Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sympathy For The Devil por LadyHenry

[Reviews - 75]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

A modo de advertencia habrá bastante vocabulario soez, y en algunos momentos crueldad psicológica, no es que sea una tragedia, de hecho intentaré enfocarlo lo más desenfadadamente posible, pero como  soy bastante susceptible para algunas cosas me gusta poner sobre aviso.

Notas del capitulo: Este primer capítulo está en primera persona, pero la mayoría estarán en tercera.

 

I.ANDY

Un silencio letal aturdía mis sentidos, necesitaba despejar el caos que arrasaba con los pocos resquicios de lógica que me quedaban, me asfixiaba, cuanto más intentaba respirar profundamente más tajante se hacía la falta de aire... de pronto el suelo comenzó a vibrar y una luz intensa iluminó el parking, de un saltó me puse en pie y sin pensar me dirigí a la salida, como un autómata, con paso firme, a un ritmo monocorde mientras sentía vibrar en el bolsillo el móvil, gradualmente las notas de Sympathy for the devil empezaron a llegar a mis oídos, paré en seco mirando el número que se reflejaba en la pantalla del teléfono.

 Debía tener un aspecto grotesco porque un grupo de niñatas no paraba de cuchichear mirándome de soslayo, cuando levanté la mirada y les sonreí lo más perversamente que pude cruzaron asustadas, sí, hasta en mis peores momentos hay cabida para recibir una educada y especializada atención.

En ese instante respiré aliviado, recuperar la facultad de escuchar era buena señal, no te preocupes es algo que pienso agradecerte, sé que fue por ti, no puede ser casualidad que  me acabara de despertar de ese agobiante sopor el tono que tengo puesto para saber que eres tú el que llama.

 Descuelgo , tu voz irrumpe y se extiende en el aire acaparando mis sentidos, adoro su sonido grave y desgarrado, sobre todo cuando pronuncias mi nombre, porque me redefines con cada una de tus palabras, eres capaz de cambiar mi estado de ánimo, y me haces pasar una vez más de la rabia confusa a la fría tranquilidad: mis miembros se relajan, el desasosiego desaparece dejando paso a la seguridad más absoluta, la mueca furiosa que fruncía mis labios se transforma en una sibilina sonrisa .Los  efectos secundarios que me produce hablar contigo son mejores que cualquier sustancia prohibida, y eso que sólo te escucho y no te tengo a mi lado... cuando lo estás es mucho mejor...

Pero ahora tengo que conformarme con esto, por el momento no está mal, voy respondiendo a tu particular tercer grado: no, no estoy en la casa de mi abuela, no voy a volver , me quedaré aquí hasta que haga lo que he venido a hacer... el silencio vuelve a inundarlo todo, un escalofrío recorre mi piel, los segundos se eternizan antes de que vuelvas a emitir sonido alguno... un largo suspiro se cuela por la línea, me preguntas dónde estoy y si lo sé, tu tono se torna  más preocupado a cada paso que doy .

 Entonces  comienza a chispear, noto como pequeñas y gélidas gotas de agua tropiezan con mi cara, el viento se hace más fuerte, su sonido se apodera del ambiente anunciando la tormenta. Mi vista pasea por la avenida en busca de refugio pero se congela en el mar, donde el aparato eléctrico comienza a dibujarse con su incandescente luz en la oscuridad, que va devorando los últimos restos del  atardecer, un rayo cruza desde el cielo al mar y segundos después el estruendo ensordecedor del trueno irrumpe en su rezagada persecución, sacándome de mi ensimismamiento ,tu voz  vuelve a rescatarme del caos, hace que me derrita mientras me congela el frío de la lluvia, me reprochas que haya salido sabiendo que habría temporal, te aseguro que no sabía nada, y resoplas con falsa resignación, estalló en carcajadas... ¿ de qué demonios te ríes Andy?

 Dices mi nombre y no puedo pensar en otra cosa que no sea tu olor, hueles a verano , siempre que te acercas a mí percibo esa sutil fragancia a mar, como si tu piel estuviera permanentemente impregnada de salitre, con sólo cerrar los ojos puedo volver a la playa, sentir el calor del sol, la suavidad de la brisa, pero los relámpagos son demasiado fuertes para permitirme alargar el recuerdo, al abrir los ojos de nuevo observo como la lluvia se ha hecho implacable, ha empapado las calles por completo, me preguntas si me he mojado demasiado, la ropa está húmeda, los zapatos empapados, al igual que mi pelo, pero es lo que menos me importa, quiero que estés aquí, nos separan algunos kilómetros, puede que una hora en coche, no parece tanto, llueve, es peligroso conducir, sería más sensato esperar a que amainara, pero la verdad es que lo único que quiero es tenerte al mi lado.

 Te he preguntado de qué te ríes... entonces tendré que responderte pero sabes se me hace más urgente buscar un lugar donde resguardarme, me dedicas un sonoro insulto, que se queda retumbando en mi cabeza, te digo el lugar al que voy a ir, entonces eres tú el que comienza a reír y yo me deshago, todo me da igual, imagino la expresión aniñada que pones cuando ríes y las campanas de la iglesia empiezan a repicar avisando que son las ocho en punto.

 

Genial ya estará abierto, te digo que voy a colgar aunque me muera por seguir escuchándote, en media hora volverás a llamar, mientras tanto el eco de tu voz seguirá resonando acompañado de la lluvia.

Me aproximo hacia la entrada de la cafetería, la veo sentada en uno de los grandes ventanales, la tenue luz dibuja su silueta filtrando su sombra  hacia la penumbra de la calle, mira cómo cae el agua de manera mecánica, sus pupilas parecen vacías, está ausente, cuando toco su hombro da un leve respingo y con sorpresa se queda observando mi lamentable aspecto.

 

-Qué guapo estás enchumbado de los pies a la cabeza ¿piensas dejarlo todo perdido?

-¿Cuál es la otra opción?

-Cambiarte, pídele un uniforme a Dave.

-Dave, ¿serías tan amable...?

 

Voy al baño, me seco y me pongo los pantalones y la camisa, ambos de color negro, me pregunto por qué usan ese color para los camareros, según Diane es porque hace juego con todo, incluso quería buscarse un novio de ese color... qué mujer tan ¿curiosa? Cuando salgo me está esperando con una bolsa para mi ropa...  o mis despojos como los acaba de llamar.

-¡Querido cómo se te ocurre salir sin el paraguas!

-¿Tú qué crees?

-Podías haber esperado, total no iba a cambiar nada...

-Tenía que verlo con mis propios ojos.

-¿Y?

-Me quedé petrificado, me va a costar asimilarlo del todo.

-¿Quién te trajo?

-Vine solo.

-¿Y vas a marcharte solo?

 

No estaba preparado para esa pregunta, sabía lo que Diane pensaba, pero no estaba seguro de la respuesta ¿era este el momento adecuado? ¿Existían esos momentos? ¿O sólo había que escoger? Tras ese atropello de preguntas supe algo con certeza, esperaría por ti, esta vez no intentaría postergarlo más.

-Cariño ¿a qué se debe esa sonrisita?

-Esto debe de ser serio-replicó Janet-si con sólo plantearle la posibilidad sonríe así...

-Saben qué, creo que van a tener el honor de verme marchar muy bien acompañado.

-¿Y cuándo te marcharás?

-Después de hablar con ella supongo...

-Entonces irás a la boda.

-Eso parece, no estará nada mal asistir a la celebración que unirá a  la versión moderna y edulcorada de Lucrecia Borgia y su espabilado hermanito.

 

           Janet  enarcó las cejas antes de romper a reír sin el más mínimo reparo, mientras Diane ladeaba la cabeza con un dejo de desaprobación:

 

-¿No crees que a tus veinticuatro años deberías hablar con menos sorna de tu" adorada" madre?

-Es un modo de enfocarlo, sería mucho más maduro por mi parte mostrar una discreción más indiferente, pero por ahora me resulta más divertido comportarme de manera infantil.

-No te preocupes Andy, ya madurarás o... puede que no-dijo mirando de reojo a Janet.

-Bueno, mi tía abuela es todo un referente a seguir.

 

          Ese último comentario le arrancó una divertida sonrisa a la aludida, que se limitó a guiñarle el ojo a su resignada hija añadiendo un comentario un tanto descarado.

 

-Diane cariño, dale un respiro a tu abnegada madre, si esa aturdida aprendiz de Maquiavelo reducida a pánfila, ha decidido hacer pública su desmesurada falta de cordura celebrándola por todo lo alto, y tengo la insensatez de permitirme la excentricidad de asistir, para comprobar a mis ochenta y dos años que la estupidez del ser humano es ilimitada, concédeme el capricho. Puedes achacarlo a que la edad mengua  mis facultades, decir que desvarío... lo que mejor te venga, pero haz el favor no coartar mi libertad de expresión, ni censurarme, yo te traje al mundo... sé que es un arma de doble filo, en más ocasiones de las necesarias no es algo de agradecer, pero nunca te he obligado a hacer nada que no quisieras. Así que deja de joderme la puta paciencia porque a mi edad puedo permitirme cualquier licencia que se me antoje, he visto y escuchado más mediocridades de las que cualquier persona mentalmente sana debería presenciar, y si me quiero cagar es toda esa panda de lerdas hipócritas y reírme en su cara lo haré por activa y por pasiva, ahórrate tus loas a la compostura y la educación, porque hace años que decidí que no me compensaba el esfuerzo.

-Está bien madre, no te alteres tanto, no vaya a ser que te dé un soponcio antes de poder ir a descojonarte de esa panda de tordas.

-Hija de puta... conste que me refiero a tu padre, al que sabe dios por qué tuviste que parecerte...

 

       Ante tal declaración de intenciones sólo pude reírme hasta asfixiarme, es curioso que una hora antes me faltara el aire por motivos tan opuestos. Como Janet afirmaba, y teniendo en cuenta su visión de la boda de mi progenitora y de otras tantas cosas, era una mujer muy sabia:" la vida es un continuo contraste", si no se dan los opuestos no hay nada. Al parecer Diane sólo buscaba provocar a su madre, si no conseguía que le riñera al menos una vez a la semana no se sentía tranquila, le resultaba algo refrescante ver a Janet soltando todo tipo de improperios, y no desperdiciaba ocasión alguna para conseguirlo, ni con ella ni conmigo, debe ser un hobby, algunas personas se sienten realizadas haciendo yoga, otras pintando cerámica y Diane sacando de quicio al prójimo. 

       Mi móvil comienza a vibrar, y antes de que se escuchen los acordes de Symphaty for the devil y me vea avocado a sufrir los jocosos comentarios que se les ocurrirían a esas dos descuelgo con una rapidez sospechosa, tu voz vuelve a sonar y me invade esa sensación dulce sosiego tan propia de los empalagosos enamorados.

-¿Estás con ellas?

-Sí.

-¿Estás seco?

-Sí.

-¡Cuánta elocuencia!

-¿Tú crees?

-No, para nada, disculpa. Es algo tonto por mi parte preocuparme porque el tarado que tengo por pareja haya decidido marcharse sin avisar, con un temporal a la vista y para hacer algo que...

-Sabes-decido interrumpirte-acabo de descubrir que tengo algo en común con Diane.

-¿Y qué es?

-Disfruto cuando consigo molestarte y me tiras la bronca-de nuevo sonrío como un tonto.

-Vaya novedad, tu vida debe ser un continuo orgasmo...

-¡Blasfemo!-consigo decir antes de echarme a reír.

-A-n-d-y déjalo ya ¿quieres?, simplemente me gustaría saber qué tal ha ido todo.

-Definitivamente tu tono reprobador me resulta adorable ¿sabes qué sería aún más ideal que escucharte?

-Andy...

-Vale, ya me respondo yo mismo... me gustaría que vinieses.

-¿Para recogerte?

-No, pienso quedarme a la boda y querría que me acompañaras ¿qué dices?

-Que no acabo de entender qué ha pasado para que cambies de opinión tan repentinamente, pero estaré ahí mañana por la tarde. ¿Te llevo algo?

-Con que vengas tú me basta, tengo ropa en casa de mi abuela, la recojo y nos quedamos con Janet y Diane.

-¿El apartamento de la playa no está libre?

-Precisamente hoy me he acordado de la playa, podríamos ir unos días después de la boda, pero me temo que esta vez toca presentación oficial.

 

       Sentí un fuerte golpe en la pierna, me volví para ver como Janet me quitaba el teléfono de las manos y ponía el manos libres.

 

-¿Gael?

-¿Janet?

-Espero equivocarme al notar cierta reticencia por tu parte a quedarte con nosotras...

-No es eso, simplemente me he sorprendido.

-¡Ah menos mal! Me dejas más tranquila, entonces quedas oficialmente invitado al pequeño lupanar circense que va a ser la boda de tu futura suegra, trae tus mejores galas querido, no querrás disgustar a Joyce, bastante tiene la pobre con la hippy de Kate como para llevarse otro disgusto.

-Nada más lejos de mi intención, intentaré cumplir con el protocolo.

-Me parece que el hecho de que jodas con su hijo lo incumple, pero no vamos a ponernos estrictos teniendo en cuenta que esa zorra pretende ir de blanco habiendo traído tres criaturas al mundo.

-Pues entonces bastará con ir con un look apropiado-dices mientras intentas contener la risa.

-Sí  eso será suficiente ¿por qué tú no serás uno de esos melenudos harapientos verdad?

-No.

-¿Y de esos que visten siempre de negro y llevan collares de perro?

-Tampoco.

-¿Andy qué clase de fulana te has buscado? ¡Así no vamos a conseguir incordiar a tu madre!

-Señora Blyton haga el favor de...

-Pero qué ricura de niño, me acaba de llamar por mi apellido. Tesoro disculpa que te interrumpa pero no me gusta ese trato, denota falta de familiaridad. Si vas a aguantar a mi sobrino nieto acostúmbrate a este tipo de comentarios, puedes ignorarlos como hacía el capullo de mi marido qué en gloria esté.

-Está bien, Janet. Hagamos una cosa, mañana por la tarde invíteme a tomar el té, como buena  alimaña inglesa que debe ser, y entonces podremos buscar la forma adecuada para torturar a su sobrina predilecta ¿le parece bien?

-Excelente, estoy deseando ver si tienes el valor suficiente para dedicarme esos piropos cara a cara.

-Hasta mañana entonces.

-Buenas noches pequeño.

-Todo tuyo querido-me dice burlona mientras me devuelve el móvil.

-Bonita charla, después te quejas de mi comportamiento, pienso recordarte esto durante mucho tiempo.

-Acabo de darme cuenta de a quién te pareces de tu familia, va a ser divertido.

-Tenlo por seguro, sobre todo para mí.

-Entonces nos vemos mañana ¿quedamos en el centro?

-A las cuatro te estaré esperando.

-Muy bien, buenas noches, descansa.

-Hasta mañana.

 

       Al despedirte me dejas con una vaga sensación de vacío que es disipada rápidamente por el aviso de Diane para cenar, huele muy bien, pienso en las horas que faltan para verte y en el poco  tiempo que  te tendré para mí antes de que te hagan un reconocimiento a fondo para  ver cómo has conseguido cambiarme tanto.

 

       La cena transcurre con cierta tranquilidad interrumpida por los comentarios de madre e hija sobre mi estado de embobamiento, parece ser que me he convertido en uno de esos a los que tanto criticaba, que sonríen ante una llamada telefónica, que le piden a su novio que vayan a celebraciones familiares y esperan en actitud un tanto nostálgica a que llegue, debo resultar bastante repelente. Pero me es indiferente, es la primera vez que esto me sucede, he estado veintiún años sin saber lo que es enamorarse, medio año para digerir que también me gustaban los de mi mismo sexo, un año para decidirme a dar el paso entre ser un buen amigo y algo más, otro lleno de altibajos que superamos para consolidar la relación y ahora, desde hace unos meses esto ha empezado a funcionar bien. Nada de huídas, excusas, presiones ni exigencias. Hemos aprendido a respetar nuestro espacio, curioso porque es ahora cuanto menos espacio necesito que me dejes, cuando más anhelo tenerte cerca, tanto que no me ha importado pasar por el trago de presentarte ante mi peculiar familia, soportando todas las reacciones que vayamos a despertar, y la manera que cada uno tendremos de enfocarlo.   

         Apuesto a qué algún día cuando seamos una de esas parejas horteras que conmemora alguna fecha recordaremos esto y nos reiremos. Va a ser duro contarte lo que vi, el mero hecho de recordarlo hace que se me hiele la sangre, no sé cómo han podido llegar a ese extremo, y dudo mucho que quiera conocer los motivos, me limitaré a ayudar a reparar el daño hecho, debo hacerlo para seguir adelante sin remordimientos, ahora tengo algo que me motiva a romper con viejas e inútiles ataduras, no hay nada que desee más que empezar contigo desde cero, pero para hacer eso tendremos que terminar de conocernos, nos queda poco, sólo algunos antecedentes que expliquen ciertas conductas... como por ejemplo los motivos de que te haya mantenido alejado de cualquier contacto con mi familia. Todo eso quedará atrás mañana, tal vez sea un buen día para fijar como aniversario.

 

 

 
Notas finales: Reeditado.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).