su honra... voy a despellejarte vivo.

-No te atrevas a insultarnos... –señaló un tembloroso y súper molesto Ángelo.

Giovanni no puede creer que haya sido golpeado, que la sangre le corre por su piel y menos que ya este prometido su Ángelo, quien esta conmocionado ante la declaración de Franco.

Por su parte, Andrea se aguanta la risa al ver que su primo ha perdido la paciencia y a dicho una soberana estupidez, como piensa casarse con un niño que no sabe ni besar y tiene nula experiencia por lo que le había platicado Franco, el cual se distingue por ser un Don Juan muy selectivo sobre sus parejas

-Y tú Francesco también estas comprometido o solo fuiste requerido para formar un cuarteto... aunque dudo de su versión no veo ningún anillo en la mano de Mastroni y tampoco en ti Podesta... –dice un dolido Carlo por la bofetada y al ver el estado de su novio y queriendo lastimarlos de alguna forma.

-En realidad caro (querido)...-dice lenta y sensualmente Franco- esta noche pensábamos declararles nuestras intenciones de casarnos con los bambinos (niños)... pues tanto Andrea como yo –el susodicho ve a su primo como un monstruo de dos cabezas- habíamos decido esperar que crecieran un poco más nuestros pequeños ángeles para pedirlos en matrimonio, pero gracias a ustedes hemos decidido adelantar nuestros planes a fin de evitar que escoria como los que están presentes –viendo al grupo de amigos- puedan llegar a pensar que están libres de compromisos los pequeños.

-Tiene razón Franco... pues hablan de decencia y que estas haciendo tú -dirigiéndose a Carlo- tan tarde en un hotel en compañía de varios hombres... es que no te han enseñado tus padres que los chicos fértiles deben comportarse de otra forma y no estar a altas horas de la noche fuera de casa, sin la compañía de un adulto.

Giovanni trata de golpear a Andrea al escuchar que es insultado su novio, pero se hace a un lado el chico chocando su mano contra el muro y lastimándose.

- Non prendere in giro di me (no quieras pasarte de listo) y menos trates de ponerle una mano encima a mis seres queridos -dice un enojadísimo Franco y avienta al chico contra el muro- no lo voy a repetir nadie se mete con mi familia.

Al momento, todos los acompañantes de Giovanni y Carlo, por un momento pensaron abalanzarse sobre Andrea y Franco, pero Enrico y Luciano, que iban llegando en ese momento, al ver que sus patrones eran abordados por una jauría de chiquillos rabiosos y no queriendo que interviniera la seguridad del Hotel hicieron su entrada triunfal pistola en mano. Al punto, todos, excepto Giovanni y Carlo, desaparecieron espantados, todos eran hijos de familias prominentes, pero aun así les sería difícil explicar que hacían en un hotel a esas horas de la noche, cuando la versión oficial es que se encontraban en una fiesta en casa de Giovanni, cuyos padres se encontraban (al fin ricos) disfrutando de unas vacaciones en la Riviera Maya, al otro lado del Mundo.

-Luciano, dijo Franco, acompaña, a esta escoria, señalando a Giovanni y a Carlo, fuera del hotel y asegúrate de dejar instrucciones precisas (tocando el arma debajo de su saco) en la administración de que mientras estemos alojados aquí, no deseo verlos otra vez.

Luciano era un sujeto de 17 años, primo hermano de Franco, a quien su madre había encargado al cuidado de Franco ya que este chiquillo era muy revoltoso, alegre, parlanchín y muy malo para los estudios, en contra parte, contaba con unos preciosos ojos verde oscuro muy expresivos, piel blanca, su cabello castaño claro lo usaba corto, sus manos eran grandes y de dedos largos, traía siempre las uñas cortadas al ras, su aspecto era mas bien desaliñado y lo que realmente lo hacia especial era que contaba con un magnifico trasero de burbuja el cual le resaltaba con cualquier tipo de ropa que usara. Este joven era realmente bello.

Luciano, tomó por los hombros a ambos revoltosos y los empujo ligeramente hacia el elevador, al hacerlo, no pudo dejar de ver la andrógina figura de Carlo y en particular su hermoso trasero.

Una vez en el elevador, Giovanni con el carácter que le caracteriza comenzó a recriminar a Carlo tratando de descargar en el, la furia por haberse quedado solos y en ridículo frente a esos hombres de negocio y sobre todo por haber quedado como unos idiotas frente a sus compañeros de clase, los lobos se convirtieron en ovejas.

-¡Estúpido!, ¡Idiota!, y ahora ¿que vamos a hacer?, ¡Esto no se puede quedar así!, mascullaba un encolerizado Giovanni, mientras arrinconaba al chico contra las paredes del elevador, Carlo estaba realmente sorprendido, estaba acostumbrado al mal humor de Giovanni, pero nunca se había volteado en su contra. -Mira Carlo durante el tiempo que llevamos juntos te he aguantado tu mojigatería y ante todo el mundo tienes la virtud de que has guardado tu pureza, pero ya estoy harto, ¿te enteras? Si quieres seguir conmigo, dame hoy, una "prueba de buena voluntad" –Pero ¿a que prueba te refieres? Preguntó un confundido y muy perturbado Carlo, -Jajajaja ¿Que no entiendes que quiero que te acuestes conmigo de una vez por todas? Al escuchar esto, Carlo se tenso y el miedo se reflejo en sus ojos, al tiempo de que las lagrimas coronaban sus lagrimales.

Luciano, quien se había querido mantener al margen de esa pelea de "novios" ya no pudo soportar ver como es que ese engendro abusaba y asustaba a ese pequeño que le había llamado la atención, por lo que sin mediar palabra, aplicó una llave a Giovanni, con lo que lo sometió torciéndole el brazo derecho por detrás de la espalda, inmovilizándolo prácticamente.

Al bajar del elevador, Luciano pidió al portero que trajera a la puerta del hotel el auto deportivo de Franco. Giovanni dibujo una sonrisa en su rostro ya que por lo menos no tendría que tomar un taxi a su casa, era tarde y aunque sus padres no estaban en casa, no quería dar explicaciones a sus criados, de donde había estado pero sobre todo el estado en que llegaba ya que aun le dolía el golpe que le había propinado Franco.

Cuando el portero informó que el auto se encontraba listo, Luciano se acerco al lado del copiloto y abriendo la puerta hizo entrar a Carlo, el auto era un Lamborghini convertible pero, ahí esta el pero, solo de dos plazas, Giovanni se quedo muy serio al notar que no había espacio para él dentro del auto, y muy molesto pregunto -¿yo donde voy a ir? ¿Piensas que voy a sentarme en el guarda equipaje? –No pienso nada, contesto secamente Luciano, el hecho es que simplemente tú vas a caminar a tu casa o a donde te plazca. Arrivederchi maiale. (adiós cerdo).

-¿Te sientes bien? Preguntó Luciano a un Carlo con la mirada fija en el camino, parecía un fantasma, su semblante denotaba sorpresa cansancio, tal vez miedo.

-¡Que te importa! tu eres solo un empleado y estas cumpliendo una orden, pero sus ojos suplicaban por ayuda.

Luciano, volteo por un momento y al verlo directamente a los ojos, pudo leer que ese niño, estaba aterrado. -Vamos, le dijo ¿Qué te preocupa? ¿Yo? No tienes porque temer soy solo un par de años mayor que tu y te aseguro que nadie me obligó a llevarte a tu casa.

Al escuchar eso, y ver a los ojos a Luciano, Carlo no supo porque, pero sintió alivio, sin embargo, todo el torrente de lagrimas que había estado conteniendo se soltó de golpe y comenzó a llorar desconsoladamente.

A Luciano se le partió el corazón en mil pedazos pues realmente le gustaba ese chiquillo, salió de la carretera, detuvo el auto y cuidadosamente se acerco a abrazar a Carlo quien sin saber porque, no lo rechazó.

Le pregunto que porque lloraba y Carlo le dijo que Giovanni era terrible y que su venganza sería dirigida a él, ya que esa era su forma de actuar.

-Deja de preocuparte y limpia tus lágrimas, que de ese, refiriéndose a Giovanni, me encargo yo, además que no me has dicho a donde vives.

Carlo le indicó el camino y acto seguido, echo a andar el auto y partieron rumbo a la casa de Carlo. Luciano tenía una sonrisa de esperanza en el rostro y Carlo miraba el camino pero esta vez su mirada estaba tranquila, contemplando el reflejo de la luna sobre la inmensidad del océano.

 

La Strega (La bruja)

La cena anual de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) de Italia había sido realizada en Sicilia en el restaurant La Strega (La Bruja) a fin de que fueran la mayor parte del gremio italiano.

Desde diferentes puntos del país acudían para elegir quien sería el presidente de la sección Italia por el próximo periodo de tres años.

Sentado en una de las 20 mesas y casi hasta el fondo un hombre alto de seductora mirada azul, no perdía de vista la mesa que tenía al frente.

El ojiazul pensaba quien era ese fuereño, le recordaba alguien y es que ese cabello castaño, ojos verdes con una hermosa y discreta sonrisa que lo hacía más atractivo de seguro era fértil pues su rostro y cuerpo eran andróginos, se le hacían demasiado conocidos. El grupo con el que comía eran del gremio de Viticultores de Oristano.

Marcello Podesta se había dado cuenta que desde que había llegado a la cena del gremio un viril sujeto no lo había dejado de mirar, y es que el tipo no podía pasar desapercibido con aquella camisa blanca sport, demasiado informal pensó él para el evento, pero que mostraba un cuerpo atlético y fuerte, su manera de hablar dejaba ver a una persona demasiado extrovertida, pero sobre todo por el descaro de seguir cada uno de sus movimientos.

El hombre de ojos azul no era otro que Vincenzo Prada Sacchetti no cualquier viticultor… el representaba a las familias más importantes de Cagliari, Cerdeña, tanto de la familia de su padre como de su madre pues había sido nombrado el patriarca de ambas familias por su gran conocimiento de los viñedos y es que sus primos más jóvenes, aunque participaban activamente con él no podrían acompañarlo pues estaban cerrando un negocio muy importante con unos socios extranjeros que deseaban exportar su vino, la reunión era en el hotel La Scala de Sicilia.

En la mesa del frente Diego Agassini al darse cuenta del interés de su amigo le dice de manera discreta.

-Tienes buen gusto Vincenzo, el hombre de traje color esmeralda oscuro es bellísimo aunque nadie sabe si es fértil o varón además que vive en celibato desde la muerte de su esposo, se caracteriza por no hablar con nadie que no sea de su círculo, la mayoría de sus negocios los tratan sus abogados, y su familia, los Podesta -Vincenzo no alcanza a escuchar el apellido pues el discurso del anterior Presidente de la OIV había iniciado. -Se ha vuelto dueña de algunos de los más importantes viñedos de Oristano, en la última década, es raro que no lo conozcas.

Marcello se encontraba inquieto había empezado a sentir algo en su pecho que le decía que algo malo pasaba con su figlio (hijo) y para colmo tenía demasiado tiempo bajo la mirada de su vecino de mesa.

-Hey, Marcello que te van acabar con la mirada ¿Te has dado cuenta que de la mesa de los Prada, no te han dejado de mirar?

Al escuchar el apellido Prada sintió que la tierra se abría a sus pies, pero su inquietud se vio rota al sentir la vibración de su celular, y es que para no llamar la atención le había quitado el sonido para solo dejar en modo de vibración.

Con cuidado saco el aparato para luego comentar que se tenía que retirar pues tenía que arreglar un asunto familiar, y que lo sentía mucho pero su voto sería emitido por su abogado.

En ese momento apagaron las luces para dar comienzo al desfile de algunos vinos y como una sombra en la oscuridad Marcello desapareció de la vista de su admirador.

Vincenzo, como si fuera un ladrón, se deslizó por la oscuridad hasta darle alcance a Marcello, vedono con me (ven aquí conmigo), le dijo dándole alcance, y metiéndolo a la fuerza al baño.

 

Lo lanzo contra la pared y le quito el saco. Beso sus hermosos labios en lo que lo acariciaba rudamente por el cuerpo. Desnudó su torso lamiendo con ímpetu su pecho, sus tetillas –
viendo una pequeña marca que lo distinguía como fértil debajo del pezón derecho, la forma de la mancha la había visto antes, estaba seguro pero no recordaba bien tal vez estaba confundido por la lujuria que lo invadía. Lo miro a los ojos, esos ojos profundos, que le resultaban igualmente tan familiares y metió las manos dentro de sus pantalones y lo pego a sí mientras lo tomaba por el trasero. Pego su pene ya erecto al de Marcello y se movió un par de veces hacia él como si lo penetrara. Marcello a pesar del desconcierto gimió lanzando la cabeza para atrás y cerrando los ojos. Olía a perfume de hombre, una exquisitez absoluta.

 

Bajo sus pantalones y luego lo abrazo inclinándolo hacia el piso. Lo puso amorosamente en el suelo y fue descendiendo hasta su miembro duro, hermoso y limpio. Beso la punta y lamió todo el tronco hasta llegar a sus testículos. Olía tan rico. A hombre limpio y cuidado. Vincenzo agarro el pene de Marcello entre sus manos y lo introdujo en la boca. Subía y bajaba por el. Marcello sostenía su cabeza con sus manos y de vez en cuando apretaba los dedos en señal de placer. Sus ojos estaban cerrados, la boca abierta... poco a poco intensifico la succión que ejercía sobre su pene deslizando sus dedos por los testículos al tiempo que de vez en vez, dejaba vagar un dedo por la entrada de Marcello quien solo gemía despacio al sentirse inundado de ese placer por tanto tiempo esperado y tan negado voluntariamente, Vincenzo manipulo magistralmente el glande con su lengua, al tiempo que introducía un dedo por el trasero de Marcello, lo cual fue suficiente para desencadenar en Marcello una violenta corrida acompañada de sonoros gemidos de placer.

 

Cuando Vincenzo se incorporó, Marcello tenía las piernas muy separadas, podía verle perfectamente su entrada. Bajo hacia ella, y el de los ojos verdes volvió a gemir. Le ensalivo minuciosamente, preparándolo para poseerlo.

 

Cuando Marcello volteó, había dejado caer el resto de la ropa al piso; Vincenzo se tocaba tentadoramente el cuerpo bajando sus manos hacia dentro del pantalón y acariciándose el erecto miembro bajo la tela gruesa de su vestimenta, obligando a su mente a imaginarse como reaccionaba su pene ante la fuerte y sublime caricia.

 

Vincenzo miro al rostro a Marcello: los ojos entrecerrados, la boca medio abierta y la cabeza ligeramente echada hacia atrás le daban un toque de vulnerabilidad que le decía: "acércate y termina de acariciarme antes de que explote" Se acercó a Marcello y le empujó contra el lavatorio, haciendo que se golpeara contra el borde. Le agarró del trasero, le trepó sobre el lavatorio y se abrió el pantalón liberando su sexo. ¿Qué demonio poseyó a este hombre? Se preguntaba Marcello.

 

-Llevo horas deseando hacerte esto.-Dijo mientras se sacaba el pantalón y abría sus piernas, metiéndose entre ellas. Subió hasta su pecho lamiendo la piel y chupando de vez en cuando sus tetillas, mientras lo penetraba violentamente.

 

La sorpresa por su acometida le había dejado atónito, pero luego alucinaba. Le dejaba hacer lo que quisiera: morder los labios y besarlos, ahogarlo cruelmente con la lengua, jalarle la cabeza hacia atrás mientras le agarraba por el pelo, chupar la piel de su cuello hasta dejarla roja, tirar fuertemente de su sexo y masajearlo a su gusto... Marcello jadeaba preso de todo esto, tenia toda la extensión del pene de Vincenzo dentro de su cuerpo y gozaba ampliamente con las estocadas que le regalaba. Se sentía algo incómodo estando abajo, pero era una lástima echar esa fogosidad; no podía parar ahora que volvía a sentir, que volvía a sentirse vivo. Vincenzo estaba realmente inspirado, convulsivamente el de los ojos azules se corrió dentro del maltrecho ano de Marcello y de pronto, de forma sorpresiva y momentánea, como si hubiera recordado algo, el de los ojos azules levantó la mano y le pegó en la cara. Marcello se desconcertó a tal punto que lo empujo de encima y lo hizo caer al piso.

 

-¿Cuál es tu problema?-preguntó gritándole mientras se ponía de pie.

 

Le devolvió el golpe, y justo cuando lo recibió, se levantó y le empujó contra el lavatorio. El maldito tenía fuerza. Marcello volvió a quedar en el suelo.

 

Por un momento, Vincenzo le miró con esos ojos brillantes y azules.

 

-Me gustas mucho. Demasiado para mi gusto. -Le confesó Vincenzo.

 

Y Marcello no supo qué contestar. Se observaron unos minutos hasta que Vincenzo se levantó y se empezó a vestir. Marcello se puso de pie como pudo y logró alcanzar su ropa en un extremo del piso con mucho dolor, se limpio la sangre mezclada con semen que brotaba de su trasero, se vistió y Vincenzo, que ya había terminado, le veía con un gesto que no pudo descifrar, como si le estudiara para poder entender algo que lo perturbaba. Marcello lo miro con timidez, preguntándose silenciosamente con sumisión qué ocurriría luego.

 

-Tengo una reunión importante que atender, ojala te vuelva a ver, dijo con seriedad. Tomó su saco y salió con lentitud del baño, no sin antes voltear a ver a Marcello como queriendo decir algo, como queriendo desentrañar algo.

 

El de ojos verdes permaneció ahí por unos minutos en lo que el asombro se desvanecía. Levanto su saco y salio de los baños, el pasillo se encontraba desierto, todos escuchaban los discursos que se estaban ofreciendo en el salón principal.

 

Al llegar a su auto, prendió con furia el motor y arranco a toda velocidad rechinando las llantas, iba de un pésimo humor recriminándose y lamentando el sangrado rectal que lo hacia totalmente virginal. -¡Idiota! Mil veces Idiota, como es que me deje embrujar por un tipo así y peor aun un desconocido. Tantos años de celibato para venir a perder a una convención de vino. No puede ser, es imperdonable y para colmo debo darles la cara a Francesco y a su amigo. -¡Ese par me van a oír! Y al mencionar estas ultimas palabras, recordó a su padre y la manera en como era tratado por él. Marcello, -dijo para si mismo. -Cada vez te pareces más a él. ¿Por qué? ¿Por qué?

 

 

Mío

 

Después de lo sucedido en el pasillo del hotel Ángelo y Francesco habían fantaseado que era lo que iba a pasar cuando estuvieran solos en la suite... más besos, más abrazos... mas no sucedió nada de eso. Luego de haber llegado antes que pudieran decir algo los dejaron encerrados para ir a cenar con Salvatore y Alessandro.

 

Adiós a los nervios y al sudor que les había invadido ciertas partes de su cuerpo.

 

-No entiendo Francesco... Primero me confundió con un sexo servidor o prostituto, me beso y acaricio, me dejó desnudo... desnudo... para luego irse. Después apareces tú... Nos acostamos a dormir y llegan sus ex... nos protegen de ellos y para queeeeeeeeee... nos mandan a la habitación de los guardaespaldas, nos queremos ir y nos los volvemos a encontrar, ahora nos defienden de unos borrachos y para rematar nos encontramos con Giovanni y Carlo, nos besan les dicen que estamos prometidos, yyyyyyyy...

 

-Cálmate Ángelo, te desconozco tú eres el chico más dulce y tranquilo que he conocido... y ahora reaccionas muy raro... como si necesitaras no sé yo que cosa...

 

-Y para que quieres que me calme, si no saco todo esto me voy ahogar. –Dirigiendo sus pasos a la ventana para ver como la gente salía del teatro y suspiraba. -Sabes Francesco yo había soñado con que mi primer beso fuera una mezcla de amor y pasión... tal vez no soy tan romántico pero quería sentir el deseo de darlo y que me lo dieran. Mentiría si te señalara que me dio asco... que fue horrible. Sentía correr mi sangre por mi cuerpo, mientras saboreaba mis labios y me tocaba. –Ángelo se abrazo a si mismo y continuo diciendo: -Sus grandes manos abarcaron mi espalda, acercándome tanto como si fuera solo una piel... y luego sus labios... y luego... nada de nada. –Dijo abatido.

 

- Non continuate fantaseando, il mio fratello (No sigas fantaseando, mi hermano), apenas lo has visto algunos momentos y te ilusionas como si lo vieras todos los días. Y es muy raro que hablemos de hombres cuando todo este tiempo nuestras metas son los estudios.

 

Pero lo que escucho de Ángelo lo hizo callar.

 

-¿Y tu, me dices eso?, ¿tú Francesco?, porque no vi precisamente que no te gustara que Andrea te besara hace rato en el pasillo y que me dices del estado en que te dejo en la tarde, pues todavía tienes la piel roja tanto del cuello como los pezones y tu boxer ¿no estaba húmedo de liquido preseminal?

 

Francesco guardo silencio y bajo su mirada mientras el carmín adornaba sus mejillas.

 

-Yo... yo lo siento no quería hacerte sentir mal. Es que es todo, todo tan nuevo, tan diferente, tan... tan... ¿intenso? Sé que también fue tu primer beso y desde que nos hemos visto me has consolado y escuchado y no te he preguntado como es que te sientes tú. ¿Pardon a me caro fratello? (¿Me perdonas querido hermano?)

 

Y lo abrazo dándole un beso en la frente por ser más bajito.

 

-Yo debería ser quien te cuidara y tener la cabeza más firme... mi caro fratello, perdón por olvidar que hemos prometido cuidarnos mutuamente y ser invencibles. –Dijo entre sonrisas, mientras lo jalaba y lo abrazaba para ver juntos la ciudad. -Sabes tienes razón me estoy dejando llevar por la febbre (calentura, fiebre) del momento y ellos ahora han de estar con personas de su edad. No con pequeños como nosotros. –Señalo con tristeza para luego decir firmemente. -Creo que es mejor enfrentar todo lo que ha pasado y hablarle a tu papá para que venga por nosotros es preferible un regaño. ¿Tú que dices caro fratello?

 

-Tienes razón, papá me ha dicho que es mejor acudir a él y no le mentiré simplemente no le diremos todo, le comentaremos que después de irse vimos algunos compañeros del colegio y no nos dimos cuenta de la hora que era y pues que pensamos que el otro tenía dinero para el taxi y no fue así.

 

Tomaron el teléfono le hablaron a Don Marcello les indico que los vería en la entrada del hotel en 50 minutos, pues se encontraba muy cerca de ahí pero que no bajaran inmediatamente pues prefería ser él quien los esperara y no estuvieran afuera del hotel, si tenía problemas para salir de la reunión, ambos chicos fueron al baño, se peinaron despacio y acomodaron su ropa. Querían y no terminar con todo pero ¿terminar con qué? pensó Ángelo, Francesco tenía razón, se había dejado llevar por el momento y era hora de volver a casa...

 

En esta ocasión no encontraron a nadie en el pasillo en el elevador.

 

El viento pegaba muy fuerte por lo que metieron sus manos en los bolsillos, la espera no fue muy larga, pues ya casi había pasado una hora un carro negro deportivo con Don Marcello al volante se paró en la puerta del hotel La Scala.

 

Subieron rápido al auto, el hombre que manejaba tenía los puños blancos de agarrar tan fuerte el volante, mientras su rostro de forma ovalada era cubierto por el cabello, la expresión tan dura y el verde furioso de su mirada daban a entender que era mejor escucharlo.

 

-No entiendo como los padres de los cabezones de sus compañeros permitan que estén a altas horas de la noche fuera de casa. Que, ¿A caso Francesco y Ángelo no han comprendido que por su naturaleza -Viendo muy molesto a su hijo. -y reputación no es conveniente que estén en un hotel tan tarde?

 

-Lo siento papá...

 

-Quiero que sea la primera y última vez que anden tan tarde en la calle –Marcello en ese momento se dio cuenta que estaba dejando salir su frustración que le había provocado el ojiazul en los niños y que nuevamente se estaba comportando igual que su padre cuando tenía la edad de su hijo y recordó la promesa que le hiciera en la tumba a su amor que el niño no sería un pájaro con las alas cortadas para no alejarse del nido.

 

Ángelo guardaba silencio respetaba mucho al padre de su amigo y más porque lo trataba como un hijo más desde que lo conociera, sin embargo, su sorpresa fue mayor al escucharlo.

 

-Después de lo sucedido, Ángelo y meditando que les pudiera pasar algo, me gustaría invitarte a vivir conmigo y Francesco –Ambos jóvenes se sorprendieron. -Mañana mismo hablaré con tus padres para pedirles su autorización. –Ángelo guardo silencio. -No les diré nada de su aventura nocturna para no preocuparlos, pero por su bien no se volverá a repetir yo también fui joven y cuando uno se divierte se olvida del tiempo, y pensó que vaya que vuela el tiempo pues él casi no llega por ellos por culpa de la seducción que había sufrido en el baño de La Strega.

 

El castaño sintió como Francesco apretaba su mano y una enorme sonrisa se empezo a pintar en su rostro.

 

-Muchas gracias Don Marcello, es muy amable y será un placer y honor compartir el mismo techo.

 

-No seas tan solemne Ángelo... muchas gracias papacito –Dándole un fuerte beso en la mejilla. -No sabes lo feliz que me haces, siempre soñé con tener un hermano con quien compartir mis cosas y con esto me das un gran regalo.

 

El hombre suavizo su expresión sonriéndoles a los chicos, quienes se percataron que un carro se les había emparejado, abordo del otro auto viajaban algunos hombres.

 

-Hey castaño, ¿No quieres unírtenos a la fiesta?, mira que par de ángeles llevas contigo, hermoso y ese verde esmeralda, me dice que debes ser toda pasión.

 

Marcello Podesta era un hombre acostumbrado en los últimos años a recibir halagos para tratar de flitear con él por lo que no hizo caso de las palabras necias del tipo y siguio manejando con cuidado, pues si algo lo caracterizaba es que era muy astuto para evadir situaciones peligrosas, y río su interior a recordar que no pudo evitar nada de lo sucedido hace tan sólo menos de una hora.

 

-Siento mucho chicos que tengan que escuchar este tipo de cosas, pero viernes en la noche es muy normal que muchos varones busquen con quien pasar el rato y más como él ha dicho con dos ángeles tan explendidos como ustedes, voy acelerar pero me voy a detener de golpe para tomar otra calle y perderlos, aseguren bien sus cinturones.

 

Y es que algo que marcara la vida de Marcello Podesta era la ortodoxa educación recibida por su padre que le enseño a quitarle importancia a su belleza y a los pretendientes que le rondaban y era un alma vieja en un cuerpo joven, no podía olvidar que aún después de muerto su progenitor apenas algunos meses atrás le dijera que era muy viejo para buscar la felicidad en un nuevo amor de ahí que llevaba una vida de celibato desde la muerte de su esposo, además que nadie se le acerco en todos estos años, hasta apenas lo ocurrido en la cena, lo que ignoraba era que el patriarca de su familia al ver como crecía el imperio decidió que nadie absolutamente nadie debía acercársele para no alejarlo del naciente negocio familiar y además que no tuvo muchas oportunidades para experimentar, porque por un lado se le prohibió decir que era fértil y por otra tenía la responsabilidad de cuidar a Francesco.

 

Tal como había dicho, había hecho morder el anzuelo a los del otro carro que pensaron que seguiría derecho al oír ronronear el automóvil lo que nunca imaginaron es que en un instante los perderían de vista.

 

Con tranquilidad llegaron a la casa de los Podesta. Como seguía haciendo mucho viento Marcello ordeno a Francesco y Ángelo que sería mejor que entraran a la casa, mientras el estacionaba el auto.

 

Ambos jóvenes se dirigieron de inmediato al cuarto del segundo y se cambiaron de ropas, guardándose muy bien de mostrar que ambos tenían restos de semen en los boxer por toda la excitación pasada, el castaño se puso una pijama azul cielo que le había prestado su amigo, quien ya se había metido a las cobijas.

 

-Sabes Ángelo, es la primera vez que voy a compartir mi cama con alguien que no es mi papi.

 

-Gracias por la confianza a diferencia de ti yo he dormido con mis hermanitos, ya veras cuando vayas a la casa que no te van a dejar en paz, les encanta meterse en las cobijas conmigo para que prendamos una lámpara y contemos historias...

 

-Hey ya mañana siguen platicando –Sonrio Marcello a ver a su retoño tan feliz al lado de su amiguito, pues para él eran unos niños al compararlos con sus 30 años.

Pero lo sucedido en la cena anual de la OIV y el escuchar el apellido Prada le había hecho recordar su pasado sobre todo al evocar una seductora mirada ojiazul, (misma que le pertenecía al que lo había hecho suyo esa misma noche) –un momento, ¡¡¡QUE!!! Al darse cuenta cabal que quien le había hecho el amor era un Prada le indico que era momento de contar al piccolo Francesco (pequeño Francesco) sobre Massimo Prada, padre del pequeño y de la familia que habían dejado en Cagliari.

Con cuidado (todavía le ardía el trasero) se sentó a los pies de la cama y miro los jóvenes rostros.

-Francesco, ¿Te has preguntado alguna vez porque en casa no tenemos fotos de tu padre y su familia?

La pregunta le sorprendió al chico, y es que no le había dado importancia pensando que su padre nunca se tomaba fotos de seguro por eso no había imágenes de su padre.

-No papi... pensé que era porque no te gustaban.

Ángelo guardaba silencio se sentía intruso y no pues el padre de su amigo le hacia sentir que era parte de los Podesta.

-No hay fotos de Massimo Prada porque mi padre nunca me permitió traer conmigo las fotos de mi boda, ni de mi embarazo...

Tomando aire y viendo el sorprendido rostro de su hijo continuo.

-Creo que es momento que conozcas el porque si yo fui quien te trajo al mundo, se le oculto a todos y porque no llevas en primer lugar el apellido Prada en vez de Podesta.

-No juegues conmigo papi, los abuelos siempre me dijeron que mi otro padre murió cuando yo nací.

-Es una verdad y una mentira, pequeño, en realidad necesito que escuches como nos conocimos y que fue lo que sucedió hace 16 años.

Continuará.............................

Notas finales:

 

Gracias por leer y esperamos que les halla gustado y nos vemos en el siguiente capitulo y desde ya, les prometemos mas Lemon. Hasta la próxima.

Komka Daisuke 

 


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