Los besos siguieron, lamiditas en el cuello que hacían prenderse más aun al azabache.
-Naru ya me tienes cachondo- masculló el azabache
-Y...tú como...crees...que...yo... estoy- hablaba entre suspiros
El azabache medio sonrió, lo que quería lo estaba logrando.
Pero un pensamiento surco la mente del rubio y se separo de inmediato del azabache que quedo un poco alterado.
-¿Ahora que pasa?- pregunto algo molesto
-¿Sasuke, si lo que hago no te gusta, me dejaras?- pregunto muy inocente. Era cierto que el azabache había paso de hombre en hombre y de mujer en mujer pero pues que podía salir mal, que sus cuerpo se rechazaran, que fuera el peor momento para los dos, la verdad que el azabache lo dudaba.
-Calma- dijo con una sonrisa calida. Atrayendo al pobre niño a un abrazo- Si no nos gusta de todo modos te seguiré amando...pero si tu no quieres por mi no hay problema- tentó sabia que desde hace mucho el rubio estaba deseando poder estar con el y no desperdiciaría ese momento.
Sabiendo a que se enfrentaría su no lo hacían y si lo hacían y no les gustaba, metió sus manos en la camisa aun abotonada y empezó a acariciar. El ojinegro dio una mirada lujuriosa
-¿Eso quiero decir que siga? -
-¿Tu que crees? - dijo algo indignado
Nuevamente los besos furtivos, las caricias adecuadas y ambos ya estaban en el máximo cielo. Cielo o infierno no importaba donde estuvieran el hecho era que se lo estaban pasando de maravilla
.Sasuke lo llevó a la cama con pequeños empujoncitos que hacia tambalear al menor.
Un último empujón y calló de espaldas a la cama.
El azabache se quedó mirando como el rubio le sonreía, sus mejillitas rojitas, sus ojos brillosos, su cabello alborotado, ese pecho llamándolo, una osa que se levantaba en el pantalón diciendo "tócame ya" no pudo resistirse y se abalanzó.
Pegó su cadera a la del pequeño, rozando sus sexos, haciendo salir de su boquitas gemiditos de placer y de dolor al tener sus virilidades al borde de una explosión.
Los roses continuaron pero esta vez fueron hechas por el rubio.
-Dime aun...-fue cortado por el menor
-Si - sabían muy bien lo que pensaban- Todavía soy virgen- dijo aun más rojo
No aguantó mas, sentir su intimidad presa en la ropa lo asfixiaba; así que de un tirón quito sus pantalones y los mandó a volar a un rincón de la habitación e igual hizo con los de Naru quitando de paso la ropa interior.
El pobre rubio se vio obligado a encogerse al sentirse desnudo.
-Que dobe eres- dijo dando un suave besito en sus manitas morenas
- Y que...querías que sintiera...no soy... un...exhibicionista...por...si...no...te...habías...dado cuenta- finalizo con un suspiro abrumador
Los besitos descendieron por parte del azabache, daría que el rubio respirara y que eso labios que ya estaban rojos de tantos besos descansaran por un minuto un minuto que no de aprovecharía.
Bajó por el cuello dejando medias lunas, marcándolo concientemente como propiedad suya. Los beso se hacían voraces y celestiales al punto de que Naru tenía que agarrase de las cobijas para soportar tan grande placer.
El azabache continuo por la clavícula, recorriéndola con lamiditas, luego dibujo un caminito de saliva hacia uno de los brotitos rosa que desde hace rato le decían que querían atención
Lo delineo con su lengua traviesa, luego dio lamiditas para ponerlo durito, lo jalaba para que el placer fuera mas, lo metió a su boca chupándolo lentamente hasta dejarlo completamente rígido continuó con el otro haciendo lo mismo, acabando su trabajo, al menos en esa zona.
Bajo lenta y tortuosamente hasta el obligo, metió y sacó sus lengua muchas veces, haciendo que suspiraditos salieron de la boquita de ese angelito que tenia abajo, entonces con un su dedito anular comenzó a deslizarse por la cadera delineando los huesitos de esa zona; luego se fue a una pierna dibujando cosas sin sentido, se acercaba y se alejaba del miembro del Naru, tenia en mente hacer rogar al pobre rubio y no faltaba mucho para hacerlo
-Hazlo de una jodida vez -pidió "amablemente"
-Con que así nos llevamos- dijo con lujuria marcada, ahora el dedo recorrió toda la longitud del moreno. Circulitos, espirales, rayitas dibujaba en esa parte de piel. Empezó a jugar con la hombría del otro, tomándolo con los demás dedos. Si era molesto hacerlo pero lo disfrutaba y también Naruto aunque no lo diera a conocer.
El pobre rubio tomaba las cobijas, se mordía el labio para no gritar como una animal en celo.
-Déjame...escucharlos - pidió el piel nívea
Para complacer a su seme dejó salir todos los que tenia guardado. Respirando discontinuo. Entonces cuando pensó que la tortura terminaría el azabache se metió toda la longitud en su boca ansiosa de placer. Un sube y baja agitado, marcando un ritmo placentero y el rubio terminó vaciándose.
Con una tremendo y agonizante -¡¡¡¡YAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!- el azabache no por eso alejo el miembro de su boca, hizo todo lo contrario y cuando tuvo la esencia en su boca trago un poco, relamiéndose los labios cual gatito tomando su lechita. Levantó su cara para dar un beso y así ambos tragar un poco de la esencia restante.
- Yo...Sasuke...yo...- pobre chico no podía ni articula una palabra decente el placer era fenomenal.
En un descuidó el azabache corrió de nuevo a eso labios y los devoró, un beso cruel y apasionado a la vez. Su lengua toco la del otro invitándola a una danza única. Así permanecieron, el beso más largo que jamás se había dado.
El rubio quería, necesitaba, reclamaba mas y ya, busco a tientas la mano del otro, la encontró dando caricias pecho, la entrelazo aprensándola fuerte y la llevó a su cara, deshizo el beso y bajo al atenta mirada del mayor metió a su boquita tres dedos.
-Mmm...Naru-...delicioso...¿¿Dónde aprendiste esto??- decía el ojinegro
Pero el rubio cerraba los ojos no ni el sabia en donde había aprendido eso. Sus labios, su lengua, su paladar hacían que ese simple movimiento prendiera al azabache aun más. Disfrutaba eso, ¿Cómo había podido decir hace algunos momentos que no le gustaría? Y ahora tan solo con ese roce había hecho que pusiera al 300 por ciento. Luego de humedecer bien y bonito esos dedos Naru los sacó de su boquita juguetoncita y cazó los labios del mayor en un beso, fue entonces que subió sus delgadas y musculosas piernas en la cintura del mayor. Y este aprovecho para meter un dedo.
-Uuummm-
Los movía en círculo. Metió un segundo.
-Aaaaammm- los movía de lado a alado, de arriba abajo.
Un tercer dedo curioso.
-¡¡¡¡¡Siii!!!!- era un placer deliciosamente rico. Empezó a moverlos simulando una penetración y Naru gemía entre beso y beso era una locura lo que sentía. El mayor sacó sus dedos y el menor protesto pero fue callado por un beso y en un descuido, estocada y el azabache ya se encontraba adentro.
-Auch- fue la protesta y lagrimitas salieron de los mares que tenia el pequeño
-Calma - y seco esos charquitos de agua salada con mimitos.
-Eres...un...bruto...- dijo mordiendo el hombro de su compañero
-Lo seint...uuummmm-
Sin moverse y medio calmando sus respiraciones estuvieron por al menos 10 segundo, porque el rubio caprichoso ya se había empezado a mover pero se calmo al sentir una enorme punzada.
-¡¡¡Hay, duele!!-
-Tú tienes la culpa-
Ahora las lágrimas se habían hecho más gruesas pero el placer que sentía no se compraba al dolor, quiera que empezaran pero el inminente miembro del azabache le había causado un pequeño daño en su retaguardia. Momentos después cuando Naru calmó sus lágrimas de cocodrilo, claro esta ayudado por el Sasu. El azabache empezó a moverse lento, pausado, calmado y sereno, era una tortura para él pero lo hacia para que su rubio lo aguantara, entonces el rubio también empezó a moverse, aun sentía dolor pero quería que su amado disfrutara también. Se mordía el labio y cerraba los ojos para no protestar. De haber sabido que esto dolía a mares no hubiera, ¿Cómo de que no?, lo disfrutaba aunque poco, pero lo hacia.
Embestida y mordía a su pobre labio inferior. Embestida y cerraba los ojos. Embestida y clavaba sus uñas en el cuello de su amado. Embestida y hacia todo lo anterior. Embestida y -¡¡¡¡¡Ahhh ..Sasu!!!!!!!- si ya empezaba a disfrutar
Tan solo escuchar esto prendió al máximo al mayor que ni tarde ni perezoso empezó las embestidas a modo salvaje, mas profundas, mas certeras, mas placer, mas éxtasis. Kami si eso era lo que se sentía estar en al gloria que dicha, que dicha.
Un mete y saca rápido y fuerte.
- ¡¡¡¡¡Ahhhh!!!!!...Sasuke...Sasuke...Sasuke- chillaba el rubio
-Naru...si...Naru...eres...delicioso...estrújame...así...así...
Mmm....sigue onegai...sigue...no pares...no pare...
-Si...no...lo haré...no lo haré...-
-¡¡¡¡¡Aaaahhh!!!!...¡¡¡¡¡¡aaahhhh!!!!!...¡¡¡¡¡ahhhhhhh!!!!!-
- Sasu allí...da...allí...-
-¿Allí...?-estocada
-Si allí...mas...mas...mas...mas....mas...onegai...da mas-
-Dobe...ayúdame...- con toda la elasticidad que Kami le había dado, empezó a ayudar a su amado azabache.
En un dos por tres estaban gimiendo el doble.
Cambiaron de posición. Sasuke sentó y Naru quedó a horcajadas. El primero tomó al segundo de la cintura para ayudarlo y el rubio lo tomó de los hombros para darse mas impulso, rebotes que sacaban el más deliciosos gemido de ambas bocas.
-¡¡¡¡Ooooohhhhh!!!! Kami...Naru...eres...-
-Lo...se...baka...lo se...-
El vaivén de caderas se hizo mas inmenso, el miembro del mayor llegaba a un rincón que hacia que Naru casi llorara de placer, temblaba, sus manos agarraban los que tenia entre ellas, su fuerza desvanecía pero revivía con otra estocada.
Así estuvieron el rubio se corrió por segunda vez, contrajo su entrada de un modo deliciosos para el azabache que termino haciendo lo mismo, derramándose en el interior del pequeño. Pero esto no quedaba allí ambo estaban insatisfechos así que nada mas dieron tiempo de tomar un poco de fuerzas y empezaron de nuevo. Estocada, gemidos, perlas de sudor bañando sus cuerpos, sonrojo en las mejillas, locura para ambos.
Después de una incansable sesión de amor y sexo terminaron cansadísimos y se dispusieron a dormir, uno atrapado en los brazos del otro, como siempre disfrutando del calor que se propiciaban, emanando el exquisito aroma, pero esta vez era diferente porque sabían que se pertenecía y ahora eso era totalmente seguro.
-Te amo....Sasuke- masculló mientras caia en los brazos de Morfeo.
-Y yo te amo a ti...Naruto- por fin entre sueños escuchó su nombre, lo hacia sumamente feliz, nada de Luna te amo, solo Naru te amo, si su felicidad estaba completa. Termino rindiéndose en los brazos de su amado, y así entraron ambos al mundo de los sueños, aforrándose a sus cuerpos sabiendo que se pertenecían en cuerpo y en alma.