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Sympathy For The Devil por LadyHenry

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Notas del capitulo: Me retrasé por compartir pc y porque en mi vida me habían interrumpido tanto, era sentarme y empezaban a incordiar...

Es la cuarta vez que lo intento editar y no quedó muy bien, lo siento por los espacios pero ahora no puedo arreglarlo, lo editaré cuando pueda.
Se sentía muy bien así, tirado en el suelo de la habitación sobre la moqueta y los pufs, con la manta revuelta hasta medio cuerpo, pero aún así percibía un agradable calor que arropaba su duermevela. Sufría insomnio muchas noches, solía despertarse por el frío ya que se movía demasiado y acababa destapándose. Y en estos momentos a pesar de notar que la manta apenas le cubría de cintura para abajo, estaba calentito y a gusto, disfrutando del descanso mientras un agradable olor mezcla de algo parecido a la menta y la naranja se colaba por sus fosas nasales haciendo que inspirara cada vez con más fuerza para poder captarlo mejor, ese olor le resultaba refrescante y adictivo, le sonaba vagamente de algo… cada vez se acercaba más al origen de ese embriagador perfume, hasta que terminó aspirando los rubios cabellos de Tyson y despertó sorprendiéndose por la situación.
Estaba abrazado al rubio, que se encontraba acurrucado contra su pecho, por eso no había tenido frío ni se había despertado, aunque no le hiciera gracia reconocerlo estaba muy cómodo con su manta humana, era suave, cálida y desprendía una fragancia deliciosa, ese champú que usaba olía jodidamente bien, y le dejaba el cabello como la seda. Cuando esos pensamientos tan poco “masculinos” cruzaron por su mente supo que era hora de levantarse, e hizo ademán de moverse, pero Tyson se apegó más a él restregándose suavemente y ahí se encendió la luz roja de alarma en su cabeza:” Muévete ahora mismo o lo único que se va a levantar es tu entrepierna” le decía la voz con urgencia.
No le estaba gustando nada la situación, lo menos que debía hacer era dejarse llevar por sus instintos, era el lugar equivocado con la persona menos apropiada que pudiese ocurrírsele, bueno tampoco tanto, ponerse cachondo con Kevin hubiera sido mucho peor… aunque pensándolo bien estaba seguro de que en unos cuantos años Tyson se parecería mucho a su primo, apostaba el culo a que si le preguntaba a alguien le confirmaría que Kevin a su edad era igualito. Tanto criticarle el gusto a Jeff y sus hormonas estaban igual de jodidas. Ironías de la vida, como solía decir May.
Intentó por segunda vez levantarse, pero sólo consiguió que Tyson emitiera un gruñido de protesta, así que lo tomó por la cintura para rodarlo, lástima que el rubio tuviera mejores planes y se quedara sentado encima suyo rodeándole el cuello con los brazos mientras descansaba la frente sobre la suya. Abrió los ojos lentamente enfocando el semblante confuso y ofuscado de Yakov, tuvo que contenerse para no sonreír, pero tenía que ser cuidadoso en extremo sino quería salir herido.
-¿Te parece bonito despertarme de esa forma?-murmuró Tyson con voz ronca de recién levantado.
-Necesitaba levantarme y no me dejabas-explicó Yakov mientras intentaba concentrarse en algo que no fuera el suave movimiento de las caderas de Tyson sobre sí.
Sólo se estaba desperezando, nada más… acababa de despertar, estaba despeinado, parecía un chiquillo atontado por el sueño. Se le hacía muy sugerente esa imagen, lucía demasiado ingenua para el rubio, aunque no negaba que su naturalidad era lo que más le gustaba de él. Un momento, eso se estaba saliendo de madre, una cosa era obviar que el chico era mono, eso era innegable para cualquiera, pero fijarse tanto en los detalles… tenía que salir de allí ya, de hecho debería salir más en general y buscarse algún ligue para descargar energía, su cuerpo debía estar pasándole factura. Pero su caso era algo especial, no sentía atracción alguna por nadie, nunca se había enamorado, había experimentado antes de que aquello sucediera, y sólo con chicas, pero después… nada, no quería saber del tema, y dudaba mucho que le interesase acercarse a alguien de su mismo sexo.
Sin embargo en esos momentos quien estaba haciendo que le subiera la temperatura era un chico, vale que no era el sumun de la virilidad, no por nada lo llamaba princesita o nenaza, pero eso no quitaba que tuviera atributos bastante masculinos que se dejaban notar… cosa que curiosamente no le disgustaba. Debía ser el clima libertino que se respiraba en esa casa, cuanto antes se marchase mejor.
-¿Para qué? Nos dormimos muy tarde, deberíamos recuperar el sueño perdido-alegó Tyson dando un suspiro, soltando el aire cálido sobre los labios de Yakov.
-No me caracterizo por dormir mucho, estoy acostumbrado-replicó Yakov con enojo, se lo estaba poniendo muy difícil el rubito.
-Precisamente, deberías aprovechar que me tienes de somnífero-sonrió Tyson. Pero esta vez no fue una sonrisa descarada o desafiante, fue risueña rozando lo dulce.
-Eso es lo peligroso-gruñó Yakov resoplando, esa sonrisa le había puesto al límite.- Será mejor que te levantes y te arregles, no vaya a ser que alguien te pille de esa guisa, tienes una imagen que mantener-ironizó buscando una salida.
-¿Qué insinúas? Yo soy glamouroso hasta recién levantado, espera que te coloco las gafas para que te retractes de semejante blasfemia-protestó Tyson dejándose caer hacia atrás para buscar las gafas.
Yakov lo estaba pasando realmente mal, ver como a Tyson se le levantaba la camisa al tratar de alcanzar sus gafas era difícil, pero lo peor era que aún tenía sus posaderas sobre él y seguía contoneándose…
-Voilà-dijo Tyson victorioso mientras se acercaba con las gafas en la mano.
Primero pasó sus pulgares por las mejillas de Yakov, que se quedó estático ante tan inesperado contacto, le estaba limpiando las legañas como si fuera un crío mientras ponía de nuevo esa maldita sonrisa, y luego le apartó el cabello de los lados cuidadosamente, apenas un roce que hizo que se ruborizara levemente. Ni siquiera recordaba la última vez que sus mejillas se habían teñido de rojo, pero ahora el calor de su cuerpo se elevaba por momentos. Tyson terminó de ajustarle las gafas y se separó un poco.
-Ahora que estás en posesión de todas tus facultades, admite que estoy monísimo.
-Yo no estoy en posesión de todas mis facultades hasta que no ingiero cafeína-replicó Yakov molesto.
-Está bien, vaya humor con el que te levantas, lo mismo deberías hacer algo para mejorarlo-le guiñó el ojo y se levantó-menos mal que esas gafas te quedan fashion y se te puede perdonar la falta de tacto-soltó descuidadamente antes de desaparecer por la puerta del baño mientras se iba quitando el pijama. Provocando que Yakov se encontrara al borde del colapso.
“Maldita fulana rubia” pensó mientras se marchaba a su habitación, necesitaba una buena ducha para despejarse. Después bajaría a desayunar, se pondría hasta el culo de cafeína y todo volvería a estar en su lugar. Tyson retornaría al rango de incordio decolorado y el sentimiento más notable que le produciría sería el enfado, seguramente por alguna de sus típicas salidas de tono.
Las predicciones de Yakov se iban cumpliendo. Después de tomar una refrescante ducha (el agua fría es muy buena para la circulación…) y mientras disfrutaba de su humeante café, empezaba a sentirse mejor. Kevin aún le parecía un psicópata, Joyce una histérica y Janet le seguía dando miedo. Todo en orden… hasta que apareció Tyson, dando los buenos días. En principio iba bien, no veía nada que le hiciera irresistible, no tenía ganas de tirársele encima… nada que le interesase.
El rubio tomó asiento y se sirvió un café, le puso una cucharada de azúcar y lo revolvió, dejándolo en la mesa mientras iba a hacerse unas tostadas, le gustaban recién hechas detestaba que estuvieran frías. Preguntó si alguien quería algunas, recibiendo un sí por parte de Kevin y Joyce. Mientras tanto fueron llegando más, Gary tomó asiento junto a Joyce, justo donde antes estaba Tyson, y tomó el café servido, pensando que Joyce se lo habría puesto, ya que solía hacerlo cuando desayunaban en su casa. Se regañó al probarlo, estaba muy amargo para su gusto así que le añadió un chorro del edulcorante líquido de Joyce, pero antes de que pudiera darle un sorbo su móvil sonó y tuvo que salir de la cocina para atender la llamada.
Andy y Kevin miraban la escena divertidos, mientras Yakov se preguntaba qué clase de cosa se les estaría pasando por la cabeza. En ese momento Tyson volvió con las tostadas, tenía una en la boca, mientras se sentaba Kevin le manoseó el culo para hacerle cosquillas, y Tyson dio algunos saltitos intentando no reírse para que no se le cayera la tostada. A Yakov le pareció adorable esa cara de “deja de hacerme eso o me cago de risa” pero no le dio importancia, o no tuvo tiempo de dársela, porque cuando por fin se sentó a comer y tomó café de la taza sin que nadie le avisara por distintos motivos, se armó el caos.
-¿Qué mierda es esto!-exclamó Tyson con un cabreo monumental, mientras escupía el café extra dulce en el plato de las tostadas-¿Quién es el cabrón que le echó mierda de la de Joyce a mi café?-seguía gritando con cara de asco empezando a ponerse rojo de la ira.
Mientras Andy y Kevin procuraban controlar su risa. Gael, Paul y Zach parpadeaban intentando escuchar entre los improperios de Tyson sus motivos para querer decapitar a alguien.
-Es que en esta familia hay mucho cabrón aburrido suelto, por qué no prueban a meterse el rastrillo por el ojete antes de joderle la bebida a nadie-seguía protestando Tyson.- Y si tienen tantas ganas de dulce pueden ir a mamársela a Jeff que se mantendría a base de pastelitos y chocolates si de él dependiera.
Para ese entonces Kevin, Andy y Zach se estaban partiendo la caja mientras Jeff se sonrojaba y Yakov daba por perdida su batalla personal de “Tyson no me gusta”. Porque ya era demasiado obvio que gustarle le gustaba, aunque no pensara darle bola a eso. Normalmente ver a un chico de su edad histérico porque le han jodido un café le parecería una majadería, es más, le irritaría sobremanera escuchar esa sarta de vulgaridades a voz en grito. Pero nada de eso sucedía, simplemente le resultaba jodidamente gracioso ver a semejante nenaza bramar como un bucanero.
En medio del fragor de la batalla Gary volvió extrañado de ver al muchacho tan alterado cuando solía ser el más amigable de los hijos de Joyce, que lo miraba complacida, cosa aún más extraña. Hasta que Gary se fijó que estaba observando la reacción de Yakov, bastante risueña para su gusto. No quería meterse en medio, así que volvió a su sitió y tomó su taza de café, mientras comenzaba a desdoblar el periódico.
En ese instante se hizo un tenso silencio, roto por Tyson.
-¿Gary?-llamó Tyson.
-¿Sí?-dijo Gary dudoso, no sabía exactamente por qué pero el tono de Tyson le había resultado particularmente inquietante.
-¿Por qué estás tomando de mi café?-soltó la bendita pregunta que todos esperaban.
-Oh lo siento, como me senté aquí antes pensé que era el mío-se disculpó Gary.
-¿Te sentaste ahí y cogiste mi café?-interrogó Tyson empezando a creer seriamente que su madre tenía la manía un tanto molesta de liarse con capullos. Se preguntaba de qué coño se venía a quejar después de que ellos también hicieran el tonto.
-Verás, es que Joyce me suele preparar el café y pensé que me lo había puesto-se excusó Gary, estaba empezando a captar lo susceptible que era el menor de sus hijastros.
-Qué lindura, Joyce te prepara el café, a papá también se lo preparaba. De hecho hasta se lo endulzaba, ¿a ti no te lo endulza Gary?
-Sí-no entendía a dónde quería ir a parar Tyson pero le parecía que estaba exagerando un poco.
-¿Y no te pareció extraño que estuviera algo amargo para tu hiperglucémico gusto?-preguntó Tyson con el sarcasmo impregnado en sus palabras.
-Pues la verdad es que sí, pero yo por las mañanas no ando muy espabilado, así que no me paré a pensar que pudiera ser el café de otro y lo endulcé, lo siento-intentaba disculparse Gary.
-Lo que le hiciste a mi café no es endulzarlo, es llenarlo de mierda. ¿Cómo coño puedes mezclar azúcar y edulcorante? Encima ni siquiera era del normal sino del líquido, es lo más asqueroso que he probado en mi vida, antes pensaba que no podía desayunar nada peor que las tortitas secas mega azucaradas de Adam, pero las acabas de superar con creces…
-Tyson cariño, te prometo que Gary no se volverá a acercar a tus bebidas, es un hombre despistado, no se lo tomes en cuenta, no era su intención arruinarte el café-intervino Joyce antes de que su pequeño acabara insultando a su futura suegra.
-Esa es la actitud Joyce, no dejes que tu fulana interfiera en tu relación con tus engendros-dijo Janet divertida.- Prohibirle echarle sustancias tóxicas a sus bebidas es lo primordial, después van detalles como “ no los espíes cuando se bañan” o “no los toquetees más de la cuenta”.
-Si me das a elegir prefiero que me espíes o me toquetees antes de que me intentes provocar un subidón de azúcar, bastante alterado estoy ya al natural como para empeorarlo ¿no crees?
-Cierto-asintió Kevin.- Tampoco debes darle red bull o vitaminas, se pondría cardiaco. Por ejemplo, el enfado que acaba de tener es efecto del azúcar que tomó, normalmente te mandaría a la mierda y te llamaría asqueroso, pero con tanto combustible energético bullendo en su sangre ha estallado… a la larga podría cometer auténticas locuras-exageró divertido.
-Madre mía, tanto tiempo cocinando aquí y no me había dado cuenta de que esto es peor que un laboratorio de drogas sintéticas-exclamó Janet-Diane recapacita, ¡eres un camello! Chocolate, azúcar… esa harina, tus brownies son como esas pastillitas que les venden a los mocosos en las disco. Y están comiéndolos desde niños… ahora todo encaja.
Ante la teoría de la conspiración dulce de Janet, todos empezaron a partirse, ver la cara de Diane era un poema, pero la de su marido Patrick al borde de la asfixia era la peor, estaba apoyado en el marco de la puerta intentando coger resuello.
-Siempre que creo que mi suegra no puede decir algo más alocado vuelve a sorprenderme-saludó Patrick mientras le daba un beso de buenos días a su abnegada esposa, que lo miraba recelosa. Empezaba a creer que Patrick se había casado con ella para poder meterse con su madre todo el rato.
El ambiente se fue relajando, o tensando por otros motivos como la llegada de Kate. Tyson fue a hacer otra cafetera, necesitaba resarcirse con un buen café cargado y amargo. Yakov se preguntaba qué demonios pasaba con eso de los brownies, quería preguntarle a Jeff, pero estaba encima de Kevin comiéndose un tazón de cereales, no es que estuvieran acaramelados, pero era una pose demasiado íntima que no quería interrumpir, se sentiría incómodo. El resto estaba en una situación similar, todos emparejados excepto Janet, a la que ni loco se acercaba, Kate, a la que tampoco quería acercarse y Tyson, que andaba ensimismado poniéndose su anhelado café. Así que optó por preguntarle a él, total después de haber jugado a ese videojuego, donde se podía decir que habían echado varios polvos virtuales, y de haber dormido juntos pegados como lapas, una pregunta no iba a empeorar la cosa… o eso creía.
-Tyson-llamó al rubio, que dudaba si tomarse el café a pelo o ponerle una cucharadita de azúcar.
-¿Quieres una taza? –le señaló la cafetera.
-Sí, por favor-el olor le despertó el apetito.- Oye…
-¿Con leche?
-No.
-¿Azúcar?
-No.
-Vaya, ya tenemos algo en común-sonrió Tyson.- Si hubieras probado ese brebaje te hubiera dado un ataque, era vomitivo.
-No lo dudo… y ya teníamos algo en común-añadió Yakov mientras le daba un sorbo al café emitiendo un sonido de aprobación.
-¿Está bien así?-preguntó Tyson al notar la expresión satisfecha de Yakov, era la primera vez que veía en su cara algo cercano a la aceptación.
-Perfecto-sonrió complacido, hacía mucho que no probaba un buen café, le recordaba al que hacía su tía May en vacaciones, siempre se despertaba por el agradable olor, y como un zombie iba hacia la cocina, viendo el amanecer mientras lo degustaba.
-Así que te gusta cargado y bien caliente-dijo Tyson dirigiéndole una mirada entre pícara y reprobadora. Provocando que Yakov escupiera parte del café y tosiera como un descosido.
Para remediar el desastre Tyson buscó una servilleta y le limpió las manchas de la cara y las manos, con unos cuantos gestos rápidos y ágiles, pidiéndole disculpas.
-Lo siento, no me di cuenta de que ibas a beber justo en ese momento-se excusó el rubio.
-Vaya, yo pensaba que tenías tus torturas premeditadas-le acusó Yakov.
-Claro que no, bueno, no la mayoría-se corrigió.- La improvisación es todo un arte, del que surgen las mejores jugadas.
-Lo que tú digas, pero no vuelvas a hacerme algo así-dijo tomado la servilleta de las manos de Tyson, comenzaba a ponerse nervioso con tanto roce.
-Te lo aseguro, no me gusta jugar con la comida y todo eso, soy bastante escrupuloso.
-Cualquiera lo diría-soltó Yakov sin pensar, mientras terminaba de limpiarse.
-Para la comida y la limpieza sí, para el desorden y lo demás soy bastante permisivo, hay cosas por las que merece la pena ensuciarse-le guiñó el ojo a un aturdido aunque escéptico Yakov. Le daba igual que el rubito notase que no le era del todo indiferente, no pensaba bajar la guardia, aunque fuera la primera persona que le hiciera volver a sentir ese tipo de cosas después de aquello.
Afortunadamente Jeff fue en su rescate, comunicándoles que tenían que ir a ayudar a Diane a hacer la compra, Joyce acababa de decidir el menú de la cena. Así que Yakov se quedó sin resolver su duda existencial sobre los dichosos brownies, ya tendría tiempo para enterarse bien en otro momento.
Mientras iban hacia el coche Jeff aprovechó para hablar con Kevin y Andy.
-Chicos ¿lo han notado?
-¿A qué te refieres exactamente?-preguntó Andy, porque notar había notado muchas cosas, y la que más le preocupaba era esa expresión ausente de su madre. Significaba que estaba a punto de jugársela a alguien y con lo de la cena ya tenía bastante.
-A lo de Yakov-concretó Jeff.
-¿Que nos mira a todos como si estuviéramos locos? Bueno… es normal-opinó Kevin.- De hecho algunos están como jodidas regaderas.
-No es eso Kev, me refiero a lo de Tyson-intentó aclarar Jeff.
-Que Tyson le toque los huevos a la gente es normal, además Yakov es un perfecto candidato, es nuevo y fácil de perturbar-observó Kevin.
-En lo de perturbable te equivocas, en el colegio no se inmutaba por nada, y cuando llegó aquí se mostraba algo confuso, pero con Tyson se muestra más receptivo-meditó Jeff.
-Eso está muy bien, ese chico tiene pinta de necesitar recibir-rió Andy.
-¡Andy!-protestó Jeff.
-Bueno, vale, tiene más pinta de querer dar que de recibir-se disculpó Andy.
-Sabes muy bien que no era eso a lo que me refería-se quejó Jeff.
-Jeff, amor, sabes que te adoro, pero en estos temas estás muy verde-intervino Kevin.- Es mejor no meterse en asuntos de dos, que pase lo que tenga que pasar.
-Pero Tyson es como un hermano y Yakov el primer amigo de verdad que tengo-se lamentó Jeff.
-No te preocupes tanto, Tyson está más centrado en ese aspecto desde que pasó del cretino de Joe, y Yakov no tiene pinta de hacer el tonto. Si sucede algo los dos sabrán afrontarlo-intentó tranquilizarle Kevin.-Además puede que no sea tan mala idea, mira a tu alrededor, lo polos opuestos…
-Cierto, lo único malo es que en el proceso intenten matarse el uno al otro, pero eso al final acaba uniendo-rió Andy.
-Muy gracioso chicos, no sé cómo encontraría consuelo sin vosotros-ironizó Jeff alejándose de su novio y hermano mayor en funciones, para ir a dar con Paul, seguro que con él podría hablar del tema con más seriedad.
Mientras Diane se llevaba a toda la troupe de compras y Kate se escabullía para ver a Ben, Joyce y Gary salían hacia el restaurante donde habían quedado con la tía de Yakov. Decidieron quedar en terreno neutral, a medio camino entre ambos pueblos. Charlarían durante el almuerzo, podrían quedarse hasta por la tarde, pero debían regresar antes de las seis para llegar a tiempo de la cena. Iba a ser un día muy ajetreado.
El trayecto se le hizo eterno a Gary escuchando las dudas de Joyce sobre cómo plantearle la situación a May. Eso no le acababa de gustar, no porque no le gustase que su futura esposa compartiera sus inquietudes, sino porque sí tenía dudas por algo que se suponía iba a ser una simple charla en la que intercambiarían información. Eso sólo podía significar que las intenciones de Joyce iban más allá de informarse, estaba tramando algo y no se iba a poder enterar hasta el maldito momento en que lo soltara, y entonces sería demasiado tarde, porque no podría detenerla sólo seguirle el juego.
Llegaron media hora antes de lo acordado, así que Gary aprovechó para fumarse un cigarro y estirar las piernas, mientras Joyce afirmaba tener que ir al servicio con urgencia.
Y eso hizo Joyce, ir al baño, empolvarse la nariz, comprobar que su peinado estaba en perfecto estado y echarse perfume en el cuello y las muñecas, quería causarle una buena impresión a May. Después de todo iba a pedirle que le dejara traerse a Yakov a la boda para que acompañase a Tyson, además de ponerla al corriente de lo buen compañero que había sido con Jeff y suplicarle que dejara al chico ayudarles a resolver ciertos asuntos en el internado, tanto por su bien como por el de Jeff. No sabía hasta qué punto estaba enterada la mujer de lo que pasaba en ese maldito centro, así que debía tener tacto. Se miró al espejo por última vez, acomodó su ropa y salió enfilada hacia la terraza donde se encontraba May sentada leyendo el periódico. Era indudable que esa mujer era la tía de su futuro yerno, tenía el mismo cabello azabache y esa expresión de tensa calma dibujada en sus adustas facciones. Ni siquiera se cuestionó el llamar a Gary para que entrase, bastante alterado estaba ya, mejor que disfrutara del cigarro y se relajara, mientras tanto ella se encargaría de aclarar las cosas.
-Buenos días-saludó Joyce llamando la atención de la mujer. -¿Es usted May?
-Buenos días Joyce, encantada de conocerla-saludó May poniéndose en pie y tendiéndole la mano que Joyce estrechó gustosa.
-¿Qué tal el viaje?-preguntó Joyce una vez sentadas para romper el hielo.
-Bien, no hubo mucho tráfico.
En ese momento llegó el camarero para tomarle nota a Joyce, que pidió un té helado a modo de aperitivo, a pesar de que hacía bastante frío su garganta se secaba cuando iba a tratar temas delicados, cosa bastante usual en su apretada agenda, así que las bebidas frías eran bienvenidas ya estuviera lloviendo a cántaros o tronando. Una vez servido el té y dejando atrás la apreciaciones insustanciales sobre el clima o la carretera, Joyce le dio un buen sorbo al vaso, miró fijamente a May ahondando en esos ojos tan grises y profundos como los de su sobrino, y empezó la verdadera conversación.
-Bueno, antes de nada quiero decirle que tiene un sobrino maravilloso, no sé qué hubiera sido de Jeff sin él, estamos en deuda con él-afirmó Joyce con convicción.- A pesar de que le conté la historia cuando nos pusimos en contacto si tiene alguna duda, adelante, entiendo perfectamente que quiera saber con quién está tratando.
-Tutéame por favor-pidió May.- Debo admitir que me sorprendió un poco lo ocurrido, pero en ese centro debe ser el pan de cada día, estoy muy preocupada desde que obligaron a Yakov a entrar ahí, y me alegra que por fin tenga un amigo. Desde lo de su primo se ha vuelto un chico muy huraño, siempre había sido independiente, pero se estaba encerrando en sí mismo del todo. Que Jeff y él se encontraran fue bueno para ambos. Desde que lo conoce se preocupa por alguien más que no seamos él y yo, y habla de él con mucho aprecio, se nota que le tiene cariño, me atrevería a decir que Jeff debe ser un chico adorable por cómo habla de él.
-Lo es, Jeff es un amor de niño, tímido incluso retraído, pero ya se le está pasando… como a Yakov eso de ser tan huraño-sonrió Joyce recordando cierta escena.
-¿En serio?
-Sí, mi familia se puede poner muy pesada, no le queda más remedio que socializarse.
-Vaya, es extraño, suele ponerse peor si se siente presionado-razonó May.
-Bueno, hay que saber cómo presionar, eso es todo matizó Joyce mientras rebuscaba algo en su bolso, hasta que sacó su móvil y comenzó a buscar imágenes.
-Mira esto, es de esta misma mañana, el rubio es mi hijo menor, Tyson-le pasó el móvil, que mostraba en su pantalla una imagen bastante reveladora.
La expresión de May pasó por varias fases, primero era de puro asombro, después frunció el seño observando bien los detalles, para terminar con una sonrisa que andaba entre la suspicacia y la alegría. Si esa misma mañana le hubiesen dicho que, una hasta entonces desconocida, iba a mostrarle un fotografía de su sobrino durmiendo abrazado a otro chico aún se estaría riendo, simplemente le habría parecido delirante. Pero allí estaba con pruebas fehacientes de que Yakov estaba dejando a un lado ciertos reparos que antes parecían inamovibles.
-Vaya, es sorprendente-se pronunció May aún incrédula-¿desde cuándo se conocen?
-Lo sé, cuesta creerlo, por eso tomé la foto, quería que lo viera con sus propios ojos-se justificó Joyce.-Se conocen desde hace unas semanas, apenas se han visto hasta que invitamos a Yakov a pasar el fin de semana, de hecho se llevan como el perro y el gato, pero ya se sabe…
-¿Los polos opuestos se atraen?-cuestionó May.
-Yo prefiero esa de “el amor es ciego y va guiado por la locura”-puntualizó Joyce. No quería que pareciese que lo que pensaba de Yakov y Tyson era algo superficial, tenía grandes esperanzas puestas en esos dos.
-Entiendo-sonrió May.- ¿Y qué quiere contarme?
-Pues verás, me gustaría que nos dieras manga ancha con Yakov, creo que le vendría bien trabajar en equipo, integrarse en grupo, aunque en este caso el grupo sea un poco peculiar…-dijo Joyce dudando sobre cómo plantear la naturaleza de la familia. Ella no creía que fuesen tan “especiales” pero por lo visto el resto de la gente solía pensar lo contrario.
-Bueno todo el mundo tiene su lado peculiar… además Yakov me llamó ayer, siempre lo hace los fines de semana para contarme qué tal le va. La charla suele ir sobre lo estúpidos que son sus compañeros y lo que detesta las aburridas clases, no duran más de diez minutos, pero ayer estuvimos hablando media hora, y cortó porque un tal Kevin lo estaba llamando para ir a merendar, de hecho la frase exacta fue algo así como “ey Yackie ya es hora de que pruebes la especialidad de Diane, eso que podría ser el origen de la locura, pero date prisa que Jeff y Zach se lo zampan todo”, después se despidió alegando que tenía que partirle la crisma al chico.
-Bueno, es que Kevin es muy efusivo, pero es buen chico, y desde que sale con Jeff está mucho más tranquilo, antes era peor…
-El caso es que Yakov se pasó todo el rato quejándose de que estaba rodeado de locos, dijo que eran una familia más excéntrica que los Adams y que no le extrañaría nada que estuvieran metidos en una secta-explicó May sonriendo por lo exagerado que era su sobrino, después de todo Joyce no parecía tener problemas mentales, como él había afirmado. Le resultaba una mujer poco convencional, pero bastante centrada, a pesar de que le interesase aparentar lo contrario. Pero su sobrino era aún muy niño para entrever esas cosas.
-La verdad es que no somos muy tradicionales, pero tampoco es para tanto-se defendió Joyce.
-Lo supongo, Yakov es muy extremista. Además tampoco paraba de quejarse de Tyson.
-Eso es interesante, ¿qué dijo?
-Lo llamaba cosas como “rubito descarado” o “psicópata cafeinómano”.
-Me temo que en eso debo darle la razón-rió Joyce.- Pero no es nada serio. Y ya vio lo bien que puede estar con el rubito cafeinómano.
-Cierto, esa imagen vale por todas las quejas. Yakov hace mucho que no deja que nadie le ponga la mano encima, además tiene problemas de insomnio, y si consiguió dormir la primera noche que pasó en una casa desconocida junto a un chico, eso significa mucho-observó May aliviada, le preocupaba tener falsas esperanzas sobre Yakov, pero por lo que estaba viendo podía decir con seguridad que las cosas iban mejorando a pasos agigantados.
-Lo mismo vale para el caso de Tyson, andaba muy desengañado por culpa de un cretino, pero con Yakov está viendo que las cosas pueden ser diferentes. Sólo les hace falta un pequeño empujoncito.
-¿Crees que sería bueno meternos por medio?-dudó May.
-Bueno, sólo sería de manera indirecta, dejarlos en una situación en la que sea más fácil que suceda algo.
-¿Qué tienes en mente?
-Pues ahora que van a ser compañeros de colegio, pasarán mucho tiempo juntos, pero al empezar el curso estarán muy liados con investigar y estudiar, podrían distanciarse. Así que he pensado que si viene a la boda y tiene más roce podrían llegar a conocerse mejor y tal vez se decidieran a darse una oportunidad, o por lo menos tendrían tiempo de darse cuenta de lo que pueden llegar a significar el uno para el otro.
-Con lo cabezota que es Yakov intentará salirse por la tangente a la menor oportunidad, se le ha metido en la cabeza que enamorarse es una mariconada inútil que sólo trae problemas-explicó May.
-A esa edad son muy susceptibles-le dio la razón Joyce.
-Me parece buena idea, además así tomará confianza con el resto antes de ponerse a hurgar en la basura de ese internado. Es muy metódico y les tiene una rabia increíble, así que seguro que se pasará el tiempo indagando sin hacer demasiado caso a los otros, al contar con el apoyo y los medios adecuados no va a detenerse para encontrar lo que buscan. No hay nada que desee más que hacerles pagar por lo que hacen.
-Pues habrá que cambiar sus prioridades-sugirió Joyce.- Entonces tenemos carta blanca para seguir adelante-preguntó buscando una confirmación oficial.
-Sí, a pesar de las apariencias podría asegurar que lo tienen todo bajo control y saben lo que hacen, además te juegas tanto como yo, Tyson podría salir mal parado y estás dispuesta a arriesgar.
-Qué puedo decir, no me gusta soplar sobre sopa fría, y estas oportunidades pasan una vez en la vida, hay que aprovecharlas, el riesgo es proporcional al beneficio.
-Pues está decidido, sólo mantenme bien informada-pidió May.
-Eso dalo por sentado, y para que lo veas con tus propios ojos te propongo que vengas a cenar esta noche, así los conoces a todos, y charlas con Tyson. No hay nada más efectivo que tener una primera impresión en directo-propuso Joyce entusiasmada.
-¿No es un poco repentino?-cuestionó May.
-Si lo que te preocupa es que Yakov desconfíe simplemente dile que decidiste aparecer de improviso porque te preocupó lo que te contó por teléfono. Apareces sobre las siete cuando estemos todos preparando la cena y listo. Un golpe de efecto de este calibre los desestabilizará, y bajar sus defensas siempre es bueno para que se acerquen.
-Hablas como una estratega-rió May por el arrollador entusiasmo de Joyce.
-Es parte de mi profesión, siempre hay que estar alerta.
-Entonces almorzamos y me voy al cine para hacer tiempo antes de aparecer.
-De eso nada, yo me vuelvo sola y tú te quedas con Gary, te llevará a alguna boutique para que escojas un vestido, a la boda hay que ir de etiqueta.
-¿Gary? ¿Boda?-May no acababa de captar el mensaje.
-Oh Gary está afuera fumando, y si voy a invitar a Yakov a la boda tú también vendrás, así no tiene escapatoria.
-Y todo lo solventarás esta noche con mi visita sorpresa…
-Exacto.
-¿Y cómo haremos Gary y yo para no aparecer juntos?
-Gary esta noche tiene que cenar con sus hijos, así que no vendrá.
-Vaya todo calculado…
-Soy una mujer precavida.
-Eso me inspira confianza.
-Estupendo, voy llamar a Gary, ya tarda demasiado, si quieres vete pidiendo-dijo Joyce mientras salía satisfecha en busca de su prometido.
No podía haberle ido mejor, May había resultado ser una mujer fuerte y decidida, dispuesta a arriesgar tomando responsabilidad en el asunto. Y ello la tranquilizaba, sí le había dado el visto bueno era porque confiaba en que iba a funcionar. Ya tenía todo solucionado, ahora sólo faltaba que siguiera la buena racha.
Gary se había quedado pasmado por la rapidez de Joyce en tratar esos asuntos, al final se había quedado fuera, cosa que en parte prefería, no debía haber sido muy agradable el trance. Afortunadamente todo parecía haber salido bien. Durante el almuerzo, una vez acabadas las presentaciones, le pusieron al corriente del plan. Su primera reacción fue de pánico, pero no tardó mucho en asentir, May le parecía mucho más seria que Joyce confiaba en su buen juicio, si ella creía que era lo apropiado para su sobrino él no iba a objetar nada. Además su participación se iba a limitar a salir de compras con May y asegurarse de dejarla puntual en la casa de Janet.
Horas más tarde todo estaba listo. May había conseguido su vestido en menos de una hora, y es que Joyce le había encargado a Gary que la llevara a su boutique favorita y preguntara por Cid, su estilista preferida. Como llegaron sobrados de tiempo fueron a la playa a por un café, y Gary aprovechó para ponerla en antecedentes y darle información de primera mano sobre toda la familia. Se encargó de darle los datos más importantes de cada uno, lo que les llevó alguna que otra hora. A petición de May se centró especialmente en Jeff y Tyson. …ste último le arrancó más de una sonrisa, incluso llegó a carcajearse cuando le contó el incidente del café. Había que reconocer que el chico tenía un carácter explosivo, cosa que combinaba a la perfección con la frialdad y tirantez de Yakov.
La casa de Janet estaba a tope de gente. Joyce y Diane estaban en la cocina ultimando detalles junto a Kiara, la madre de Gael, que había aparecido a última hora, a causa de una llamada de su adorado hijo, en la que le contaba el gran esfuerzo de su suegra por organizar una cena para que ambas familias se conocieran, cosa que la conmovió profundamente, por fin veía algo de colaboración, lo más natural era querer conocerse, así que no se lo pensó dos veces a la hora de ponerse en camino para ayudar, quería colaborar y de paso conocerlos por fin, eran todo un enigma, y el poco trato que tenía con Andy no ayudaba mucho. Era la ocasión perfecta para remediarlo.
Kiara se había llevado una grata sorpresa al comprobar que todo iba de maravilla entre Andy y su hijo, ahora los veía mucho más centrados y unidos, se notaba que su relación marchaba bien. Además Andy estaba más receptivo y hablador de lo normal, le estaba ayudando a hacer la masa para las empanadas, le había pedido que hiciera su especialidad, pensando en lo mucho que le gustaría a Kate el apetitoso olor de la empanada de atún, sería una maravillosa manera de entablar contacto con su futura suegra el probar su deliciosa comida, lástima que con el embarazo el pescado le provocara de todo menos apetito.
Gael miraba divertido la escena, Andy quedaba muy sexy con el delantal y esa expresión malévola mientras charlaba animadamente con Joyce, Kiara y Diane. Janet preparaba el postre junto a Patrick, Kevin y Zach. Por otro lado Paul, Kevin, Jeff, Yakov y Tyson, se ocupaban de prepar el jardín, sirviendo la mesa y poniendo las sillas. Tyson y kevin iban y venían de la cocina al jardín trayendo las cosas. Jugaban a seguir la letra, uno comenzaba a cantar una canción y el otro iba completando, encadenando una tras otra, a cual más cachonda. Habían cantado pink y This is the new shit, pero ahora habían empezado con los clásicos. Tyson iba por el pasillo cargando algunos cojines mientras cantaba need you tonight.

All you got is this moment
The twenty-first century's yesterday
You can care all you want
Everybody does yeah that's okay

[Ven aquí
Todo lo que tienes es este momento
El siglo veintiuno ya es ayer
Te puede importar todo lo que quieras
A todo el mundo le importa, y está bien]

May escuchaba cantar al chico mientras se acercaba, el único que reparó en su presencia fue Paul, que la observaba callado mientras doblaba algunas servilletas.

So slide over here
And give me a moment
Your moves are so raw
I've got to let you know
I've got to let you know
You're one of my kind

[ Entonces deslízate hacia aquí
Y dame un momento
Tus movimientos son tan salvajes
Tengo que dejarte saber
Tengo que dejarte saber
Que eres una de mi tipo]

Seguía ensimismado cantando cuando escuchó el timbre, May a pesar de ver a Yakov en el jardín optó por tocar el timbre, escuchaba la voz de Tyson justo detrás de la puerta. Tyson se dispuso a abrir apoyando los cojines a un lado de su cadera, pensaba que serían Glenn y Phill con los helados, así que siguió cantando.
I need you tonight
'Cause I'm not sleeping
There's something about you girl
That makes me sweat

[Te necesito esta noche
Porque no voy a dormir
Hay algo acerca de ti chica
Que me hace sudar]

Terminó el estribillo justo cuando encaró a esa desconocida cuyos rasgos se le hacían atractivamente familiares, se quedó callado meditando, mientras se apartaba invitándola a entrar. Kevin se extrañó de que no siguiera cantando y decidió terminar la canción.


How do you feel
I'm lonely
What do you think
Can't take it all
Whatcha gonna do
Gonna live my life

[Cómo te sientes
Estoy solo
Qué piensas
No puedes con todo
Qué vas a hacer
Voy a vivir mi vida]
Todos fueron al recibidor siguiendo a Paul, que en seguida corrió a ver quién era la mujer que había visto. Miraban curiosos hasta que llegó Yakov y se quedó totalmente sorprendido. Lo último que esperaba era que su tía apareciera de pronto.
-Vaya, bonita canción ¿iba dedicada a alguien?-preguntó May rompiendo el tenso silencio.
-Jugábamos a sigue la letra- explicó Kevin sonriendo-
-Tía May-atinó a decir Yakov saliendo de su estupefacción-¿qué haces aquí?
-Aproveché que tenía que pasar cerca por trabajo para visitarte-respondió tranquilamente.
-¿Nos nos presentas a tu tía?-intervino Jeff intentando salvar la situación.
-Claro, chicos esta es May, mi tía. Pueden ir presentándose uno a uno-alegó Yakov aún confundido.
-Yo soy Zachary, un primo de Jeff, encantado, si me disculpan voy a llamar al resto.
-Encatada Zachary-respondió May.
-Puede llamarme Zach, ¿nos hará el honor de cenar con nosotros?
-No quiero ser una molestia-se excusó May sonriendo.
-En absoluto, nos encantará tenerla como invitada-se apresuró a decir Tyson dedicándole su mejor sonrisa.
-Si me lo dices así no puedo negarme-respondió May devolviéndole la sonrisa con sinceridad.
-Estupendo, yo soy Tyson, otro primo de Jeff-se presentó.
-Encantada de conocerte Tyson he oído maravillas de ti.
-Madre de dios, ya se ha quejado por teléfono, este chico no tiene aguante-bufó con falsa molestia, arrancándole una mirada asesina a Yakov y una sonora carcajada a May.
-No es para tanto-intervino Yakov interrumpiendo la conversación, no le apetecía que esos dos siguieran charlando.-Vamos tía, quiero presentarte a Janet, la abuela del novio de Jeff-no era la mejor opción, pero era la más convincente, de momento quería a Tyson y a May bien alejados.
Entraron en la cocina y se montó un buen lío entre presentaciones y fingidas sorpresas, Andy miraba atónito a su sonriente madre, ahora sabía qué había estado tramando y le resultaba bastante heavy. Y aún les quedaba la llegada de Ben y Kate, pensó ensanchando su sonrisa, mientras sonaba el timbre y Gael se ofrecía a abrir.
Phill y Glenn llegaron con los helados, seguidos por Kate y Ben que les ayudaban con las bolsas.
-¿Qué alboroto hay dentro?-preguntó Phill extrañado por el murmullo incesante que se escuchaba desde el jardín.
-Es que ha habido una visita inesperada y se están haciendo las presentaciones.
-Seremos más-afirmó Glenn contrariado, no quería ni imaginarse quién podría ser esa visita.
-Sí, seguro que os encanta-dijo Gael mientras sacaba del coche la última bolsa y se dirigía a la cocina.
Kate y Ben se miraron aliviados cuando escucharon que se trataba de la tía de Yakov, pero les iba a durar poco, exactamente el medio minuto que tardó Kate en percibir el olor de la empanada de atún, apenas le dio tiempo a enfocar la sorprendida cara de Kiara al ver a Ben cuando tuvo que salir corriendo al baño…








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