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Días febriles por ines_kaiba_wheeler

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Notas del capitulo:

¡Lo siento!

Han sido tres meses de espera, pero aquí os traigo el siguiente capítulo y ya estoy empezando con el siguiente a este, para ir adelantando trabajo.

Este capítulo contiene lemon de la pareja principal (Akutaka) así que si no quieres leerlo estás en tu derecho. Me ha costado lágrimas de sangre terminarlo ya que soy una negada para las escenas esplícitas. Aún así, espero que os guste.

Por cierto, se va acercando el final. No puedo especificar si dos, tres o cuatro capítulos, pero no durará mucho más. En principio iba a ser un fic mucho más largo, pero las ideas se han mudado de historia.

Takashi puede arrepentirse de muchas cosas en su vida. No haber estudiado lo suficiente para un examen final, llegar tarde a casa después de haber estado jugando toda la tarde, gritar con su hermana cuando le hacía alguna travesura e incluso podría arrepentirse de abrir la boca en ciertos momentos. Pero ninguna se podía comparar, eso era un hecho bastante palpable, a provocar a Jin Akutsu. Era sin duda la peor cosa que pudo hacer nunca, como un suicidio, y se acababa de dar cuenta. Esa mirada que le estaba dedicando por completo a él no podía significar nada bueno para su cuerpo, en especial para cierta zona.

-V-Vamos, Akutsu-se maldijo para sí mismo, ya empezaban los infernales nervios-Era una b-bromita-dijo entrecortadamente, cubriéndose con la camisa de nuevo, completamente sonrojado-¿A-Akutsu?-lo llamó, con temor, al no recibir contestación a la clara provocación que había soltado momentos antes. Sólo lo miraba con esa extraña mirada llena de excitación y una leve sonrisa ladina en el rostro.

-Takashi-degustó cada sílaba poniendo un ligero toque de aquella excitación que lo dominaba en su voz. Un escalofrío recorrió al mencionado por completo, dejando resbalar la camisa de nuevo a su regazo en un acto involuntario-Sabes que terminaremos haciéndolo, es un hecho. Te besaré, me seguirás el rollo, en cuanto te excites un poco no sabrás ni cómo respiras y yo tendré completo acceso a ti.

-E-Es que-aquella sonrisa se curvó aún más-Sólo lo hemos hecho una vez y-desvió su mirada, dispuesto a no continuar aquella frase.

-Entonces tenemos mucho que follar para recuperar los días perdidos-Takashi lo miró fulminante, pero el sonrojo de sus mejillas no hizo más que empeorar-¡Oh, vamos! Es lo que pienso-luego añadió-Falta de costumbre-hubo una leve pausa-Volviendo al tema, vamos a hacer bebés-se levantó del suelo y se acercó a la cama.

-Ni que pudiera tener hijos-murmuró Takashi, alejando la camisa de él. No quería que se convirtiera en un harapo-Vete despacio-susurró el moreno observando con los ojos entrecerrados a su novio.

-Tan lento como tú quieras, en la postura que me digas, en las condiciones que establezcas pero siempre y cuando lo hagamos. De hoy no pasa-añadió subiéndose a la cama, cerca de Takashi, quien no parecía muy convencido.

-¿Y si llega un momento en el que no quiero seguir?-preguntó en un murmullo.

-Ya veremos en cuanto lleguemos allí que a este paso...

Tras eso, besó a Takashi. Colocó una de sus manos en las rodillas dobladas del moreno, sobresaltándolo. Quiso separarse pero Jin no le dejó, sujetándolo de la nuca con la otra mano. De paso, profundizó el beso introduciendo su lengua en su boca. Con una inusual suavidad y ternura, bajó la mano desde la rodilla hasta su cintura, acariciando la parte interior del muslo de Takashi. Abrió sus ojos con lentitud, ni siquiera recordaba haberlos cerrados, y observó el rostro que tenía delante de él, aquellas mejillas sonrojadas, esos preciosos ojos marrones entreabiertos, mirándolo con timidez. Nunca lo diría en voz alta, pero cada vez que lo veía sonrojado sentía unas ganas irrefrenables de besarlo, quizá por eso nunca le había dado una paliza, porque cuando estaba con él siempre tenía las mejillas con ese tono carmín que tanto le extasiaba.

Se separaron para tomar aire y Jin dejó de pensar para dedicarse íntegramente a lo que tenía entre manos.

-A-Akutsu.

-¿Qué?-Takashi negó levemente y Jin volvió a juntar sus labios. Separó despacio las piernas de Takashi y se colocó entre ellas. Empezó a recostarlo sobre la cama, notando como se tensaba por completo-Esto parece nuestra primera vez, estás igual de tenso, de nervioso y de intranquilo. Relájate, ya sabes cómo va esto-añadió con un tono aburrido.

-Qué fácil es decirlo-murmuró el moreno, reprimiendo un puchero. Jin se acercó su cuello, rozando su cara, labios y nariz contra este. Al moreno hasta le pareció que ronroneaba mientras lo hacía. Takashi no pudo evitar soltar un gemido cuando Jin le mordió sin tregua-¡Akutsu!-se quejó mientras Jin besaba ese mismo lugar como compensación o simplemente porque le apetecía. ¿Quién sabe? Jin era muy peculiar.

Apoyó sus manos en el pecho de Takashi mientras se alejaba de la marca roja que había dejado, besando su cuello y la parte baja de su barbilla. Acarició con suavidad sus pezones, sacando de él un gemido involuntario. Muerto de la vergüenza, Takashi se tapó la cara con sus manos. Jin, al verlo, se permitió una sonrisa ladina sin detener sus dedos ni la caricia que estaban dando. Esas mismas manos, de un momento para otro, se apoyaron en la cintura de Takashi y este notó todo el peso de Jin encima de él. Quiso preguntar qué se proponía, pero sólo retiro sus manos de su cara y lo miró, en ese instante tenía la lengua pegada al paladar y no parecía querer despegarse. Jin tenía la cabeza apoyada en su pecho, los ojos cerrados y sus labios sobre la piel de Takashi, repartiendo suaves besos por todo lo que le permitía la postura.

Al notar el movimiento de los brazos de Takashi, abrió los ojos lentamente y con uno de sus brazos cogió la mano de Takashi, llevándola hasta su propio corazón al incorporarse levemente. Takashi pudo sentir, bajo la tela de la camiseta, el rápido golpeteo del corazón de Jin, que iba tan veloz como el suyo. Se soltó del agarre de su novio y dirigió ambas manos a la nuca del mismo, atrayéndolo hacia él y besándolo como si no hubiera un mañana. Takashi sabía que Jin lo había hecho para demostrar que él también estaba nervioso y que no tenía nada que preocuparse o eso había entendido. Estaba seguro de que no se equivocaba esa vez.

Jin se dejó besar durante unos segundos, disfrutando de aquel ataque pasional de su novio. Pronto correspondió a Takashi con más intensidad si cabe. Para frenar un poco aquella fogosidad y devolverle así el mordisco de antes, Takashi sopló levemente en el interior de la boca de Jin, hinchando sus pulmones y haciendo que se separara de él tosiendo. Jin lo miró con el entrecejo fruncido sin dejar de sonreír levemente. Takashi cerró los ojos por un momento y volvió a abrirlos mientras sonreía. Esta sonrisa hizo que Jin volviera a besarlo, pero esta vez, sosteniendo sus muñecas a cada lado de su cabeza.

El bello de la nuca de Takashi estaba empezando a erizarse debido al placer que aquel beso le transmitía, sin olvidarse tampoco de la extraña, pero no desconocida, sensación de vacío bajo el estómago.

Con cuidado para que Jin no notara nada, movió una de sus piernas y la colocó entre las del ambarino, acercándola a su entrepierna y rozándola levemente con su rodilla. Ante esta acción, Jin soltó las manos de Takashi en un acto involuntario, ocasionado por el placer ejercido en esa zona tan sensible. En su defensa podía decir que no se esperaba algo como eso por parte del moreno, aunque ni él ni nadie. Con sus manos ya libres, Takashi las llevó hacia la camiseta interior que todavía tenía puesta Jin. Coló sus manos dentro y acarició sus costados con suavidad, sin dejar de mover su rodilla lentamente. Al menos si se movía dejaría de temblar y tampoco quería dejar que Jin hiciera todo el trabajo como había pasado en su primera vez.

-K-Kawamura-su voz tenía un registro más grave que el habitual, seguramente ocasionada por la situación en la que se encontraba. Colocó su cabeza en la oquedad entre el cuello y el hombro de Takashi-Esto no es querer ir lento-murmuró contra la sensible piel de Takashi, mordiéndola levemente en el lado contrario que había marcado con anterioridad. Un gemido salió de ambos labios, uno por el mordisco y la succión que ejercían sobre su piel y el otro por la presión ejercida sobre su miembro ya que Takashi había movido sin querer su rodilla al gemir.

-Te doy la razón-murmuró tras tomar aire, aprovechando para retirarle la camiseta. Ahora ambos estaban en las mismas condiciones-Pero necesito perderle el miedo-Jin lo miró expectante-E-Eso dijo F-Fuji-Takashi se sonrojó y giró su cabeza hacia un lado. Jin hizo una mueca-Así, uhm-miró hacia un punto indefinido del techo-S-Sería m-más fácil.

-¿Más fácil lo qué?-se preguntó Jin en voz alta. Hasta las orejas del moreno se tornaron rojizas.

-Ni que no lo supieras-Jin enarcó una ceja reprimiendo la sonrisa que quería salir de sus labios.

-No. No lo sé-Takashi cubrió su cara con ambas manos y se giró levemente hacia un lado. Estuvo casi un minuto sin decir nada por lo que Jin colocó una de sus manos encima de las suyas-Ey, ¿sigues viv-?

-La p-primera vez m-me dolió m-muchísimo-murmuró-p-porque no estaba r-relajado-el de cabello plateado parpadeó varias veces-Por eso tengo que-hizo una pausa-perderle el miedo.

-No nos centramos mucho en jueguecitos como estamos haciendo ahora. La situación no acompañaba tampoco-añadió Jin retirando con lentitud las manos de Takashi de su cara-Nos dejamos llevar por el calentón y tú lo pasaste fatal-lamió sus dedos, deleitándose con ellos. En aquel momento sabía que el moreno estaba sufriendo y no precisamente por sus lágrimas, pero no pudo frenarse. Acarició con sus labios todo el brazo de Takashi, dejando besos por todo el recorrido de la muñeca al hombro, hasta que se dio cuenta de una cosa-Un momento, ¿por eso decías que no estabas preparado? ¡Si serás tonto!-le dio un golpecito en la cabeza-Haberlo dicho, coño.

-¡M-Me daba vergüenza!-replicó Takashi rascándose la nariz y desviando la mirada. Aún se la daba-Tampoco estaba seguro de que te fuera a importar.

-No soy tan insensible-remarcó el tan, haciendo sonreír a Takashi levemente.

Jin se inclinó de nuevo hacia el cuello de Takashi, besando y lamiendo los mordiscos y chupones que ya había dejado con anterioridad. Una de sus manos acarició un pezón del moreno, frotándolo con diversos niveles de intensidad para sacar más gemidos a Takashi. Tras esa pequeña diversión de su mano, la dirigió al botón del pantalón de Takashi para poder ir al siguiente paso. El moreno abrió los ojos y vio a Jin desabrochando el botón sin dejar de mirarle fijamente.

-¿P-Podrías evitar mirarme así? Parece que quieres comerme.

-Quiero clavarte algo, pero no precisamente un palillo o un cuchillo, Kawamura-Takashi se quedó sin palabras, mirando hacia el techo con la cara completamente roja y Jin se carcajeó de lo lindo por ello.

Lo siguiente que pudo notar fue el alivio al abrirse la cremallera de su pantalón. Suspiró quedamente. Si quisiera podía detenerlo, pero él también quería eso. Tras un mes en el que cada vez que se cruzaban Takashi pasaba de largo sin mirarle, bajando la cabeza, y Jin simplemente era Jin, en cierta manera tenía ganas de que se diera una situación para hacerlo de nuevo. Se lo debía desde hacía mucho y también se lo debía a sí mismo. Maldito el momento en que dudó de él por absurdos rumores.

Unos labios besaron la piel bajo su ombligo, haciendo que despertara de sus pensamientos, mientras unas manos tiraban de su pantalón hacia abajo con lentitud. Como si no tuviera vergüenza suficiente encima, cuando el borde del pantalón llegó a sus rodillas, se sintió tan vulnerable como si no llevara ropa interior. La boca que besaba su abdomen, se trasladó al interior su muslo derecho, arrancándole un fuerte suspiro que había estado reteniendo ya que ahora no eran los labios de Jin los que lo tocaban, sino su lengua.

Una vez los pantalones tomaron un lugar secundario en algún punto de la habitación, Jin descendió hasta la siguiente prenda, dejando un camino de saliva a lo largo del muslo de Takashi y que el poco vello que este poseía en las piernas, se erizara lentamente. Poco tardó en llegar al borde del bóxer que llevaba el moreno, depositando también en él besos hasta que llegó a la ingle, donde se detuvo para mirar a Takashi desde aquella posición. Tenía una mano encima de la cara, completamente roja por la excitación y la vergüenza, que cubría por completo sus ojos. A Jin no le gustó esa visión ya que le gustaba verle sufrir, si se escondía no tenía gracia o al menos no tanta. Se incorporó ligeramente y se deslizó hasta dejar ambas cabezas paralelas. Entonces, besó la mano de Takashi apenas apoyando sus labios en ella, repitiendo esta acción múltiples veces hasta que la retiró.

-Akutsu-este le sonrió de manera pícara.

Lamió sus labios hasta que el moreno abrió la boca, permitiéndole la entrada a la misma. Con calma, Jin introdujo su lengua, buscando la de Takashi sin ningún tipo de prisa. Al roce, ambos notaron un ligero escalofrío. Takashi entrecerró los ojos y se dejó llevar por Jin hacia un mundo de locura que este conocía perfectamente.

Mientras se besaban, con total tranquilidad, Jin bajó una de sus manos hasta su propio pantalón, desabrochó el botón y bajó la cremallera. Al menos así, podía respirar mejor y su gran orgullo no se sintió presionado contra su voluntad. Se separó del moreno con la misma lentitud con la que se había acercado a él y terminó apoyado en la cama sólo con sus rodillas.

Empezó a bajarse los pantalones mientras comprobaba que las cortinas estuvieran echadas y las persianas cerradas. No quería mirones y tampoco estaba muy seguro de que alguno de los dos quedara con ganas o fuerzas suficientes para cerrarlas después. Del bolsillo trasero sacó uno de los condones y lo tiró a un lado del colchón. Al volver a mirar a Takashi, se lo encontró mirándolo fijamente.

-Ahora pareces tú el que quiere comerme a mí-lo pinchó Jin, lanzando el pantalón lejos.

-Eres tú quien se exhibe-respondió encogiéndose de hombros. Jin no dudó en reírse levemente, eso no se lo esperaba-Teniéndote delante no voy a ponerme a mirar la pintura de la pared-dirigió una mirada a la misma-Muy bonita, por cierto-Jin soltó una carcajada. Y eso mucho menos.

-Veo que ya se te pasaron los nervios.

-No te creas-el de ojos ámbar enarcó una ceja-Pero no soy de piedra-se incorporó, quedando sentado en la cama, con sus ojos a la altura del ombligo de Jin, haciendo que el estómago del mismo diese un doble tirabuzón hacia atrás.

Con sus manos acarició la parte trasera de las pálidas piernas de Jin, subiéndolas lentamente hacia sus nalgas, escapando del borde del bóxer que llevaba puesto, mientras con su boca besaba y lamía aquella piel que tenía delante.  Jin se inclinó hacia delante, apoyando sus brazos en los hombros de Takashi, disfrutando aquella caricia que hasta el momento no había recibido. Empezó a comprender por qué Takashi se cubría la cara con las manos cuando él le tocaba al notar su propio rostro enrojecer. Maldito su cuerpo que reaccionaba así.  Dejó escapar un suspiro que ocultaba una pequeña sonrisa cuando notó la leve presión de los labios de Takashi en su costado. El moreno levantó la vista con una ceja enarcada para mirar a Jin sin dejar de besar aquella zona. Pudo observar, para su completo deleite, como los labios de Jin temblaban ligeramente y sus ojos se cerraban con fuerza, tratando de retener algo que era inevitable.

Empujándolo lentamente por los hombros, Jin devolvió a Takashi a la cama, besándolo con fiereza una vez su cabeza tocó la almohada. Con movimientos rápidos se deshizo del bóxer del moreno sin ningún tipo de resistencia por su parte. Lo lanzó hacia alguna parte de la habitación, mirando a los ojos a Takashi, quien había seguido la trayectoria de su ropa interior y sonreía tímidamente. De un momento a otro, Takashi olvidó que estaba desnudo, empalmado y con su novio encima. ¡No podía parar de reírse! Pero tampoco era su culpa. Con una ceja enarcada, Jin miró hacia el último punto al que había mirado Takashi, intentando descubrir el origen de aquella risa tan escandalosa. Intentó buscar algo que realmente llamara su atención o que llamara la atención del otro muchacho, pero no fue sino hasta que Takashi, que se había calmado un poco, se incorporó y le dirigió la cabeza hasta donde tenía que mirar. Encima del armario, donde Jin tenía sus trofeos de su época de karateca, encontró la razón de tanta risa y él tampoco pudo evitar reírse, aunque no tanto como Takashi.

-Menuda puntería-dijo el moreno entre risas.

-Ya te digo-murmuró Jin con una leve sonrisa en la cara-Pero no me negarás que queda jodidamente bien-comentó mientras se recostaba sobre Takashi recordándole porqué estaban allí.

-Queda perfecto-murmuró sobre los labios de Jin antes de juntarlos en un beso violento y pasional, que volvió a ponerlos a tono.

Takashi, que no había cerrado los ojos, vio por el rabillo el preservativo y lo cogió con dos dedos. Cuando Jin se separó de él, empezando a besar su pecho, acariciando sus costados con suavidad, Takashi se preguntó dónde estaba el Jin que él conocía.

 A pesar de ser un tío, la piel de Takashi era muy suave y eso le encantaba. Entre la piel suave, su inusual timidez y sus ojos grandes era como estar con una tía, con el beneficio que no le exigía nada ni le pedía que lo acompañara a comprar como hacía su madre. De todas maneras, ¿quién querría a las tías teniendo a alguien como él? Nadie. Lo mismo se aplicaba Takashi en cuanto a Jin. Pero no eran momentos para pensar en eso. No señor.

-Estoy ardiendo-ronroneó Jin en el oído del moreno mientras juntaba sus entrepiernas, ya se había deshecho de su bóxer mientras divagaba, provocándoles a ambos un pequeño gemido. Takashi no tenía dudas, aunque sí estaba algo nervioso. Aún así, cogió la mano de Jin y dejó en ella el preservativo mientras lo besaba cerca de la clavícula-¿Completamente seguro?

-No me hagas dudar ahora-se rió con nerviosismo Takashi, agarrando con ambas manos la cara de Jin, depositando un beso en la punta de su nariz.

-Después no te quejes-Takashi le sacó la lengua.

-Me quejaré sólo para fastidiarte-dijo con un tono burlesco.

Una de las manos de Jin se dirigió hacia el miembro de Takashi, masajeándolo levemente, mientras con la otra se colocaba el preservativo. Esa acción hizo que el moreno tuviera que morderse el labio inferior para retener un gemido y perdió la noción del tiempo durante unos instantes. Cuando volvió al mundo real, sus piernas estaban flexionadas y Jin entre ellas, con una indescifrable mirada a la par que se acercaba a él. Cerró los ojos en un intento de relajarse cuando el miembro de su novio rozó su entrada.

-Takashi-este abrió levemente sus labios al notar la respiración de Jin sobre ellos-Te voy a follar de tal manera-mientras hablaba, empezó a penetrar a Takashi con cuidado-que verás el cielo y el infierno a la vez-apresó el labio inferior del moreno entre los suyos, succionándolo y mordiéndolo sin ningún cuidado.

Por alguna razón, Takashi ya no escuchaba. La piel le ardía, su interior estaba en plena ebullición y tanto su cerebro como su corazón parecía que se habían puesto de acuerdo para dejarlo semiinconsciente. De su boca salían gemidos que ni siquiera podía frenar, provocados por la boca de Jin mientras succionaba su piel y por el lento movimiento de caderas del mismo. Jin tenía razón, no sabía ni cómo podía respirar ya que a cada embestida el aire se le iba de los pulmones con un gemido de puro placer. Poco a poco, fue recuperando la consciencia, adaptándose a aquel movimiento que empezaba a ser más fuerte, rápido y profundo. Cerró los ojos durante unos segundos, haciendo que un par de lágrimas se deslizaran por su piel. Se agarró con fuerza a las sábanas, arqueando su espalda y soltando un par de improperios en inglés mezclados con un gemido largo y entrecortado. La razón fue que Jin había rozado un punto sensible dentro de él a la vez que pellizcaba sus pezones.

Aprovechando que Takashi seguía arqueado, Jin rodeó con su cuerpo uno de sus brazos sin dejar de moverse, levantando un poco más las caderas de Takashi de la cama y poniéndose de rodillas sobre el colchón, facilitando la penetración y disfrutar así de la nueva vista del cuerpo del moreno, quien se debatía con su propio placer para poder respirar.

-¿Viendo al demonio, Takashi?-preguntó Jin lamiendo su cuello, haciendo referencia a lo último que dijo. Con un gran autocontrol, Takashi lo miró con ojos brillantes, deteniéndose un instante para ver las sonrojadas mejillas de Jin y las pequeñas gotas de sudor que le resbalaban por la sien, dándole un aspecto tan sexy y excitante que Takashi notó las puertas del orgasmo abriéndose para él.

-Justo delante de mí-respondió antes de que Jin devorara su boca.

-Eres tan estrecho, Taka-murmuró contra sus labios, rozándolos levemente con los suyos-Tan jodidamente estrecho.

Un par de minutos más tarde, Takashi llegaba al clímax, arrastrando con él a Jin a los pocos segundos.

 

 

-Fuji-lo llamó Kunimitsu desde la cama, sólo vistiendo los pantalones de su pijama-¿Por qué no te quedas a dormir?-preguntó colocándose las gafas tras haberlas cogido de la mesilla. Syusuke, mientras, terminaba de vestirse para poder irse a su casa. Empezaba a ser tarde y ya había parado de nevar, por lo que no tenía excusa para retrasarse más. Con un movimiento de cabeza, le indicó a su novio que no podía ser-Entonces ten cuidado, no quiero bajas en el equipo-como no, Kunimitsu sabía cómo ser todo un romántico.

-Tranquilo, capitán-se enrolló bien la bufanda alrededor del cuello y la mitad de su cara-No dejaré que el equipo se quede cojo-frunciendo el entrecejo, Kunimitsu se levantó de la cama y caminó hacia él, bajándole la bufanda y depositando un leve beso en los labios.

-Ya sabes que es mi excusa-murmuró apoyando su frente en la de Syusuke, haciendo que sus narices se rozaran-Te acompañaré abajo.

-Quédate aquí, señorito-Syusuke caminó hacia la puerta-Que como te pasees por la casa de esa manera serás tú el que pille una pulmonía-con un movimiento de mano se despidió de Kunimitsu.

El de gafas se quedó pensando, de pie frente su ordenador, en qué podía hacer ahora. Los deberes ya los tenía hechos y la cena no estaría hasta la hora siguiente ya que su madre llegaba tarde de trabajar ese día. Como última opción se sentó en la silla y encendió el ordenador. Creía recordar que hacía semanas que no abría su correo, eran horas de vaciarlo de los mensajes de Keigo y de Genichiro. Al parecer no se cansaban de pedirle revancha tras revancha. ¡Qué difícil era ser capitán! O, más bien... ¡Qué difícil era ser él!

 

-Akutsu-ronroneó sobre su piel. Estaba cansado y, dios, se sentía genial, como nunca antes-No es bueno para ti que sepa dos de tus puntos débiles-el primero, las muestras de cariño, el segundo, que tenía cosquillas.

-Eres-tomó aire-muy ingenuo, Kawamura-separó a Takashi lentamente de él y este se acomodó ligeramente entre sus brazos. Sus labios se juntaron entonces en una suave caricia liderada por Takashi. Por supuesto, más que esos dos puntos débiles, tenía otro más, que englobaba un todo y que era el propio Takashi.

-Sí-besó su mejilla y una sonrisa juguetona apareció en sus labios-Pero eso no es algo nuevo-Jin se le quedó mirando con los ojos entreabiertos.

-Ahora que te miro se me ha ocurrido algo-tras parpadear un par de veces, Takashi se rió.

-Miedo me das.

-¿Puedo llamarte Taka-sexy a partir de ahora?-la cara de Takashi adquirió una tonalidad que no tenía nada que envidiar al pelo de Eiji.

-¿¡Qué qué!?-Jin ignoró el ataque de vergüenza que le estaba dando a su novio.

-Responde a la pregunta.

-¡P-Por supuesto que no!

-Qué pena-colocó sus brazos detrás de su cabeza-Me encantaría ver la cara de ese Inui si te lo llamo frente a tu hermana-lo miró de reojo-¡Venga! Sólo una vez-le rogó. Takashi sacudió su cabeza y se sentó en la cama, apoyando sus pies en el suelo.

-Eres de lo que no hay-quiso levantarse para rescatar su calzoncillo de encima del armario, pero uno de los brazos de Jin se enroscó en su cintura. Al segundo siguiente tenía la  espalda apoyada en el pecho de Jin.

-¿A dónde te crees que vas?-preguntó besando su hombro.

-¿A ti qué te parece?-Jin los tapó a ambos con la sábana otra vez y a Takashi no le quedó más remedio que resignarse, tumbándose a su lado de espaldas a él.

Se quedaron en silencio durante cierto tiempo, escuchando sólo sus respiraciones, cada uno preguntándose si el otro se había dormido. Para Takashi aquel había sido un día extraño y bastante movidito. Al menos su hermana estaba bien. Recordando lo de su hermana, se le vino a la mente la imagen de su madre y de lo que le había dicho a Jin. La última vez que criticó a su amigo le hizo prometer entre lágrimas que nunca más lo haría y su madre había aceptado sólo si él se matriculaba en una escuela distinta a la que asistiría Jin. Giró su cuerpo lentamente y se apoyó en el pecho de Jin, que parecía que estaba muy entretenido mirando al techo. Al notar el movimiento de Takashi, Jin se preguntó qué le pasaría. Cuando vio que sus hombros temblaban levemente y sintió algo mojado en su pecho, empezó a preocuparse. Aunque nunca lo diría en voz alta.

-Hey-posó su brazo sobre los hombros de Takashi-¿Qué pasa ahora?-preguntó con una voz suave que hasta le sorprendió a él mismo. No obtuvo respuesta-Takashi-se incorporó como pudo, sin soltar al moreno, separándolo un poco de él. Vio sus mejillas sonrojadas siendo cruzadas por un par de lágrimas y sus ojos fuertemente cerrados-Takashi-repitió-¿Qué demonios pasa?-este sólo se tapó la cara con sus manos.

-Me siento engañado-viendo la manera en la que se acercaba a él, empezó a pensar que esta vez no era su culpa-Mi madre no ha parado de jugar conmigo y mis sentimientos desde que era un crío-se acercaba un ataque sentimentaloide que Jin no estaba muy seguro de querer aguantar-¿Por qué tiene que ser así?

-¿Por qué cojones estás pensando en tu madre cuando acabamos de hacerlo?-se preguntó Jin en voz alta-Escúchame bien. Es un mal bicho. Lo sabes tú, lo sé yo. Todo el mundo lo sabe, incluido tu padre-Takashi bajó sus manos y lo miró sorprendido-No me mires así-secó las lágrimas del moreno-Si estás así por lo que me dijo, olvídalo. No me importa.

-Sabes perfectamente que no puedes mentirme-Takashi envolvió sus manos alrededor de las de Jin-Así que no lo hagas-algo dentro del de ojos dorados se removió al ver la cara tan triste de Takashi, pero le echó la culpa al hambre.

-Takashi Kawamura-el mencionado se encogió levemente, separándose de Jin casi al instante. Jin se preguntó desde cuando le imponía tanto respeto a su novio-Ni ella ni yo estamos obligados a aguantarnos-una sonrisa ladina apareció en su rostro-Por suerte-añadió.

-Pero tú no le has hecho nada, no tiene porque decir esas cosas de ti.

-Si vas a ponerte a llorar por cada persona que habla mal de mí, apaga y vámonos-besó sus labios sin ir más allá de la simple caricia ya que Takashi se apartó de él.

-Pero-

-Te lo repito porque parece que tu mollera no lo capta-le dio un golpecito en la frente con un dedo-No me importa-ninguno de los dos dijo nada, sólo se miraron-Está bien, me importa un poquito de nada, pero lo soporto porque al menos hizo una cosa bien en su vida.

-¿Ah sí?-se preguntó Takashi-¿Lo qué?-Jin murmuró algo que Takashi no llegó a comprender-¿Eh?

-A ti-dijo un poco más alto, desviando la mirada hacia el techo.

Y tras esa última respuesta, la mente de Takashi se quedó en blanco. Lo último de lo que tuvo consciencia Jin fueron los labios del moreno sobre los suyos y unos brazos rodeándolo con fuerza sobrehumana.

Notas finales:

Bueno, ¿qué tal? ¿Todo bien? ¿Alguna cosa que os haya gustado? ¿Algo que no llegáis a entender del todo? ¿Notáis a algún personaje fuera de sí? Sabéis que podéis comentar, así que no seais como Taka-san y dejad la timidez a un lado, que aquí somos como una pequeña familia.

Debido a asuntos personales (me mudo, entro a un nuevo instituto, tengo otros proyectos personales que no son sólo historias) el siguiente capítulo seguramente lo suba en dos semanas. Si puedo antes, antes. Si no, después. Pido, por favor, paciencia. Soy humana, también tengo vida detrás del ordenador.

 

Atte. Inés.


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