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"Quien juega con fuego, baby" por giovanetta

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Notas del capitulo: hola, el final de la trilogía, espero les agrade, los personajes no me pertenecen ^^

Capítulo 16      “Nacimiento”, final.

  

Si pensaron que fue para mejor internarlo y aislarlo de la comunidad, no estaban del todo equivocados.

 

Harry permanecía la mayor parte del tiempo sedado. Le administraron el tratamiento y recibía visitas periódicamente por parte de sus amigos.

 

Muchas veces, sin querer, derramaba algunas lágrimas. Sentía nostalgia y a veces muy solo.

 

Miraba un paisaje ficticio, un cuadro que estaba en su habitación. Un van Gogh. No sabía el título, sólo se centraba en los amarillos y la fuerza del celeste, las nubes que estaban dispersas, como un humo blanco, casi transparente.

 

Había veces en que se preguntaba, el sueño de tener un hogar, cálido, rodeado de quiénes amaban. Con su hijo corriendo por todas partes, feliz. Sonreír, sin importarle el resto, vivir plenamente, tener una familia.

 

No podía evitar a veces, ponerse nostálgico. Recordar sus momentos felices junto a Draco.

 

Lo infantiles que eran, las peleas ridículas, los fogosos encuentros, la fallida cita, todo eso le recordaba que aún podía estar vivo en cualquier parte.

 

No sabía, pero presentía que ese día iba a ser especial. Según sus cuentas, llevaba cerca de un mes internado.

 

En la mañana, cuando fue llevado al baño, sintió un fuerte dolor en su vientre, como si fuese a partirse en dos.

 

A veces era muy intenso y se repetía cada 5 minutos.

 

Con las manos, tiraba de las sábanas. Esas debían ser las conocidas “contracciones”. De pronto, sintió que algo se rompió y la cama se mojó.

 

Como pudo, tocó el botón para avisar de que había roto bolsa.

 

Se retorcía en la cama y respiraba con dificultad.

 

Segundos más tarde, unas enfermeras y medimagos para atender la emergencia.

 

Controlaban las contracciones y la posibilidad de que fuese por parto normal.

 

Harry sentía que su cuerpo estaba siendo partido. Fuertes dolores lo estaban enloqueciendo.

 

Lo sedaron un poco para controlarlo…

 

El medimago, viendo que se estaba dilatando la entrada y que Harry pujaba por instinto, le pidió que siguiera haciéndolo.

 

-Puja muchacho, deja que ese bebé nazca- le decía el médico.

 

Harry apretaba unos fierros y pujaba con todas sus fuerzas. Mientras que las enfermeras le iban secando el sudor y le indicaban el modo de respiración.

 

-Vamos Potter, ya se está viendo la cabeza, sigue pujando muchacho- le insistía el médico.

 

Harry hacía lo que le pedía, aunque iba perdiendo las fuerzas, sabía que en el fondo, debía resistir para darle vida a esa criatura que había esperado tan ansiosamente durante esos nueve meses.

 

-Ya está saliendo el cuerpo, un poco más y está listo- le anuncia.

 

El moreno inspira y con el último pujo, nace su preciado bebé. Quien después que le golpean un poco las piernecitas, comienza a llorar.

 

Para el gryffindor, ese fue el momento más feliz de su vida. Nada podría compararse con ese día.

 

Las enfermeras lo limpiaron y se lo pusieron a la nueva “madre” para que lo conociera y le besara.

 

Era un bebé muy hermoso. Tan blanco como su padre, algunos mechones rubios, las cejas apenas se notaban.

 

Apenas el bebé estuvo en la cunera, se llevó el dedo hacia la boca y se quedaba dormido.

 

-Al fin, mi bebé puedo conocerte- decía el moreno con lágrimas de profunda felicidad.

 

A Harry le hicieron los chequeos pertinentes después del parto y fue llevado hacia su habitación. Pronto le llevaron a su pequeño bebé para que pudiera darle su primera comida.

 

La enfermera entró con la cunera y le pasó el bebé a la recién “madre”, quien lo recibió gustoso.

 

El bebé bostezaba y estaba muy rojito.

 

Harry fue dejado solo con su bebe, a quien mecía. Un ser tan frágil.

 

-No sabes cuánto te he esperado mi pequeño- le dice y se descubre para darle leche.

 

El bebé bebía ávidamente,  como si no hubiese más vida mañana.

 

-No bebas tanto o te atorarás- dice y lo levanta con suavidad para botarle los flatitos.

-¡Felicidades Harry!- exclama Hermione, quien entra a la habitación.

 

-Felicidades Harry- dice Dumbledore, comiendo su caramelo de limón.

 

-¡Quiero ver a mi lindo sobrino!- decía la castaña, quien, se pone un paño en el hombro y toma al bebé en brazos- ¡es muy hermoso Harry!- exclamaba al ver al pequeño y sus verdes ojos.

 

-¿Cómo le vas a poner al bebé?- pregunta Ron, quien se integra al club.

 

-James Potter- dice el moreno.

 

-Estoy en desacuerdo Potter- dice una muy conocida voz masculina- su nombre es James Malfoy Potter.

 

-¿Qué demonios haces aquí hurón de cuarta?, sal antes que te dé una paliza- le amenaza Ron.

 

-Ron, cálmate- le dice Harry.

 

-¿Vas a aceptar algo así?- le dice el pelirrojo incrédulo a lo que oía.

 

-Es su padre, no puedo negarle ese derecho- dice el ojiverde.

 

-Creo que es mejor que salgamos y dejemos solos a los nuevos padres- dice el anciano, evitando un enfrentamiento.

 

Hermione le pasa le pasa James a Harry, no sin antes mirar con sumo desprecio a Malfoy.

 

Luego de eso, se va de la sala.

 

-Te dije que si salías por esa puerta, no volvieras jamás- dice Harry, meciendo al pequeño James.

 

-Lo sé y nada va a justificar mi actitud de los últimos tres meses cuando creíste que te abandoné.

 

-Tú nos abandonaste.

 

-Fui cada día a Hogwarts, mientras te espiaba.

 

-No me vengas con esos cuentos Malfoy, sólo haces eso, vienes y te vas.

 

-Sé que he hecho las cosas mal, sólo vine a conocer a nuestro hijo, reconocerlo, ahora me voy- se iba a ir cuando una mano del moreno lo detiene.

 

-Al menos carga a tu hijo, Malfoy- le entrega a James, quien dormía plácidamente.

No sabía si era correcto lo que hacía o no; sin embargo, nada podía borrar que él era su padre y tenía derechos sobre su bebé.

 

Draco se paseaba con su primogénito en brazos. Muchas veces lo vio en sus visiones, pero era real, ahora podía tocarle, sentirle. Nada puede ganarle a esa sensación de tener una vida que es tuya en tus brazos.

 

Pasaron unos minutos y se lo devolvió a Harry. Luego de ello, la enfermera entró para llevarse al pequeño James, ya que había que cambiarle el pañal.

 

-Cuídate, Harry- dice el rubio y sale de la habitación.

 

Fue en ese preciso instante en que se dio cuenta de todo lo que había perdido… no había cumplido el sueño de Harry, el de la familia feliz.

 

Luego, el ojigris, fuera de sus pensamientos, siente un golpe en la habitación.

 

Entró y no vio a Harry en la cama. Fue al otro lado y lo halló en el suelo, tratando levantarse; sin embargo, el dolor era muy intenso y eso le impedía dicho acto.

 

Draco fue a recogerlo, le levantó con cuidado. Sin tener consciencia de sus acciones, abrazó a Harry.

 

“Eres la única persona que me hizo sentir vivo”- murmuró Draco al oído- ¿por qué sigues llorando tanto león?- pregunta y ve que no era mentira.

 

El ojiverde, había comenzado a llorar.

 

-Porque en ningún segundo del día, noche o amanecer, he podido olvidarte- responde- debo tener algo de masoquismo, tú me has hecho sufrir como nadie, sólo podría estar contigo, Draco- dice entre sollozos.

 

El sly le secó las lágrimas y le besó. Era distinto a cualquier beso de antes. Entre nostalgia, añoranzas y esperanzas, pedían una nueva oportunidad.

 

-¿Estamos acortando distancias Potter?- dice al terminar el beso.

 

-Eso parece, Malfoy- le abraza.

  

TIEMPO DESPU…S…

  

La noticia de la muerte del Lord Oscuro, fue esparcida como pólvora dentro del mundo mágico.

 

El poder vivir, al fin tranquilo, sin esa amenaza latente, era un respiro. Lamentablemente Dumbledore y otras personas importantes habían muerto.

 

A pesar de todo ello, decidieron juntarse en el reconstruido colegio a celebrar su victoria.

 

Draco y Harry, estaban separados. Por un lado, los gryffindor, por otro, las serpientes rastreras y mentirosas.

 

Desde el nacimiento de James, no había vuelto a hablar. Sólo se veían cuando el ojigris iba a visitar a su hijo.

 

El vivir juntos, definitivamente no estaba en ninguno de sus planes. Aunque lo más irónico era que sólo mantenían una relación netamente sexual.

 

Nada de ataduras, compromisos o familiares. Sabía que como era Draco, no llegaría a ninguna parte.

 

Lo más extraño, fue cuando estuvieron juntos después de la fiesta y había una cajita sobre la cama. Su curiosidad le mató y abrió dicha cajita. Dentro, había un anillo, muy costoso, con una piedra esmeralda. Lo sacó y se lo puso. Era justo a su medida. Cuando se lo sacó vio que estaba grabado, decía “HP – DM”. Muy elocuente.

 

De la nada, aparece Draco, quien sólo tenía una linda humita en su cuello. Se acerca lentamente hacia Harry.

 

-Cásate conmigo Potter- le propone.

 

-¿No estarás ebrio?- pregunta algo desconcertado.

 

-Sólo acepta- dice el ojigris, impaciente.

 

-James te extraña, te quiere y es algo que he esperado por mucho tiempo- se le tira encima.

 

-No me aplastes Potter- reclamaba el rubio, fue silenciado por los labios del moreno.  

 

FIN…

Notas finales: el final, por fin de este fic que en lo personal es uno de mif favoritos, esperando que sea de su agrado, me despido por un largo tiempo, hasta pronto, cuídense, bye bye ^^

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