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El último deseo de un moribundo por mihll

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  PARTE III

 

 

     Sintiendo el ajetreo de Hanamichi guardando sus cosas en la habitación contigua, Kaede se quedó dormido. Despertó por la noche, todo estaba en silencio y su cuarto en penumbras. No tuvo el valor de levantarse, no quería salir de su cuarto y encontrarse con la triste realidad de la ausencia del pelirrojo.

Kaede suspiró pesadamente al pensar que sería de él en esa casa desde ahora en adelante ¿la sentiría tan grande, solitaria y fría como antes de la llegada de Hanamichi?...sabía que sí.

-"pero él estaba con Sendoh, no podía permitir que se quedara después de lo que vi"-pensó tratando de convencerse

Sus ojos azules brillaron en la oscuridad al tiempo que una esperanza de que tal vez hubiera interpretado mal, se cruzó por su mente.

-"¿y si me equivoqué?"-Kaede se preguntó amargamente-"ni siquiera le di la oportunidad de explicarme...sólo lo corrí y ya"

Volvió a suspirar, maldiciéndose a sí mismo por haber actuado de manera impulsiva. Bien sabía que Sendoh era un Casanova, bien sabía también que todo el mundo insinuaba que ese chico andaba tras Hanamichi, pero que éste, muy tonto y lento, no se daba cuenta de nada...

-"debí dejar que me explicara"-se cuestionó

Le era doloroso pensar que se equivocó al tratarlo de esa forma. Durante su instante de furia no había visto bien, pero ahora, que estaba más tranquilo y podía meditar, la imagen de niño regañado de Hanamichi llegaba con claridad a su mente. Le había tratado de idiota, le había gritado y éste, no hizo nada más que pedir ser escuchado.

-"no lo hice, no le escuché"-se reprochó una vez más

Kaede Rukawa gruñó, odiándose a sí mismo.  Y por unos momentos sus ojos se clavaron en la puerta de su cuarto, apenas iluminado por la tenue luz exterior que se colaba por entre las cortinas de la ventana. Pensó en salir corriendo, buscar a Hanamichi, decirle que estaba dispuesto a oírlo, pero no sabía dónde, no tenía la menor idea de donde quedaba su casa. Al final optó por fijar su vista en el techo, sin embargo, tan pronto como hizo aquello, un leve sonido proveniente de la sala, se hizo presente

-"¿aún sigue aquí?"-se preguntó esperanzado. Al instante siguiente, como si lo impulsara un resorte, se levantó de la cama. Con pasos sigilosos y con el miedo de estar creyendo lo que no era, avanzó hasta la puerta. Abrió ésta sin hacer mucho ruido y la cruzó para luego dirigirse a la sala

Vio a Hanamichi en ese lugar, sentado en el piso, con las rodillas recogidas, los brazos rodeando éstas y su rostro escondido en ellos. Lo que había oído, era probablemente el ruido emitido por unas de las maletas a su lado en el momento de caerse

 

Hanamichi parecía dormido, esa impresión le dio al acercarse hasta quedar a tan sólo un par de pasos. Lo observó cauteloso por unos segundos hasta que se decidió a llamarlo

-¿torpe?

Hanamichi no respondió

-¿torpe?-volvió a llamar en un tono más alto. Tampoco hubo respuesta. Por eso se acercó a él y posó una mano en su hombro, zamarreándolo suavemente-Sakuragui, despierta-llamó ésta vez

Hanamichi poco a poco comenzó a incorporarse, y se asustó un poco al advertir la figura a su lado que le miraba impaciente

-y-yo, lo siento...me dormí-balbuceó. Rápidamente se puso en pié.- me voy, no tienes que echarme otra vez-

-¿pero te vas así de fácil, sin siquiera defenderte?-inquirió Kaede

-sí-respondió Hanamichi cabizbajo-tú viste algo, y yo no sé cómo decirte...más bien, estoy seguro que aunque te explicara, no me entenderías

-y si te dijera que estoy dispuesto a escucharte- dijo en el momento en que veía al otro tomar sus maletas.

Hanamichi lo pensó un poco antes de dejar su accionar y se irguió enfrentando a Kaede en la ligera penumbra en que estaba sumida la sala

-ese puercoespín vino y quiso aprovecharse de mí

-¿Qué él qué?-preguntó impactado por la revelación. Hanamichi parecía sincero, le creía y se imaginaba que Sendoh podía llegar a tal punto. Sin embargo, para su mala fortuna, su pregunta sonó como si no le creyera

-ya lo decía...no me creerías-dijo Hanamichi desanimado, y volvió a intentar coger sus maletas

-te creo-se apresuró en responder

- se nota-dijo Hanamichi con cierta ironía en la voz

-no seas tonto, si te creo, es que ese idiota de Sendoh-Kaede apretó los puños furioso-me las va a pagar-finalizó murmurando entre dientes, en voz muy baja, más para sí que para Hanamichi

-entonces...-Hanamichi ésta vez cogió sus maletas con conformidad- ahora me voy tranquilo

Kaede salió de su enojo sólo para sorprenderse de las palabras de Hanamichi

-¿Qué te vas?-

-si-respondió-ya me dejaste en claro que no estabas moribundo, y si no lo estás,  ya no tengo que cumplir la palabra que empeñé-

-no te hagas, claro que tienes una palabra que cumplir-Kaede le espetó rápidamente

Hanamichi frunció en ceño sin entenderle

-lo prometiste Sakuragui...quedarte a mi lado hasta el día de mi muerte, y para entonces ya te había puesto al tanto que no estaba muriendo-explicó el moreno

-pero que no te tenías un mal sólo lo entendí ésta tarde-

-¿acaso eso es mi culpa?-se cruzó de brazos con una expresión reprocharte, acusándolo con la mirada de ser lento en captar las explicaciones

El pelirrojo suspiró con frustración antes de dejar caer las maletas, bajó la mirada y dijo:

-fue por tonto-sonrió con ironía-...pero está bien, como sea...di mi palabra y la voy a cumplir.

Kaede no sabía si sonreír o sentirse culpable de estar atándolo a su lado. Su parte racional y sentimental entraron en conflicto; el primero le decía que se estaba aprovechando de Hanamichi; la otra parte, su corazón, le decía que no podía verlo marchar, que tenía que retenerlo a toda costa.

Con un nudo en la garganta, sin poder dar una respuesta, vio a Hanamichi tomar sus maletas y luego pasar a su lado en dirección al cuarto cuya puerta se encontraba a sus espaldas

 

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    Tras horas de lidiar con su conflicto interno, Kaede entró cauteloso en el cuarto de Hanamichi, sin hacer ruido. La oscuridad comenzaba a ceder con la llegada de la mañana.

Kaede se quedó de pié, al lado de la cama, observando el rostro apacible de un muchacho revoltoso, aquel era el chico torpe, buscapleitos e irritante que había penetrado la coraza que protegía su corazón, aquel  chico   que durmiendo mostraba la expresión angelical de un niño inocente.

 Kaede se sentó de medio lado en la cama y sin poder evitarlo su mano se levantó y con cariño acarició los rojizos cabellos de Hanamichi

 

 

- pareces un niño inocente - Kaede susurró. -  pero despierto me exasperas, me sacas de quicio Do ´aho... y haces que me enoje más...por quererte-

Kaede cayó en cuenta que Hanamichi estaba apenas tapado hasta la cintura. Tocó su mano y la notó fría

-Do´aho-murmuró-¿Quién se preocupa por ti?... parece que tú no

 Poniéndose en pié con cuidado le cubrió bien con las mantas y volvió a observar su rostro. Parecía que no podía apartar la vista de ese rostro que le hacía sentir más enamorado y más mal a la vez. Pero si  ésta iba a ser la última vez de contemplarlo, quería darse ese placer, guardar él recuerdo de algo que no se repetiría...

Kaede suspiró profundamente al convencerse que liberarlo de su promesa era lo mejor que podía hacer

-perdón Do´aho...por haberme aprovechado de ti todo éste tiempo...por obligarte a cumplir  mis caprichos pidiéndote cosas extrañas sólo para ver cuando te rendirías de decir esa tontería-sonrió negando con la cabeza- que eres un tensai que cumplía su palabra a como diera lugar...perdón por pedirte que me hicieras el amor...-su sonrisa se tornó triste- pero lo hice porque te quiero y ése...-tragó saliva dificultosamente-...es el mejor recuerdo que voy  a tener de ti...porque te amo es que voy a dejarte ir, no quiero obligarte a estar a mi lado sabiendo que no me correspondes...yo...-

 Hanamichi se removió lentamente en la cama amenazando despertar. Kaede se asustó bastante creyendo que así sería y tuvo que esperar un largo rato hasta quedar en conformidad que el pelirrojo seguía profundamente dormido, entonces volvió a sentarse en la cama, y esperó hasta que la leve penumbra de la habitación se transformara en claridad total

Cuando Kaede advirtió que Hanamichi comenzaba a despertar, cambió su expresión de ternura a una seria.

-¿zorro?-murmuró el pelirrojo tras parpadear varias veces tratando de enfocar bien el rostro en frente suyo.-¿Qué...que haces aquí?-preguntó al tiempo que se restregaba los ojos

-tengo que hablar contigo-

-¿y no podías esperar?

Kaede se puso en pié sin dejar de mirarle directo a la cara

- te libero de tu promesa-soltó sin dudar

-¿qué?-preguntó Hanamichi con sorpresa

-que ya no tienes que cumplir tu palabra, puedes irte-explicó antes de darle la espalda y salir de la habitación.

Hanamichi con desconcierto el su mirada, había visto al ojiazul perderse tras la puerta. Su vista se quedó fija en ese lugar sin poder desviarla...su mente daba vueltas en un torbellino de emociones encontradas.

La mano sobre la suya le había sacado de su sueño, supo que no se trataba de otra persona más que el zorro, quiso abrir los ojos ante el sobresalto que le provocó, pero algo, un  no sé qué, le hizo fingir seguir durmiendo.

Hanamichi no había oído mal, tan claro como la luz de día que se filtraba por la ventana oyó perfectamente las palabras del zorrito, pidiéndole disculpas ¿y diciéndole que le amaba?. Quiso abrir los ojos en ese entonces una vez más, pero si lo hacía, no tenía como enfrentarse a un zorro tan diferente al que conocía, no sabía que podría haberle dicho...

Sonrió con ironía

-dijo que me ama...-murmuró en voz baja al tiempo que su mente procesaba los acontecimientos del día anterior-...me ama y fue por eso que se molestó tanto y me echó...estaba celoso de Sendoh...-

Hanamichi se llevó las palmas al rostro y se restregó con fuerza

-yo no-dijo ésta vez en voz alta-yo no-repitió y calló repentinamente para dedicarse a seguir pensando en lo oído

De pronto se percató que el único sonido que se escuchaba en el cuarto era el puntero del reloj sobre su mesita de luz, al marcar cada segundo.

Su tren de pensamientos se detuvo. Como una tormenta inclemente los recuerdos de todas las veces que se sintió no correspondido por las chicas que le gustaban  llegaron a su mente 

-zorro-pensó creyendo estar seguro de sus deducciones-será que te sientes como yo me sentí todas esas veces al darte cuenta que estaría obligado a tu lado

 Una sombra de amargura se presentó en los almendrados ojos del pelirrojo. A nadie le deseaba ese sufrimiento que en su caso se repitió cincuenta y un veces contando a Haruko. Tampoco al zorro, aunque muchas veces pensara que él si merecía  sufrir cada vez que rompía el corazón de una chica, al ignorarla o decirle fríamente a la cara que quitara de su camino

La molestia que sentía en su interior y que le estrujaba el corazón no tenía precedentes, no entendía por qué se sentía mal precisamente por esa persona a quien consideraba su rival. Ciertamente le había cogido algo de cariño a pesar de los malos tratos que le dio durante un mes, pero no era justificación para sentirse así. Simplemente no lograba entenderlo

Cuanto más se esforzaba, tanto más la preocupación aumentaba

Pasó al menos media hora hasta que por fin se lanzó fuera de la cama-"mejor no hacerme líos, me marcho de una vez"-se dijo rehaciendo su maleta desecha, dejando sobre la cama sólo lo justo para vestirse ese día. Pero de pronto, sin pretenderlo, la idea más descabellada se le pasó por la cabeza

-¿Por qué tendría que hacer eso por el zorro?, no lo merece-se cuestionó en voz alta. Sin embargo, su voz interna le contradijo diciendo que Kaede había hecho algo que en verdad una persona enamorada haría, dejarlo marchar a costa de su sufrimiento, ya que perfectamente Kaede podía se egoísta y retenerlo

  Hanamichi sacudió su cabeza enérgicamente tratando de esfumar esa vocecita salida de su conciencia. Él era un chico bueno, noble, todo un tensai a su pensamiento, pero no andaba haciendo caridad, ese tipo de caridad con una persona que además era hombre, por muy enamorado éste que dijera que estaba de él, Hanamichi

-"ya lo hiciste una vez, que más da si lo haces de nuevo"-

Al final terminó por fastidiarse con esa voz, convenciéndose a si mismo que no estaría tranquilo sino le diera una recompensa al zorro por su gesto. Salió de su cuarto y se adentró en el de Kaede que ya parecía dormir, aunque no lo aseguraba del todo. Se acercó a la cama y sin pensarlo dos veces se posicionó a horcajas sobre su cuerpo

Kaede despertó con un sobresalto. Lo primero que vio fue el rostro de Hanamichi muy cerca del suyo

-Idiota, quítate, quiero dormir-le espetó de malhumor por el brusca manera en que fue despertado

-ya me voy-le dijo

-entonces adiós-

Hanamichi negó con la cabeza y dijo:

-no antes de darte un regalo de despedida-

-¿y eso qué es?-

-hacerte el amor por última vez- respondió antes de atrapar sus labios con los suyos, sin darle tiempo para una respuesta

Kaede se remeció inquieto, no quería esto. Pero el contacto de la boca de la persona que pronto fue dominando sus intensiones de negativa

Por su parte Hanamichi sentía que tenía un deber que cumplir pero aún cuando esto fuera obligado por su conciencia, sabía que no le costaría excitarse, ya había sucedido una vez cuando creyó que no lograría tener una erección, todo resultó lo contrario. En su mente, los recuerdos del orgasmo que alcanzó aquella vez, era una ayuda extra. Muy pronto se dio cuenta que ya el calorcito interno se hacía presente, se hizo más intenso cuando logró sacar un gemido de Kaede que se ahogó en su boca

Luego, todo fue nada más que placer, desde desnudar al otro, besarle cada trozo de piel y hacerlo suyo una vez más

Con la tarea cumplida para Hanamichi, recogió sus ropas y miró a Kaede que se quedó estático en la cama

-adiós, zorro-dijo antes de abandonar el cuarto

Kaede se sintió morir, ese "adiós" significaba que lo de hacía un momento atrás, jamás se volvería a repetir...regresaría a la preparatoria, lo vería día a día, se pelearían e insultarían como siempre, y como siempre, tendría la gran labor de tratar de olvidarlo...

 

 

 

Notas finales:

Ufff al fin puedo entrar de nuevo

Me faltó mencionar que queda el epílogo, aunque aún no me decido por el final, tengo dos jejejeje

Hasta pronto


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