AMIGO O ENEMIGO?
Aun no sabia como demonios me habia dejado convencer por Selene… mi editora para acudir a este lugar. “Eres un ermitaño Cass, necesitas salir y buscar un poco de sana diversión”, fueron sus palabras e ilusamente crei en un principio que no tendria nada de malo un leve cambio de aires. Mas pronto de lo que imagine ya me estaba arrepintiendo, este lugar no es para mi, debi pensar de inmediato que no planeaba nada bueno cuando me dijo que necesitaba algo de “diversión”.
Estaba considerando seriamente el levantarme de mi lugar y salir de ese sitio cuando algo en el escenario llamo por completo mi atención. Sin tomar en cuenta las rebuscadas palabras del repulsivo hombre que fungia como “maestro de ceremonias” mis ojos se clavan de inmediato en el joven que sale a escena. Mas mi mirada no es la unica que se posa en el y el dueño de mas de una evidenciaba que no tenia planeado nada bueno para el chico.
Por su parte el peliazul parecia verse consternado, se notaba que nunca antes habia puesto un pie en la tarima, pero a veces las apariencias engañan, pero eso ya lo averiguare… un momento, como que ya lo averiguare? Ni que fuera a comprarlo… o si?
Mientras divagaba en mi propia confusion la puja por el chico comenzo, era impactante ver como los que ahí se encotraban, entre quienes figuraban, empresarios, politico, hombres influyentes se disputaban la “posesion” del joven de apellido Hashiba. Pero lo que mas me sorprendio de todo fue que pronto yo mismo me habia unido a la contienda, por un lado mi parte racional me decia que aquello no era correcto pero por otra parte el solo pensar que ese joven cayera en malas manos… no eso no iba a permitirlo, el no tendria que pasar por eso.
Tras mi ofreciemiento solo uno de aquellos hombres se atrevio a seguir en la contienda y para mala suerte era de todos el que se miraba con peores intenciones, asi que no cedi ni un poco, asi me costara los ahorros de mi vida, ayudaria a ese chico. No se cuanto tiempo paso desde que la puja iniciara pero de pronto esta ceso y lo siguiente que dijo el presentador me dejo atonito, simplemente no podia creerlo.
-Muy bien caballeros, tenemos un afortunado ganador, si hace favor de pasar a liquidar su compra joven, a menos que desee ver el resto de la subasta- como el silencio continuaba imperando el hombre comenzo a exasperarse y repitio en un tono de voz bastante mas duro –joven… acaso se arrepintió?... porque de ser asi lamento decirle que no hay marcha atrás- cuando voltee a ver a mi “oponente” me di cuenta de que ya estaba de nuevo sentado en su lugar con porte arrogante y al mirar al resto del auditorio, descubir casi todas las miradas en mi, fue en ese momento que cai en la cuenta de que a quien se dirigia el hombre en el proscenio era yo…
Ni tardo ni perezoso me levante de mi asiento y camine hacia donde debia recoger mi… “adquisición”. Teniendo que soportar todavía mas zalameria y pedantería finalmente se completa la transacción y sin demora me entregan al joven. Vi como el chico de cabello azul llamado Sora se acercaba y me sonreía, se veía lindo.
-Será mejor salir de aquí, siento que me quieren matar - dije por las miradas que los demás lanzaban. Una vez fuera del lugar no sabía cómo comportarme, es decir, jamás sospeché el abrir la boca en ése lugar, soy un antisocial por naturaleza y no quiero hacer sentir mal a ese chico, creo que por ahora lo mejor será presentarme.
-Bueno, yo me llamo Cassiel Amat. Mucho gusto Sora y pues... la verdad no sé qué te gustaría hacer. - dije un poco nervioso mientras empezaba a caminar - ¿Te gustaría ir a algún lugar en especial? No podia ocultar el nerviosismo que sentia, mas para mi suerte finalmente Sora parece darse cuenta de que en verdad no tengo malas intenciones con el pues ya mucho mas calmado me dirige la palabra.
-Oye por aqui cerca hay una reposteria donde venden un delicioso pastel de chocolate no quieres ir a comer un poco?- Cuando escuché pastel de chocolate mis ojos se iluminaron, adoro el chocolate *o* pero mejor guardo la compostura.
-Claro me encantaría, tú guía que yo te sigo - y comenzamos a caminar, la verdad no sé de qué hablarle, me siento nervioso >.< pero tampoco me gusta mucho este silencio pues lo siento algo incómodo así que mejor le pregunto lo primero que me viene a la mente.
-¿Y cómo llegaste al lugar de la subasta? - le pregunto y él me responde que no piense mal de el, simplemente era que necesitaba del pago, eso es raro, pero puede pasar - A mi me mandó mi editora, soy escritor ¿tú a qué te dedicas? - en eso llegamos a la repostería y en lugar de comprar cada quien su rebanada decido comprar un pastel completo, soy capaz de comermelo yo solo.
-¿Te parece si vamos a mi casa? Ahí podemos comernos este delicioso pastel acompañado de un café - veo que asiente y esta vez soy yo quien guía, ya me siento más relajado. Una vez que llegamos a mi casa, abro la puerta y le hago pasar.
-Sientete como en tu casa voy por las tazas y a preparar el cafe, si quieres puedes sentarte en el sofa o en el comedor, no tardo - y me interno en la cocina a preparar un rico cafe.
Estaba muy concentrado preparando el café, bueno en realidad estaba pensando en el chico de cabello azul *es muy lindo y dan ganas de protegerlo* pero de repente alguien me asustó y fue tal la sorpresa que terminé soltando la taza que tenía en la mano. Rápidamente intenté recoger los pedazos mientras escuchaba las disculpas de Sora.
-Lo siento mucho perdoname por hacer semejante tonteria-, en verdad estaba muy apenado por lo sucedido…
- No, no te preocupes no es para tanto, yo también estaba distraído y no te escuché llegar- le decía al mismo tiempo que él también comenzaba a recoger algunos pedazos, sin embargo de repente su mano rozó la mía y sentí escalofríos en toda mi piel, no sé si debido a que no estoy acostumbrado al contacto o si era porque se trataba de Sora, había algo en él que me atraía. Me fije en la cortada que me hice por la apresurada acción, mas no le tomé importancia, era algo leve y después de todo yo mismo me lastimo a veces.
Lo que siguió me tomó por completo desprevenido, tomó mi mano y lamió la sangre, se veía cual vampiro degustando su preciado alimento, pero al ser Sora ese acto llevaba también una carga de inocencia. El momento fue corto pero lo sentí eterno pues el contacto de su lengua con mi piel hizo que me estremeciera, que tuviera que contener las ganas de besarlo y probar mi propia sangre de sus labios. Cuando me di cuenta ya me había vendado con un pañuelo y volvía a disculparse al tiempo que me daba otro pequeño beso y se levantaba. Me tendió su mano para ayudarme, la tomé, me levanté y no pude evitarlo, lo besé, fue suave y rápido, no le di ni tiempo para corresponder ni para rechazarme.
-Gracias por preocuparte, no era necesario- le dije, cuando me separé, el pobre estaba todo sonrojado seguramente igual que yo. Me di la vuelta y tiré los restos de la taza al bote de basura, agarré otra taza y la puse en la charola donde ya había preparado todo
-Mira ya tenía todo preparado sólo estaba colocando las tazas, vamos a la sala - y salí de la cocina con él siguiendome al parecer todavía en shock *ojalá y no se haya molestado por lo que hice*
Llegamos a la sala y puse la charola en la mesa de centro, Sora se sentó, me veía mientras cortaba el pastel y servía el café, la verdad no quería verlo a los ojos, estaba apenado, pero su silencio era lo que más nervioso me ponía.
-Sora, yo... lo de hace rato...si te molestó no era mi intención, lo siento.
-Yo... – a leguas se notaba que no sabia que decir, de seguro ahora ya iba a querer irse y no lo culparia, mas me sorprendo cuando le veo posar dos dedos en su boca y sonrojarse de nuevo. -No tienes porque disculparte, fue muy dulce aunque la verdad si me sorprendi un poco pero eso es porque... fue mi primer beso- esto ultimo apenas y fui capaz de escucharlo pues su tono de voz era muy bajito.
Cuando oigo que fue su primer beso no puedo evitar sonrojarme y regañarme por eso *él debía entregarle ese beso a alguien que realmente quiera, no a un desconocido, pero... también fue el primer beso que yo di, sin que me hayan forzado a hacerlo*
Veo que cambia la conversación preguntandome si puede decirme Cass y yo le sigo –Sí, por mi no hay problema, de hecho yo fui un maleducado, empecé a llamarte Sora sin tu permiso, hay que comer el pastel o el café se enfriará - y comenzamos a comer.
-Dios tenías razón, este pastel es verdaderamente exquisito - le dije mientras que él sólo asiente pues está muy ocupado comiendo. Sin embargo en ese momento veo como sus labios quedan completamente llenos de chocolate y él pasa su lengua para limpiarlos, sin querer la temperatura de mi cuerpo sube y recuerdo la textura de ellos, me gustaría tomarlos de nuevo pero no me atrevo * es decir, yo quería salvarlo de los pervertidos y resulta que soy el peor de todos*
Trató de concentrarme por completo en mi comida pero no puedo, es imposible, Sora parece una criatura indefensa comiendo lo que más le gusta, sin querer hasta se ha embarrado los dedos de chocolate y los chupa uno a uno, aun queda algo de chocolate en su boca y no aguanto más, dejo mi plato y me acerco a él. Sora hace que pierda la cabeza, pues cuando menos me doy cuenta lo estoy besando, muerdo su labio inferior y con mi lengua retiro ese chocolate, apenas y lo retengo con mis brazos, si él lo desea puede rechazarme.
Me sentí bastante contento cuando Sora me correspondió, colocó sus brazos alrededor de mi cuello, soltando su plato y estoy seguro que quedó embarrado completamente del pastel. Lamentablemente tenemos que separarnos a causa del aire, pensé que Sora me preguntaría el por qué lo hacía pero no espere que me mirara tan inocentemente y me dijera que lo ayudara a limpiarse el pastel que tiene en el cuello, ni siquiera lo pensé cuando ya estaba sobre Sora limpiando su cuello con mi lengua alternando con unos besos y pequeñas mordidas.
Escucharlo gemir fue música para mis oídos, me excitaba de sobremanera. Mi parte racional me indicaba que debía parar pero había otra parte de mí desconocida hasta el momento que quería escuchar más, así que mientras mi boca estaba ocupada en su cuello mis manos se encargaron de ir desabrochando su camisa, una vez que lo hice me separe un poco de él para poder sacársela, fue cuando quede hipnotizado al verlo todo sonrojado, con su pecho subiendo y bajando más rápido de lo normal, me pareció ver a una criatura divina a la cual no quería lastimar.
-Sora... si quieres puedo parar, la verdad no sé que me pasa contigo- le digo mientras tocó una de sus mejillas, no quiero que él sienta que lo estoy forzando, sólo me gustaría hacerlo feliz.
Él se sonroja pero se acerca a mí y me besa, lo cual me indica que puedo seguir. Así que lo recuesto en el sillón y vuelvo a atacar su cuello mientras mis manos comienzan a vagar por su pecho, una de ellas se detiene en uno de sus pezones pelliscandolo y la otra sigue su recorrido tratando de memorizar su piel. Me encantaría estar piel con piel en este momento, pero tengo miedo, no sé cómo reaccionara cuando vea todas las marcas de mi pasado grabadas a fondo en mi carne.
Trato de desechar los malos pensamientos y me concentro en darle placer a Sora, quiero oirle gemir más, así que mi boca suplanta a la mano en su pezón, mientras mis manos trabajan con su cinturón. Volteó a verlo un momento a la cara para saber si puedo continuar o no.