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Sympathy For The Devil por LadyHenry

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Notas del capitulo:

Más vale tarde...

 

 

 

Nunca se cansaba de descubrir hasta qué límites podía llegar la mente humana para conseguir lo que deseaba. Obviamente prefería tener clientes  con buena educación e inteligencia, por eso su primera opción fue rechazar el encargo que ahora le ocupaba. El marido de su clienta era un tanto básico para su gusto, y ella… era un nefasto ejemplo que lo que alguien sin escrúpulos ni sustancia podía hacer. Sentía un profundo desagrado por esa mujer que abusaba de su aspecto frágil para esconder lo que en realidad era, a veces le resultaba cómico y otras grotesco, el exagerado esfuerzo que le suponía aplacar sus instintos. No estaba seguro de si de verdad era una enferma mental  o de si simplemente era una zorra con ínfulas de grandeza. Lo que sí tenía claro era que esa fijación por  destruir  la inocencia de lo que podría denominarse como “buenas” personas, la hacía llegar a vulgarizarse hasta extremos que le provocaban una profunda repugnancia. Todo el encanto que podía llegar a reunir se esfumaba de una forma aberrantemente brusca, dejando al descubierto toda esa ansiosa torpeza de quien intenta abarcar algo que le viene grande. Y es ahí donde emerge su naturaleza patética, dejando al descubierto todas esas carencias de los malos tontos, cuya ambición los sobrepasa y acaba aplastándolos, muchas veces ni siquiera hay que empujarlos, ellos mismos se encargan de cavar su propia tumba, con manos temblorosas de anticipación se ciegan centrándose en el objetivo, dejando pasar todos esos detalles importantes que acabarán siendo su perdición.

Luke siempre estuvo de acuerdo con el ilustre Ludwig Mies van der Rohe en que “El diablo está en los detalles”, por eso se esmeraba en cuidarlos tanto, estaba seguro de que buena parte de su éxito se lo debía a esa máxima. Así que para convertirse en eso que tanto le gustaba a Debra había tenido que pulir su aspecto; había llevado una foto de Phill a una amiga estilista y le había pedido que lo dejara lo más parecido posible, afortunadamente tenían un color de pelo similar, solo había tenido que cambiar su corte a uno más clásico, y vestirse con menos desenfado y más elegancia. La paciencia la tenía bien entrenada, pero lo que sí le costaba era mantener a raya su desapego y despreocupación naturales, debía fingir que era muy considerado y compasivo, y eso era algo que le resultaba difícil, sobre todo con la clase de gentuza a la que su trabajo solía enfrentarlo. Pero como le gustaban los retos, y tenía un gran afán de superación, no le iba mal.

Tenía que estudiar bien a Debra y para ello iba a tener que entrevistar a la familia, solo había hablado largo y tendido con Joyce, y cenado con Diane y Janet, tras lo cual había aceptado el trabajo. Pero ahora tocaba empezar a recopilar información en serio, y después de ver a la nueva generación de la familia supo que iba a divertirse bastante.

Tras sopesarlo detenidamente decidió acercarse primero a Tyson, después de todo era el más allegado a Jeff, además al no haberlo visto,  suponía que ni siquiera tendría noticias sobre el enfermero de Debra, contaba con la ventaja del factor sorpresa. Casualmente ese fin de semana había puente y vendrían de visita.

Esperó a que fuera la hora de la cena para presentarse en casa de Joyce con algunas dudas laborales, y casi no pudo reprimir la sospechosa sonrisa que amenazaba con delatarle, cuando después de tocar el timbre Tyson le abría, quedándose prácticamente boquiabierto.

-Buenas noches, soy Luke, trabajo para tu madre –saludó presentándose.

-¿Y a qué te dedicas exactamente? –cuestionó Tyson sorprendido.

-¡Luke! ¿Ha pasado algo? –preguntó Joyce mientras se apresuraba hasta la entrada.

-Una pequeña cuestión burocrática, olvidó llevarme los documentos, y no puedo hacer los cambios, vine ahora porque mañana libro.

-Oh lo siento, con el cambio por el día festivo me despisté, voy a buscarlos, Tyson acompáñalo a la salita y no incordies.

 Pero Tyson nunca creyó que interesarse por el trabajo de otro de manera educada fuera incordiar.

-No me has respondido –dijo Tyson sonriente.

-Perdona, estoy al cuidado de tu tía Debra –respondió Luke.

-Espero que te paguen bien… -resopló Tyson dando por zanjada la cuestión.

-Es un trabajo duro, pero lo hago por vocación.

-Vaya, eres toda un “arma” de la caridad.

Luke no pudo evitar sonreír ante el comentario, pero no le dio tregua por mucho más.

-¿Puedo saber por qué me estabas mirando como si fuera un alien o algo por el estilo?

-Te pareces mucho a mi tío.

-¿Y eso es malo?

-No exactamente, es raro…

-Por la cara que has puesto diría que te preocupa.

-Supongo que mi madre siempre consigue sorprenderme, y puede que le dé demasiada importancia a los detalles.

-Eso está muy bien, no dejes de hacerlo nunca.

-¿Dejar que Joyce me sorprenda?

-Darle importancia a los detalles, suele ser de mucha ayuda.

-¿Tú crees? A veces creo que pierdo el tiempo sobreanalizando las cosas.

-Hay que encontrar un término medio, pero siempre tener en mente que los detalles son cruciales, uno acaba reparando en los que puedan ser importantes.

-Supongo que sí, lo tendré en cuenta.

-¿Hay alguno que quieras compartir conmigo?

-¿Sobre Debra?

-Sí, aunque si te apetece hablar de algún otro tema…

-¿Cómo cuál?

-Como por qué ese chico que está en el balcón de la casa de en frente nos está observando con cara de pocos amigos…

-¿Moreno y alto?

-Sí.

-Supongo que le sorprendió lo mismo que a mí… y esa cara de fiera es porque está sexualmente frustrado.

Luke volvió a reír con ganas, mientras Yakov lo fulminaba con la mirada.

-Lo siento por él, eso no es nada divertido.

-No lo compadezcas, él se lo ha buscado. Volviendo al tema de Debra, no sé en qué podría ayudar…

-Está pasando por una crisis originada por el estrés, deberá hacer terapia, una de las que estamos barajando es la de enfrentarse a sus miedos con psicodrama, pero para eso hay que tener una idea objetiva de qué miedos son los que le afectan, muchas veces les cuesta reconocerlos…

Tyson parpadeó intentando digerir lo grotesco que eso podría llegar a ser.

-Entiendo, digamos que a Debra siempre le ha preocupado lo que piensan los demás, no tanto su familia directa sino los vecinos, sus conocidos… que lleguen a enterarse de sus… cómo decirlo ¿debilidades?

-Puede valer.

-Eso le da pavor, es una mujer muy… social.      

En ese momento llegó Joyce con los documentos, y un nuevo uniforme para Luke, de color azul marino, que se asemejaba  mucho al que llevaba Phill en el instituto.

-Querido, aquí tienes, disculpa el olvido, no sé cómo extravié las copias que saqué y tuve que volver a imprimirlos. Por cierto este es tu nuevo uniforme, te sentará mejor que el blanco.

-Oh gracias, el blanco se ensucia con mucha facilidad.

-Sé que hay puente, pero ¿podrías incorporarte el domingo?

-Si me paga la cena a domicilio, odio la comida del único restaurante que está abierto cerca cuando acabo el turno –se quejó Luke.

-Oh no te preocupes, John tiene turno el domingo, cuando salga te recoge y cenas con él, también estarán su hijo Zach y Paul, así tendrás gente joven con la que charlar.

-¿No seré un molestia?

-Claro que no, así los pones al corriente de cómo va Debra.

-Bien, buenas noches, disfruten del puente.

Aunque había pensado en Kevin como el siguiente, no le venía mal tener tan a mano a Zach y Paul, y más si le pagaban la cena. Puede que tuviera suerte y alguno se pasara de visita antes de cenar.

De vuelta a su habitación, Tyson se preguntaba por qué había hablado con Luke de una manera tan descuidada, sabía que él quería información, y normalmente habría  sido más reservado, pero por alguna razón confiaba en que su madre no les habría dejado a solas si hubiera peligro. Había algo inquietante en Luke, cosa que formaba parte de las cualidades que debía tener la persona idónea para lidiar con Debra. Tenía una mirada desconcertante, si lo miraba fijamente le resultaba insondable, era como quedarse mirando al abismo, puede que ese fuera su papel… al principio pensó que lo habían elegido por su parecido físico con Phill, pero era demasiado simple, tenía que haber algo más. En cualquier caso si Joyce lo había contratado era mejor colaborar y dejarlo hacer su trabajo, si querían que todo saliera bien tenían que confiar en que todos se encargarían eficazmente de su parte.

Cuando salió al balcón Yakov seguía allí, estuvo tentado de decirle que iba a pillar un resfriado, pero no sabía bien cómo abordar la situación después de su último encontronazo. Cuando planeó con Shane poner celosos a Yakov y a Jackson, no calibró bien la reacción de este último, creía que como mucho iba a gritarle algún que otro insulto, no esperaba que fuera a golpearle y que Yakov acabara interceptando el golpe al intentar frenarlo. En ese momento comprendió que a veces cosas que parecen nimiedades acaban saliéndose de control. Le resultaba irónico que intentando hacer que Yakov se aclarara hubiera acabado siendo él quien se planteara si actuando así iban a sacar algo en claro, aparte de causar peleas.

 Shane se había llevado a Jackson a rastras a su habitación, y teniendo en cuenta que ellos se habían quedado en el internado y no había recibido llamadas, deducía que probablemente estuvieran haciendo cosas más interesantes que hablar con desconocidos o mirar la ceja amoratada de Yakov.

Suspiró mientras se decidía a ponerle fin a su veto de castigo, había hecho lo que mejor le pareció para que Yakov se decidiera, pero después de agotar varias estrategias sin mucho éxito la única que le quedaba era hablar, con calma y sinceridad, suponía que después de la charla tendría que dejarle espacio y quedar como amigos, aunque supiera que les iba a costar, esta vez no intentaría presionarlo, se dedicaría de lleno a cumplir con lo que tenía que hacer y cuando acabara se marcharía con Jeff, si Yakov se había aclarado para ese entonces genial, y si no por lo menos a él no le interesaría seguir esperando.

A medida que iba subiendo las escaleras para llegar a donde estaba Yakov, su resolución se iba tambaleando, y cuando por fin estuvieron cara a cara no tenía ni idea de cómo empezar.

-Chicos bajad un momento, Jeff acaba de quedar sepultado por los adornos de navidad –vociferó Joyce desde la planta baja.

Tyson resopló indignado mientras Yakov lo miraba interrogante y confuso.

-¿Se puede saber por qué demonios están sacando los adornos cuando falta más de un jodido mes? –replicó Tyson a voz en grito.

-Estábamos buscando álbumes de fotos y nos confundimos de caja… -se explicó Joyce intentando no reírse.

Cuando bajaron Jeff estaba prácticamente cubierto de espumillón, muérdagos y demás adornos desparramados de varias cajas de cartón volcadas. Yakov lo hubiera clasificado como aterrador de no ser por lo gracioso que resultaba Jeff con esa expresión molesta, pero que Joyce se dedicara a sacarle fotos con el móvil en lugar de ayudarle a quitarse de encima todo eso, no acababa de parecerle divertido.

A quienes sí se lo parecía era a Gael y Andy, que estaban haciendo cola para pedir un café cuando se toparon con Luke, que ante la estupefacción de Andy estaba de lo más hablador. Iba a preguntarle qué cojones estaba intentando averiguar cuando su madre le mandó esas fotos y no pudo hacer otra cosa que reírse y mostrárselas a Gael. No se extrañó cuando Luke se tomó la libertad de echar un vistazo por encima de su hombro, y ahí estaba su excusa para abordar el tema que le interesaba, cosa que alivió bastante a Andy, porque sinceramente le resultaba de lo más inquietante charlar con el enfermero de Debra sobre cosas cómo la cantidad de ingredientes insalubres que podían contener esas magdalenas a las que les estaba echando el ojo.

-¿No es un poco pronto para sacar la artillería navideña? –preguntó Luke sonriente.

-Probablemente estuviera buscando la caja donde Kev esconde sus juguetes sexuales –respondió Andy ensanchando la sonrisa.

-La mayoría de la gente suele tenerlos en la mesa de noche o el armario –observó Luke siguiéndole la corriente como si nada.

-Pareces un chico muy listo, seguro que te has dado cuenta de que Kev no es como la mayoría de la gente, tiene muchos, así que ha tenido que recurrir a lugares más espaciosos…

-Aun así le pegaba más tenerlos en vitrinas que en cajas en lo alto del armario, y ¿por qué los estaba buscando Jeff?

-No sigan por ahí –advirtió Gael alzando una ceja mientras los miraba amenazante.

-Me estaba provocando –se defendió Andy.

-Bien, haré que sea menos doloroso y más fácil, ¿en qué podemos ayudarte Luke? –preguntó Gael sin rodeos.

-Qué directo –Sonrió Luke.

-Sí,  a veces mata parte de la diversión –se quejó Andy.

Gael los miró evaluadoramente mientras se adelantaba para recoger su café.

-Me voy a ayudar a Jeff antes de que a tu madre se le ocurra alguna burrada para hacer con los adornos, les dejo solos para que sigan charlando de cosas “apasionantes”, nada me disgustaría más que aguarles la fiesta –dijo con sarcasmo antes de marcharse sin darles tiempo a replicar.

-Parece que alguien acaba de cargarse su diversión para hoy –observó Luke sonriendo.

-No tientes tu suerte.

-Nada más lejos de mi intención…

-No tengo muy clara cuál es tu intención, ¿por qué no me la cuentas?

-Informarme sobre mi paciente, cuanto más sepa sobre ella mejores cuidados podré procurarle.

-Oh, haberlo dicho antes, si se trata de ayudar a mi desvalida tía Debra haré lo que haga falta  –dijo Andy tomando aliento, e imprimiéndole a sus palabras toda la venenosa sorna de la que fue capaz.

-Me alegra que tengas tan buena disposición, cuéntame cualquier cosa que creas conveniente.

-Debra es una persona muy activa, necesita compartir su talento con el mundo, siempre colabora con las actividades de uno de esos clubs sociales para pseudobeatas, seguro que echa de menos a sus amigas, pero no quiere que la vean en su estado, creo que no se sabe valorar… no sé si me explico.

-¿Crees que debería retomar el contacto con sus amistades?

-Sí, pero sin estresarse por mantener su imagen, que se sienta cómoda tal y como está…

-Creo que me hago una idea, pensaré en la forma más apropiada de hacerlo, gracias, me has sido de gran ayuda.

-No hay de qué, si necesitas más sugerencias avisa, ahora si me disculpas tengo que ir a evitar que mi madre ataque al resto de la familia con los jodidos adornos, no quiero que Gael acabe renegando de mí por algo tan trivial.

-Suerte –dijo Luke, mientras empezaba a darle vueltas a una idea, si hacía caso de las indicaciones de los hermanos, tenía una manera muy certera de dar el golpe de gracia.

Pero empezar la casa por el tejado nunca le pareció buena idea, así que decidió seguir hurgando con la esperanza de dar con algo más trivial con lo que comenzar, por lo que volvió a su plan anterior, si había alguien que pudiera darle una visión más mundana de la situación, estaba seguro de que ese era Kevin. Sabía que apreciaba bien la importancia de lo sencillo. Tanto Andy como Tyson habían ido directos a lo que consideraban el talón de Aquiles de Debra, pero prefería no centrarse en lo esencial, le gustaba dar pequeños rodeos porque solían ir revelándose por el camino cosas muy útiles, que facilitaban llegar a donde se quisiera, porque a veces uno no era verdaderamente consciente de a dónde planeaba llegar.

Y Kevin tenía un espíritu más pragmático, sabía apreciar el lado frívolo de las cosas, sin contar con ese entusiasmo que estaba seguro le provocaría saber que podía ayudar aún más con el tema de Debra.

Le echó un vistazo a las notas que recopilaba sobre los Blyton y vio que Kevin solía estar en la cafetería de su madre a esa hora, sería su tercer café ese día, con suerte podría acompañarlo con un brownie.

Nada más llegar a la entrada Janet lo estaba saludando desde uno de los ventanales, sonreía divertida, como si acabaran de alegrarle la velada. Debía reconocer que le agradaba esa mujer, tenía el don de encontrarle el lado lúdico a casi todo.

-Hola chico, ¿a qué se debe el honor de que nos visites? –saludó Janet mientras Luke cruzaba la puerta.

-Falta de cafeína –Sonrió Luke guiñándole el ojo.

-Deberías tener cuidado con eso, cualquier día puedes acabar desvelándote –intervino Kevin saliendo de detrás de la barra con expresión escandalizada.

-¿Alguna sugerencia? –preguntó Luke satisfecho de encontrarle tan solícito.

-Un rooibos.

-Ok.

Mientras esperaba por el té escuchó a Janet hablando con su hija por teléfono, por lo que podía escuchar al marido de Debra lo estaban investigando, y al parecer estaba bastante feliz sin tener que lidiar con su esposa, y tampoco se preocupaba por Jeff, cosa que según la expresión de Janet era buena.

-¿Te parece bonito escuchar conversaciones ajenas? –preguntó Kevin en tono bajo mientras le servía el té.

-No usaría esa palabra, es más bien revelador, además mientras más sepa de mi paciente mejor podré atenderla ¿no crees?

-Supongo que sí, tú eres el profesional… ¿algo más aparte del té?

-¿Un brownie?

-¿En serio? No sé qué está haciendo mi madre con su vida, debería crear una maldita franquicia de puestos callejeros donde los vendan y dejarse de chorradas… -farfulló Kevin mientras iba a por el brownie.

-Estoy seguro de que se forraría –concordó Luke sonriendo.

-Y bien ahora que ya tienes una dosis de azúcar excesiva que consumir, ¿necesitas algo más?

-Estaría bien que me hablaras de tu tía Debra.

-Esto es realmente decepcionante –sentenció Kevin negando con la cabeza, mientras Luke alzaba una ceja un tanto escéptico.

-¿Por?

-Me había creado unas expectativas ¿sabes? Pensaba que serías meticuloso, discreto, esquivo… que intentarías sonsacar información de una manera sutil, y de repente te plantas aquí y me sueltas a bocajarro que te hable de esa perra, sin más.

Luke puso cara de póker, pero su incipiente y traviesa sonrisa le delató. Aunque mantuvo el tipo, ignorando las implicaciones que tenían las acusaciones de Kevin.

-Me parece que has visto demasiadas películas de James Bond…

-Me temo que no, demasiado reionona para mi gusto, además el actor que lo interpreta por último me parece horroroso. Y consiguió algo que es muy difícil y desafortunado…

-¿Qué?

-Que una escena en la que un tipo le tira los tejos a otro en una historia de espías sea grotesca…

-En eso debo darte la razón –concordó Luke ensanchando la sonrisa.

-Algo que tienen en común tú y ese memo es que no hacen un buen uso de la sutileza –resopló Kevin disgustado.

-Puedo ser debidamente sutil, pero no me parece que preocuparme por uno de mis pacientes sea un contexto que necesite de ello –se defendió Luke.

-Oh por favor, no me vengas con eso, no puedes empezar a saco y luego hacerte la estrecha –protestó Kevin.

-Tal vez el que no tenga sutileza no sea yo –replicó Luke divertido.

-En mi caso siempre me ha parecido que ser sutil es una pérdida de tiempo, si la gente fuera más directa se ahorraría muchos quebraderos de cabeza, solo lo soy cuando es imprescindible que me adapte, y me da tanta pereza…

-¿Podemos volver al tema de Debra? Creo que nos estamos desviando un poco…

-Teniendo en cuenta que has matado la magia del momento me conformaré con ese rudo proceder.

-Ni que fueras a tirártelo –rio Janet desde la cafetera.

-Por cosas como esta tienes esa mala fama, deberías ser más discreta abuela.

-Se me olvidaba que tú vas dejando a la familia por las nubes con tu encanto personal…

-Yo puedo culpar a la impulsividad de la juventud, pero para lo tuyo ya no hay excusas –replicó Kevin en tono reprobador.

-Sé bueno y cuéntale a la babysitter lo que quiere, no le vaciles mucho, tenemos que irnos pronto para recoger el pedido.

-Y así es como se termina de matar la magia del momento –aplaudió Luke.

-Qué poco sentido de la oportunidad –se quejó Kevin-. En fin ¿de qué estábamos hablando?

-De tu tía Debra.

-Oh sí, ¿le ha pasado algo?

-Digamos que no avanza con el tratamiento, está estancada, necesito intentar algo nuevo para que progrese.

-Oh, y no crees que alguien más cercano podría ayudarte mejor, ¿sus hermanas por ejemplo?

-Ya he hablado con ellas, pero cuanta más información mejor, muchas veces se nos escapan cosas que otros aprecian al estar más distanciados.

-Entiendo, ¿quieres hablar en general o de algo en concreto?

-¿Qué crees que la pueda estar frenando?

-Siempre he pensado que lo mejor que hay para alguien progrese es motivarlo, y en el caso de Debra creo que lo más efectivo sería avivar su espíritu competitivo, es uno de esos engendros que tienen la necesidad de superar a otros de cualquier forma, la idea que les pone es la de “ganar”.

-Eso suena prometedor, entre otras cosas…

-Exacto, y para que veas lo buena persona que soy, te lo voy a poner fácil.

-Qué generoso por tu parte.

-Lo sé.

-¿Me vas a contar qué galletas son sus preferidas para dárselas de recompensa cuando “gane”?

-No, eso sería demasiado literal, haré algo mucho mejor. Voy a presentarte a su mejor enemiga social, solo con verla aparecer de visita Debra va a flipar.

-Eso sería estupendo, le vendría muy bien volver a interesarse por socializar –Sonrió Luke.

-Claro que sí, ¿cuándo te viene bien que quedemos para presentártela “casualmente”?

-El domingo voy a cenar con John, Paul y Zach, de resto tengo la agenda libre toda la semana.

-Si van a ir donde creo nos viene muy bien para que la conozcas, y si no, ya te llamaré, tú déjalo en mis manos, –dijo Kevin guiñándole el ojo- y ahora si me disculpas tengo… algo que hacer, un placer hablar contigo.

-Lo mismo digo, gracias –se despidió Luke confiando en que Kevin fuera lo suficientemente juicioso como para no precipitar las cosas.

 

Después de lidiar con todos los malditos cables de luces navideñas que se habían enrollado alrededor de Jeff junto a las tiras espumillón, Tyson estaba exhausto, solo quería darse un baño y hundirse en su cama hasta perder la conciencia. Estaba buscando un pijama, mientras intentaba decidirse entre usar sales de baño de romero o de jazmín, a la vez que se decía que vivir con Joyce lo estaba amariconando demasiado, cuando Yakov lo sacó de su ensimismamiento.

-¿Podríamos hablar? –dijo Yakov apoyado en la puerta del dormitorio.

A priori era una pregunta simple, pero implicaba cosas muy complejas que Tyson no tenía fuerzas para abordar. Suspiró dejando el pijama sobre la cama, ¿por qué tenía que haber elegido ese jodido momento en el que solo quería descansar?, no podía negarse diciéndole que necesitaba darse un baño y dormir, eso era egoísta y además quedaría fatal.

-Claro, pasa –respondió resignado.

-Qué entusiasmo –ironizó Yakov.

-Qué sensible…

-Ya, bueno, será mejor centrarse en la conversación pendiente –bufó Yakov.

-¿Empiezas tú?

-Supongo que debería, aunque si quieres hacerlo tú no tengo inconveniente.

-Vale, siento lo de tu ceja, nos pasamos con la coña, no fue muy maduro ni inteligente.

-¿Coña…? Entonces estaban fingiendo –preguntó Yakov  delatando su sorpresa.

-Obvio, si de verdad me gustara alguien no iba a perder el tiempo restregándotelo.

-Bueno parecían estar muy… a gusto –se defendió Yakov, en un tono marcado por el alivio. Que Tyson se tomara la molestia de ponerle celoso significaba que le seguía importando.

-Nos caemos bien y tenemos mucho en común, además estábamos motivados.

-Entiendo, yo también siento haberme comportado así, tendría que haber sido más considerado y…

-¿Maduro?

-Valiente.

-¿Te doy miedo? –preguntó Tyson sonriendo con malevolencia.

-No hagas eso –objetó Yakov.

-Lo siento, supongo que me cuesta ser ¿formal?

-Inténtalo hasta que aclaremos algo…

-¿Por dónde seguimos?

-Déjamelo a mí –suspiró Yakov-. Podría decir que descubrir que me pueden gustar tanto los chicos es complicado, o que soy muy joven para ir en serio con alguien, pero me he dado cuenta de que lo realmente me preocupa es que me gustaría llegar a tener algo así, y no ser capaz de lograrlo me resulta aterrador. Hace mucho que evito implicarme con los demás, lo más parecido a un amigo que tenía antes de conocer a Jeff era el bedel. No me importaba nadie lo suficiente como para esforzarme en mantener el contacto, siempre huía o me quitaba del medio antes de que nada se complicase. Pero contigo no me di cuenta de lo lejos que estábamos llegando, fue demasiado rápido y… fácil, ya era tarde cuando me di cuenta y no supe cómo abordarlo, me bloqueé.

-Siento haberte presionado tanto, quería una respuesta aunque fuera mala…

-Sin que sirva de precedente admito que necesitaba un empujoncito para reconocer lo que me pasa, y aunque fue un golpe bajo eso de los celos, sé que me lo merecía.

-A decir verdad  dudaba de que fueras a ponerte celoso, fue divertido verte perder un poco los papeles, hasta que ese gilipollas intentó golpearme, por cierto, gracias por evitar que lo hiciera.

-Era lo menos que podía hacer, y para tu información no es buena idea darme celos, hace que surjan instintos poco recomendables.

-Pero eres un experto en eso de contenerte, se te veía tan comedido.

-Te encanta ver cómo me retuerzo mientras me provocas ¿No es así?

-Bueno… no es que me des muchas facilidades para conocerte, ese rollo de misterio y hermetismo está muy bien para empezar, siempre da morbo eso de hacerse el estrecho al principio, pero ya pasamos esa fase, y si sigues con lo mismo no me queda otra opción que ir tanteando.

-Últimamente eres tú el que me ha estado evitando –se excusó Yakov.

-Y sin embargo no he visto que hayas intentado cambiar esa detestable situación.

-Me mandaste a paseo cuando lo hice.

-Y te conformaste, si algo te interesa no te das por vencido tan fácilmente. Así que supongo que por ahora no sabes si te intereso lo suficiente, sigues dando mensajes contradictorios ¿qué te parece si nos damos una tregua?

-¿Qué clase de tregua? –preguntó Yakov confuso.

-Una en la que quedamos como amigos, pasamos tiempo juntos sin reproches, olvidamos ese nefasto incidente y vemos a dónde nos lleva…

-Suena bien, así no me sentiría presionado –asintió Yakov.

-Prometo no atosigarte, si llegado el momento quieres algo más, genial, si no, quedamos como amigos y nos veremos alguna vez cuando visites a Jeff, no será muy problemático, una vez aclaradas las cosas dejo de ser rencoroso.

-Creo que va a ser más complicado que eso, por una parte me siento presionado, no es que tu familia me haya echado nada en cara, pero siento que les he decepcionado, y no me gustaría que pasara de nuevo. Hasta ahora me había sentido de muchas maneras, pero no como un cobarde, y no me ha gustado nada la sensación. Por otra parte si al cagarla empezando me sentí así y la jodo más adelante cómo…

-Frena-lo interrumpió Tyson- no puedes seguir haciendo suposiciones y menos esperando lo peor, tienes que dejar que las cosas pasen y ser un poco más optimista, o por lo menos dejar de elucubrar posibilidades. Si sigues así solo conseguirás ponerte de los nervios y eso ya sabemos cómo acaba.

-Lo sé, pero no me gusta perder el control y me agobio si veo que se te acercan para… ya sabes, aunque si te pido tiempo es lógico que… esto es un lío –dijo Yakov exasperado.

-Ya lo capto, y aunque no es muy congruente, podemos añadir exclusividad a la tregua, así tú no te preocupas porque me entren y yo me ahorro espectáculos.

-Y crees que podremos estar juntos sin ponernos las manos encima…

-Me parece una pérdida de tiempo, pero me estaré quietecito.

-Das por sentado que yo también.

-Si no es así, no seré yo quien se queje.

-Incluso podrías incitarme.

-¿En qué quedó eso de dejar que las cosas pasen y no ponerse a elucubrar?

-Pero…

-Inténtalo aunque solo sea por cinco minutos, y si no propón alguna alternativa, eso de quejarse y no aportar soluciones no ayuda. Y olvídate de las expectativas de los demás, bastante tienes con las tuyas…

-¿Y qué tal llevas las tuyas? –indagó Yakov.

-Intento no prestarles atención porque me acabo estresando, ya sabes cuáles son –sonrió Tyson.

-¿No han bajado?

-¿Por lo de ese incidente que aunque quedamos en olvidar acabas de recordarme?

-Solo quiero saber cómo estás, es decir, pareces muy resuelto a olvidarlo, pero creo que antes deberíamos hablarlo.

-Si tienes una explicación…

-Es un tanto vergonzoso, pero cuando vi que estabas con esa chica todo el rato no me gustó, así que quise distraerla, pensé que si flirteaba con ella un poco te la quitaría de encima, creía que una niña pija se sentiría halagada pero no haría nada más, pero entonces me besó, pillándome totalmente desprevenido, y pensé que si la rechazaba sería muy obvio,  por lo que acabé haciendo una estupidez.

-¿Y no pensaste que era peor que creyesen que eras un cretino?

-Estaba muy confuso, me costaba asimilar lo que había pasado, fue muy rápido y sumado a toda esa gente que no paraban de presentarme… demasiado en poco tiempo.

-No es que lo justifique pero entiendo que te sobrepasaran las circunstancias, eso sí, a partir de ahora si te agobias o te sientes incómodo por lo que sea, antes de hacer lo primero que se te cruce por la cabeza me lo cuentas, seguro que entre los dos podemos encontrar una manera menos drástica de abordarlo.

-Estoy acostumbrado a no contar con los demás, así que si ves que no “coopero” házmelo notar.

-Descuida, me encargaré de que no se te vuelva a pasar nada por alto.

-Tomo nota –Sonrió Yakov al pensar en cómo iba Tyson a evitar que hiciera eso de nuevo.-Joyce me “sugirió” que  antes de dormir me tomara una de esas tisanas que trajo de su luna de miel, ¿te apuntas?

Antes de que Tyson pudiera responder su teléfono móvil sonó sobresaltándoles, al mirar la pantalla para ver quién le interrumpía esta vez sonrió.

-¿Te espero en la cocina? –preguntó Yakov mientras descolgaba.

Como respuesta Tyson asintió con la cabeza mientras saludaba a su interlocutor.

-Buenas noches, ¿qué ha pasado para que llames a estas horas?

-Hola, disculpa por la hora, pero Gael no está disponible y acaban de contarme algo… interesante sobre el equipo directivo de San Austin.

-Soy todo oídos.

- Utilizan las cámaras de seguridad para cosas que poco tienen que ver con mantener a salvo al alumnado, así si alguien tiene la intención de denunciarles lo chantajean con hacer públicas imágenes suyas, y si no hay nada interesante para el chantaje ya se encargan ellos de conseguir que se vean en una situación comprometida, contando para ello con la colaboración de algunos alumnos.

-Hay que ver lo apañados que son, consiguiendo mano de obra gratuita, y dándoles a esos matones algo con lo que entretenerse, así no tienen que preocuparse de tener problemas de los que a ellos les molestan y de paso ganan tiempo para sus…cómo deberíamos llamarlos ¿pasatiempos?

-Sí, ¿crees que los matones lo hacen por diversión o por mantener su imagen?

-Supongo que se dan ambos casos, pero tendremos que averiguar bien cómo funciona su pequeña y corrupta sociedad.

-No es que crea que son unos angelitos, pero supongo que ante ser manipulado teniendo ciertas ventajas o ser discriminado y utilizado como la mayoría del alumnado, lo que creen más conveniente es colaborar. ¿Qué opinas del director?

-Me da escalofríos en el peor de los sentidos, aunque siempre tiene una actitud distante bastante borde, cuando repara en alguien sonríe de una manera horrendamente inquietante, y no es que vaya por ahí repasando al personal como un vulgar viejo verde. Es algo más complicado, creo que lo que más le gusta es que le teman, camina por los pasillos como si se creyera uno de los putos jinetes del apocalipsis.

-Suena encantador. Por lo que me dijeron son el director, el secretario y el jefe de estudios los que están implicados, llevan más de siete años ocupando esos cargos, los otros profesores han ido rotando, salvo ellos nadie se ha quedado fijo en otro puesto.

-No me extraña, dan ganas de salir corriendo a la menor oportunidad. Aunque creo que podría haber alguien más colaborando con ellos.

-Si me entero de algo más te llamo, espero que la información les sirva.

-Gracias Gabe, creo que podremos adelantar bastante ahora que sabemos cómo funcionan, dale las gracias a tu chivato.

-No hay de qué, serán dadas. Por cierto ¿qué tal te va con el macarra?

-Juraría que va a entrar en razón, ahora está en la cocina esperando a que baje, espero que a mi madre no le dé por vacilarlo.

-Entiendo… –dijo Gabe intentando no reír, después de lo que había presenciado en la boda, dudaba que Joyce perdiera alguna vez la oportunidad de hacer eso con cualquiera- Mejor baja ya, no vaya a ser que se agobie de nuevo.

-No te cortes Gabe, ríete…

-Buenas noches –se despidió Gabe con una voz sospechosamente alegre y temblorosa.

-Hasta otra –dijo Tyson antes de colgar.

Mientras Tyson charlaba con Gabe, Yakov lejos de sentirse solo o preocuparse por esa conversación telefónica, mantenía una animada charla con Joyce.

-Justo a tiempo –Sonrió Joyce al ver entrar a Yakov en la cocina.

-Tyson bajará en unos minutos –dijo Yakov después de tomar la taza que Joyce le ofrecía.

-¿Aún se está bañando?

-Iba a hacerlo pero le interrumpí, supongo que se duchará después de tomar ¿cómo se llamaba?

-Tisana, ¿y qué está haciendo ahora? –indagó extrañada.

-Lo llamaron por teléfono.

-¿A estas horas?

-Era el hermano pequeño de Gael.

-Oh Gabe, entonces tardará un buen rato –suspiró Joyce.

Tyson se sintió incómodo, no sabía si era por la idea de pasar tiempo a salas con Joyce o porque Tyson tuviera tanta confianza con Gabe, lo que tenía claro es que esta vez no iba a huir de ninguna de las dos cosas. Así que respiró hondo y le dio el primer sorbo a la tisana, si se suponía que era relajante estaba listo para que empezase a hacerle efecto.

-Vaya, tiene un sabor muy bueno –dijo sorprendido.

-Me alegra que te guste, creo que le pondré a Tyson la suya en el termo, si se recalienta no sabe tan bien.

-¿Tanto cree que va a tardar? –preguntó Yakov sabiendo que estaba entrando al trapo, prefiriendo eso a seguir reconcomiéndose.

-La verdad es que esos chicos pueden pasarse horas chateando, por teléfono acortan más pero con el frío que hace esto no va a durar caliente –dijo Joyce poniendo especial énfasis en la última palabra mientras señalaba la tetera.

A Yakov no le gustó nada la manera en la que Joyce arqueó las cejas, hacía que su mirada resultara demasiado tensa y condescendiente.

-Puede que a Tyson le guste templada –replicó haciendo acopio de todas sus fuerzas para contenerse.

-Hace demasiado frío, Tyson necesita algo bien caliente que le reanime ¿no crees?-preguntó Joyce mirando dubitativa hacia las escaleras.

Yakov resopló mirando de soslayo el reloj de la cocina, llevaba veinte jodidos minutos hablando con Gabe.

-Se lo llevaré para que no se le enfríe –dijo Yakov claudicando.

-Oh querido qué detalle –Sonrió Joyce mientras vertía el líquido en el termo.

-Acabo de decirle que se lo llevo ya, no hace falta que lo ponga en el termo.

Joyce no abrió la boca, simplemente la ensanchó formando la sonrisa más malévola y llena de suficiencia que Yakov hubiera visto, provocando que todo lo que estaba tratando de mantener bajo control emergiera con un ímpetu preocupante. Sin decir nada más se levantó, cogió el termo de la mano extendida de Joyce y subió las escaleras como una exhalación de vuelta al dormitorio de Tyson. Justo  cuando iba a poner la mano en el pomo de la puerta Tyson tiró de esta abriéndola y haciendo que  perdiera el equilibrio.

Cuando el agua caliente los salpicó Tyson bramó mentando a toda su parentela, por el contrario Yakov se limitó a sisear roncamente para sonreír después al ver cómo Tyson saltaba intentando deshacerse de la ropa según él ardía. Era bastante divertido verlo gimotear y quejarse mientras se frotaba la enrojecida piel. Cuando por fin levantó la vista y vio la expresión de Yakov parpadeó confuso.

-¿Se puede saber qué te resulta tan divertido?

-Anticipación –respondió Yakov de manera escueta y contundente.

La diversión aumentó al ver cómo la réplica se desvanecía en la boca entreabierta de Tyson, que lo miraba intentando asimilar lo que estaba pasando sin acabar de comprenderlo. Era la primera vez que lo dejaba sin palabras, y la sensación le encantaba, era algo que tendría que intentar lograr más a menudo, y aunque sospechaba que no iba a ser tan fácil empezaban a gustarle ese tipo de retos, en el fondo siempre había sido un tanto competitivo, y no estaba demás fomentar el espíritu de superación.

-Permíteme que te ayude –pidió Yakov mientras empezaba a quitarle la camiseta.

Tyson se limitó a alzar los brazos como si fuera un niño obediente. Cuando le desabrochó los vaqueros y empezó a bajarle la cremallera, por fin salió de su estupor.

-¿Me he perdido algo? –preguntó sorprendido.

-Oh solo acabo de acordarme de lo susceptible que te pones con el tema del azúcar, que ahora debe estar cristalizándose sobre tu piel –respondió Yakov pasándose la lengua por los labios mientras seguía desvistiéndolo-. Y pensé que debía intentar que el estropicio no fuera a mayores.

-Muy considerado por tu parte y ahora qué estás… -atinó a decir Tyson mientras Yakov lo dejaba en bóxers y lo arrastraba hacia el baño.

-¿Decías algo? –preguntó Yakov mientras abría el agua caliente y se quitaba los zapatos y la sudadera.

Tyson intentó dejar a un lado su momentáneo aturdimiento para recapitular y ver qué era lo que había pasado por alto en su charla con Yakov, acordaron quedar como amigos y darse un tiempo para aclarar lo que fuera… pero era muy complicado intentar hacerlo con Yakov quitándose la ropa en frente suyo. Antes de darlo por perdido hizo un último intento usando la poca cordura que le quedaba.

-¿Qué pasó? –soltó de forma abrupta, mostrando lo contrariado que estaba.

-Que tú salías cuando yo entraba y nos empapamos, así que ahora vamos a darnos un baño –simplificó Yakov disfrutando como un niño de conseguir por primera vez que se invirtieran las tornas.

Ahora entendía por qué en esa familia eran tan cabronazos, era muy, pero que muy divertido estar en el otro lado, llevar las riendas mientras se iba confundiendo al otro, disfrutando de cómo presentaba batalla hasta que optaba por lo más sensato que podía hacer: rendirse.

Y eso era exactamente lo que estaba a punto de conseguir, Tyson había pasado de estar confuso a mirarlo con desconfianza. Ahora que ya estaban completamente desnudos y acababa de meterlo bajo la ducha, empezaba a asomar algo de ira.

-¿No te gusta el gel de pomelo? –preguntó socarrón ante la mirada fulminante de Tyson.

-Puede que me haya sorprendido un poco que lo estés usando para enjabonarme…

-Gratamente por lo que veo –dijo guiñándole el ojo, complacido por las reacciones que estaba consiguiendo.

Normalmente Tyson estaría encantado con esa situación, pero después de la charla que habían tenido, le resultaba algo irritante que de repente toda esa indecisión que tantos quebraderos de cabeza y paciencia le habían costado, se hubiera esfumado, y de pronto fuera tan decidido. No es que fuera a quejarse, pero no le hacía gracia que le estuvieran mareando tanto para luego…

-¡Joder! –exclamó después de que Yakov le diera un pequeño mordisco en el cuello mientras le untaba con uno de esos aceites aromáticos otras partes.

Por primera vez apreciaba el arsenal de productos que Joyce ponía en todos los baños.

-Vaya me alegra que estés más participativo, empezaba a ser alarmante esa falta de respuesta –le dijo al oído a Tyson.

Esta vez la réplica consistió en el balanceo de las caderas contra su mano y una respiración cada vez más cargada y cadenciosa rozándole el cuello.

-Esa es la actitud, siempre es mejor colaborar –rio al escuchar el bufido de protesta de Tyson, acompañado de unos pellizcos en su trasero.

Era una batalla perdida, puede que Yakov estuviera de nuevo teniendo un comportamiento incoherente, pero esta vez el beneficiado era él: estaba desnudo, mojado y con las manos de este vagando por su cuerpo. No era el momento de pensar, ya tendría tiempo más tarde para hacer las preguntas pertinentes.

-Yakov –atinó a decir mientras este le tironeaba de la oreja con los labios.

Pero no pudo seguir con la frase porque Yakov lo silenció delineando sus labios con la lengua, sellándolos luego con un beso lento, que le encantaba y desesperaba al mismo tiempo. Que comenzara a frotarse contra sus caderas no ayudaba a apaciguarle. Así que hizo lo único que podía para frenar ese desasosiego, juntar ambas erecciones en su mano acariciándolas a un ritmo firme, lo que le dio algo de alivio.

Yakov se dio por satisfecho al ver claudicar a Tyson, sobre todo por esa manera tan placentera de hacerlo. Tenía unas vistas estupendas del rubio agitándose con los músculos tensos y la cabeza apoyada contra los azulejos, jadeando quedamente. Pero no habían llegado tan lejos para acabar ahí, ahora que tenía su completa atención quería algo que barriera toda la frustración acumulada, además Joyce había dicho que su hijo necesitaba algo bien caliente y él estaba dispuesto a subir la temperatura mucho más.

-Vamos a la cama –le dijo a Tyson frenando sus movimientos.

Le costó horrores abrir los ojos y procesar la información, se quedó mirando a Yakov unos segundos, mientras este se separaba para tomarlo de la mano y abrir la mampara.

-Qué tenía de malo el baño –se quejó Tyson al sentir el aire en la piel provocándole escalofríos.

-¿Qué no se puede rebotar contra su superficie?

Tyson no esperaba oír nada parecido de boca de Yakov, claro que tampoco hubiera esperado nada de lo que había sucedido después de abrir la puerta y acabar medio empapado con agua caliente. Tenía que admitir que el hecho de que le resultara imprevisible la mayor parte del tiempo era divertido, así que se limitó a reír ante la pragmática réplica.

Yakov sonrió mientras empujaba a Tyson justo al llegar al borde de la cama, observando cómo rebotaba mientras se subía a gatas sobre él, frenando el movimiento al atraparlo bajo su cuerpo, con una mano lo tomó por las muñecas mientras lo besaba, y seguía acariciándolo con la mano que le quedaba libre. Le gustaba sentir cómo luchaba Tyson por mantener quietas sus manos mientras se arqueaba hacia él en busca de más contacto. Cosa que no le extrañaba nada teniendo en cuenta lo dura, húmeda y caliente que estaba su entrepierna, le gustaba cómo se sentía en su mano, y de pronto se preguntó cómo se sentiría ese tacto en sus labios, y mirando a Tyson liberó sus muñecas y sonrió, comenzando a bajar por su abdomen dejando un húmedo reguero de besos que lo hicieron estremecerse mientras aferraba con sus manos recién liberadas las sábanas mientras observaba el descarado descenso de Yakov. Un sonoro gemido escapó de sus labios cuando vio cómo se acomodaba entre sus piernas para lamer su miembro de arriba abajo un par de veces antes de tomarlo en su boca con lentitud, empezando por succionar cuidadosamente el glande.

Sentir cómo palpitaba la firme y cálida carne era una sensación agradable y excitante, sobre todo cuando la notaba hincharse un poco más, haciendo patente el grado de excitación de Tyson, que libraba su personal batalla por dejarle hacer y estarse quieto mientras observaba. Ver cómo intentaba abrir esos ojos húmedos y oscurecidos por el deseo, para poder mirarle era divertido y enternecedor. Quería contenerse  y no empujar con sus caderas, mientras Yakov hacía todo lo que estaba a su alcance para volverlo loco, succionando con más avidez mientras masajeaba con la mano con la que lo sostenía.

Sentir la lengua de Yakov enrollándose y presionando lo hacía revolverse en busca de más. Pero lo que de verdad le estaba matando era ver cómo le miraba a los ojos, con una intensidad en la que se mezclaban  el deseo, la diversión y el descaro, cosas que a pesar de haber intuido le sorprendían. Parecía como si de repente una parte de Yakov hubiera despertado, dejando de lado al chico sombrío y esquivo que aparentaba ser inaccesible para darle espacio a uno más atrevido, seductor y con sentido del humor. Si conseguía sacar a flote esa parte de Yakov estaba seguro de que su relación iba a funcionar.

Yakov estaba disfrutando sometiéndolo a esa placentera tortura, tanto como para querer prolongarla un poco más, tanto como su escasa paciencia y notable excitación le permitieran. Hasta el momento había preferido no entretenerse demasiado con preliminares, lo justo para que el resto fuera rodado, pero estaba descubriendo que podían resultarle de lo más estimulantes. Y estaba seguro de que ese cambio estaba provocado por Tyson, que conseguía poner en marcha mecanismos que ni siquiera él era consciente de tener. Además ese método práctico para descubrir cosas sobre Tyson y sobre sí mismo era muy satisfactorio. Con solo tocarle su cuerpo se encendía con una intensidad que le hacía temblar por momentos,  si añadía escuchar su respiración pesada quebrándose en jadeos y observar reacciones tan sensuales como humedecerse los labios o morderlos intentando contenerse un poco más, tenía claro que podría acabar sin necesidad de una estimulación más directa.

Aunque esa opción no entraba en sus planes más inmediatos, puede que la probara más adelante, estaba dispuesto a experimentar a fondo las posibilidades que ofrecía. Pero ahora quería sentir a Tyson mientras se trabajaba la única parte que le quedaba por explorar de ese cuerpo a punto de arder. Iba a hacerlo consumirse mientras se retorcía bajo su empuje. Eso era exactamente lo que ansiaba, así que se puso manos a la obra.

Cuando apartó sus labios Tyson maldijo en medio de algo parecido a un gimoteo, haciendo sonreír a Yakov mientras trepaba hacia arriba en busca de lubricante. Se estiró hacia la mesa de noche, donde rebuscó hasta encontrar el pequeño tubo, y lo apretó hasta sacar una buena cantidad, extendiéndola segundos después sobre el trasero de Tyson, que se arqueaba sobresaltado por el frío.

Tyson inspiró hondo y se medio incorporó sobre sus codos, abriendo más las piernas para darle mejor acceso a Yakov, mientras observaba con interés cómo le iba introduciendo los dedos para prepararlo. Cuando alzó la vista encontrándose con la mirada de Tyson añadió un dedo más sin dejar de sostenerle la mirada, había algo de desafío y plena confianza que le aceleró el pulso, era como si le estuviera animando a hacer lo que quisiera con él, y lejos de resultarle una actitud cargante, como lo había sido en otras ocasiones, le parecía una provocación sumamente erótica que añadía una emoción extra, avocándolo a experimentar y dejarse llevar, más allá de lo físico, que a fin de cuentas era su gran tabú, implicar a las emociones. Esas que le estaban llevando tan lejos esta noche, que estaban llenas de promesas transgresoras en las que el simple hecho de observar podía llevarle a sentir un placer más fuerte del que jamás hubiera experimentado.

Sin romper el contacto visual Yakov retiró sus dedos y se impulsó hasta quedar cara a cara con Tyson, que respiraba con dificultad, haciendo que el aire chocara en cálidas ráfagas contra sus hinchados labios. Sonrió al  notar cómo volvía a separar las piernas con deliberada lentitud, dándole más espacio para que se acomodara.

Sonrió mientras le acariciaba la parte posterior de las piernas,  ajustándolas a su cintura, para acoplarse por completo a Tyson, entrando de manera lenta hasta que estuvo del todo sumergido en su interior. Disfrutó del prolongado gemido de Tyson la primera vez que se movió de una forma tortuosamente pausada para salir, dejándose caer después sin contemplaciones. Tyson estaba totalmente a su merced, aguantando las ganas de pedirle que se moviera más deprisa, revelando el ansia que le estaba devorando en su mirada sin mediar palabra.

Estaba justo donde quería, y había decidido darle a Yakov carta blanca para decidir, entregándose de buena gana, dejando que la desconfianza y el resentimiento se escurrieran mientras disfrutaban, borrándolos para empezar de nuevo, con más fuerza. Y esta vez a Yakov le gustaba la idea, no pensaba en los peros o inconvenientes, solo tenía la certeza de querer apostar por esa relación, de averiguar qué podría pasar estando junto a Tyson.

Esa certeza lo llenaba de un sentimiento de seguridad desconocido pero agradable, mientras empujaba en el interior de Tyson sintiendo como se iba adaptando al ritmo cada vez más frenético, todas las dudas se desvanecían dando paso a la placentera inconsciencia que precedía al clímax. El calor se iba concentrando en su abdomen bajando peligrosamente mientras gemía incoherencias en la oreja de Tyson, que estaba demasiado ocupado retorciéndose en busca de mayor fricción. Para ayudarle Yakov le alzó por las caderas lo suficiente para conseguir un ángulo más certero desde el que intensificar el ritmo, logrando dar algunas embestidas más antes de que el ritmo se tornara errático mientras se tensaban arqueándose  antes de liberar toda la tensión acumulada en un intenso y desenfrenado clímax.

Estuvieron unos minutos entrelazados mientras recuperaban el aliento, las fuerzas les habían abandonado dejándolos en un estado de relajada languidez. Esa parte no era tan novedosa, la vez anterior se habían sumido en ese estado de confort y comodidad, aunque no por eso dejaba de ser sorprendente para Yakov, normalmente en esos momentos solía sentirse incómodo y a veces agobiado, queriendo escapar lo antes posible. Así que sentirse tan tranquilo y con ganas de dormir, preferiblemente abrazado a Tyson, era algo nuevo.

-Eso ha sido divertido –comentó Tyson rompiendo el relajado silencio.

-Mucho –Sonrió Yakov, con un brillo malicioso en la mirada que maravilló a Tyson-. Tendremos que repetirlo más a menudo –afirmó guiñándole el ojo mientras se ponía de lado y lo atraía para abrazarlo.

Parecía que Tyson iba a convertirse en su excepción a toda regla, empezando por hacerle sonreír ante una perspectiva que hasta ese momento le hubiera resultado aterradora. Puede que Janet tuviera razón con eso del humor y las feromonas…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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