Naruto entró por la ventana de Sai y se encontró a su amigo pintando un cuadro totalmente concentrado. Sigilosamente fue hacia él y tocó su hombro.
Sai soltó el pincel que tenía en la mano y sacó un kunai de su bolsillo, en un movimiento ágil puso el kunai sobre el cuello de Naruto, pero sin clavárselo.
- Me has asustado. - Protestó Sai.
- Je, je, je. - Naruto se rascó la nuca feliz. - Ya lo sé, dattebayo.
- Deberías ser menos impulsivo, hueco. - Dijo Sai y golpeó la frente de Naruto con suavidad.
- Tenemos una misión, dattebayo. - Comentó Naruto.
- ¿Cómo AMBU?
- No, como nosotros. - Naruto resopló enfadado. - Hace más de una semana que Tsunade no nos encomienda misiones como AMBU, voy a tener que hablar con ella seriamente...
- ¿De qué se trata? - Preguntó el moreno con su sonrisa falsa.
- Somos las niñeras de Sasuke, dattebayo. - Contestó Naruto.
- ¿Del Uchiha-bastardo?
- ¡A quién llamas Uchiha-bastardo, copia de cuarta! - Preguntó Sasuke que había entrado por la ventana al ver que Naruto se retrasaba.
- A ti, Uchiha-bastardo. - Sai dejó el kunai y miró a Naruto. - ¿Y Sakura?
- Abajo, con mi equipo. - Respondió Sasuke.
- No hablaba contigo, Uchiha-bastardo.- Sai lanzó una mirada de tremendo odio al Uchiha y después una muy cálida a Naruto.
Esta mirada pasó desapercibida para Naruto, pero no para Sasuke quien vio en esa copia de cuarta un peligro mucho mayor que Sakura. ¿Es que el dobe puede haberme sustituido? Se preguntó.
- Oye, Sai. - Naruto se dio la vuelta hacia su compañero de equipo. - ¿Me puedes hacer un favor, dattebayo? - Le preguntó poniendo cara de corderito degollado.
Ante la cual los dos morenos se quedaron en estado de shock y casi con una hemorragia nasal.
- Claro. - Respondió Sai rápidamente.
- Es que Sakura rompió la puerta de mi casa esta mañana y quería pedirte si me dejas quedarme en tu casa hasta que la arreglen, ttebayo.
- ¿La fea rompió tu puerta? - Sai contempló a Naruto. Gracias, gracias, gracias, gracias, te quiero Sakura-fea. Pensó el AMBU, pero no mostró ninguna expresión en su cara.
- ¡Hai! - Contestó Naruto.
- ¡Ey, dobe!
Puedes quedarte en mi casa. - A Sasuke se le infló una venita en la frente al ver la petición que Naruto le había hecho a Sai y pensó en ir esa noche a casa del moreno y hacerlo desaparecer de forma misteriosa y muy dolorosa.
- No hace falta, Uchiha-bastardo. - Interrumpió Sai. - Puedes quedarte en mi casa todo el tiempo que necesites, Naruto.
- ¡Gracias, ttebayo! ¡Tú si que eres un buen amigo! - El rubito se abalanzó sobre los brazos del AMBU.
Sai ante ese roce tan íntimo sintió como millones de mariposas empezaron a recorrer su estómago.
Y aunque aún no era experto en los sentimientos, después de haberse leído todos los libros que existían sobre el amor, había definido que sentía amor con letras mayúsculas por Naruto.
Se lo había empezado a plantear un año atrás cuando descubrió que cada vez que Naruto estaba a solas con él aparecía en sus mejillas esa sincera sonrisa que sólo existía por y para él.
Pensó en un primer momento que eso sería simplemente amistad, pero se dio cuenta de que cuando Sakura estaba cerca de él no sonreía de esa misma manera.
Así que decidió que los lazos que le unían a Naruto eran como los de un hermano, pero tuvo que desechar esa teoría cuando descubrió que a quien verdaderamente sentía como un hermano era a Kakashi y no a Naruto.
Cada vez que veía al rubio tenía ganas de cuidarlo, de protegerlo, de resguardarlo en sus brazos si había una tormenta y estrecharlo contra su cuerpo para sentir la cálida y tostada piel rozando la suya.
Al verse cada vez más envuelto en este tipo de pensamientos de acariciar la piel de Naruto se planteó seriamente que estaba enfermo y que había entendido al revés lo que eran los sentimientos.
Pero un día había tenido la iluminación.
Había ocurrido de forma tan inesperada que no se lo podía creer todavía.
FLASH BACK*******************
Unos diez meses atrás Naruto, Sakura y él habían tenido que ir a Suna porque habían sido llamados por el Kazekage, Gaara.
Llegaron a la Arena agotados y el kazekage les dispuso las mejores habitaciones de su casa para ellos.
Sakura y él se habían acostado muy pronto, mientras Naruto y Gaara hablaban.
Por la noche tuvo sed y fue hacia la cocina, al hacerlo pasó por el salón y escuchó una conversación que Naruto y Gaara mantenían.
- Naruto no puedo seguir así, estoy enfermo. - Decía el pelirrojo preocupado. - Es que últimamente tengo unas ganas locas de abrazar a una persona, de sentir su piel en contacto con la mía y me desespero sólo de pensar que esté con otro. - El pelirrojo se sonrojaba ante cada palabra que decía, mientras Naruto se limitaba a sonreír ampliamente.
- Gaara no estás enfermo. - Contestó el rubio. - Lo que te pasa es que te has enamorado, ttebayo.
- ¿Enamorado? ¿Y eso no es una enfermedad?
- Amar a una persona es hermoso.- Naruto acarició la mejilla de Gaara y está se coloreó hasta tener el mismo color del Kanji de amor que tenía en su frente.- Deberías decirle lo que sientes porque si logras estar con quien amas no habrá mayor felicidad para ti en el mundo, ttebayo.
- ¿Y eso como lo sabes? - Gaara miró al rubio. - ¿Es que tú estás enamorado de alguien?
- Lo estuve. - La mirada de Naruto se apagó. - Y perdí a esa persona. Por eso te aconsejo que le digas lo que sientes en cuanto tengas ocasión.
- ¿Y podrás enamorarte otra vez? - Preguntó el kazekage.
- No, nunca más amaré a nadie.
El amor nos destruye cuando lo perdemos y no estoy dispuesto a repetir la experiencia, con una vez tuve más que suficiente, dattebayo.
- Sabes, creo que no tendría sentido decírselo si esa persona no está dispuesta a arriesgarse.- Gaara se incorporó del sofá. - Buenas noches, Naruto y gracias por escucharme.
- De nada, Gaara, dattebayo. Para algo somos los mejores amigos, ¿no?
- Gaara sonrió a Naruto y se dirigió hacia su habitación, pero Sai lo siguió hasta alcanzarlo.
- Kazekage-sama. - Lo llamó y el pelirrojo se giró para mirarlo.
- ¿Quieres algo? - Le preguntó de malhumor.
- Es sólo que... ¿en serio lo que tú sientes es amor?
- ¿Has escuchado nuestra conversación? - La calabaza de la espalda de Gaara se agrietó y el Kazekage se puso muy tenso.
- No fue a propósito. - Se disculpo Sai. - Pero es que yo siento lo mismo y creía que sólo era amistad, pero... ahora... no sé qué pensar.
- ¿Acaso piensas que yo sé mejor que tú el significado del amor?
- Por lo que dijo Naruto-kun así parece.- Dijo sonrojándose de forma violenta.
- Naruto. - Gaara sonrió al moreno. - Así que tú también.
- ¿Yo también?
- Estás enamorado de Naruto. - Gaara sonrió a Sai. - Como yo.
- ¿Cómo... - Sai se vio tan pillado que su rostro se tornó aún más rojo.
- Sabes apenas estoy aprendiendo el significado del amor, pero puedo ver claramente en tu rostro que sientes lo mismo que yo. - Gaara se acercó a Sai. - Puede que tú tengas más suerte y consigas conquistarlo, al fin y al cabo te pareces mucho a él.
- ¿A quién?
- Al amor de Naruto.
Sasuke. - Gaara le dio la espalda a Sai y abrió la puerta de su habitación. - Te deseo suerte, si logras que Naruto sea feliz de nuevo te deberé una. - Dijo y tras eso se metió en la habitación.
- ¿Amo a Naruto? - Se preguntó a sí mismo Sai. - Lo amo. - Se contestó.
FIN FLASHBACK**********************
Cuando Naruto finalmente soltó a Sai de su agarre, el AMBU le sonrió ampliamente, ignorando la mirada furibunda que el Uchiha-bastardo le lanzaba.
- Pero no pienso alimentarte de ramen. - Habló al rubio. - Si vives en mi casa te alimentarás como una persona normal.
- ¡¡¡NO SIN MI RAMEN, TTEBAYO!!! - Rogó Naruto.
- Esa es mi condición. - Sai sonrió a Naruto. - Pero tienes que saber que se me da muy bien la cocina y especialmente bien los postres.
- ¿En serio, dattebayo? - Cuestionó Naruto.
- Ya lo verás, mañana te prepararé unas tortitas para chuparte los dedos...
- Eh, copia de cuarta. - Sasuke lanzó una mirada Sharingan a Sai. - Es hora de que nos vayamos porque creo que nos haremos viejos aquí. - Sasuke se acercó a Naruto y lo atrapó por la cintura. - Vamos, dobe, aún tenemos que llegar al barrio Uchiha.
- ¡SASUKE-TEME SUÉLTAME! - Protestó Naruto.
- No.- Dio por contestación Sasuke y desaparecieron de la vista de Sai.
Ahora sí que no tengo la más mínima posibilidad. Pensó Sai tristemente y siguió a Naruto y Sasuke. Uchiha-bastardo, tenías que volver para robarme a Naruto.
Sasuke y Naruto llegaron a donde estaban los demás. Sasuke aún sostenía el cuerpo de Naruto entre sus brazos y Sakura lo miró con verdadero odio.
- Suelta a Naruto. - Sakura separó a Naruto de Sasuke y lanzó una mirada enfurecida al pelinegro. - ¿Por qué demonios te traía este traidor en brazo? - Preguntó la pelirrosa a Naruto.
- ¡Me cogió desprevenido! - Protestó Naruto.
- ¡Pues no se lo permitas nunca más, baka! - Sakura golpeó a Naruto en la cabeza con fuerza. - Aún no ha soltado a Kusanagi de su cinturón, así que aléjate lo más que puedas de Sasuke.
- No quiero matar al dobe, Sakura. - Sasuke se colocó en medio de sus antiguos compañeros de equipo una vez más. Sakura observó a Sasuke y llegó a la conclusión de que buscaba demasiado frecuentemente la compañía de Naruto y el peor de sus miedos salió a la luz.
¿Y si Sasuke siempre ha estado enamorado de Naruto y por eso no me hacía ni caso en el pasado? ¿Y si Sasuke ha regresado a Konoha por Naruto? ¿Y si Naruto lo elige a él en lugar de a mí? ¡Maldito Sasuke! ¡Ojalá te hubiera robado el cuerpo ese desgraciado de Orochimaru! Sakura pateó fuerte el suelo y éste se agrietó.
- Tienes muy malas pulgas, fea. - La saludó Sai como siempre regalándole su sonrisa falsa.
- ¡Calla, idiota! - Contestó la kuonichi y trató de golpear la cabeza del moreno, pero éste la esquivó.
- Encima de tener que aguantarme al Uchiha-bastardo, hoy estás de un humor de perros. - Sai giró su mirada hacia Naruto. Al menos está noche dormirá en mi casa y con un poco de suerte se demoran mucho en arreglarle la puerta y me quedó con él una semana entera. Pensó.
- ¡Eh, Sai! - La voz de Naruto lo sacó de sus pensamientos. - Antes de que vayamos a tu casa deberíamos recoger ropa en la mía.
- Como quieras... - Contestó Sai, aparentemente indiferente. Kuso, hubiera preferido que no llevaras más ropa, se me ocurren tantas cosas que hacer en las que no la necesitas. ^¬^
Creo que voy a tener que dejar de leer el Icha Icha Paradise. O_O
- Dobe tu misión hoy es cuidar de mí. - Sasuke miró furioso a Naruto. - Así que deja de prestarle atención a la copia de cuarta.
Insisto en que deberías quedarte en mi casa, ¿de qué conoces a este tipo?
¡Yo soy tu mejor amigo!
- Sasuke tú no eres su mejor amigo. - Sakura se enfrentó a su antiguo compañero de equipo. - Sus mejores amigos somos Sai, Gaara, Shikamaru, Neji, Hinata y yo.
Tú fuiste su mejor amigo, pasado, en la actualidad aún no sabemos si podemos confiar en ti.
- Me estás empezando a cabrear, Sakura. - Se quejó Sasuke. - No te conviene que me enfade. - Amenazó.
- A quien no le conviene hablarle a Sakura-chan así es a ti, dattebayo. - Naruto se enfrentó a Sasuke. - Ya te lo dije, si le pones un dedo encima a Sakura o alguno de mis amigos sabrás lo que se siente al ser atacado por las nueve colas del Kyubi.
- ¿Por qué me tratas así, dobe? - Preguntó Sasuke a Naruto. - Se supone que quien creía en los lazos que nos unían eras tú, no yo.
- En cuatro años he cambiado, dattebayo. - Naruto se encogió de hombros. - Tú rompiste los lazos y yo no quiero recuperarlos.
Ya lo veremos, Naruto, ya veremos si te dejo alejarte de mí. Volví por ti y nadie, ni siquiera esta copia de cuarta me va a separar de lo que es mío. Pensó el Uchiha.
- Parece una pelea de enamorados. - Comentó Suigetsu y tras haberlo dicho recibió una patada de Naruto y otra de Sasuke al mismo tiempo.
- ¡No estoy enamorado de este dobe!
- ¡Yo no estoy enamorado de este teme, dattebayo!
- Pues no lo parece. - Murmuró Yuugo y éste se ganó un par de puños de cada uno de los dos.
- La vida en Konoha será muy divertida. - Karin se fijó por primera vez en Sai y se encaminó hacia él. - Me llamo Karin, y tú, bellezón.
- No eres mi tipo. - Contestó el moreno y con ello se ganó una sonrisa cómplice de Sakura.
El resto del día lo pasaron con Sasuke y el Hebi.
Los ayudaron a acomodarse en el barrio Uchiha y al terminar dejaron a Sasuke y a sus nuevos amigos para irse a descansar.